Puede que a pesar de ser Sinaia una de las ciudades más turísticas de Rumanía no consigas situarla en un mapa. Tranquilos. Yo tampoco sabía mucho ni de esta ciudad ni de su ubicación antes de empezar a preparar nuestro viaje a Rumanía. Sin embargo, en cuanto comencé a preparar la lista de lugares que ver en Rumanía, Sinaia se situó como una de las ciudades imprescindibles por las que tendríamos que pasar. ¿La razón? Allí está el impresionantes Castillo de Peles. Pero no terminan los atractivos de esta ciudad en ese castillo, uno de los más bellos de Europa y probablemente el más bonito de Rumanía.
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Dónde está Sinaia
Sinaia es una ciudad de montaña. Está ubicada en los Montes Bucegi, lo que hace de ella una atractiva estación de esquí cuando las montañas que la rodean se cubren de nieve. En verano es también un agradable destino vacacional, un lugar perfecto para disfrutar de la naturaleza. Son muchas las excursiones cortas que se pueden hacer desde Sinaia paseando bajo las copas de los abetos que la rodean.
Aunque situada muy cerca de la región de Transilvania, la más famosa de Rumanía, Sinaia realmente se encuentra en Valaquia, en la misma carretera que une Bucarest con Brasov, una de las ciudades más atractivas del país.
Cómo llegar a Sinaia
Se puede llegar a Sinaia en tren desde Bucarest o Brasov. La estación está en el centro de la ciudad. Para conocer todos los horarios y los precios actualizados consultad la web de CFR Calatori.
Otra forma de llegar hasta Sinaia es en autobús. En este caso la ciudad está conectada con muchas otras ciudades de Rumanía e incluso con el Aeropuerto de Otopeni. En la web de Autogari encontraréis todos los datos para poder organizar vuestro viaje a Sinaia en ese medio de transporte.
El coche es sin duda el medio de transporte que da más libertad para viajar por Rumania. No solo a Sinaia, también para recorrer el país sin depender de horarios ni rutas más largas de lo deseado. Nosotros lo hicimos así, alquilamos nuestro coche con Auto Europe y fue todo sobre ruedas. Eso sí, recordad contratar el seguro a todo riesgo. Ni las carreteras rumanas son tan buenas como nos gustaría ni los rumanos conducen precisamente con precaución.
Otra opción, seguramente la más cómoda, para llegar a Sinaia es hacerlo con un tour guiado. Te recogen en el hotel, tienes un guía en español y te vuelven a dejar en la ciudad de origen sin que tengas que complicarte lo más mínimo. Os dejo aquí un par de tours que os pueden gustar si queréis descubrir los lugares que ver en Sinaia.
- Desde Brasov: Excursión a los castillos de Transilvania y Valaquia
- Desde Bucarest: Excursión a Sinaia y Castillo de Peles
Dónde dormir en Sinaia
Nosotros hicimos una noche en esta bonita ciudad, y aunque nos costó dar con el alojamiento, una vez encontrado sin duda nos hubiéramos quedado más tiempo. Por la comodidad, el fabuloso desayuno, la preciosa habitación, la atención recibida y el fabuloso entorno. Porque Sinaia está rodeada por un paisajes montañoso y verde que ofrece muchas posibilidades tanto en verano como en invierno. Desde paseos en bicicleta a excursiones por la nieve.
Pero volviendo al alojamiento, os dejo su nombre. Desde el enlace podéis ver disponibilidad, tarifas y toda la información del establecimiento: Vila Aritzo.
Qué ver en Sinaia
Sinaia es una tranquila y bonita ciudad. El paisaje que la rodea ya es parte de su encanto, sobre todo cuando te alejas del centro de la ciudad. En sus calles se pueden ver sencillas casas de madera y elegantes edificios del siglo XIX. Y es que la nobleza siguió al rey Carlos I cuando éste hizo construir en Sinaia su residencia de verano: el Castillo de Peles. A partir de entonces la ciudad se fue llenando de magníficas casas que aún hacen de Sinaia una de las ciudades más bonitas de Rumanía.
Pero ¿qué podemos ver en Sinaia? Todo dependerá del tiempo del que se disponga, pero si solamente tienes unas horas o un día para conocer esta ciudad de los Montes Bucegi no debes perderte los siguientes lugares.
Castillo de Peles
Este castillo es la estrella de la ciudad. Se trata del segundo museo más visitado de Rumanía, y aunque la entrada no es precisamente barata os aseguro que merece la pena pagarla. Se puede llegar al castillo en coche y estacionarlo en alguno de los aparcamientos de las inmediaciones, o bien caminar desde el centro de la ciudad, algo que puede llevar mínimo media hora.
El conjunto del castillo es especialmente atractivo desde la distancia, cuando la silueta del castillo se recorta entre la verde pradera que le precede y el bosque de abetos que sirve de telón de fondo. Una vez en el recinto del Castillo de Peles no hay que perderse sus bellos jardines con fuentes y esculturas antes de comprar la entrada para acceder al castillo.
La visita al castillo solamente se puede hacer en circuitos guiados. Los hay en varios idiomas, pero de momento no en español. En cada una de las salas que se visitan hay también carteles informativos, pero tampoco los vais a encontrar en español. Que eso no os desanime, aunque no entendáis ninguno de los idiomas en los que se hacen las visitas, no dejéis de entrar. Seguro que no os arrepentís.
