Había pasado muchas veces, circulando por la A-3 entre Madrid y Valencia, por un cartel en la carretera que indica Villarejo de Salvanés. Siempre me había llamado la atención la gran fábrica de unas famosas galletas que hay en esa población. Pero nunca me había planteado qué podría ver en esa localidad madrileña o cuál sería su historia.
Por razones que tampoco vienen a cuento, este año he sabido que Villarejo de Salvanés, uno de los pueblos de la Comarca de las Vegas como Chichón o Aranjuez, está ligado a la famosa Batalla de Lepanto. Aquella en la que cuentan que Miguel de Cervantes perdió una mano, aunque lo que perdió fue solamente su movilidad.
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Qué ver en Villarejo de Salvanés
Este pueblo madrileño de aspecto manchego tiene un puñado de lugares que ver que acercan al visitante a la historia de la Batalla de Lepanto. También cuentan con varios alojamientos y restaurantes. Uno de estos últimos a mí me parece por sí solo razón suficiente para hacer una escapada a este pueblo de fácil acceso desde la capital española.
Fortaleza de Villarejo de Salvanés
De lo que fue fortaleza de la Orden Militar de Santiago hoy queda en pie su torre del homenaje. Esta torre es sin duda símbolo del pueblo debido a su majestuosidad y su singular arquitectura. Merece la pena acceder a su interior (entrada gratuita) y recorrer sus diferentes niveles para entender cómo fue esta construcción en origen y cómo fue cambiando su fisonomía a lo largo de los siglos hasta obtener el aspecto defensivo que podemos ver hoy.
En la planta baja de esta torre se encuentra actualmente la Oficina de Turismo, mientras que los pisos superiores forman parte del Centro de Interpretación de la Historia de Villarejo de Salvanés y su Fortaleza. La subida a la torre no está preparada para personas con problemas de movilidad. El resto puede llegar a lo más alto de la misma través de unas escaleras que permiten parar en diferentes niveles para terminar la visita ascendiendo por una escalera de caracol al mirador de la parte alta de la torre.
Casa de la Tercia
Muy cerca de la fortaleza se encuentra otro de los edificios destacados que ver en Villarejo de Salvanés: la Casa de la Tercia. Es otro de los edificios que pertenecieron a la Orden Militar de Santiago tras establecer en el siglo XV la sede de la Encomienda Mayor de Castilla en este pueblo.
La función principal de este gran edificio era ser el centro administrativo en el que se controlaba la producción de la tierras de la Encomienda, se guardaban los tributos en especies y se cobraban las rentas. A los largo de los años esta casa fue cambiando de aspecto y ampliando su estructura. Llegó a tener un bonito patio columnado en su interior y a contar con cuadras y lagares. Un gran ejemplo sin duda de la arquitectura civil castellana.
Actualmente aquella gran casa está dividida en varias partes. Una de ellas es un restaurante, otras casas particulares y alguna está dedicada a otros negocios. La parte que se ha restaurado y cuya gestión depende al ayuntamiento se ha convertido en un pequeño museo etnográfico en el que se pueden ver diferentes objetos relacionados con la vida en Villarejo de Salvanés. En la parte superior, en lo que fuera antiguo granero, se ha instalado una sala de exposiciones que también se utiliza para diferentes eventos.
En cuanto al patio, se conserva, pero en este momento solamente la mitad del mismo se puede ver al entrar en la Casa de la Tercia. La otra mitad, por ahora, pertenece al restaurante contiguo, aunque parece ser que ya hay un proyecto aprobado para unificar y restaurar completamente este espacio.
Santuario de Nuestra Señora de la Victoria de Lepanto
El tercero de los edificios más importantes de Villarejo de Salvanés es el Santuario de N.S. de la Victoria. En este santuario se conserva la imagen de una Virgen del Rosario, aquella a la que el Papa Pio V rezaba mientras tenía lugar la Batalla de Lepanto, una batalla en la que Europa, liderada por los españoles, luchó y ganó a los turcos.
