Desde que viajé a Puerto Rico hace un par de años y conocí la bella ciudad de San Juan se incrementaron mis ganas de conocer Cartagena de Indias. Muchos dicen de ella que es una de las ciudades coloniales más bellas del Caribe. Y yo quería comprobar si eso era cierto. Así que no quedaba más remedio que viajar a Colombia si quería conocer esa ciudad fundada por Pedro de Heredia allá por 1533. Poco a poco la idea de ese viaje fue tomando forma en mi cabeza y este año ha sido el elegido para visitar ese país bañado por las aguas del Caribe y también del Pacífico.
Antes de comenzar a preparar el viaje tenía en mi cabeza los nombres de Bogotá, Medellín, Barranquilla o Cali. Y por supuesto, de Cartagena de Indias, la perla de Colombia. Tocaba ponerse las pilas para trazar nuestra ruta de viaje a Colombia. Empecé a leer y a apuntar en una lista todos los lugares que quería conocer.
Pero cuando empecé a cuadrar días y distancias hubo lugares que tuve que olvidar. Había que sacar el máximo partido a las dos semanas que íbamos a pasar en Colombia. Quedaron fuera de nuestro itinerario para viajar a Colombia lugares como San Andrés o el Parque de Tayrona. Y para contrarrestar incluimos otros como Santa Fe o Barichara.
Índice del artículo
Itinerario para viajar a Colombia dos semanas
En principio, viendo los precios, los vuelos serían desde Madrid a Bogotá. Buscando, buscando encontré otra opción que me pareció mucho más interesante y un poquito más económica: empezar viaje por Medellín y regresar a Madrid desde la capital del país. Con esos vuelos ya en la mano me puse a cerrar nuestra ruta para viajar a Colombia.
Aquí podréis ver nuestro itinerario por Colombia. Si te ya tienes en mente visitar este atractivo país o al finalizar el post te he animado a viajar hasta este rincón del Caribe, puedes leer también otro artículo con mucha información práctica en el siguiente enlace: Viaje a Colombia, información práctica para recorrer el país.
Día 1. Madrid – Medellín
Dejamos Madrid a las 1 de mediodía. Nuestro vuelo era directo con Avianca hasta Medellín, ciudad en la que aterrizamos a las 17:20 horas tras casi 11 horas de vuelo. Los vuelos internacionales llegan al Aeropuerto José María Córdova situado a 30 kilómetros de Medellín. El control de pasaportes fue rápido, aunque la salida del equipaje se demoró bastante. Allí vino a recogernos un taxi concertado con el hotel en el que íbamos a alojarnos, el Hotel Du Parc. Ya era noche cerrada cuando llegamos a nuestro destino. Tiempo justo para hacer el check in y salir a dar una vuelta por el cercano Parque Lleras, uno de los lugares más animados de la ciudad los fines de semana.
Allí encontramos bares, restaurantes y mucho ambiente. No en vano era sábado y toda la gente guapa de la ciudad parecía haberse reunido allí. Unas cervezas, una cena ligera (en los aviones la comida no está mala, pero no sabemos que tiene que al menos a nosotros nos llena como ninguna otra) y a dormir
Día 2. Medellín
Tras nuestro primer desayuno con arepas pusimos rumbo a los lugares que ver en Medellín. Al estar alojados en el barrio de El Poblado pudimos utilizar el metro (Medellín es la única ciudad que cuenta con este medio de transporte) para desplazarnos hasta varios lugares.
En primer lugar fuimos hasta la estación San Javier. Allí y subimos al Metrocable para llegar al barrio de La Aurora. Uno de los más deprimidos de la ciudad. No bajamos pues nos habían dejado claro que no era un lugar para turistas y las vistas desde el funicular fueron suficientes para ver la otra cara de la ciudad. Esa en la que los rascacielos y las urbanizaciones privadas de lujo dejan paso a casas de ladrillos, madera y uralita. La otra cara de una ciudad moderna que no es capaz de mejorar la forma de vida de todos los que viven en ella.
