Al norte de Bogotá se encuentra el departamento de Boyacá. Una tierra fértil en la que crecen muchas de las frutas y verduras que abastecen a otras partes del país y entres las que destacan sus dulces melocotones, o como los llaman en Colombia, duraznos. En Boyacá hay un gran número de ciudades coloniales. Entre todas ellas destaca Villa de Leyva, una ciudad de calles empedradas y casas encaladas que se ha convertido en una excursión obligada desde la capital colombiana.
Nosotros al contrario que otros muchos viajeros no llegamos a Villa de Leyva desde Bogotá. Lo hicimos por el norte, desde Barichara, el pueblo más bonito de Colombia. Por suerte conseguimos cuadrar el día de nuestra estancia en la localidad no fuera del fin de semana. Algo que hay que tener en cuenta. Pues son los sábados y domingos cuando Villa de Leyva es tomada por los turistas y sus calles pierden la paz que ofrecen el resto de la semana. Es tal la diferencia de visitantes entre unos días y otros que muchas tiendas entre semana permanecen cerradas toda la mañana y solo abren sus puertas después de comer, mientras otras solamente abren el fin de semana.
Índice del artículo
Visitar Villa de Leyva
Nuestra estancia en Villa de Leyva no fue larga. Llegamos un jueves a media tarde y dejamos la ciudad el viernes a las dos de la tarde. En esas horas tuvimos tiempo de disfrutar de la bella ciudad en la que un día la nobleza y clero encontraron el sitio perfecto para tener sus casas de recreo.
Durante el recorrido por esas calles por las que antaño paseaban coches de caballos y hombres cabalgando en busca de jóvenes casaderas apostadas en sus ventanas pudimos apreciar algo curioso: en las fachadas y suelos de las casas se han utilizado fósiles como parte de la construcción o como adornos entre las baldosas. La presencia de estos fósiles se debe a que este lugar estaba bajo las aguas durante el Cretácico.
Qué ver en Villa de Leyva
El mejor consejo que os puedo dar si vais a visitar Villa de Leyva es que paseéis sin rumbo por la cinco calles y cinco carreras que forman el cuadrángulo de sus casco antiguo. Es la mejor forma de conocer la ciudad y disfrutar de ella mientras se buscan los lugares más importantes de la ciudad, una de las más bonitas que ver en Colombia.
Parte de la Carrera 9 y toda la Carrera 10 (la parte que queda en el centro histórico) son peatonales. Ambas están jalonadas por bonitas casas coloniales, muchas convertidas en restaurantes. Otras en hoteles. Vosotros aprovechad cualquier puerta abierta y entrad. Dentro seguro que hay un bonito patio. Y es que en esta ciudad fundada en 1572, si algo no falta, son patios y otros elementos que recuerdan a la arquitectura europea que hasta allí llevaron los conquistadores.
Como la ciudad es pequeña, el lugar por el que comenzar a recorrerla dependerá un poco de donde estáis alojados. Todo gira en torno a la Plaza Mayor y es imposible perderse por la cuadrícula perfecta que forman las calles de Villa de Leyva. Yo os cuento que vimos nosotros en nuestra breve pero agradable estancia en esta ciudad colonial colombiana.
Plaza Mayor
Imposible no pasar más de una vez por esta gran plaza. Cada uno de sus lados mide 120 metros. Es la más grande Colombia y una de las mayores de América Latina. El pavimento son grandes piedras entre las que varios operarios cuidan que no crezcan hierbas (os aseguro que tienen el trabajo garantizado). El centro de la plaza está ocupado por una sencilla fuente mudéjar, único elemento que rompe la monotonía de esa gran alfombra de piedras. Rodean la plaza construcciones coloniales con arcadas y balcones entre las que destaca con su blancura la sencilla Iglesia de Nuestra Señora de Rosario.
La construcción de esta iglesia finalizó en el año 1608. En esta iglesia fue bautizado Antonio Ricaurte, héroe en la Guerra de la Independencia colombiana. Y en ella fue enterrado Antonio Nariño, político conocido por su traducción de los Derechos del Hombre y del Ciudadano proclamada por la Asamblea Nacional de Francia en los inicios de la Revolución Francesa y por su carácter revolucionario.
Pintada de blanco, su fachada deja ver parte de la piedra con la que fue edificada la iglesia en el pórtico, las ventanas y la torre. El interior, de estilo colonial, está decorado con retablos barrocos y cuadros de pintores de la época como Gregorio Arce y Ceballos, el artista más destacado de la época colonial española en Colombia.