El origen de este convento y santuario se remonta al siglo XVI, cuando D. Luis de Requesens, lugarteniente de Don Juan de Austria en la famosa Batalla de Lepanto, pidió permiso al Papa para construir un convento para la Virgen que había intercedido para que los cristianos ganaran en Lepanto. El permiso fue concedido, y la imagen de aquella Virgen, traída a España.
Como el convento estaba en obras, se decidió llevar la imagen a otro edificio perteneciente a D. Luis de Requesens, en Vallecas. Pero al llegar a Villarejo de Salvanés, los bueyes que tiraban del carro con la figura de la Virgen no continuaron su camino, y desde entonces la imagen permanece en el pueblo. Primero estuvo en una hornacina de la Casa de la Tercia (se puede ver aún dicha hornacina en una tienda que hay en la esquina de ese edificio que perteneció a la Encomienda). Más tarde se instaló a la Virgen en su santuario y, desde entonces, allí se venera a Nuestra Señora de la Victoria de Lepanto.
Villarejo de Salvanés y la Batalla de Lepanto
Los lazos de este pueblo madrileño con la Batalla de Lepanto se inician a través de la relación de Don Luis de Requesens con Villarejo de Salvanés. Este diplomático nacido en Barcelona fue paje de Felipe II, monarca con el que llegó a tener una estrecha relación, siendo hombre de confianza en la corte.
Requesens fue también embajador ante la Santa Sede. Cargo que le hizo mediar en numerosas ocasiones entre el Papa y el monarca española, ganándose con ello el respeto de ambos. Es por ello que mientras el Papa rezaba en Roma por el triunfo ante los turcos en la Batalla de Lepanto, D. Luis de Requesens ejercía según carta firmada por Felipe II, como segundo jefe de la Armada y como tutor de Don Juan de Austria.
Numerosos testimonios certifican el importante papel que Requesens jugó en el triunfo de armada española. Sin embargo, este diplomático era hombre modesto, y dejó el protagonismo y la gloria a Don Juan de Austria, príncipe por el que sentía gran cariño y respeto.
Requesens prometió tras la batalla construir un santuario a la Virgen en Villarejo de Salvanés, y desde el siglo XVI, Nuestra Señora de la Victoria es la patrona del pueblo, siendo su fiesta el 7 de octubre, fecha del triunfo en Lepanto.
Recreación de la Batalla de Lepanto
En 2021 se ha celebrado por primera vez la recreación de la Batalla de Lepanto en este pueblo madrileño. Tres escenarios, 150 actores, efectos especiales y tres actos que acercan a la historia de Villarejo de Salvanés han formado parte del espectáculo para conmemorar el 450 aniversario de la famosa batalla.
Un evento que se quiere convertir en parte de las fiestas patronales a partir de ahora, fiestas que este año han tenido una importancia especial al haber sido declaro Año Jubilar Mariano con motivo de los 450 años de la Virgen de la Victoria de Lepanto.
Dónde comer en Villarejo de Salvanés
Hay un restaurante en este pueblo madrileño que ocupa parte de lo que fue la Casa de la Tercia. Restaurado con mucho acierto, en su planta alta se conservan algunas vigas de madera originales (aunque dañadas por un incendio) y se puede comer, cuando el tiempo acompaña, en la terraza del patio interior de este edificio histórico.
Decorado con mucho encanto y sin que falte un detalle, la carta del Restaurante La Tercia está formada por platos con ingredientes tradicionales a los que se ha dado un vuelta para conseguir que lo que llegue a la mesa consiga sorprender (gratamente) al comensal.
Todo lo que allí sirven merece ser probado, pero si tuviera que quedarme con tres platos, serían las croquetas, las bombas de morcilla y el lingote de cochinillo confitado. Dejando siempre un hueco para poder pedir de postre la tarta de cerveza negra.
Aquellos que quieran pasar un fin de semana en Villarejo de Salvanés pueden encontrar diferentes alojamientos en el pueblo. Y en la oficina de turismo facilitan folletos con información sobre algunas rutas de senderismo que se pueden hacer por los alrededores de la localidad.