De nuevo en la estación de San Javier buscamos un taxi para llegar a la Comuna 13, uno de los lugares de visita obligada en Medellín y que merece la pena ver al viajar a Colombia. Se trata de una antiguo barrio marginal que ha sido capaz de reinventarse. Sus muros y casas ahora están cubiertos de coloridos graffitis, la gente camina segura por sus calles y es un buen lugar incluso para sentarse a tomar una michelada mientras se conversa con la gente del lugar.
Nuestra siguiente parada fue el Pueblito Paisa, en el Cerro Nutibara. Una pequeña reproducción de un pueblo paisa en el que se puede ver el interior tradicional de una casa y hasta acudir a misa antes de bajar a los muchos puestos de comida que cada fin de semana se llenan de gente de la ciudad que sube al cerro para respirar algo de aire puro. De nuevo en taxi bajamos al centro de la ciudad para conocer la Plaza Botero. Llena de esculturas de Botero es uno de los lugares que más nos gustaron de Medellín. Allí están también el Palacio de la Cultura y el fabuloso Museo de Antioquia con varias salas dedicadas también a Botero.
Desde allí caminamos hasta el Parque de San Antonio para ver más esculturas de Botero. Es allí donde hacer años hubo un atentado que destruyó una de las obras del artista colombiano: Pájaro de Paz. Esa escultura sigue allí, junto a una nueva que reproduce como era ese pájaro antes de aquel atentado.
Subimos al metro para regresar al Poblado e ir a cenar a un restaurante muy conocido en Bogotá y que ahora también está en Medellín: Andrés Carne de Res.
Día 3. Medellín – Santa Fe de Antioquia – Medellín
Este día dejamos atrás la gran ciudad para ir hasta una de las ciudades coloniales más bonitas de Antioquia: Santa Fe de Antioquia. Llegar a ella fue muy sencillo. Solo tuvimos que ir en metro hasta la estación Caribe. Allí está la Terminal Norte de Autobuses desde donde salen con bastante frecuencia autobuses y furgonetas hacia Santa Fe. Nosotros viajamos en una de las pequeñas furgonetas que hacen el trayecto y el viaje fue de hora y media.
Una vez en Santa Fe disfrutamos de los paseos por la calles empedradas de esta ciudad de casas encaladas con puertas y ventanas de colores. La ciudad se fundó en 1541 y fue sede del gobierno durante casi tres siglos. Hasta que el gobierno se trasladó a Medellín. Hoy la ciudad parece anclada en el pasado. Apenas hay coches y no son muchos los turistas que llegan a ella (al menos entre semana). Nosotros deambulamos por las calles de la ciudad. Nos acercamos a la Oficina de Turismo en la Plaza Mayor. Conocimos el Museo Juan del Corral. Vimos los puestos de artesanía en la Plazoleta de la Chinca y nos sorprendimos con la amplia colección de antigüedades del Hotel Mariscal Robledo.
Por último y antes de regresar a Medellín subimos a un tuk tuk para ir hasta el Puente de Occidente sobre el río Cauca. Fue uno de los primeros puentes colgantes de América y sin duda merece la pena conocerlo al viajar a Colombia por su singularidad y ubicación.
Día 4. Medellín- Guatapé – Medellín
Repetimos el viaje en metro hasta la Terminal Norte pero esta vez para viajar a Guatapé, la ciudad de los zócalos colombiana. Al subir a micro bus le dijimos al conductor que queríamos bajar junto a la Piedra del Peñol. Nos paró allí y tras un breve paseo (cuesta arriba) llegamos a la base de la imponente piedra que destaca en ese paisaje convertido en un embalse en 1979.
