Cruzando el estado de Baviera de norte a sur encontramos la Ruta Romántica alemana. Una ruta muy popular en Alemania que se puede hacer en coche, caminando o en bicicleta. A lo largo del camino van a apareciendo castillos, ríos, pueblos de cuento y antiguas ciudades imperiales mientras el paisaje va cambiando según nos vamos acercando a los Alpes. Descubre en este post secretos y curiosidades de esta fascinante ruta por tierras alemanas.
Índice del artículo
Cómo llegar a la Ruta Romántica de Alemania
La forma más habitual para recorrer la Ruta Romántica alemana es de norte a sur. Es decir, comenzar por la Würzburg y terminar en Füssen.
El aeropuerto más cercano a la primera de esas ciudades es el de Frankfurt, mientras que el de Munich es el que queda a menos kilómetros del final de la ruta.
Dependiendo de vuestra ciudad de origen, puede que os venga mejor o sea más económico volar hasta Núremberg, una de las ciudades más bonitas de Baviera.
Si tenéis tiempo, podéis dedicar un par de días a conocer esas ciudades por las que vais a entrar y salir de Alemania. No os perdáis los siguiente post para sacar todo el partido de ellas:
Cómo recorrer la Ruta Romántica alemana
Los alemanes son muy aficionados a la bicicleta. Se les ve pedaleando por ciudades y senderos. Es por ello que muchos de ellos se animan a recorrer la Ruta Romántica alemana con sus bicicletas. Se trata de una gran idea, pero hay que contar con tiempo suficiente para hacer un trayecto que sobre dos ruedas es de 500 kilómetros. Los que se animen a ello encontrarán caminos bien señalizados, que en general discurren por terreno llano. Aunque hay que ir preparado para enfrentarse a algunos tramos con desniveles más o menos exigentes para el ciclista.
Otra opción es hacer la Ruta Romántica caminando. La pega es que el tiempo que se necesita para hacerla de este modo se multiplica. Son los mismos 500 kilómetros que precisan para ser recorridos de una número de días de los que muchos viajeros no disponen. Es sin duda una opción más adecuada para los que residen en la zona y pueden hacer la ruta por tramos en distintos momentos.
De abril a octubre operan en la Ruta Romántica los Europabuses. Es una buena opción para los que quieran realizar algunas etapas a pie o en bicicleta y regresar después al punto de origen. Estos autobuses transportan también las bicicletas, pero hay que reservar con antelación.
Por último, la forma más cómoda para recorrer esta ruta alemana es en coche. El total de kilómetros a recorrer en este caso se reduce 460. Es el modo más cómodo y rápido de conocer todos los lugares que forman parte de esta atractiva ruta. Nosotros la hemos hecho la Ruta Romántica alquilando un coche en el buscador Auto Europe. Si como nosotros decidís hacer el viaje en coche, recordar que en algunos lugares el estacionamiento es de pago, y en otros se puede dejar el coche en un parking por tiempo limitado, pero gratuito.
Cuánto tiempo se necesita para hacer la Ruta Romántica alemana en coche
El tiempo para hacer un viaje depende sobre todo del viajero. De los intereses, lo que quiera visitar y el tiempo que esté dispuesto a dedicar a cada uno de los lugares que visita.
En el caso de la Ruta Romántica alemana, nosotros la hemos (casi) completado en un total de tres viajes. Los dos primeros fueron una suma de lugares de esta ruta con otros que ver en Baviera. El tercero ha sido exclusivamente para completar la ruta desde Nördlingen hasta Füssen y lo hemos hecho en una semana.
Por mi experiencia, conociendo gran parte de los lugares que ver en la Ruta Romántica alemana y el interés de cada uno de ellos, yo no dedicaría menos de dos semanas al viaje. Es el tiempo justo para conocer pueblos y ciudades sin pausa pero sin prisa.
Si se dispone de unos días más sería genial. Tener tres semanas para realizar este viaje da la oportunidad de conocer las ciudades más grandes, como Würzburg o Augsburgo con más tranquilidad. Y también de dedicar tiempo a pasear por los fabulosos senderos de la región o a buscar lugares singulares y menos conocidos.
Dónde está la Ruta Romántica alemana
La Ruta Romántica se encuentra en el sur de Alemania. Si miras un mapa, verás que está en el centro del país, atravesando Baviera de norte a sur casi en línea recta, aunque hay cuatro lugares de la ruta que se encuentran en Baden-Wurtemberg, otro de los estados federados alemanes. Están todos al norte de la ruta, a continuación de Würzburg.
Seguro para viajar a Alemania
Contar con la Tarjeta Sanitaria Europea nos garantiza a los españoles la asistencia sanitaria al viajar por gran parte de Europa. Sin embargo, esa asistencia estará sujeta a las condiciones generales de cada país, lo que puede suponer, por ejemplo, el pago de un copago en determinadas situaciones.
