No es raro encontrar en los foros y RRSS artículos respecto a los viajeros, los turistas y a las supuestas diferencias entre ambos. Sinceramente y aunque decir esto seguro que genera críticas, la mayor parte de las cosas que leo me parecen una verdadera chorrada. Es probable incluso que alguno piense que digo esto porque debido a mi forma de viajar no estoy en el grupo que toda esa gente define como “viajero”, pero la verdad es que a estas alturas de la historia me da igual lo que el resto quiera imaginar. Constantemente se habla de que el viajero es aquel que lleva poco equipaje, duerme en sitios básicos y utiliza como medio de transporte las opciones de bus, tren y otros medios que no sean transporte privado. Incluso he llegado a ver compartidas en algunas redes sociales fotos que ilustran estas diferencias entre el viajero y el turista.
Llevo viajando muchos más años que la mayoría de toda la gente que encuentro en las RRSS, cuando algunos empiezan a querer comerse el mundo… yo hace tiempo que me lo comí. He viajado muchos años con la tienda de campaña, he pasado frío, sufrido inundaciones mientras dormía, me he asado de calor allí metida…. pero yo seguía adelante. Quería viajar y si quería aprovechar todo el tiempo libre del que disponía mi presupuesto no daba para más. Me movía siempre en transporte público o con mi coche y jamás pasaba por cabeza la idea de subirme a un taxi.
Los años fueron pasando y mi economía mejorando. Empecé a alojarme en hoteles, a contratar coche privado para poder aprovechar a tope el tiempo en mi destino y de ese modo no pasarme horas y horas de bus en bus o en busca de un tren en lugares como India, Myanmar o Indonesia.
¿He dejado por ello de ser la viajera que era antes? Ahora sigo soñando en subir a una montaña, descalzarme para entrar en un templo, sentarme a intercambiar sonrisas con los niños de alguna aldea perdida en vete a saber que lugar del mundo…. pero ya que me puedo pagar un buen hotel, ¿por qué voy a elegir un hostal en el que seguramente no tenga aire acondicionado y me pase la noche en vela llegando agotada a la mañana siguiente? ¿Querer eso me convierte en eso que muchos llaman despectivamente “turista”?
Mi vida viajera consiste en elegir uno de esos destinos que llevo tiempo soñando visitar, documentarme al respecto, organizar la ruta del modo más adecuado para los días de los que dispongo (que normalmente son menos de los que yo quisiera), buscar alojamiento, ver si me puedo mover en transporte público para llegar a todos los rincones que deseo o si en ciertos casos contratar un coche me facilita las cosas y me ahorra tiempo. Y cuando llega el día de la salida, cierro mi maleta (no llevo mochila, otra decepción para muchos) y me marcho casi siempre en transporte público al aeropuerto.
Una vez en destino suelo conocer ciudades, camino mucho, me paro mucho más para charlar con la gente o hacer fotos (algunas con la cámara, pero ahora otras con el palo selfie que es la única posibilidad de conseguir una foto con mi pareja porque la mayoría de los viajeros con los que me cruzo suelen tener poca maña con una cámara de fotos), me tapo para entrar en unos templos o me descubro los pies para entrar en otros, pruebo todo tipo de comida, subo a trenes, al metro o incluso en motos con los locales, intento adecuar mi vestimenta al lugar que visito…. pero claro, luego duermo en un buen hotel.
Visto esto, ¿yo qué sería? ¿Turista o viajera?
Sinceramente creo que el tiempo de los grandes viajeros pasó hace mucho, fue aquella época en la que la gente salía a descubrir lugares inexplorados, a abrir las sendas que hoy el resto seguimos creyendo que somos como ellos, aunque por desgracia hoy quedan pocos sitios que uno no hay visto antes aunque solo haya sido en una foto o un documental.
Con todo esto solamente quería hacer ver que el lugar donde uno se aloje o como lleve su equipaje no nos convierte en nada concreto. Es la actitud y el modo de entender un viaje lo que en cualquier caso nos puede incluir en un grupo u otro. No siempre viajar por libre y con la mochila al hombro hace a una persona ese viajero aventurero que uno imagina, ni pasar la mayor parte de tu tiempo de viaje en trenes y buses te muestra más de tu destino que a aquel que fue en su coche privado y pudo disfrutar más las ciudades o pueblos por los que pasó… Sencillamente, unos eligen un modo de hacer turismo, otros algo diferente. Y ninguna forma es mejor que la otra, solamente son distintas y muchas veces elegir una u otra es cuestión de dinero…
Por último y para resumir os dejo la definición de TURISTA de la Real Academia Española. Creo que con esto sobrarán ya muchas discursiones y comentarios sobre esta tema… porque nos guste o no, si viajamos por placer somos eso: un turista entre otros turistas.
TURISMO
(Del ingl. tourism).
1. m. Actividad o hecho de viajar por placer.
2. m. Conjunto de los medios conducentes a facilitar estos viajes.
3. m. Conjunto de personas que realiza este tipo de viajes.