Plaza del Carmen
A una cuadra de la Plaza Mayor se puede visitar esta tranquila plaza ajardinada cuyo centro ocupa una imagen de la Virgen. Alrededor de ella hay varios edificios religiosos. Uno es la Iglesia del Carmen. Se construyó a finales del siglo XIX y es tan blanca como el resto de edificios de Villa de Leyva. En el interior hay dos capillas. La más pequeña pertenece, dedicada a la Virgen del Carmen, pertenece al convento. La capilla mayor es conocida popularmente como Mamá Linda.
También en esta plaza y anexo a la iglesia está el Convento de la Carmelitas Descalzas. Se trata de un convento de clausura en el que viven unas 30 monjas y novicias. Aunque evidentemente no se se puede visitar, si se puede entrar en una antesala que funciona con tienda. A través del torno que comunica se espacio con el convento se pueden comprar rosarios o escapularios elaborados por ellas mismas.
El otro recinto conventual que existe en esta plaza es de los Padres Carmelitas y fue fundado en 1911. Fueron estos monjes los que en 1971 decidieron abrir el Museo de Arte Religioso del Carmen para exponer en él algunas obras de su convento. Estas piezas se reparten por seis salas y abarcan desde el siglo XVII al siglo XX. Nosotros nos visitamos este museo, pero para aquellos interesados decir que este museo está considerado uno de los mejores de Colombia en arte religioso.
Parque Ricaurte
Se trata de otro de los espacio públicos repartidos por el casco antiguo de Villa de Leyva. En este caso y en distintos niveles hay una parte empedrada con una escultura de Antonio Ricuarte, el héroe que da nombre a la plaza. Una cancha de baloncesto y un pequeño y cuidado jardín.
Sin embargo, lo más destacado de esta plaza, como no podía ser de otro modo, son sus edificios coloniales. Uno de ellos fue un antiguo convento, el de San Agustín. Tras estar abandonado durante 40 años, pasó a ser colegio, función que tampoco desempeñó por mucho tiempo. Hoy, este edificio de blanca fachada y puertas azules es la sede del Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander Von Humboldt. En su interior se realizan exposiciones, por lo que la posibilidad de entrar al edificio dependerá de si hay o no alguna muestra.
El otro edificio destacado del Parque Ricuarte es el Museo Antonio Ricaurte. Ubicado en la casa natal de este héroe independentista, la vivienda colonial estuvo abandonada durante muchos años hasta que pasó a convertirse en el actual museo tras su restauración en 1969. En su interior se pueden ver objetos militares relacionados con la aviación, ya que Ricuarte es el patrón de la Fuerzas Aéreas Colombianas. También hay salas que muestras objetos de la época colonial, un cuidado jardín y un agradable patio de entrada en el que no falta la tradicional fuente.
La entrada a este museo es gratuita y el horario de miércoles a domingo de 9:00 a 12:00 y de 14:00 a 17:00 horas.
Casa Museo Antonio Nariño
Este casa se ha convertido en otro de esos museos que rinden homenaje a héroes de Villa de Leyva. En este caso a Antonio Nariño, un próspero comerciante nacido en Santafé de Bogotá. Es conocido por haber sido uno de los criollos que iniciaron el movimiento revolucionario contra la corona española. Fue también Nariño, amigo de masones e ilustrados, quien tradujo los derechos de los hombres proclamados en la Revolución Francesa. Eso le convirtió en conspirador y le llevó a ser encarcelado en diferentes ocasiones, incluso durante varios años en África.
Finalmente regresó a Villa de Leyva y falleció en la casa que hoy le rinde homenaje con el museo que lleva su nombre. Este museo permite conocer el interior de una casa colonial, con sus diferentes patios, jardín y estancias, a la vez que se hace un repaso al modo de vida de la época de Nariño a través de diferentes muebles y objetos. En las paredes, como si de un diario se tratara, hay carteles que explican desde las actividades de ocio hasta la forma de vestir de los siglos XVIII y XIX en las ciudades coloniales de Colombia.
La visita a este museo es gratuita. Solamente se puede visitar por libre la planta baja. Para acceder a la planta superior hay que hacerlo con una visita guiada. También es gratuita y tiene una duración de media hora. Sin duda merece la pena dejarse guiar por las estancias de esta casa colonial. El horario es de jueves a miércoles de 9:00 a 12:00 y de 14:00 a 17:00 horas.
