Si vas a Algarve seguro que tienes en mente esas imágenes de acantilados batidos por las olas del Océano Atlántico. No toda esta región portuguesa es así, pero si no te quieres perder esa postal de un mar embravecido chocando contra las rocas, entonces tienes que ir a Sagres. Es aquí donde allá por el siglo XII se pensaba que acababa el mundo, el lugar en el que la tierra daba paso a un mar al otro lado del cual no había más tierra.
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Qué ver en Sagres
Sagres es un lugar perfecto para disfrutar de un día de visitas culturales, naturales e incluso de la playa. Si estás en el Algarve, ya sea en la costa occidental o en la costa meridional, no te será difícil llegar a este inhóspito lugar. La carretera es buena y nada parece estar aquí demasiado lejos como para perdérselo.
Se puede dedicar una mañana a conocer este lugar de la geografía portuguesa haciendo una ruta entre el Fortaleza de Sagres y el Cabo San Vicente, o bien, además de las visitas más destacadas de lo que fue el fin del mundo hace unos siglos, aprovechar para pasar el día en alguna de las mejores playas del Algarve.
Fortaleza de Sagres
Tras atravesar el pueblo de Sagres y siguiendo la carretera hasta el final de la misma se llega al acceso a la impresionante fortaleza que corona uno de esos promontorios rocosos tan característicos del Algarve. Nosotros llegamos hasta allí en coche y pudimos estacionar sin problema en gran aparcamiento gratuito que hay delante de la fortaleza.
Antes de entrar en ella merece la pena dar un paseo hasta los acantilados. Con mucho cuidado, pues toda la zona es una campo de lapiaces, incluido el interior de la fortaleza. Por si no sabéis lo que son los lapiaces, deciros que se trata de los canales que el paso del agua crea en la superficie de la roca, algo que se puede ver en paisajes kársticos de roca calcárea. Si camináis hacia la derecha podréis ver el Cabo de San Vicente, su faro y Praia do Tonel. Hacia la izquierda, acantilados y la Praia da Mareta.
Qué ver en la Fortaleza de Sagres
Una vez en el interior de la fortaleza lo mejor que se puede hacer es recorrer todo su perímetro. Es un paseo espectacular directamente sobre los acantilados pues la única parte que hay construida es la que defendía la fortaleza por tierra. También se puede ver algún bastión durante el recorrido, pero os aseguro que no es lo más interesante (al menos para mi, claro).
Yo no tenía muy claro cómo sería la arquitectura de esta fortaleza. Me la imaginaba más pequeña y quizá con algo más de parecido a esas fortalezas que los conquistadores construyeron al otro lado del Océano, en ciudades como Cartagena de Indias, Portobelo o San Juan de Puerto Rico. Poco tienen que ver, ni en tamaño ni en estilo esas fortalezas y ésta de la que ahora os voy a contar.
Porta da Praça
Por ella se accede al interior de la fortaleza. Casi todo es una reconstrucción del siglo XVIII ya que la fortaleza quedó seriamente dañada durante el saqueo del corsario Francis Drake a finales del siglo XVI. Por si fuera poco, un tsunami provocado por el terremoto de 1755 terminó de destrozar la Fortaleza de Sagres. En el pasado hubo un foso y un puente levadizo, elementos que hoy han desaparecido.
Bastiones
A ambos lados de la entrada a la fortaleza se encuentran los bastiones Santa Bárbara y San Antonio. Desde ello se podía defender por tierra el fuerte y hoy son un magnífico mirador tanto hacia el interior como al exterior del recinto.
Iglesia Nossa Senhora da Graça
A la derecha de la entrada es imposible no ver esta pequeña iglesia pintada de blanco inmaculado. Dicen que su campanario está construido sobre el antiguo osario del cementerio de la Fortaleza de Sagres. Está abierta a los visitantes y en sus sobrio interior destacan el altar cubierto de típicos azulejos portugueses y su retablo dorado.
Cámara Sonora
Más o menos en el centro de la fortaleza, rodeada por el campo de lapiaces, se encuentra esta curiosa cámara. Desde el exterior a mi me pareció un laberinto (y creo que algo de ello tiene, pero tranquilos, no os vais a perder) y no tenía ni idea de lo que había dentro. Por eso me sorprendió tanto el sonido del mar cuando iba llegando a su centro. Es tan intenso el sonido del agua contra las rocas como si estuvieras asomado a un acantilado.
