Sin duda no es lo mismo organizar un viaje para dos que para tres, y menos aún si ese tercero es un niño. Cada vez son más las familias a las que nada se les pone por delante para coger a sus hijos y cruzar medio mundo con ellos. Hoy mi colega Cristina (Ida y Vuelta Blog de Viajes) y yo nos hemos planteado cuales son las ventajas de viajar con niños o sin ellos. Yo os cuento las pegas que encuentro a ir de viaje con niños pero desde el punto de vista de quien siempre viaja sin ellos; Cristina nos cuenta las ventajas, y con buen criterio porque siempre viaja con su hijo.
¿Y vosotros? ¿Cuales son los pros y contras de viajar con niños?
Cris viaja con su hijo
Desde que decidimos tener hijos sabíamos que nuestro modo de viajar iba a cambiar. Y así fue, lo cual no quiere decir que sea peor ni mejor que antes, sino que simplemente es diferente. Como muchas cosas en la vida no es todo positivo ni negativo aunque en esta ocasión voy a quedarme con todo lo bueno que me aporta viajar con mi peque y animo desde aquí a los que duden si se puede seguir viajando al ser padres a que sí, que por supuesto, aunque claro está con algunas adaptaciones.
*Viajar con niños te hace menos egoísta ya que te tienes que adaptar en la medida de lo posible a sus necesidades y gustos. La mayoría de los casos estos pequeños cambios repercuten en el bienestar de adultos y pequeños durante el viaje, así que compensa de sobra.
*Viajar con niños obliga a ir con más calma. Sí o sí. No puedes pretender visitar el mismo número de museos, ni de iglesias o caminar indefinidamente en larguísimos paseos. Si vas a un museo, por ejemplo lo ideal es seleccionar las obras que vas a ver, así en nuestro último viaje a Londres, en la National Gallery fuimos a tiro hecho a ver los “Embajadores” y la “Venus del Espejo”, eso no quita para que da camino viéramos otras obras, pero digamos que eso de vagar por un museo sin prisa debe olvidarse, sobre todo si los niños son pequeños porque se cansan y se enfadan.
*Cuando viajas con bebés tienes que llevar muchos bártulos pero, a cambio, no dan un ruido. Van donde tú quieres y no suelen protestar salvo que tengan hambre. Es una ventaja, los sientas en la silla y ¡en marcha!
*Al viajar con niños te haces experto en trenes turísticos o transportes curiosos que a veces, no siempre, resultan un modo magnífico de recorrer una ciudad y verla cómodamente creándote una impresión de conjunto que luego puedes ampliar.
*Cuando viajas con niños tus ojos se acostumbran a su mirada, que es diferente a la de los adultos. Se sorprenden y se fijan en detalles que a ti se te hubieran pasado y, en muchas ocasiones, te acerca al destino de modo insospechado.
*Viajar con niños hace que selecciones más los alojamientos. A veces resultan más caros por tener que coger habitación superior o la cama supletoria a precio de oro, pero me refiero sobre todo a buscar piscinas en verano, espacios para poder jugar y correr, menú infantil en el restaurante etc…
*Cuando viajas con niños ellos aprenden, no sólo del propio hecho de viajar que enriquece a cualquiera, sino que además adquieren hábitos como los de comer en sitios diferentes, dormir en camas distintas y escuchar otros sonidos. Lecciones de vida que uno agradece enormemente en el día a día.
*Viajar con niños hace que valores más lo que antes era habitual. Las escapadas en pareja o con amigos se convierten en algo esporádico y como todo lo que se sale de la norma, anhelado y divertido. Aunque… los echas de menos un montón y piensas….¡cómo le gustaría esto a mi peque si estuviera aquí!, ¡la próxima vez vuelvo con él!