Subimos a lo alto de la Piedra del Peñol para disfrutar de las espectaculares vistas de los alrededores. La broma son más de 700 escalones. Al bajar recurrimos a los servicios de un tuk tuk para llegar a Guatapé, la ciudad de los zócalos, una de las más pintorescas que ver al viajar a Colombia. Todo aquí gira en torno a su Plaza Mayor.
Allí está la Oficina de Turismo donde nos dieron un plano con los puntos más destacados que ver en Guatapé. La iglesia, el malecón y bonitas calles con casas decoradas con coloridos zócalos. La más atractiva de todas ellas es la Calle del Recuerdo, una calle peatonal cuyas casas se trasladaron antes de que las aguas del embalse las cubriesen.
Regresamos a Medellín y allí, al llegar a la estación de metro de El Poblado, descubrimos las colas que se forman los días laborales para entrar a este medio de transporte cada tarde.
Día 5. Medellín – Salento
Dejamos atrás la ciudad de Botero para volar hacia el Eje Cafetero. Uno de los muchos lugares dignos de ser conocido al viajar a Colombia. Nosotros aterrizamos en Armenia, y tras ir en taxi hasta la estación de autobuses de la ciudad subimos a un mini bus para llegar a Salento, nuestro destino.
Nada más llegar a nuestro hotel, el Terasu Salento, comenzó a llover. Era una lluvia suave y decimos esperar tomando una cerveza a que escampara. A primera hora de la tarde pusimos rumbo a la Vereda Palestina, un camino que baja unos cinco kilómetros pasando junto a tierras de cultivo y fincas cafeteras. Nosotros llegamos paseando hasta la última de ellas, la Finca El Recuerdo. Allí hicimos una interesante visita guiada en la que aprendimos muchos del mundo del café y de su cultivo.
Para regresar a Salento recurrimos a uno de los Willys (coches todoterreno) que hacen de taxi en este pueblo. Con él llegamos a la Plaza Bolivar desde donde dimos un paseo por la Calle Real y otras coloridas calles de esa zona de Salento. Nos quedamos a cenar allí mismo, y disfrutamos de un deliciosos platos de trucha. Junto con los patacones es una de las cosas que hoy que dejar de probar en esta parte de Colombia.
Día 6. Valle de Cocora – Cartagena de Indias
Este día decidí madrugar y antes del desayuno ya estaba recorriendo las calles de Salento. Fue la única forma de poder ver la Calle Real con todas las coloridas puertas de sus casas cerradas. Y es que a primera hora de la mañana los comercios abren y la calle se llena de gente. A la vez que las puertas quedan tapadas por las mercancías que los comerciantes cuelgan de ellas.
Tras el desayuno regresamos a la Plaza Bolivar para ir en un Willys hasta el Valle de Cocora, uno de los lugares que no hay que dejar de visitar al viajar a Colombia. Fue una mañana de nubes y niebla. Pero eso no logró restar encanto a este lugar en el que crecen las palmas de cera, símbolo de Colombia.
De regreso en Salento subimos hasta el Alto de la Cruz. Un estupendo mirador sobre el pueblo y desde el que un camino lleva a otro mirador: el que se asoma al Valle de Cocora. Ya solo nos quedaba recoger nuestro equipaje para ir hasta la estación de autobuses. Desde allí nos fuimos a Pereira, ciudad desde a que volamos a Cartagena de Indias. Ya en nuestro destino pasamos la primera noche en la ciudad en Bocagrande, en el Hotel Barlovento.
Días 7, 8 y 9. Cartagena de Indias – Tierra Bomba – Cartagena
Viajar a Colombia nos daba la oportunidad de pasar unos días de playa en marzo. Barajamos varias opciones, pero lo que más nos gustaba nos obligaba a invertir mucho tiempo en desplazamientos, un tiempo que no teníamos. Por ello al final decidimos pasar un par de noches en Tierra Bomba, una de las islas que cierra el paso de Bocachica hacia la bahía de Cartagena. Allí encontramos algunos hoteles sencillos pero válidos para nuestro objetivo de descansar y leer a la sombra de una palmera.