Faro Ponta de Sagres
Al estar la fortaleza de Sagres ubicada en un cabo, no puede faltar en ella un faro. Lo veréis hacia el final, no muy lejos de los acantilados.
Pescadores
Me pareció muy curioso cuando durante al paseo por el perímetro de este gran fuerte de repente vi encaramado a una roca un pescador. Allí estaba el hombre, sobre las rocas, con su caña y mirando atento su sedal por si picaba algún pez. Me puse a hacer alguna foto cuando descubrí que no había un solo pescador. Había un puñado de ellos repartidos por las rocas de los acantilados. Supongo que a ellos les dejarán pasar sin pagar. Quería haberles preguntado eso y que tipo de peces pescaban allí. Pero no les vi cara de estar dispuestos a responder mi interrogatorio, ellos estaban a la caña y los peces, el resto parecía que les molestábamos.
Entrada a la Fortaleza de Sagres
La entrada a esta fortaleza portuguesa es de pago. Hay distintas tarifas y los domingos a partir de las 2 de la tarde, el acceso es gratuito para determinados ciudadanos, tanto portugueses como europeos.
- Entrada general: 3,00 €.
- Mayores de 65 años, estudiantes, discapacitados, familia numerosa: 1,50 €.
Horario de la Fortaleza de Sagres
Los horarios cambian de invierno a verano, y durante todo el año, los pescadores pueden entrar desde las 8 de la mañana hasta el cierre. Lo que no he conseguido averiguar es si pagan (yo diría que no).
- Mayo a septiembre: de 9:30 a 20:00 horas.
- Octubre a abril: de 9:30 a 17:30 horas.
Servicios de la Fortaleza de Sagres
En el interior de la fortaleza hay una tienda de recuerdos, aseos y restaurante.
Artesanato a Mó
Una vez finalizada la visita a la Fortaleza de Sagres, pusimos rumbo al Cabo de San Vicente. La ruta más rápida es circular por la N268 que une ambos puntos. Tras hacer la glorieta que nos llevaba a esa carretera y tan solo unos metros más allá vi una tienda que es imposible que no llame la atención de todo el que pasa por allí. Pintada de blanca y amarillo, toda su fachada está decorado con platos típicos de la artesanía portuguesa. Un lugar muy pintoresco. Nosotros hicimos una parada, y ya que estábamos allí, decidimos entrar. Hay tantas cosas de cerámica que es raro no comprar algo, sobre todo porque tienen cosas chulas a muy buen precio.
También forma parte de este negocio un alojamiento: Sagres Relax Studios. Su fachada está decorada igual que la tienda.
Praia do Beliche
Son varias las playas en Sagres que invitan a disfrutar de sol y el océano. Nuestra idea inicial era haber llevado con nosotros el bañador y la toalla, pero el pronóstico para el día de nuestra visita era malo y por ello pensamos que no haría día de playa. ¡Error!. Es cierto que el día amaneció nublado, pero según iban pasando las horas, la nubes desaparecieron y el sol empezó a calentar cada vez más. Por si fuera poco, ese día apenas soplaba el viento. Sí, nos arrepentimos varias veces de no haber cogido la bolsa de la playa. Sobre todo cuando llegamos a Praia do Beliche. Un bonito arenal protegido del viento al que se accede por una larga escalera. Un lugar perfecto para quedarse unas horas tras conocer los lugares que ver en Sagres.
Tanto si decidís quedaros a pasar el día como bajar solamente a disfrutar de la vista, sabed que hay un pequeño aparcamiento al comienzo de las escaleras. No tiene demasiado sitio, por lo que es conveniente no llegar demasiado tarde. Otra opción es aparcar justo enfrente, al lado del Terra Restaurant.
Cabo de San Vicente
La última de las visitas que hicimos en nuestro día por Sagres fue al Cabo de San Vicente. El punto más suroccidental de la Europa continental. Por allí pasaron hace siglos muchos navegantes rumbo a esas tierras que habían sido descubiertas poco antes y que dejaron claro que el fin del mundo no estaba ni en Finisterre ni en este cabo portugués.