Además, dicha tarjeta no cubre otras muchas cosas que no está de más llevar aseguradas. Desde posibles cancelaciones a robo, retrasos en vuelos o contingencias que nos obliguen a necesitar la repatriación.
Por eso nosotros nunca viajamos sin seguro de viaje. Hay muchas opciones en el mercado, pero yo siempre contrato con Intermundial o Heymondo. Cuando los he necesitado han respondido con rapidez y eficacia.
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Qué ver en la Ruta Romántica alemana
Ahora os voy a hablar de los lugares que ver en la Ruta Romántica de Alemania. Un recorrido “rápido” por todos los sitios que forman parte de ella, un total de 28 localidades. Nosotros los hemos podido visitar casi todos. Los pocos que nos faltan, os los mencionaré también, pero en nuestro caso, por una razón u otra, todavía no los hemos podido conocer y los vais a reconocer porque no llevan ningún tipo de recomendación (si no conozco el lugar no puedo darlas) ni fotografías.
Würzburg, comienzo de la Ruta Romántica de Alemania
Comenzamos la ruta en una de las ciudades más grandes que se visitan durante el trayecto. Está ubicada junto al río Meno y rodeada de viñedos. Su centro histórico, con la Catedral, la Plaza del Mercado y el antiguo puente sobre el río, es de visita obligada.
No hay que dejar de visitar la Residencia de Würzburg, el palacio barroco más bello del sur de Alemania. Forma parte de la lista de lugares Patrimonio Mundial de la Unesco y es sin duda uno de esos imprescindibles que ver en Würzburg.
Las recomendaciones que os puedo dejar de esta ciudad de la Ruta Romántica alemana son las siguientes:
- Si vais en Navidad a recorrer Baviera, no dejéis de visitar el Mercado de Navidad de Würzburg, considerado uno de los más bellos de la región.
- Un buen hotel para alojarse en la ciudad es el GHOTEL. Tiene parking y está a un corto paseo a pie del centro.
- Würzburger Ratskeller es uno de los restaurantes más bonitos de la Würzburg, con diferentes salas, una de las cuales era en la que antiguamente se reunían los concejales de la ciudad.
- Puedes reservar el tour de la ciudad con el tren Bimmelbahn, un recorrido de 40 minutos con audio guía en español.
Tauberbischofsheim, en el Valle del Tauber
Esta es una de las ciudades que tenemos pendientes en la Ruta Romántica de Alemania. Pero os puedo contar que pertenece al estado de Baden-Wurtemberg, siendo una de las más antiguas del Valle del Tauber. Aquí, la casas siguen siendo de entramado y su Ayuntamiento neogótico es el edificio más destacado de la localidad.
Lauda-Königshofen, ciudad vinícola
También junto al río Tauber, Lauda-Königshofen es otro de nuestros pendientes en la ruta de la que os hablo en este post. Aquí las iglesias barrocas, los puentes sobre el río, las estatuas de santos y los paseos por los viñedos son parte de las lista de lugares y actividades de las que disfrutar en la ciudad. Espero volver en alguna ocasión por esta parte de Alemania para visitarla y poder conocer las pocas ciudades que me quedan pendientes en la Ruta Romántica alemana.
Bad Mergentheim y la Orden Teutónica
Seguimos en Baden-Württemberg para llegar a la ciudad que fue residencia de los Grandes Maestres de la Orden Teutónica. Precisamente el castillo de la orden es el edificio más destacado que ver en Bad Mergentheim. Su iglesia, de acceso gratuito, es la parte más impresionante del castillo.
Esta ciudad es conocida por su balneario, rodeado de un parque de estilo inglés. En el centro de la ciudad, sus plazas e iglesias son merecedores de una visita durante un paseo por el centro.
Si queréis tomar nota, os dejo unas recomendaciones:
- Nos encantó el Wildpark Bad Mergentheim. Se trata de un espacio de 35 hectáreas en el que contemplar animales salvajes que viven en semi libertad. Estar tan cerca de lobos, osos y linces, en muchos casos rescatados en la naturaleza, es algo realmente impresionante.
- Schurk-Markelsheim es un fabuloso restaurante a 7 kilómetros del centro de Bad Mergentheim. Está en Markelsheim, un coqueto pueblo rodeado de viñedos.
Weikersheim, imprescindible en la Ruta Romántica alemana
Uno de los lugares que no se pueden dejar de visitar en la Ruta Romántica de Alemania este pueblo cuyo gran protagonista es un castillo renacentista rodeado de unos jardines al más puro estilo versallesco. La planta del castillo es triangular y el edificio está considerado una de las grandes obras entre las residencias palaciegas rurales.
