Dentro del grupo de las llamadas capitales culturales de Sri Lanka se encuentra Dambulla. Se trata de un templo formado por un conjunto de cuevas escavadas en la ladera de una colina rocosa. Se puede visitar fácilmente si uno hace la ruta entre Sigiriya y Kandy. Una parada de un par de horas es suficiente para conocer las cuevas que forman el también llamado Templo de Oro de Dambulla y que sin duda es uno de los lugares que ver en Sri Lanka.
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Cómo llegar al Templo de Oro de Dambulla
El modo de más sencillo de llegar a las cuevas de Dambulla puede ser en tuk tuk o en coche. Hay autobuses que hacen la ruta hacia Kandy. Para conocer esta posibilidad de primera mano y actualizada, lo mejor es consultar opciones en vuestro alojamiento. La entrada y el parking están al borde de la carretera.
Desde allí se accede al complejo de las cuevas de Dambulla donde lo primero que uno encontrará es una pequeña dagoba dorada que recibe al visitante antes de que este vea el gran Buda que mira al infinito.
Entradas a las Cuevas de Dambulla
Bajo ese Buda, una puerta que parece la de un parque de atracciones da acceso a un museo, y a la izquierda de ella está la oficina donde comprar la entrada al templo de Dambulla. El precio en 2015 era de 2500 rupias por persona y se podía pagar solamente en efectivo. Si alguno tiene interés en ver al Buda más de cerca dos escaleras laterales le llevarán hasta su base, lugar al que suben muchos fieles a dejar algunas flores y rezar sus oraciones.
Subida al Templo de Oro de Dambulla
Con la entrada en la mano hay que dirigirse a continuación hacia la izquierda para comenzar la subida por la ladera de colina. Es una camino sencillo en el que se alternan escalones y cuestas y donde no es necesario descalzarse. A medio camino se colocan vendedores de artesanías y postales que animan a los que parecen cansados a continuar la subida diciendo que ya queda muy poco para llegar al Templo de Oro de Dambulla.
Durante el ascenso hay que tener cuidado con los monos. No tienen ni miedo ni vergüenza y no dudan en quitar a los visitantes de las manos cualquier cosa que les parezca atractiva.
Una vez en lo alto uno se encuentra rodeado de rocas grises que llevan hasta la entrada a las cuevas de Dambulla. Es en ese punto en el que hay que descalzarse. Uno puede dejar sus zapatos en cualquier lugar o bien pagar una rupias y que los zapatos queden protegidos en una caseta de la posible lluvia o de los monos que viven por allí.
Cuando uno está ya descalzo puede entrar al templo. Tras pasar la primera puerta es cuando piden el ticket (que nadie olvide comprarlo abajo) y al cruzar la segunda puerta uno se encuentra ante un bodhi tree, árbol omnipresente en cualquier templo budista que se precie. En este caso preside un gran patio en uno de cuyos laterales se levanta lo que podemos llamar fachada del templo y tras la cual se abren las puertas que llevan a las cinco cuevas del Templo de Oro de Dambulla o Cuevas de Dambulla que allí se pueden visitar.
Cuevas del Templo de Oro de Dambulla
Cada cueva del Templo de Oro de Dambulla es de un tamaño y contiene es su interior una colección de Budas tanto en forma de esculturas como pintados en paredes y techos. Hay tantos, de tantos tamaños y variadas posturas que es imposible recordar todos los que se han visto. Los hay tumbados, en pie o sentados, todos ellos pintados en vivos colores dentro de esos espacios que huelen a flores e incienso y a los que lo fieles acuden con sus ofrendas.
Cueva I de Dambulla
En la Cueva I de Dambulla, cuyo nombre es Devaraja lena, destaca el Buda reclinado de 14 metros. Al parecer la posición de este enorme Buda indica el estado de Parinirvana o paso final. Junto a la estatua se pueden otros dos figuras más pequeñas, una de Ananda, díscipulo de Buda, y otra de Visnu.
Se cree que esta es la cueva más antigua de Dambulla. El Buda parece estar encajado en su interior, y aunque es sin duda lo más llamativo de esta cueva, no hay que dejar de prestar atención a las pinturas de las paredes que se encuentran en un estado de conservación bastante aceptable.
Cueva II de Dambulla
La Cueva II del Templo de Oro de Dambulla es sin duda la más espectacular. Se trata de la cueva más grande de Dambulla y en su interior se pueden ver varias decenas de estatuas de Buda. Algunas de ellos rodean una dagoba, uno de los elementos que junto . El nombre de esta cueva es Maharaja Lena o Cueva del Gran Rey y en ella hay también estatuas de antiguos reyes de Ceilán. De nuevo hay que prestar atención a los murales que decoran las paredes y el techo de la cueva en los que Buda, una vez más es el protagonista.
Si buscáis algo curioso en el centro de esta cueva, lo encontraréis en el centro de la misma. Se trata de una vasija que recoge gotas de agua filtrada desde el exterior, agua que se utilizará para los rituales religiosos.
Cueva III de Dambulla
La cueva del Gran Templo Nuevo (Maha Alut Viharaya) fue mandada construir por un rey que gobernó en Kandy. Esta cueva tiene la curiosidad de contar con dos puertas de acceso. En su centro, una gran estatua de Buda sentado recibe a los visitantes bajo un arco con forma de dragón, similar al que se puede ver en las puertas de entrada a esta cueva del Templo de Oro de Dambulla. No faltan en esta cueva un Buda reclinado que alcanza los 30 metros de largo, otras 50 esculturas de Buda ni fantásticas pinturas murales cubriendo paredes y techo.
Cueva IV de Dambulla
Esta cueva del Templo de Oro de Dambulla es otra de las que tiene una dagoba en su interior, a pesar de ser la más pequeña de las cinco cuevas del complejo budista. No faltan en esta pequeña cueva de solo 15 metros de largo varias estatuas de Buda. Los murales, una vez más en Dambulla, son uno de los grandes atractivos de la cueva cuyo nombre es Paccima Viharaya o Cueva del Templo Occidental.
Cueva V de Dambulla
Esta cueva, Devana Alut Viharaya, es las más moderna del Templo de Oro de Dambulla. Hay en su interior un Buda reclinado de unos 10 metros y varias imágenes más del padre del budismo. Como curiosidad, decir que mientras que las estatuas de las otras cuevas fueron realizadas con roca de granito, las de esta última cueva son de ladrillo y yeso.
Visitar las cuevas del Templo de Oro de Dambulla
Así que si queréis conocer este sitio, recordad:
- Se paga entrada antes de comenzar el ascenso. Si llegas arriba sin ella, te tocará bajar.
- No olvidar las reglas para visitar a Buda, como por ejemplo quitarse los zapatos.
- Aunque la subida no es complicada, hay escalones y cuestas.
- No olvidéis una linterna para poder apreciar todos los detalles en el interior de las cuevas.
- Llevad un pañuelo grande que os sirva para cubrir vuestros hombros o piernas ya que vais a visitar un recinto budista.
- No llevéis comida en la manos, ni bolsas. A los monos les llama la atención y no dudarán en arrancaros lo que tengáis en las manos.
- Como consejo personal, visitar la cueva ll la última, pues es la más espectacular.