No tienen nada que ver estas playas con otras del Caribe. Ni grandes arenales, ni bosques de palmeras ni agua turquesa. Por si fuera poco a partir del mediodía se levantaba una incómoda brisa que quitaba las ganas de bañarse e incluso de estar tumbado en la playa. Para que lo sepáis, esta brisa sopla en Cartagena desde diciembre a marzo, justo antes de que lleguen las lluvias.
El tercer día en Tierra Bomba lo aprovechamos hasta primera hora de la tarde. Dejamos el Hotel Fenix Beach Cartagena en barca para regresar a tierra firme. En el muelle esperamos a que pasara algún taxi para ir al centro histórico de la ciudad. Hicimos el check in en el Hotel Santa Catalina y tras cambiarnos de ropa salimos a recorrer la muralla de la ciudad. Un gran paseo que nos llevó hasta Getsemaní, el barrio de moda de Cartagena. Allí cenamos y regresamos paseando al hotel.
Día 10. Cartagena de Indias
El primero de los dos días completos que pasamos en esta ciudad colonial lo dedicamos a conocer su centro histórico. Recorrimos cada una de las plazas que hay que ver en Cartagena.
Visitamos algunas de sus más importantes iglesias, como la de San Pedro Claver y llegamos paseando hasta el barrio de San Diego. Un lugar tan atractivo como el centro pero con menos turistas deambulando por sus calles. No dejamos tampoco de conocer la preciosa Catedral de la ciudad ni de visitar el museo que aloja el antiguo Palacio de la Inquisición.
A la hora de cenar no dudamos en regresar a Getsemaní. Un barrio con atractivos restaurantes y bares pero mucho más tranquilo que el centro histórico de la ciudad. Y tan solo hay un paseo de 10 minutos entre ambos barrios.
Día 11. Cartagena de Indias
No hay duda de que una de nuestras razones para viajar a Colombia era visitar esta ciudad. Y pasar menos de dos días en ella hubiera hecho imposible visitar todos los lugares por los que pasamos. Este segundo día caminamos hasta el Castillo de San Felipe. El mayor de los fuertes construidos por los españoles en las colonias.
Finalizada la visita volvimos sobre nuestros pasos para conocer de día un barrio que solo habíamos visto por la noches: Getsemaní. Aprovechamos para tomar una limonada con coco antes de poner rumbo a los pocos lugares que nos quedaban por conocer en la ciudad: las bóvedas y la Casa Museo Rafael Núñez.
Dedicamos la tarde a escribir y enviar unas postales (que han tardado meses en llegar a su destino) y dar un último paseo antes de disfrutar de la última cena en la ciudad. Y sí, lo habéis adivinado, regresamos también esta última noche a Getsemaní.
Día 12. Cartagena de Indias – Barichara
Dejamos temprano nuestro hotel para poner rumbo al aeropuerto. Volamos hasta Bucaramanga, el aeropuerto más cercano a Barichara, una ciudad que al viajar a Colombia tuve claro que quería conocer. En el aeropuerto nos esperaba Jorge, un conductor que habíamos contratado para un par de días. Descubrimos que aunque no iba a ser barato tener un coche era la mejor forma de aprovechar el tiempo en los lugares que íbamos a visitar.
Una vez en Barichara dejamos las maletas en Casa Barichara, el coqueto hotel para esa noche, y salimos a conocer este precioso y tranquilo pueblo lleno de cuestas.
El color amarillo de la piedra típica de la zona les vale a los habitantes de la ciudad el apelativo de patiamarillos. Un nombre de los más curioso. Recorrimos el pueblo calle arriba, calle abajo. Nos tomamos unas micheladas y al atardecer pusimos rumbo al paseo de los miradores. Dicen que el atardecer rosado de Barichara es precioso. Nosotros no tuvimos buena suerte y el cielo se nubló privándonos de la esperada puesta de sol.