La visita al interior, cuya decoración interior es la original, pasa por largos pasillos, salones y dormitorios con suelos de maderas y paredes cubiertas de delicadas telas. El punto final al recorrido es el salón de baile decorado con animales en relieve y grandes chimeneas.
El acceso al castillo se realiza desde la Plaza del Mercado en la que también se pueden ver una iglesia gótica y una fuente de estilo rococó.
En cuanto a las recomendaciones, podéis tomar nota de las siguientes:
- No dejéis de dar un paseo por Weikersheim antes o después de visitar el castillo. Tiene rincones muy pintorescos.
- Si habláis inglés o alemán, sumaros a alguno de los diferentes tours que recorren el castillo. Algunos solamente se realizan en verano.
- En el caso de que en vuestra ruta os cuadre alojaros en esta localidad, una buena opción es el Laurentius Boutique-Hotel&Restaurant.
Röttingen y los relojes de sol
Volvemos a Baviera para visitar el siguiente punto de la Ruta Romántica alemana, Röttingen. Una ciudad cuyo casco antiguo está rodeado de una muralla, fuera de la cual los viñedos y las colinas son los grandes protagonistas. No hay que perderse en esta ciudad la ruta de los relojes de sol con nada menos que 25 cronómetros.
Creglibgen, pequeña gran desconocida en la Ruta Romántica alemana
Esta pequeña localidad mantiene en sus edificios el entramado de madera tan presente en pueblos y ciudades de esta parte de Baviera. Es un lugar muy frecuentado en verano, cuando a los atractivos históricos de la ciudad se añaden los del lago, las granjas vacacionales y los paseos en bicicleta.
Rothenburg ob der Tauber, una ciudad de cuento
Esta es probablemente la población más famosa de la Ruta Romántica alemana. Fue destruida en un 45% durante la Segunda Guerra Mundial y lo que hoy podemos ver es en gran parte una acertada reconstrucción de cómo fue esta ciudad rodeada por una muralla por la que se puede caminar descubrir los lugares que ver en Rothenburg ob der Tauber desde otra perspectiva.
Se trata de una de las ciudades más turísticas de Alemania. Salvo en temporada baja (enero y febrero), el resto del año es casi imposible disfrutar con tranquilidad de sus atractivas calles rodeadas de casas de colores con entramado. La ciudad está llena de rincones pintorescos y tremendamente vistos en las redes sociales. Sin embargo, más allá de ellos encontraréis lugares muy atractivos e interesantes que merece la pena ver.
En cuanto a las recomendaciones, aquí os dejo unas cuantas:
- No olvidéis comer schneeball. Son una bolas más o menos del tamaño de una pelota de tenis que se hacen con una masa quebrada que se corta en tiras. La más típica solamente va espolvoreada de azúcar glas, pero también se pueden encontrar bañadas en chocolate de distintos sabores.
- Daros el capricho de un desayuno de lujo o una comida tipo bruch en el Cafe Einzigartig. Uno de los locales con más encanto de la ciudad en la que todo lo que hay expuesto está a la venta. Tienen además un preciosos apartamentos turísticos que podéis reservar en el siguiente enlace: Cafe Einzigartig.
- Lo que prefieran un hotel, el Reichs-Küchenmeister es un gran opción. Céntrico, cómodo y con un estilo muy acorde con la ciudad.
Schillingfürst, entre el Rhin y el Danubio
Este es uno de esos lugares de la Ruta Romántica alemana que es mejor no visitar en invierno. Fue justamente en esa estación cuando yo llegué a esta ciudad y la encontré aletargada, esperando la llegada del buen tiempo. La Oficina de Turismo estaba abierta y nos dieron algo de información, pero el castillo barroco de los príncipes de Hohenlohe, la gran atracción de la ciudad, estaba cerrado.
Al ser una propiedad privada, no se puede acceder tampoco a los jardines. Yo pude hacer una foto desde el exterior antes de dar un paseo por las tranquilas (y desiertas) calles de Schillingfürst.
Feuchtwangen y Carlomagno
Según cuenta una leyenda, esta ciudad del sur de Alemania la fundó el mismo Carlomagno. Muchos siglos después, Feuchtwangen es uno de los lugares que visitar en la Ruta Romántica de Alemania. Se puede empezar a recorrerla por su Plaza del Mercado, tan bonita que recibe el sobrenombre de “Salón de Fiestas de Franconia”. Está rodeada de bonitos edificios de colores y de entramado de madera.
Desde la plaza se accede al claustro románico que formó parte de un monasterio benedictino. Saliendo del claustro se llega a otra plaza en la que se alzan las dos grandes iglesias de la ciudad: la Colegiata y la Iglesia de San Juan.