Casa del Primer Congreso
Otro de los edificios históricos que se pueden visitar de forma gratuita en Villa de Leyva es la casa donde fueron redactadas las primeras leyes de Colombia como república durante el I Congreso de las Provincias Unidas de la Nueva Granada. Conocida como la Casa del Primer Congreso, esta casona colonial está junto a la Plaza Mayor, en la esquina de la Carrera 9 y la Calle 13. El encuentro tuvo lugar el 4 de octubre de 1812 y en su interior se pueden ver algunos muebles de época y retratos de los participantes en aquel histórico congreso.
Merece la pena visitar la casa para poder ver su patio trasero y acceder a la bonita varanda del piso superior. Esta es una de esas mansiones en las que se pueden ver decorando los suelos diferentes fósiles.
Casas coloniales de Villa de Leyva
Además de visitar los museos de Villa de Leyva hay otra forma de conocer el interior de antiguas casas coloniales. Por todo el casco histórico de esta ciudad hay numerosas casonas que se han rehabilitado. Algunas de ellas están muy cerca de la Plaza Mayor y merece la pena entrar en ellas. La de Don Juan de Castellanos y la Casona la Guaca son dos buenos ejemplos de arquitectura colonial en la Carrera 9. Cuentan con varios patios, alguno con fuentes y árboles. En las antiguas estancias de las mansiones se han instalado tiendas de artesanía, restaurantes y agradables cafés.
Otra casa que se puede visitar es La Mesopotamia. Hoy es un hotel y está algo más lejos del centro, en la Carerra 8. Se trata de una casona del siglo XVI con amplios jardines y un centenario molino de trigo.
Otras cosas de Villa de Leyva
Si sois golosos no podéis dejar de probar los “besos de novia”, el dulce típico de Villa de Leyva. Es un bizcocho cubierto de merengue que se vende en muchas tiendas de recuerdos. Pero si queréis comprarlos por unidades antes de decidir llevar un cargamento de “besos” en la maleta, buscad “Besos de novia Carolina”, un pequeño negocio en la Carrera 9 en el que solamente fabrican y venden este dulce típico y merengues.
Puede que durante vuestra estancia en Villa de Leyva necesitéis cambiar dinero. En principio se admite tarjeta sin problema en casi todos los establecimientos, pero si queréis tener efectivo las opciones son sacar pesos en un cajero o cambiar moneda. Con los dólares no hay problema, pero sin con los euros. La única opción de cambio en la ciudad es localizar a Alberto Sánchez. Para ello hay que ir a la Plaza Mayor y buscar en los negocios a la izquierda de la entrada a la iglesia uno de alquiler de bicicletas. Allí estarán el o Martha, su mujer. El cambio es el mismo que en cualquier otra casa de cambio del país.
Para el momento de parar a tomar una cerveza y hacer un alto en el camino muchos recomiendan La Cava de Don Fernando, en una esquina de la Plaza Mayor. A mi me resultó demasiado ruidoso y sin duda os recomiendo otro lugar más tranquilo, con mesas bajo los portales de la casa de Don Juan de Castellanos y en algunas ocasiones con agradable música en directo. El local se llama El Almacén y ofrece desde cafés a comidas ligeras y cervezas artesanas.
Dónde dormir en Villa de Leyva
Siendo tan turística Villa de Levya, lo que no faltan son alojamientos. Para todos los gustos y presupuestos. No hay calle en el centro histórico que no tenga un hotel o una pensión. Tuve que buscar entre todos esos establecimientos hasta que encontré el pequeño hotel boutique que tenía todo lo que pedía: encanto, ubicación y un precio acorde con lo que ofrecía. El nombre de ese alojamiento: Casa Provenzal. Uno de los más bonitos en los que nos hemos alojado en nuestro viaje a Colombia.
Este bonito hotel abrió sus puertas en diciembre de 2018. Las trece habitaciones de Casa Provenzal y sus zonas comunes está decoradas con mucho estilo y transportan a uno a la Provenza francesa con los suaves tonos pastel que se han utilizado para teñir vigas, puertas y ventanas.
Situada justo en el límite de casco antiguo, la tranquilidad es absoluta hasta que amanece. Desde las ventanas del piso superior se ven las montañas que rodean Villa de Leyva y el coqueto jardín en el que hay un ajedrez gigante para jugar sobre las baldosas blancas y negras del suelo.
Las habitaciones son de diferentes tamaños, todas decoradas con ese estilo de campiña francesa. La ropa de cama, bordada y de franela, es perfecta para arroparse en las frías noches de Villa de Leyva. Y para coger fuerzas, nada mejor que el delicioso desayuno que prepara Conchita y en el que no faltan frutas tropicales, huevos pericos, chocolate, queso o pan recién hecho.
Transporte a Villa de Leyva
Llegar a esta localidad puede ser sencillo y rápido o muy complicado y pesado. Depende del lugar desde el que lleguemos a Villa de Leyva.