Con la ciudad bajo la luz de la luna buscamos un lugar para cenar y descubrimos que excepto en un par de locales de la ciudad ¡¡¡en el resto no admiten tarjetas de crédito!!! Así que nos gastamos los pocos pesos que nos quedaban en cenar en un sencillo local que nos encantó: La Peñita.
Día 13. Barichara – Villa de Leyva
Tras un delicioso desayuno en el jardín de nuestro hotel salimos de nuevo a las calles del pueblo. Entre los lugares que ver en Barichara aprovechamos para visitar varias tiendas de artesanos, el cementerio y las dos iglesias que encontramos cerradas la tarde anterior. También llegamos hasta el mercado antes de volver al hotel. Allí habíamos quedado con Jorge para salir rumbo a Villa de Leyva, otro de esos pueblos coloniales que conocer al viajar a Colombia.
El viaje fue cansado. Varias horas subiendo y bajando montañas, viendo a los cóndores volando sobre nosotros, atravesando campos de cultivo. Al final, ya entrada la tarde llegamos a nuestro destino. Jorge nos dejó en la puerta de Casa Provenzal, el hotel boutique para esa noche en Villa de Leyva. Desde allí salimos a pasear por la calles empedradas de este pueblo de casas blancas que presume de tener la plaza más grande de Colombia.
Día 14. Villa de Leyva – Bogotá
El desayuno que nos prepararon en nuestro hotel esa mañana tenía el sabor de las cosas hechas con cariño. Desde los huevos pericos a la fruta, todo estaba delicioso y presentado con esmero. Teníamos toda la mañana para recorrer este pueblo colombiano de modo que salimos a conocer Villa de Leyva.
Paseamos sin rumbo hacia la Plaza Mayor, la más grande que podréis ver en Colombia. En nuestro paseo paramos en el Parque Ricuarte. Allí pudimos visitar el Museo Antonio Ricuarte ubicado en la casa natal del héroe independentista.
Pudimos conocer también otros pequeños museos: la Casa Museo Antonio Nariño y la Casa del Primer Congreso. Nos sorprendimos ante el tamaño de la Plaza Mayor y probamos los besos de novia, unos dulces típicos de Villa de Leyva.
A las dos de la tarde estábamos en la estación de autobuses, desde ella salimos rumbo a Bogotá, la capital de Colombia. Nos dijeron que el viaje duraría algo menos de tres horas. Pero el atasco para entrar en la ciudad era tan grande que el viaje al final duró cuatro horas.
Llegamos a nuestro hotel en el barrio de La Candelaria agotados por tantas horas encajados en el minibus y deseando salir a dar una vuelta antes de cenar. El barrio estaba muy animado (era viernes noche), había gente por todas partes. Pero tanto nos habían avisado de la inseguridad en la ciudad que no quisimos alejarnos demasiado de nuestro alojamiento.
Cenamos en Sanalejo, un agradable local de cocina colombiana, sentados junto a una chimenea (en Bogotá hace frío en cuanto cae la noche). Nos recomendaron este lugar en el hotel y sin duda yo también os lo recomiendo, tanto por el local como por la comida y el servicio.
Día 15. Bogotá
Para mi la capital de colombiana no es la más bonita del país. Pero si decides viajar a Colombia creo que merece la pena pasar al menos un día en ella. Eso el lo que hicimos nosotros, aprovechando nuestro último día en el país. Dedicamos todo el día a recorrer Bogotá antes de irno,s al caer la noche, al aeropuerto.
Empezamos nuestro recorrido subiendo al Cerro de Monserrate, uno de los lugares más populares que ver en Bogotá. Allí además de poder la iglesia que el lugar de peregrinación disfrutamos de las magníficas vistas sobre la ciudad. Nosotros subimos en el funicular, pero más de uno se anima a llegar a lo alto del cerro caminando.