También os dejo unas recomendaciones para visitar Feuchtwangen:
- Merece la pena visitar el Fränkisches Museum, uno de los mejores museos etnográficos del sur de Alemania.
- ¿Os gusta el chocolate? Entonces el Cafe am Kreuzgang será parada obligada en la ciudad. Hace unos años su maestra chocolatera fue reconocida como una de las mejores del mundo.
- Para dormir y comer/cenar, una opción bastante recomendable es Gasthaus Sindel-Buckel, un establecimiento que lleva funcionando desde 1909.
Dinkelsbühl, una de las ciudades más bonitas de la Ruta Romántica alemana
Cada ciudad de la Ruta Romántica de Alemania tiene algo que la hace especial. En Dinkelsbühl son muchas las cosas que la convierten en una de las localidades más atractivas de esta ruta en tierras bávaras. No fue bombardeada durante la Segunda Guerra Mundial. Algo que la ha convertido en la más bella entre las ciudades antiguas alemanas no restauradas.
Los tejados rojizos a dos aguas, las casas de colores y la muralla cuyas torres se reflejan en canales y estanques forman un conjunto que parece el escenario de un cuento. Una ciudad por la que hay callejear sin rumbo fijo intentando que la imponente Iglesia de San Jorge, de estilo gótico tardío, forme parte del paseo.
A continuación os dejo unos consejos para vuestra visita:
- Si organizáis una visita a la Ruta Romántica alemana en Navidad, incluir esta ciudad. Su mercado es mucho más tranquilo que el de la cercana Rothenburg ob der Tauber y en la ciudad hay muchas actividades en esas fechas.
- No podéis dejar de hacer una parada para comer un trozo de tarta y tomar un té o café en el Café am Münster.
- Os podría recomendar nuestro alojamiento en la ciudad. Pero no me terminó de convencer. Por eso os dejo aquí el nombre de otro hotel que conocí gracias a Luis, su restaurante. Miré su información y me pareció de lo más atractivo. Es el Hezelhof hotel.
Wallerstein, residencia de príncipes
Esta localidad que ver en la Ruta Romántica fue lugar de residencia de los príncipes de Oettingen-Wallerstein. A nosotros se nos ha quedado a medio camino entre diferentes viajes y no hemos llegado a visitarla. Pero sé que que la Columna de la Peste es uno de los lugares que visitar en el centro. También es popular la “Wallerstein Felsen“, una roca de 65 metros de altura que ofrece bonitas vistas desde lo alto.
Nördlingen, la ciudad en el cráter
Esta ciudad en la que todavía se pueden ver algunas casas con entramado de madera se encuentra ubicada en un lugar muy singular. En el cráter que hace millones de años formó un meteorito al caer en esta parte de lo que ahora es Baviera. Actualmente se puede descubrir todo sobre ese acontecimiento en el Rieskrater Museum, dentro de la ciudad amurallada.
Muy bien conservada gracias a no haber sido bombardeada, Nördlingen tiene un atractivo casco histórico atravesado por un canal. Un recuerdo de los tiempos en que los artesanos de la ciudad necesitaban del agua para, por ejemplo curtir las pieles.
Merece mucho la pena hacer una parada en esta ciudad de la Ruta Romántica alemana. Para disfrutar de ella, os dejo unas pequeñas sugerencias.
- Animaros a subir a la Torre Daniel, el campanario de la Iglesia de San Jorge. Desde sus 90 metros de altura las vistas de la ciudad y el paisaje que la rodea compensan el esfuerzo de la subida.
- La muralla es accesible en gran parte de sus 3 kilómetros de diámetro, no dejéis de dar un paseo por ella.
- Un buen local para tomar café del bueno es Samocca, en la Plaza del Mercado. Y para una comida o cena en la que disfrutar de la mejor gastronomía de la región, os recomiendo Kleibls Restaurant am Daniel.
- Una leyenda cuenta que una cerdita salvó la ciudad en la Edad Media. Ahora es un símbolo en la ciudad y se pueden ver figuras de este animal en las puertas de muchas casas y negocios.
Harburg, uno de los mejores castillos de Alemania
El río Wörnitz cruza esta coqueta y pequeña localidad bávara que no os podéis perder en la Ruta Romántica alemana. El Castillos Harburg domina el pueblo y es una visita imprescindible pues se trata de uno de los castillos mejor conservados de Alemania. Recorrer su interior es hacer un viaje por la historia del arte, desde el románico al barroco.
A sus pies, el pueblo es un pequeño laberinto de calles y callejones, algunos de ellos acaban junto al río y ofrecen bonitas vistas del Steinerne Brücke, un puente desde el que se tienen también pintorescas panorámicas con el castillo al fondo.