11 comentarios
A mí también me mosquea a veces. Pienso: “Llevo años detrás hasta haber conseguido un poco de comodidad”
Pero luego reconozco eso, que todos somos turistas. Creo que la diferencia no está en el nombre, ni en la forma de recorrer un destino (con más o menos tiempo y dinero).
La diferencia está en la actitud. Y ahí si que todos vemos “turistas” (dicho con tonillo despectivo).
Son aquellos que viajan para colonizar. Para hacer continuas comparaciones y poder decir que en su casa se está mejor. Son los que quieren que les lleven del hotel al monumento de turno, hacer las fotos y volver rapidito a la piscina. Y si les pudiesen traer las fotos con ellos puestos, se ahorraban la excursión.
Viajero no es una etiqueta. Es un sentir propio. Yo me considero viajero de alma. Viaje o no.
Genial comentario Javier. Pero viajeros o turistas, lo importante es respetar a cada uno y su modo de querer recorrer el mundo, incluso a esos que como dices, van del hotel al monumento, hacen las tres fotos de turno y siguen camino sin más. Yo quisiera decir que soy viajera, porque así me siento, pero no me importa realmente la etiqueta, lo que me molesta es que haya gente que si no viajas de albergue en albergue y usando solamente transporte público ya se crean en el derecho a sentar cátedra diciendo que eso no es ser viajero. Un abrazo.
Comparto tu mirada sobre este debate absurdo. Yo he ido bien pocas veces en tienda de campaña y compartiendo habitaciones con 8 desconocidos, pero ahora ya solo lo haría en caso de necesidad. Eso no quiere decir que me siga gustando compartir transporte pçublico, sentarme a hablar con los lugareños y comer donde ellos lo hacen.
Hay mucho “supuesto viajero” que, una vez en el destino, se gasta más en cervezas que en pagar para ver los monumentos más importantes.
Ay le has dado Jordi… me cruzo medio mundo pero no entro a ver el Taj Mahal o la Ciudad Prohibida porque es muy caro. Igual es que para ellos viajar es solamente sentarse a alternar con los oriundos del país.
A mí me da igual cómo me llamen, la verdad. Jajajajaa, estoy pensando que lo tienen chungo para definirme, jajajajaaja!! Yo llevo una mochila del cole con ruedines de las de los niños. Ahí queda eso. Es que me repele facturar, y lo de que tenga ruedas y se pueda llevar a los hombros es muy práctico. Lo de las tiendas de campaña lo superé a los 12 años con el último campañento de verano. No me molan. Pero sí que me voy a un ashram y duermo en el suelo. O alquilo una habitación en casa de alguien – a ver si subo el artículo de Susa, qué casa tan bonita!! El palo de selfie no me hace falta porque viajo sola, pero no veas cómo pesa la réflex para autofotearte, jajaja. Hala, venga, ¿dónde me se encuadra? Cuánto esnobismo y cuánta tontería. ¿Pues no me incluyó un tipo, al que no conocen ni en su casa, entre los blogs que le quitan las ganas de viajar porque dice que si voy de espiritual y que si estoy pagando a alguien o no sé qué historia, dando a entender poco menos que estuviera en una secta? A la gente le gusta criticar y desvirtuar a los demás, les conozca o no. Pues a sonidos insolentes de gargantas ignorantes, trompas de eustaquio en estado de letargo.
Jajajaja…. espero que no hagas oídos sordos cuando nos veamos y te hable… por eso de las trompas en letargo. 😉
No podíamos estar más de acuerdo con tu reflexión. Todos somos turistas y todos somos viajeros. ¿La diferencia está en la forma de vestir o en dónde se aloja uno? ¿Es mejor el que va con mochila y peor el que va con maleta? Nosotros pensamos que no, en absoluto.
Eso de poner etiquetas es una soberana tontería y lo importante es conocer el destino, sus gentes y sus costumbres. Lo demás sobra.
¡Saludos! ?
Menos mal que encuentro gente que piensa como yo… porque ya estoy un poco cansada de esa moda de ponerse etiqueta de viajero denostando al resto si no hace las cosas como tú. Un abrazo.
Yo me considero viajera porque viajo. Allí lo dejo. 🙂 Depende del viaje lo hago con mochila o con maleta. Si pudiera ir a hoteles donde pudiera ducharme descalza también lo haría, pero no me da el presupuesto y por eso no soy más guay! Pienso que lo importante es ir para conocer el lugar, su gente su cultura, no la forma en que lo hagas.
Luego también he leído mucho que el auténtico viajero es el que visita lugares no turísticos… Si es así prefiero no ser una auténtica viajera porque ir a la India y no ver la Taj Mahal, por poner un ejemplo pues no. Eso no quiere decir que luego no descubra otros rincones.
Efectivamente, lo importante es ir, aprender y no creerse más que nadie por ninguna razón, ni por viajar en cinco estrellas ni por comer en los puestos de la calle. Gracias por tu opinión. Un saludo.
Magnifico este articulo, me encanto. viajar forma parte de nuestra vida y nuestro crecimiento.
Salu2
Sofía