Continuamos nuestra visita por una de las zonas de Bogotá famosa por su arte urbano: el Chorro de Quevedo y el Callejón del Embudo. Desde allí fuimos recorriendo las calles del barrio más atractivo de la capital de Colombia, la Candelaria. Allí encontramos el Museo Botero, la Plaza de Bolivar y algunos edificios coloniales en distintos estado de conservación.
Una de las visitas más interesantes que se pueden hacer en Bogotá es al Museo del Oro. Allí disfrutamos de nuestras últimas horas en tierra colombiana antes de emprender viaje a casa y dejar atrás un atractivo país que sin tener ningún monumento representativo como ocurre en otros países consigue con sus paisajes, sus ciudades coloniales y su amable gente conquistar a quien lo visita.
Mapa de Colombia
Viajar a Colombia por tu cuenta
¿Te animas a conocer Colombia por libre? Pues empieza aquí a organizar tu viaje.
- Busca tus vuelos. Yo siempre los busco en el metabuscador en el que desde hace años encuentro los mejores precios: Skyscanner.
- Encuentra hoteles al mejor precio: Booking.
- Reserva las mejores excursiones, traslados y visitas: Civitatis.
- No olvides contratar tu seguro de viaje con un 5% de descuento: MONDO.
13 comentarios
¡Hola Kris!
Reconozco que pensaba que un itinerario de dos semanas por Colombia, que es un país bastante grande y con muchas cosas que ver, iba a ser bastante más “rápido”, pero me ha sorprendido muy gratamente ver que os dio tiempo a visitar la mayoría de lugares importantes, y tampoco da la sensación de que os tocara correr de aquí a allá.
De los lugares donde estuvisteis, ¡me ha alucinado Guatapé! El peñón es increíble y, las casitas de colores, ideales.
El valle de Cocora me parece una preciosidad, y ver esas palmeras en la nieble seguro que fue un momento mágico.
Barichara y la Villa de Leyva no las conocía, y creo que merecen la pena.
Respecto a Cartagena de Indias, ¿lo recomendarías más para visitar un par de días o tres, o para una estancia más larga disfrutando de las playas?
¡Un abrazo!
Hola Paula. La verdad es que nuestro viaje fue tranquilo, pudimos disfrutar de cada lugar con calma y sin correr en ningún momento. En cuanto a Cartagena, pues mira, cómo ciudad es preciosa, pero está tan masificada que yo me quedaría allí el tiempo justo. Además sus playas no valen mucho, mejor dejar la ciudad atrás y buscar playas más bonitas en Tayrona o las islas.¡Un abrazo!
Qué itinerario más completo! Como dices Colombia es un país con distancias enormes y 15 días puede ser muy poco tiempo, pero lo veo muy bien aprovechado. Tengo muchas ganas de ir por allí! Y seguramente también tendré que ir para 15 días. ¿Son muy caros los vuelos locales? ¿Los contrataste allí o con antelación? ¡Muchas gracias!
Los vuelos internos son muy baratos. En algunos hay límite de equipaje facturado (y las cabinas son tan pequeñas que no puedes llevar nada dentro, salvo un pequeño bolso). Eso sí, lo que se paga por kilo de exceso es tan poco que no merece la pena hacer rompecabezas con lo que se mete dentro de la maleta. Nosotros compramos todos los vuelos con antelación, tenía clara la ruta y prefería evitar sustos de última hora por no conseguir vuelo 🙂
Me pasa como a tí, como todavía no me he planteado viajar a Colombia (tengo ganas, pero no ha llegado el momento) me rondan exactamente los mismos pueblos y ciudades por la cabeza.
Desconocía, por ejemplo, qué ver en los alrededores de Medellín, como Santa Fe de Antioquia o Guatapé, aunque sí que sabía que la Piedra del Peñol estaba en Colombia, pero no dónde exactamente.