- El interior del castillo solamente se puede ver con un tour guiado que comienza puntualmente cada hora y que puede ser en inglés o alemán.
- Si vais con niños, no os perdáis el sendero de los cuentos que baja hasta el centro del pueblo.
Donauwörth, la ciudad el Danubio en la Ruta Romántica alemana
Es otra de las antiguas ciudades imperiales que ver en la Ruta Romántica alemana. Ubicada en la confluencia de los ríos Wörnitz y Danubio, sus orígenes se remontan a una aldea de pescadores es una isla del primero de estos ríos.
Muy dañada durante la Segunda Guerra Mundial, Donauwörth fue reconstruida con bastante fidelidad gracias a documentos antiguos. Su vía principal es la Reichsstrasse. En uno de sus extremos está el edificio del Ayuntamiento y en otro la que fue residencia de los Fugger, una de las familias más ricas del mundo en su época.
Onkel Ludwig Anlag es uno de los lugares más bonitos que ver en esta ciudad. Un recorrido peatonal entre la muralla y el canal de río Wörnitz que lleva hasta la Iglesia de la Santa Cruz.
¿Algo más sobre Donauwörth?
- Debe su nombre al Danubio, que en alemán es Donau.
- Si os gustan las muñecas merece la pena visitar el Käthe-Kruse-Puppen-Museum. Está dedicado a la obra de Käthe Kruse, que alcanzó fama mundial con sus muñecas naturales inspirados en niños.
- Probar la Danauwelle o tarta de las olas del Danubio. Un pastel típico alemán con bizcocho, crema, cerezas y chocolate. Al cortarla tras ser orneada, las cerezas habrán formado esas “olas” que dan nombre a la tarta.
- Si quieres dormir en un sitio súper especial, reserva tu alojamiento en Danubio an der Donau.
En esta ciudad es donde se empieza a notar el cambio en la arquitectura de las ciudades de la Ruta Romántica de Alemania. Las casas medievales con entramado de madera van a ir desapareciendo poco a poco, siendo sustituidas por casas que conservan los tejados a dos aguas pero cuyas fachadas, aunque siguen siendo de colores, son renacentistas y barrocas.
Rain y su pintoresco casco histórico
Esta localidad de la Ruta Romántica alemana nos pareció de lo más tranquila. Su casco histórico, antiguamente amurallado, es un pequeño laberinto de calles que parten de Hauptstraße, la artería principal del centro.
En esa calle donde se pueden ver los edificios más atractivos de Rain, muchos ocupados por cafeterías, restaurantes y otros comercios. Al final de la calle está el Ayuntamiento, una de las construcciones más bonitas de la ciudad. Tras él, la reconstrucción de una de las torres de la antigua muralla.
Dando un paseo por el centro, llaman la atención los detalles en ventanas y puertas. Callejeando se puede llegar a la Iglesia de San Juan y al antiguo castillo. Delante de él, el Maibaum. Ese alto tronco de árbol decorado con escudos y motivos festivos que se puede ver en todas las ciudades bávaras y que es el centro de una fiesta que se celebra en mayo.
Augsburgo, la ciudad de los Fugger
Esta es otra de las grandes ciudades que ver en la Ruta Romántica alemana. Fue fundada por el emperador Augusto, al que debe su nombre, y es una de las ciudades más antiguas de Alemania.
Ligada a los Fugger, son muchos los lugares que ver en Augsburgo relacionados que esta rica familia. Durante los siglos XV y XVI la ciudad vivió su boom económico. Los artesanos aprovechaban los canales que aún cruzan la ciudad para curtir sus pieles o elaborar piezas de orfebrería.
Es precisamente el tratamiento del agua, con torres, centrales hidroeléctricas y fuentes monumentales que ha evolucionado a lo largo de los siglos lo que le que ha hecho que Augsburgo tenga el título de Patrimonio Mundial de la UNESCO desde 2019.
Os dejo algunas recomendaciones para descubrir esta monumental ciudad:
- Sumaros a una de las visitas guiadas de la Oficina de Turismo. Es la forma de poder acceder a las Torres del Agua de la ciudad.
- Si os gusta la cerveza y la comida bávara, podéis comer en Riegele WirtsHaus. El restaurante de la cervecería más popular de Augsburgo.
- Un buen opción de alojamiento por comodidad, ubicación y atención es el City Hotel Ost am Kö.
- Si os gustan los mercados, daros una vuelta por el Stadtmarkt. Además de ser muy fotogénico podréis hacer una parada para comer algo en sus puestos de comida preparada.
- No os podéis ir de la ciudad sin probar su dulce típico: el bienenstich. La gente de Augsburgo dice que el mejor es el de la Konditorei Euringer.
