Son muchos los atractivos naturales de los que podemos disfrutar en la Serranía de Cuenca. Pero más allá de ellos hay lugares tan singulares como el pintoresco pueblo de Valdemeca. Una localidad que ha sabido reinventarse para colarse en la lista de cosas que hacer en la serranía conquense gracias a su paisaje ilustrado.
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El paisaje ilustrado de Valdemeca
Este paisaje del que os hablo es un proyecto apoyado por ayuntamientos y asociaciones del que se puede disfrutar en Valdemeca y en otros pueblos de la comarca (Cañete y Huerta del Marquesado). Obra del artista Luis Zafrilla, la idea de las obras que forman parte del paisaje ilustrado es transmitir la cultura popular. Acercar a los visitantes los modos de vida de tiempos pasados, no tan lejanos, pero poco a poco van quedando en el olvido.
Juegos, fiestas y personajes ligados a la vida de Valdemeca toman forma en esculturas de acero de dos dimensiones, pintadas y a escala real. Oficios de siempre, costumbres que las gentes del pueblo aún recuerdan y rostros de los propios vecinos. Así son las obras que forman parte de este paisaje ilustrado que ver en Valdemeca. Una interesante atracción de la que no hay que dejar de disfrutar si estamos en la Serranía de Cuenca, ya sea para ver la Laguna de Uña o el nacimiento del Río Cuervo.
Dónde están las obras del paisaje ilustrado de Valdemeca
Las 22 esculturas que forman parte de modo permanente de este paisaje ilustrado están repartidas por las calles del pueblo y por los alrededores. Una ruta de 2 kilómetros lleva al visitante a pasar por cada una de ellas. El lugar por el que comenzar la ruta depende de cada uno, pero es conveniente pasar antes de empezar por el cártel que hay junto a la carretera. En él se puede ver el trazado de la ruta y el nombre y ubicación de cada una de las esculturas.
Las esculturas del paisaje ilustrado
Ya os decía que las esculturas del paisaje ilustrado de Valdemeca representa escenas reales de las que los que vecinos aún os pueden hablar y explicar curiosidades. Desde que vecino sirvió como modelo para el rostro de una figura a cómo eran los juegos de los que disfrutaban no hace tanto las gentes del lugar.
En nuestro caso tuvimos la suerte de realizar la ruta acompañados por Moisés, vecino y coleccionista de curiosidades, y de Jaime , de la empresa Ecoturismo Cuenca. Entre ambos nos contaron muchas curiosidades de todo lo que iba a apareciendo antes nuestros ojos.
Aunque no pudimos terminar la ruta porque comenzó a llover y se hacía de noche, si pudimos ver casi todas las esculturas. Ahora os hablo un poquito de ellas y os dejo algunas fotos que os ayudarán a entender la magia de este paisaje ilustrado.
La pareja
Aunque no es la escultura más lógica para comenzar la ruta (por ubicación, no por tema) nosotros fue la primera a la que prestamos atención. A esa pareja de la Guardia Civil, dos hombres a los que no les falta ni el fusil ni el tricornio. Dos personajes a los que tenían tanto miedo los vecinos como ellos a los maquis que tras la Guerra Civil se escondían en la sierra.
Los gitanos llegan a Valdemeca
Una carreta, la madre, unos niños, el fuego y la cazuela. Personajes todos relacionados con aquellas familias nómadas que iban de pueblo en pueblo, se asentaban en los prados mientras el cabeza de familia hacía su trabajo, casi siempre el de arreglar aquellos objetos rotos que no era sencillo reponer, desde cántaros a cestos. Una forma de vida dura a la que se rinde merecido homenaje en el paisaje ilustrado de Valdemeca.
Jugador de bolos
En esta llamativa escultura de tamaño, algo mayor que la escala real, se puede ver la figura de un hombre jugando a los bolos. Pero no a los de las modernas boleras. En este juego del que siguen disfrutando en algunos pueblos de la zona, el objetivo era tirar tres palos (los bolos) al lanzar una pesada bola de madera.
Albentando
Yo siempre había escuchado la palabra aventar, que viene ser lo mismo que albentar. Es decir, la acción de separar la paja del grano. Que es lo que hacen los protagonistas de esta escultura de Valdemeca.
Rulando yeso
Una de las esculturas más singulares del paisaje, sobre todo porque sirve para entender cuál era el proceso para obtener yeso. Un material que se extraía en la mina, que se quemaba en la especie de horno que se puede ver junto a la escultura y que más tarde se molía con un pesado rodillo de piedra del que tiraba una mula.
Las abuelas de Valdemeca (o no)
Es una divertida escultura con la que los visitantes pueden interactuar prestando a las abuelas sus caras. Dos mujeres ataviadas con mantón y pañuelo a la cabeza que dejan de ser de Valdemeca en el momento que alguien coloca su rostro y sus manos en el que lugar que deberían estar los de ellas.
