Cuando uno piensa en viajar a un lugar exótico seguro que se le vienen a la cabeza países como Vietnam, China o India. Y si lo que el viajero quiere es ir de compras pensará en Londres, NY o París. Pues hay un lugar muy cerca de nuestra casa española que aúna ambas cosas: Marruecos. Un par de horas de vuelo desde Madrid a algunas de las ciudades del vecino país es lo que separa a viajero de un mundo tan diferente al nuestro, donde las mujeres cubren sus cabellos con pañuelos, los mercados huelen a especias y los colores de las babuchas parecen infinitos. Tanto si uno se anima a conocer Tanger, Fez o Marrakech pronto descubrirá que uno de los mayores atractivos de cualquiera de esas ciudades son sin duda los zocos de Marruecos. Uno puede pasar horas en ellos buscando alguna artesanía especial, eligiendo el regalo especial para algún amigo o descubriendo que las carnicerías en Marruecos poco tienen que ver con las españolas.
Los antiguos zocos de Marruecos son sin duda los más atractivos, están ubicados en la medina de cada ciudad y los puestos y tiendas asoman a calles estrechas, las cuales van cruzando unas con otras hasta crear una especie de laberinto. Por ello hay que caminar con calma intentando tener claro el recorrido que cada uno va haciendo, aunque mientras uno no se aleje de las zonas más frecuentadas y con más tiendas difícilmente llegue a perderse. En los souk o zocos de Marruecos lo habitual es encontrar cada producto en una zona determinada. Por ejemplo habrá un espacio dedicado al mercado de alimentos, una calle para los plateros, otra en la que encontrar pieles o alfombras y así sucesivamente.
Para comprar en estos mercados hay que recordar que habrá que dedicar un rato a regatear sobre el precio de ese artículo que hemos elegido. Forma parte de la cultura árabe y hay que entrar en el juego por mucho que a uno le cueste. Para ello hay que tener un poco de paciencia, escuchar al vendedor y luego pensar cuanto es lo que realmente puede costar eso en Marruecos. Seguramente y si sois buenos en este noble arte podáis conseguir ese objeto por la mitad de lo que os pidieron. Y recordad siempre que si finalmente acceden al precio que ofrecéis ya no podréis volveros atrás, sería una falta de respeto hacia ellos pues han invertido en vosotros su tiempo y han dado por buena vuestra palabra de que vais a pagar lo que estáis ofreciendo.
Mientras paseáis por el souk, id con todos los sentidos alerta para oler esas especias que aromatizan las calles, escuchar la llamada a la oración, probar alguna comida típica del país, tocar esos tejidos llenos de color y no dejar de ver esas puertas entreabiertas tras las cuales puede esconderse alguna madrasa o quizás el patio de una mezquita que tan solo podremos ver desde la calle.
Animaros a viajar a Marruecos con Voyage-Privé, descubriréis los mejores mercados viajando al mejor precio.