Friedberg y la muralla medieval
Su plaza rodeada de viviendas renacentistas y barrocas rodeando el edificio del Ayuntamiento, sus tranquilas calles o el blanco castillo que asoma entre los árboles del parque que le rodea son razones sobradas para hacer una parada en este coqueta ciudad de la Ruta Romántica alemana.
Más tranquila y menos turística que otras localidades de esta popular ruta, Friedberg es una parada perfecta para tomar un buena cerveza (si luego que hay que conducir) o comer algo antes de dar una paseo junto a la antigua muralla. Se conservan algunas de sus torres que ofrecen estampas que trasladan al medievo.
Os dejo algunas recomendaciones sobre esta ciudad:
- El acceso al museo del castillo es de pago. A no ser que os interese mucho las historia del edificio o ver la colección de relojes que se exponen creo que es una visita que os podéis saltar. Eso sí, el castillo por fuera hay que verlo e incluso tomarse un trozo de tarta en las mesas al aire libre de su café.
- En lugar de cerveza, si el tiempo acompaña, es una buena idea comprar un helado en Eiscafé am Brunnen y comérselo sentado al sol junto a la fuente de la Marienplatz.
Landsberg am Lech, un lugar imperdible en la Ruta Romántica
Ubicada junto al río que la da nombre, esta ciudad es una de las más pintorescas y atractivas de la Ruta Romántica alemana. Su centro histórico conserva parte de su antigua muralla. Algunas de sus torres siguen en pie y se puede subir a ellas, en algunos casos solamente con visitas guiadas. La Torre de la Manteca se puede ver en el gran Plaza del Mercado, frente a la fachada estucada del ayuntamiento.
En esta ciudad merece la pena callejear sin rumbo por sus calles que suben colina arriba. Durante el paseo aparecen esculturas, callejos pintorescos, edificios históricos y cafés con mucha historia tras sus puertas.
El río Lech tiene gran importancia en la ciudad y se le puede ver representado en una estatua a la entrada de uno de los puentes que lo cruzan: el Karolinenbrücke.
¿Sugerencias y curiosidades?
- En la prisión de Landsber am Lech (que sigue en funcionamiento), Hitler pasó casi nueve meses en 1924.
- Una leyenda cuenta que desde la Hofgraben-Turm, durante la Guerra de los 30 años, las jóvenes vírgenes de la ciudad se lanzaban al río Lech antes de ser violadas.
- El Landhotel Endhart es una buenísima opción para alojarse en Landsberg. Está algo alejado del centro, pero con coche no supone ningún problema el desplazamiento.
- Si se tiene tiempo merece la pena tomar una cerveza o un aperitivo en alguno de bares y restaurantes que hay junto al río. Con buen tiempo es un verdadero placer.
- Para una comida o cena en la ciudad os recomiendo Fischerwirt. Un restaurante con decoración al más puro estilo de Baviera. La carta conserva la tradición de la región pero con algunos toques que hacen cada plato especial.
Hogenfurch, entre colinas y praderas
Esta localidad nos ha quedado pendiente en nuestro último viaje por Baviera. Había que elegir entre lugares similares y al final Hogenfurch quedó descartada. Nos pareció que sus atractivos eran muy similares a los de otras localidades que íbamos a encontrar más adelante: praderas, bosques, colinas y otros lugares que invitan al paseo o a un picnic relajado. Debe ser un bonito lugar al que llegar sin prisa y con ganas de respirar aire puro.
Schongau, la ciudad de las brujas
El centro medieval amurallado de esta ciudad de la Ruta Romántica alemana es tan bonito como su entorno. Rodeada de una muralla accesible en uno de sus tramos, la Marienplatz es un lugar de referencia en el corazón del casco histórico. En esta plaza están el Ayuntamiento y la magnífica Kirche Mariä Himmelfahrt, una iglesia barroca cuyo interior no os podéis perder.
No muy lejos, al pie de las murallas está el antiguo monasterio de la ciudad, convertido en una residencia de ancianos. Se puede acceder a uno de sus patios abierto al público. En él hay un memorial que recuerda con un rosal a cada una de las mujeres que fueron acusadas por brujería y torturadas por ello.
Schongau se encuentra en una colina sobre el río Lech. Saliendo del recinto amurallado por la Polizeidienerturm se tienen bonitas vistas del paisaje que rodea la ciudad. Es cierto que la cercana fábrica de papel afea el panorama, pero la gente de la ciudad entiende que es necesario pues proporciona muchos puestos de trabajo.
¿Otras experiencias en Schongau? Aquí las tenéis:
- Para tomar una cerveza o comer algo con las mejores vistas, hay que bajar hasta la orilla del río Lech. Allí está Bootshaus am Lido.