Kris no quiere niños en sus viajes
Aunque soy chiquera y me lo paso bien con los niños (y al parecer ellos conmigo porque siempre tengo alguno alrededor) decidí que tener hijos era algo que me iba a saltar. Mi vida me gustaba como era y llegado el momento aposté por continuar el camino con mi pareja y ya está. Por supuesto a la hora de viajar lo hago siempre con gente adulta, aunque en alguna ocasión aislada he compartido viajes cortos con mi sobrina, a la que adoro; y precisamente esos viajes son los que refuerzan mi deseo de moverme por el mundo sin tener que llevar niños conmigo. ¿Las razones? A continuación:
*Para viajar con niños tendría que dejar de hacer ciertas cosas que para mi forman parte del viaje a determinados destinos, como por ejemplo hacer parapente en Nepal o subir a Huayna Pichu. Y que nadie me diga “puedes subir tú y luego tu pareja, mientras el otro se queda con el niño”, porque yo quiero subir con mi marido, no sola….
*Como no tengo niños no me gusta tener que aguantar a los de los demás. Por eso cuando voy de viaje intento alojarme en lugares donde sea complicado encontrar familias con un montón de niños gritando como locos, pero si viajara con un peque sin duda tendría que intentar alojarme precisamente en esos lugares que tienen actividades infantiles, piscina y no se cuantas cosas más para solaz de los más pequeños.
*Los horarios con los niños son otros, y son esos los que sin duda hay que respetar: hora de levantarse, comer, merienda, irse a dormir… Bastante tengo con tener que cumplir horarios todo el año con la jornada laboral, cuando viajo no quiero estar pendiente del reloj. Me gusta comer cuando me entra hambre o tomarte una cerveza en el momento que me apetece, no aprovechando el potito del niño para hacer la parada de turno
*Al hacer la maleta soy bastante comedida, no me gusta cargar con cosas de “por si acaso”, quiero poder manejar sola mi equipaje. Viajar con niños supondría atender no solamente mi maleta o bolsa, también se añadiría a la lista de bultos el equipaje de un niño (qué hay que ver la de cosas que necesitan)
*Viaje donde viaje me encanta probar comidas nuevas, descubrir sabores especiales… pero claro, somos adultos y asumimos que algo nos puede gustar o no, puede estar picante o su aspecto puede no invitar a comerlo. Un niño funciona de otro modo… El quiere comer siempre lo que le gusta y no en todo el mundo ofrecen nuggets y perritos en cualquier rincón. (Sí, hay niños que comen de todo, pero otro dicen que no, y es que no)
*A la hora de organizar la ruta para un viaje tendría que pensar en si los lugares que vamos a visitar va a gustarle al peque o cuanto tardará en cansarse de ir de pagoda en pagoda. Igual en lugar de poder visitar las 32 que yo tengo en la lista tendría que ver 3 y luego pensar en que cosas que a mi me interesan poco o nada tendría que añadir a la jornada para que el niño tuviera también su momento de disfrute.
*Si vas con niños y un buen día te apetece, por ejemplo, alquilar una bici….pues en muchos países no podrás, porque no las hay para niños y mucho menos con asientos para ellos en las de adultos. Una vez más tendrás que sacrificar tus apetencias por las necesidades del niño.
*A todo esto, añadamos tema intimidad… porque cuando el retoño deja de serlo, se hace mayor y sigue compartiendo habitación con papá y mamá… Creo que no hace falta decir más.
*A pesar de todo esto que digo, también confieso que las veces que he ido de viaje con mi sobrina Lucia, la niña de mis ojos, lo he pasado genial. Se ha quejado, se ha cansado, ha protestado con la comida, se ha dormido cuando menos los esperabas… pero cuando luego ves su cara de emoción ante algo nuevo o escuchas sus preguntas curiosas, sin duda compensa todo lo demás. Viajar con niños de vez cuando en cuando no está del todo mal… El resto del tiempo, mejor sin niños.
1 comentarios
Viajar con nuestras hijas nos enseñó lo lindo que es alternar un museo con un teatro de títeres, un monumento con una plaza con juegos y una comida sofisticada con una hamburguesa. Y no lo cambiaría por nada!