Cartagena de Indias parece un paraíso ideal para dejarlo hacia el final del viaje como has hecho tú.
Muchas veces la capital de un país no es la mejor ciudad para visitar, como parece que es el así de Bogotá, pero dedicarle un día al menos parece buena idea.
Saludos y gracias por poner un poco de luz a “mi Colombia”, esa que me va y viene por la mente de vez en cuando.
Hola Kris, tu viaje a Colombia me ha abierto muchas luces, con ello y por el tiempo y fechas que dispongo he pensado hacer el siguiente recorrido (obviando la costa, lo de Cartagena y su masificación ya lo tenía decidido). Iría en abril, en Semana Santa y Pascua. Llegó el 7 y salgo el 18. Estoy pensando en llegar a Medellín y salir de Bogotá. Haciendo 3 dias Medellín para ver Santa Fe y el Penol. Bajar al eje cafetero, valle de coocora y salento otros 3 días. De ahí a Popayán, Silvia otros 2 ó 3 días según traslados. Y terminar haciendo tu preferida Barichara, Leyva, saliendo de Bogotá.
Veo que hay vuelos internos, pero te parece adecuado el itinerario, tiempos? hay algo que se me está pasando? Esk veo que todo es un poco apurado…
Muchas gracias de antemano.
Hola Sara. Muy buena tu ruta. Yo creo que puedes hacerlo sin problema, y además sin correr y con tiempo para disfrutar de todo. Ten en cuenta que alguna parte del viaje (Barichara, etc) tendrás que hacerla en transporte privado si quieres aprovechar bien el tiempo. En ese tramo, si te decides por transporte público para todo ten en cuenta todos los cambios que tienes que hacer y el tiempo que ello te puede suponer. Cualquier duda ya sabes dónde localizarme. Un saludo y ¡¡buen viaje!!
Hola Kris,
Qué días tan bien aprovechados 🙂 Colombia es un país enorme con muchísimas cosas por ver, pero veo que has hecho un poco de todo: pueblos, ciudades, mar y montaña.
Nosotros estuvimos hace dos años y además yo soy de allí, así que tomamos nota de tu itinerario por Barichara y Villa de Leyva para cuando volvamos, que es una zona del país que no conocemos aún. Lo que comentas de las playas de Cartagena, es una lástima que no las hayas podido disfrutar, pero realmente en el país son más famosas las de Santa Marta o las islas como San Andrés y Providencia, aunque es verdad que te quita mucho más tiempo.
Si vuelves a viajar a Colombia, te recomendamos muchísimo un tour por los pueblitos del eje cafetero, son encantadores.
¡Un abrazo!
Sin duda viajar a Colombia ofrece infinidad de oportunidades. Nosotros estuvimos en el eje cafetero, pero solamente tuvimos tiempo para disfrutar de Salento (nos encantó). En cuanto a las playas, sabíamos que Santa Marta o las islas eran mejores, pero por cuestión de tiempo tuvimos que quedarnos en una ni mucho menos tan bonita como nos hubiera gustado. Un abrazo y buen semana.
Viajar por Colombia y recorrer sus destinos mas turísticos es algo que tenemos que hacer. todos los colombianos y extranjeros. Conocer que lugares visitar es indispensable para comenzar la aventura. Recorrer el eje cafetero y sus mejores lugares como panaca, Parque del Café , Filandia, visitar el Nevado del Ruiz en Manizales te va a encantar, espero que cualquier persona que visite este bonito pais le quede gustando
Hola, Andrés
Me encanto Colombia, me sorprendió muy gratamente el interior del país, el Eje Cafetero y pueblos como Barichara. Te aseguro que no me importaría regresar a tu país y seguir conociendo sus maravillas. Un saludo.
Me encanta Colombia , me parece un país lleno de magia y colores.
Para nosotros Colombia fue un gran viaje.