- Lo más curioso y divertido que podéis hacer durante una visita turística a Schongau es acercaros a la Kasselturm. Durante los meses cálidos encontraréis su puerta abierta y tras ella a Úrsula, la bruja de las hierbas. El resto, mejor descubrirlo vosotros.
Peiting, rutas por los prados
A partir de este pueblo notamos de nuevo un gran cambio en la arquitectura. Los pueblos cambian su fisonomía y están formados por casas con balcones de madera, macetas con flores en las ventanas y hasta pinturas decorando las fachadas. Las granjas con ese tipo de arquitectura también están muy presentes, salpicando el paisaje que se puede ver desde la carretera o desde los senderos para caminantes y ciclistas.
En cuanto a Peiting, es una de las poblaciones más antiguas de la región. Conserva su carácter rural, algo que se evidencia en las construcciones con granero tanto dentro del pueblo como en los alrededores. Es un lugar muy popular como base para rutas por las colinas.
Para sacar más partido a este pueblo bávaro, unas sugerencias:
- Si sois andarines, merece la pena hacer la ruta que lleva hasta Kalvarienberg. Es un paseo no muy exigente que ofrece vistas sobre el río Lech y los Alpes. Está pensada para hacerla con niños, durante el recorrido hay paradas con actividades para ellos.
- Hay varios alojamientos en edificios tradicionales en Peiting. Por ejemplo Hotel-Gasthof Zum Dragoner, que también tiene un excelente restaurante.
Rottenbuch y el magnífico órgano barroco
Rodeada de un paisaje espectacular que ya anuncia la cercanía de los Alpes, esta pequeña localidad de la Ruta Romántica tuvo una gran importancia cultural en el pasado, cuando el gran monasterio de los Agustinos era un referente en Europa.
De lo que fue en el pasado no queda mucho, pero gracias a los grabados antiguos te puedes hacer una idea de las distribución de los edificios y jardines barrocos que adornaban el lugar. De aquellas construcciones queda en pie la iglesia (solamente con una de sus torres) en cuyo interior barroco se relata a través de pinturas la vida de San Agustín.
En el exterior, un pequeño cementerio y muy cerca, ocupando las antiguas dependencias del monasterio, el moderno ayuntamiento que sirve de pequeño museo, la escuela y una biblioteca.
Otras cosas que no te puedes perder en Rottenbuch:
- Desde que hace unos años el magnífico órgano barroco de la iglesia fue restaurado, cada año se ofrecen una serie de conciertos. Para que os hagáis idea de la importancia de este órgano, deciros que el organista de Notre Dame de París a acudido a dar uno de esos conciertos.
- Si os gusta el queso, otra cosa más que recomendable para en Rottenbuch es acercarse a Schönegger Käse-Alm. Un negocio familiar en la montaña, con unas vistas perfectas para comprar una tabla de quesos (tienen tantos que es difícil elegir) en la tienda y sentarse a degustarla en las mesas dispuestas para ello al aire libre. Un verdadero capricho en la Ruta Romántica alemana.
Wildsteig, muy cerca de los Alpes
Este lugar es el último en nuestra lista de pendientes en la Ruta Romántica de Alemania. Ubicado en las estribaciones de los Alpes, se trata de un pueblo ideal para hacer excursiones a pie o en bicicleta. O sencillamente para descansar y disfrutar de ese entorno de montañas y prados verdes que resulta tan bucólico.
Steingaden y la gran iglesia rococó de la Ruta Romántica alemana
Esta pequeña localidad es un lugar muy popular entre los alemanes como destino vacacional. Y no es de extrañar a la vista del fabulo entorno que rodea Steingaden.
En el pueblo hay que visitar la abadía, una construcción cuyos orígenes se remontan al siglo XII. La parte del monasterio fue abandonada en el siglo XIX, pero la iglesia sigue en activo. Conserva elementos románicos y un atractivo interior barroco/rococó. Son muy llamativas sus modernas puertas que consiguen no desentonar con el edificio.
Pero sin duda, lo más famoso y visitado en esta localidad de la Ruta Romántica alemana es la Wieskirche. La iglesia entre las iglesias que ver en esta parte de Baviera. De estilo rococó, forma parte de los sitios Patrimonio Mundial de la UNESCO.
Os dejo también unas pequeñas recomendaciones:
- El jardín de hierbas de la antigua abadía es un lugar tranquilo y pintoresco. En él se pueden ver las plantas que ya usaban los monjes hace siglos para su farmacia.
- Bräuhaus-Passagen es un pequeño supermercado alojado bajo la bóveda de la antigua cervecería de la abadía. Sus productos son ecológicos y de proximidad. También elaboran su propio pan. El lugar perfecto para comprar algunas cosas para hacer un picnic.