A San Roque
No hay pueblo que se precie que no tenga su patrón y su procesión. El de Valdemeca es San Roque, y junto a las pistas deportivas del pueblo se puede ver la escultura en la que cuatro vecinos (de los que Moisés no dio los nombres reales) portan al santo durante la procesión.
Los juegos de Valdemeca
En La Dehesilla, un espacio natural que sirve también de merendero, se han agrupado varias de las esculturas del paisaje ilustrado relacionadas con los juegos. Desde la estornija (un juego “de chicas” en el que tiraban un palo al aire y había que cogerlo con el mandil) al estiragarrote (en este caso un juego masculino en el que no sabemos si valía más la fuerza o la maña).
También en este espacio están las esculturas que representan curiosos juegos como el trabajasapos, el arracatecepas o el tieso. No falta uno que es bastante conocido por todos. Yo no sé si en todas partes se le llama igual, pero en Valdemeca se le conoce como la péndola y consiste en que unos van saltando sobre la espalda de otros que esperan agachados para colocarse en la misma posición por delante de ellos. Con la foto de más abajo, seguro que sabéis de lo que os hablo.
El serón de coles
Continuando la ruta por el paisaje ilustrado de Valdemeca se llega a esta escultura en la que, a pesar de haber perdido parte del color, aún se intuye la nieve y se siente el frío por la forma de arroparse de la madre que tira de la mula que lleva un niño y el serón de coles.
La cabra de Valdemeca
La siguiente escultura que se cruza en nuestro camino representa una estampa que se puede ver en cualquier prado con ganado: una cabra que se sujeta sobre sus patas traseras para alcanzar las apetitosas ramas de una arbusto.
Las bicicletas
Una de la esculturas más singulares de Valdemeca. Aquí las figuras y el perfil del pueblo se intuyen más que se ven dentro de lo que parece un gran cuadro cuyas protagonistas son una par de niñas paseando en bicicleta.
Tarde de toros en Valdemeca
La lluvia nos hizo acelerar nuestro recorrido por el paisaje ilustrado obra de Luis Zafrilla. Dejamos atrás tres obras (La paer, A cavar y El encuentro) para llegar a la más grande de las obras escultóricas de Valdemeca. La que representa una tarde de toros con todos los elementos típicos de una plaza y unas fiesta. Lo más curioso, sin duda, es que gran parte de los rostros representan a vecinos de la localidad. Algunos de ellos, cuando eran niños.
La ruta termina con dos obras que en nuestro caso vimos desde el coche, ya que están junto a la carretera que cruza el pueblo. Se trata de La comitiva (con figuras que representan al gobierno de Valdemeca y a la orquesta del pueblo) y La Joya (una carrera con años de tradición que antiguamente se realizaba por el campo y ahora se hace por la carretera).
Moisés y su escultura
Por último, mencionar de nuevo a Moisés, nuestro cicerone principal en Valdemeca. Junto a su casa, taller y museo se puede ver también una escultura que le representa (aunque la verdad es que yo le veo más joven en persona que en la obra). Si tenéis la suerte de dar con él, no dudéis en preguntarle sobre el pueblo, sus tradiciones y el paisaje ilustrado. Con suerte, puede que incluso os enseñe su colección de enseres curiosos. Un pequeño viaje a unos tiempo no siempre tan lejanos.
Otras cosas que hacer en Valdemeca
Por su ubicación, este pueblo es una buena base para conocer diferentes lugares de la Serranía de Cuenca. Hay un centro de interpretación sobre este Parque Natural en el pueblo. No siempre está abierto, pero en el caso de que vuestro paso por Valdemeca coincida con sus horarios de apertura, no dudéis en acercaros a pedir información.
Una curiosidad de este pueblo de Cuenca es que en él hay una vinoteca, la única de la serranía. Es un espacio de encuentro dirigido por un chileno amante del buen vino. Después de vivir en diferentes lugares, ha decidido junto a su familia que Valdemeca es un lugar perfecto para trabajar y vivir. Y ahí está, detrás de una barra, rodeado de vinos del mundo, deseando compartir buenos ratos con todo el que pasa por su local.
Merece la pena alojarse en esta comarca de Cuenca. Es un lugar tranquilo y buena base para conocer algunos lugares de interés de la serranía. Ya sea en Valdemeca o en los pueblos cercanos, se pueden encontrar bonitas casas rurales para disfrutar de una fantástica escapada. Yo os dejo unas opciones que me parecen perfectas.
- La Lagunilla. Una preciosa casa rural en Laguna del Marquesado, con capacidad para hasta 4 personas.
- Casa Rural Castellanos. En Huélamo se encuentra esta casa rural con 3 dormitorios y una fantástica chimenea para los días más fríos.
- Casa rural El Moral. Otra casa rural, en este caso en Huerta del Marquesado, con capacidad para 6 personas.
Y por supuesto, si os gusta conocer este tipo de lugares, os invito a leer el post sobre el Parque Natural del Alto Tajo en el que encontraréis un montón de actividades que hacer en la atractiva y desconocida provincia de Guadalajara.