Si queréis saber más sobre esta visita, pasad por el post del Castillo de Peles. Allí encontraréis toda la información sobre este museo.
Castillo de Pelisor
Comparado con el anterior castillo este parece una casita de muñecas. Se encuentra a pocos metros del Castillo de Peles y fue construido por el rey Carlos I para su sucesor, Fernando, y la esposa de éste, María. Si bien su exterior parece una típica casa de campo alemana con entramado de madera, el interior es elegante y refinado. Fue la propia reina María quien se encargó de la decoración. En ella domina el art nouveau y los muebles importados desde Viena.
Nosotros no visitamos este pequeño castillo, pero fue solamente una cuestión de tiempo. Teníamos que continuar viaje y no podíamos demorar más nuestra estancia en Sinaia. Así que nos quedamos con las ganas porque seguramente es tan atractivo como su castillo vecino.
Monasterio de Sinaia
Los orígenes de este monasterio ortodoxo se remontan al siglo XVII, cuándo un noble rumano, Mihail Cantacuzino, tras su peregrinaje a Jerusalén y al Monte Sinaí, lo mando edificar. Tanto el nombre del monasterio como el de la ciudad son también recuerdo de aquel viaje.
En aquel momento se construyó la pequeña iglesia de la Asunción de la Virgen María. Entonces el monasterio estaba aislado y los fieles eran pocos. Un siglo más tarde ese templo se había quedado pequeño y se decidió levantar una segunda iglesia, la de la Santa Trinidad, más grande que tuviera espacio para todos los fieles, ampliando también el monasterio, en el cual siguen viviendo un puñado de monjes.
Hoy en día, al visitar el Monasterio de Sinaia, se entra primero al patio que aloja esta segunda iglesia. Entre las pinturas que decoran esta iglesia ortodoxa se pueden ver a cada lado de la puerta las del Rey Carlos I junto a una columna de piedra tallada que simboliza el reino aún incompleto de Rumania y la de la Reina Isabel junto a su única hija, la princesa María. Entre los iconos que se pueden en el interior de la iglesia hay dos en el pronaos, St. Serghie y Sf. Nicolae, que fueron un regalo del zar Nicolás II al monasterio con motivo del bautizo del príncipe Nicolás, hijo de Fernando y María (ella era era nieta del zar).
Desde ese primer patio se accede por una pequeña puerta al recinto del antiguo monasterio, en cuyo centro se puede ver la primera iglesia. Esta pequeña iglesia sufrió un incendio en 1788, por lo que algunas de las pinturas que la decoraban desaparecieron. Todas han sido restauradas entre los años 2006 y 2016.
Entre ellas se puede ver al mecenas del monasterio rodeado de sus 18 hijos (12 de ellos adoptados) y otros miembros de la familia Cantacuzino. Sin duda esta parte antigua del monasterio es mucho más atractiva que la moderna, con su blancura, sus balcones y su jardín.
Horario del Monasterio de Sinaia
Verano: 8:00 a 18:00 hoars.
En invierno el antiguo museo y la iglesia abren solo bajo petición entre las 10:00 y las 15:00 para grupos de más de 10 personas.
6 comentarios
Pero vaya pueblín más guapo Kris, me ha encantado todo. Ya vi el otro día el castillo de Peles y ahora esto y me ha parecido precioso. No tenía ni idea de la existencia de este pueblo, a decir verdad, tengo muy poca idea de lo que hay en Rumanía, voy a tener que ponerme las pilas. Para empezar voy a poner un pin en google maps sobre Sinaia para no olvidarme de visitarlo cuando vaya a Rumanía. Un besito Kris
Es uno de esos lugares para quedarse unos días y disfrutar con calma de los paseos, las casas y las rutas por los alrededores. Cuando me jubilé y me vaya a vivir allí ¡te invito!
Rumania es un destino desconocido, por lo menos para nosotros. Pero nos estas haciendo recorrerlo y disfrutarlo a través de tus experiencias. No conocíamos la existencia de esta ciudad y como bien dices no sabríamos ubicarla en el mapa. Pero hay varias cosas que nos hacen incluirla en un deseado y futuro viaje a Rumania. Primero, que este rodeada por naturaleza y que se puedan realizar rutas. Segundo que sea de fácil acceso, y por lo que comentas, es fácil llegar en tren o autobús. Y tercero, la cantidad de cosas que tiene para ver. Sin duda, y como amantes de los castillos, la visita al Castillo de Peles no puede faltar. Seguiremos esperando más historias de Rumania, y si algún día tenemos la oportunidad de recorrer este país, ya sabemos a donde acudir a buscar información. ¡Saludos! 🙂
Rumanía para mi fue un grato descubrimiento y es sin duda un destino que recomiendo a todo el mundo antes de se masifique como está pasando con el resto de Europa.
Estuve a punto de visitar Sinaia hace unas semanas cuando estuve en Rumania. Como bien dices el viaje se puede hacer en tren desde Brasov o Bucarest. Yo al final no tuve tiempo a ver todo lo que quería así que creo que tendré que volver. Me apetece visitar el castillo de Peles. Como trata del segundo museo más visitado de Rumanía imagino que será interesante ir en temporada baja.
La verdad es que como en Rumanía no hay demasiado turismo puede incluso bastar con ir entre semana para no encontrar grandes colas. Nosotros estuvimos en fin de semana, en septiembre, y apenas tardamos 15 minutos en tener las entradas en la mano.