Halblech, entre lagos y montañas
Con cuatro lagos, vistas a los Alpes e infinidad de senderos para caminar o montar en bicicleta, Halblech (nombre del río, el pueblo y el municipio) es la puerta a esos paisajes alpinos que imaginas al pensar en el sur de Alemania. Un lugar con vistas espectaculares a las montañas. Ya lo eligieron los reyes y príncipes bávaros para disfrutar de la naturaleza en lugares como Wankerfleck.
Para disfrutar de las mejores vistas panorámicas hay que subir en telesilla a Buchenberg (1.142 metros). Se puede bajar caminando para disfrutar del paisaje, el recorrido es de algo más de 1 hora.
El paisaje también es idílico junto al pequeño Hegratsrieder See o a orillas del Illasbergsee. Este último cuenta con una agradable zona de baño.
Aquí tenéis algunas sugerencias sobre este lugar de la Ruta Romántica alemana:
- En este pueblo hay varios alojamientos, pero yo os voy a recomendar dormir en Trauchgau. Otro de esos pueblos con casas antiguas en las que la madera y las flores son protagonistas. Gasthof Hirsch es un hotel de gestión familiar que además tiene un estupendo restaurante.
- Si os animáis a hacer un picnic o pasar un día de relax junto a algún lago, podéis comprar pan, quesos y embutidos en Berghofer Biostadl. Una tienda y café en la que se venden productos biológicos y de cercanía.
Schwangau y el Castillo de Neuschwanstein
No hay duda de que el Castillo de Neuschwanstein es el lugar más famoso de la Ruta Romántica alemana. Y yo diría también que el más visitado. Toda la calma que de la que se disfruta durante casi toda la ruta se acaba al llegar a este castillo pensado por un rey excéntrico (y al parecer loco) que legó para la posteridad uno de los edificios más famosos de Europa. Aún así, está claro que conocer este edificio con un enclave tan especial es una de las cosas imprescindible que hacer en Schwangau.
El Castillo de Hohenschwangau, muy cerca del anterior castillo, es otro de los lugares que ver en este pueblo cerca de los Alpes. El Museo de los Reyes Bávaros y el Alpsee completan las lista de destacados en Schwangau. Este último lago es sin duda, por su enclave, uno de los más bonitos del sur de Baviera y uno de los que tienen las aguas más limpias. ¿Te animas a un baño?
Además de ver los magníficos castillos, hay otras cosas que hacer en este pueblo a pue de las montañas:
- La pequeña iglesia de Santa Coloma, justo a las afueras de Schwangau, rodeada de prados y montañas, es una de esas imágenes pintorescas que uno relaciona con los Alpes.
- Schlossbrauhaus Schwangau es el lugar perfecto para comer o cenar en este pueblo. Tienen un gran jardín exterior con vistas al Castillo de Neuschwanstein. La carta tiene todos los platos típicos de la región que se sirven en platos contundentes.
Füssen, la última ciudad de la Ruta Romántica alemana
No hay mejor forma de despedirse de esta ruta alemana que en una ciudad tan bonita como Füssen. Su centro histórico, en parte peatonal, está lleno de vida. Las heladerías son vecinas de las tiendas en las que se venden esos pintorescos trajes bávaros. No faltan en el centro ni hoteles ni restaurantes. Hasta una antigua farmacia forma parte de los lugares que ver en Füssen.
El río Lech cruza la ciudad y desde los puentes que lo cruzan se tienen bonitas vistas no solamente del río. También de los edificios históricos de la ciudad. El Hohes Schloss y el antiguo monasterio benedictino son dos de ellos. Las murallas y sus torres también tiene protagonismo en Füssen, al igual que los frondosos parques y los cercanos lagos. Es esta una ciudad perfecta para partir en bicicleta y hacer rutas por los alrededores.
Y estás son las últimas recomendaciones en este recorrido por la fascinante Ruta Romántica alemana:
- No muy lejos del centro está el Forggensee, el lago más grande de la zona. Hay barcos que realizan paseos cada día por sus aguas. Aunque las vistas son menos espectaculares de lo que al menos yo esperaba, ver el famoso Castillo de Neuschwanstein entre las montañas desde el lago siempre es un agradable regalo.
- Justo en el límite del centro histórico hay un buen número de hoteles de 4 estrellas. Uno de los mejores (con un desayuno de diez) es el Hotel Schlosskrone. Algo más económico y también bien ubicado, el Hotel Sonne. Y si preferís un hotel con mucho encanto en el barrio más pintoresco y tranquilo de Füssen, entonces puede que os guste el Villa Fantasia Budget Boutique Hotel.
¿Qué os ha parecido esta Ruta Romántica en Alemania? Personalmente creo que es un viaje que permite conocer mucho de la historia, la arquitectura y la naturaleza de una de las regiones más atractivas del país.