Entre Barichara y Villa de Leyva
En nuestro caso, el origen de la ruta fue, como os he dicho al principio del artículo, Barichara. Teníamos dos opciones: o hacer la ruta en autobuses o contratar un vehículo privado. Valoramos ambas opciones y finalmente nos decidimos por la segunda. ¿La razón? A pesar de ser más caro íbamos a ganar tiempo en el destino. Al viajar en coche tardamos cuatro horas, de puerta a puerta, desde Barichara a Villa de Leyva. El precio fue de 400.000 pesos.
Si ese trayecto lo hubiéramos hecho en autobús, hubiéramos tenido que hacer la siguiente ruta:
- Tuk tuk hasta la estación de autobuses del hotel a la estación de autobuses de Barichara.
- Autobús hasta San Gil.
- Autobús hasta Tunja.
- Otro autobús hasta Villa de Leyva.
- Taxi hasta el hotel.
Sin duda hacer el viaje de esta segunda forma, a pesar de todos los transporte, hubiera sido más barato. Pero cuando se viaja con poco tiempo, lo importante es llegar al destino y disfrutar de él.
De Villa de Leyva a Bogotá
Hay varias compañías de autobuses que unen cada día Villa de Leyva y Bogotá. Solamente tuvimos que acercarnos a la estación de autobuses, a pocas cuadras de la Plaza Mayor, para consultar los horarios y comprar los billetes. Es una estación pequeña en la operan distintas compañías. Nos habían hablado de Los Libertadores, pero solamente tenía un autobús grandes que sale cada día a las 13 horas. Nos parecía demasiado pronto y preguntamos por otras opciones. Entonces nos remitieron a la oficina de Flota Valle de Tenza. Allí encontramos muchas más opciones lo que hizo que nos decantáramos por esta empresa.
El precio del billete a Bogotá en cualquier horario es de 25.000 pesos. El autobús era uno de esos pequeños en el que había 17 incómodos asientos. No fue un viaje para recordar, sobre todo por que el atasco en la entrada de la capital colombiana demoró nuestra llegada a la Terminal Salitre en una hora. Aún así, teniendo en cuenta el precio y el no tener que cambiar de transporte durante el viaje creo que es una buena forma de desplazarse entre Bogotá y Villa de Leyva. Si queréis conocer todos los horarios de autobuses entre estas dos ciudades, consultad la página de Flota Valle de Tenza.
6 comentarios
Hola Cris,
Estoy aprendiendo mucho con tu viaje a Colombia, un país del que apenas sé nada. Me ha parecido precioso Leyva, con muchos atractivos como ser el lugar donde se redactaron las primeras leyes. Si viajo algún día lo añadiría nuestro itinerario, además genial si se puede llegar en transporte público 🙂
Por otro lado, alguna foto si me dices que es de un pueblo de Castilla me lo creo…Y el hotel donde os alojasteis…¡qué bonito! La decoración y los tonos sí que transportan a la Provenza.
Un abrazo.
Villa de Leyva es una buena escapada desde Bogotá, y toda esa región está llena de ese tipo de pueblos. La pena es no tener tiempo para poder visitarlos todos 🙂
Creo que lo de la diferencia abismal entre el fin de semana y el resto de días pasa en muchos lugares encantadores que han tenido suerte o desgracia de convertirse en destinos turísticos favoritos. Muy buen consejo intentar cuadrar la ruta para que no coincida tu visita con sábado o domingo. Personalmente yo me siento agobiada en los lugares con muchísima gente.
De todos los lugares que recomiendas para visitar en Leyva, creo que me quedo con la Plaza del Carmen y la Casa del Primer Congreso, por su importancia y… por ver cómo utilizan los fósiles para decorar los suelos.
Y por supuesto las casonas coloniales no me las perdería. Por cierto, ¿queda alguna habitada por gente o todas se destinan a usos turísticos hoy en día?
Estoy totalmente de acuerdo, cada vez me agobian más los lugares llenos de gente y huyo de ellos como de la peste. En cuanto a tu pregunta decirte que sí, aún hay casas en las que vive la gente de la ciudad. Incluso en las que la parte inferior está dedicada a comercio, en la planta superior siguen teniendo función de vivienda.
Excelente post de un pueblo con el que me quedé con muchas ganas de visitar cuando estuve en Bogotá. Se ve que conserva tradición y pasear por sus calles debe de ser una maravilla para los sentidos. Saludos
Al menos es una maravilla entre semana. Dicen que los fines de semana se pone casi intransitable.