Son muchos los que visitan este lugar por la tarde. Dicen que la puesta de sol es de las más bonitas del Algarve. Nosotros sin embargo preferimos conocer el faro durante el día, con tanta suerte que el cielo estaba de un intenso azul al igual que las aguas del Océano Atlántico. Un océano que en este punto de la geografía portuguesa realmente parece llegar hasta el infinito, igual que si no hubiera nada más allá.
Antes de llegar al imponente faro que corona la punta de escarpado cabo hay un pequeño aparcamiento. Yo diría que es insuficiente para la cantidad de gente que pasa por allí. Este año, con el tema del Covid-19 había menos gente, y aún así, muchos dejaban el coche en un lateral de la propia carretera.
El acceso al recinto del faro es gratuito. Merece la pena entrar para disfrutar de las bonitas vistas. También hay un museo de pago (nosotros o entramos) y una moderna escultura que representa a San Vicente.
Y hasta aquí lo que dio nuestro día recorriendo Sagres. Fue un día muy agradable que hubiera sido genial si no nos hubiéramos fiado del pronóstico del tiempo, pues hubiéramos disfrutado unas horas de la magnífica Praia do Beliche. De modo que ya sabéis, si vais a conocer esta zona del Algarve, meted en el maletero la toalla y el bikini. No sea que os tengáis que arrepentir como nosotros de haber decidido no llevarlo.
8 comentarios
Soy un auténtico enamorado de nuestro país vecino pero la zona del Algarve todavía se me resiste, quizás por la lejanía desde Galicia o que siempre que lo he planeado se han truncado los planes. Me ha gustado mucho todo lo que ofrece la zona de Sagres y me parece una excursión de un día excelente. Tomo nota de tu recomendación e iré preparado con las cosas de playa para probar suerte y ver de bañarme en la praia do Beliche. El cabo de san Vicente tiene muy buena pinta por lo que describes y por la foto. Un abrazo y feliz año 2021.
Hola Rubén. Feliz año también para ti, espero que esos planes que en otras ocasiones se han truncado para conocer el Algarve puedas retomarlos y conocer por fin esta bonita zona del país vecino. 🙂
Hola guapa,
Sin duda Sagres es una zona preciosa, quizá de las más bonitas del Algarve ¿no? Me ha encantado el recorrido que habeis hecho y me apunto la Cámara Sonora…¿El sonido es como cuando escuchas en una caracola? Imagino que será una construcción reciente porque no recuerdo haberla visto cuando estuve. Aunque fue hace más de veinte años 😉
¡¡La pared decorada con platos me chifla!! Igual que tu foto con el faro de fondo 🙂
Un abrazo y ¡¡feliz año!!
¡¡Feliz año también para ti!!
Lo de la cámara sonora de Sagres es como una caracola gigante, pero es ese tipo de sonido tan curioso que se escucha cuando pones la oreja es una de esas caracolas.
Un abrazo
Con lo cerca que lo tenemos (o tal vez precisamente por ello) todavía no conocemos nuestro país vecino, ni siquiera la zona del Algarve, que la tenemos a poco más de 4 hora en coche desde casa. 🙁
Por lo que cuenta, la ruta entre el Fortaleza de Sagres y el Cabo San Vicente debe ser espectacular. Y el hecho de que se pueda acceder al faro nos parece fascinante. Nosotros nunca hemos estado en uno. 🙁
Por cierto, apuntado queda llevar bañador. Nos moriríamos de coraje no poder darnos un chapuzón en esas playas maravillosas. 😉
Saludos y feliz año nuevo.
¡Sí! No os olvidéis el bañador. Nosotros regresamos a nuestro rabiando por haber hecho caso al “hombre del tiempo”.
¡Feliz 2021!
Hola,
Mira que conozco Portugal y me encanta, pero el Algarve se me resiste. Me ha gustado mucho la fachada repleta de platos y la ermita. Los acantilados y el Cabo de San Vicente deben ser visitas indispensables. Me ha llamado también la atención la Cámara Sonora. Supongo que será una construcción más reciente, ¿no? Debe ser una experiencia ir metiéndote y oír el mar. Parecerá que estés en una caracola.
Apuntamos Sagres para cuando vayamos al Algarve.
Un saludo
La verdad es que visitar Sagres y su fuerte es toda una experiencia. Cuando vayas a esa región del sur de Portugal, no te lo pierdas. Feliz semana.