Se acerca el verano y con él llega el momento de vacaciones para muchos de nosotros. Yo personalmente soy amiga de viajar fuera de temporada buscando siempre la mejor época para conocer mi destino. Pero muy cerca de Madrid, mi lugar de residencia, hay un lugar que se puede visitar todo el año: las Islas Canarias. Y aunque sean muchos los turistas nacionales y extranjeros que elijan los meses de julio y agosto para conocer algunas de esas islas yo preferí viajar a una de ellas en el mes de Octubre, cuando los días aún son cálidos y permiten disfrutar del mar y la playa. Nosotros elegimos la isla de Tenerife y para alojarnos una hotel en Costa Adeje, cerca la Playa del Duque.
La verdad es que tanto el hotel (Sheraton La Caleta) como la playa me parecieron geniales. Cierto que esta última no es como algunas de la Península por las que se puede pasear casi entre una población y otra. La playa a la que nosotros fuimos era pequeña, pero muy limpia y de esas que miras y piensas lo bonita que es,, ya sea por los hoteles que hay detrás de ellas, la roca con vegetación que cierra por uno de los lados o las sombrillas y casetas que parecen parte de un decorado. Eso si, aquello era guirilandia, un día no escuchamos a un solo español a nuestro alrededor mientras estábamos disfrutando del sol.
El mar era una delicia, con aguas cálidas y limpias que invitaban a bañarse. Fuera, una temperatura perfecta, calor, pero sin ser agobiante. Pero hubo algunos días que el tiempo no acompañó para ir a la playa, ya que amaneció un cielo cubierto y en algunos momentos incluso fuertes lluvias. Como nosotros habíamos alquilado un coche para la nuestra semana de estancia, aprovechamos ese par de días para conocer algunos lugares de la isla.
El primero pusimos rumbo a San Cristobal de la Laguna, probablemente la ciudad más bonita de la isla y declarada Patrimonio de la Humanidad. Se trata de una ciudad colonial, pero que curiosamente no está amurallada como suele ser habitual. Su plano sirvió como modelo para la construcción de varias ciudades coloniales sudamericanas. Recorriendo La Laguna se pueden ver la Catedral, iglesias y conventos, un drago milenario o el instituto donde estudió Pérez Galdós. Muchas de sus casas han sido restauradas y lucen llenas de color y como nuevas, pero por desgracia hay otras que si nadie hace algo para evitarlo terminarán perdidas para siempre.
En la ruta entre Costa Adeje y La Laguna merece también la pena visitar la Basílica de Nuestra Señora de Candelaria, patrona de Canarias, ubicada junto al océano e importante lugar de peregrinación.
El siguiente de esos días lluviosos pusimos rumbo al norte de la isla. Nuestro destino era La Orotova, otra de esas ciudades peculiares que ver en Tenerife. Lo mejor de esta ciudad, además de sus famosas casas señoriales cuyo interior se puede visitar ya que la mayoría se han convertido en tiendas y restaurantes, son las vistas que regala desde algunos lugares desde los que se disfruta de una preciosa imagen del Valle con el Puerto de la Cruz al fondo.
El regreso al hotel lo hicimos por el centro de la isla atravesando el Parque Nacional del Teide, sin duda la joya de Tenerife. No tuvimos suerte ya que el cielo estaba nublado y cubría el pico del volcán, pero disfrutamos con ese paisaje lunar que ha dejado la lava del Teide erupción tras erupción parando en cada lugar que indicaba el plano que nos habían entregado en el centro de visitantes al entrar al parque. En cualquier caso, hay que tener en cuenta que para ascender al pico del volcán hay que tener un permiso, y que se puede hacer en teleférico siempre que las condiciones climatológicas lo permitan.
Cómo podéis ver, no todo en Tenerife es playa Hay otras muchas cosas que hacer de las que aquí solamente os he contado algunas, así que si os apetece pasar unos días en esa isla, solamente tenéis que buscar una buena oferta y no decir que si no visitáis Canarias es por el precio.
Buen viaje, y a disfrutar del mar, la naturaleza, el arte….¡¡¡y el mojo picón!!!
1 comentarios
Es una pena que no acompañara el tiempo cuando visitasteis el Parque Nacional del Teide. Yo sí pude disfrutarlo en buenas condiciones y la verdad es que es una barbaridad. Un must see para todo los que visiten la isla.