Nuestra primera parada en tierras albanas fue en la ciudad más grande del norte de Albania. Habitada desde la Edad de Bronce, por ella han pasado ilirios, romanos, otomanos, serbios, búlgaros y venecianos. Todos ellos fueron dejando su granito de arena y esos lugares que ver en Shkodër.
Dejamos atrás Montenegro, un país pequeño, bello y acogedor. Adiós a sus montañas, a sus playas y a sus preciosas ciudades. Y llegamos a Albania. Caía la tarde y la cosa comenzó con risas: casi entramos en el país sin parar en la frontera. menos mal que dimos con el policía simpático.
Desde ese punto recorrimos los 40 kilómetros que nos separaban de nuestro destino: Shkodër. En el horizonte se perfilaba la silueta de las montañas. Pero cerca de nosotros todo era plano y en algunos puntos podíamos ver el lago Shkodër, el mismo que habíamos visto unas horas antes en Montenegro.
Durante el camino nos dejaban de sorprendernos las grandes casas construidas a ambos lados de la carretera. Desperdigadas, sin llegar a formar un núcleo de población. Algunas nos parecieron realmente ostentosas y vimos algunas que eran como grandes tartas de boda. De casualidad descubrimos que eran negocios dedicados al mundo de las bodas: vestidos, flores, restaurantes, ceremonias.
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Llegada a Shkodër en coche: atención amigo conductor
Ya entrada la noche llegamos a Shkodër y sufrimos un verdadero shock. Nosotros que habíamos dejado esa mañana la tranquila capital de Montenegro, Podgorica, nos encontramos en una ciudad cuyas calles bien eran un caos. Bicicletas (con o sin luces), coches parados en cualquier lugar, vehículos que parecían no tener intermitentes y conductores ajenos a las reglas de circulación en una rotonda o a la existencia en su coche de una cosa llamada intermitente.
Todo pasaba muy deprisa ante nuestros ojos, la gente sin duda está acostumbrada a que de cualquier lugar salga un coche, una moto o una bicicleta. El peatón no parece contar en las calles de Shkodër (ni en las de ninguna ciudad albana). No se respetan los pasos de cebra y los peatones terminan cruzando las calles y avenidas cuándo y cómo pueden.
Rumbo a nuestro hotel yo iba guiando a Arturo, los dos pendientes de ese tráfico tan caótico como el de otras ciudades orientales, ya sea El Cairo, Nueva Delhi o Katmandú. Por suerte en Shkodër no hay tantos coches ni tanta contaminación con en esas grandes urbes. Además, las calles por las que íbamos pasando tenían ese aire de bazar, de tiendas antiguas con sus mercancías en la acera agrupadas por el tipo de productos que venden. Otra cosa que nos hizo trasladarnos a Estambul o de nuevo, a El Cairo.
Os puede parecer exagerada esta comparación, pero al día siguiente, a la luz del día, la sensación siguió siendo la misma. Basta pararse unos minutos es Sheshi Demokracia y contemplar el tráfico para alucinar. Las bicicletas recorren esa rotonda en cualquier sentido, los coches que se incorporan parecen tener siempre la prioridad (los conductores ni miran si tienen un coche a su izquierda), a la hora de abandonar ese espacio cada uno lo hace como le parece, eso sí, sin indicarlo con el intermitente. Incluso algún peatón seguramente habituado a todo eso se anima a cruzar en las salidas y entradas a la rotondas con gran seguridad.
Así que si vais a visitar los lugares que ver en Shkodër y llegáis a la ciudad en coche, ánimo y prudencia. Y no toquéis demasiado el claxon, ellos tampoco lo hacen porque a pesar de lo mal que circulan, resulta que son muy transigentes con el resto de conductores y pocas cosas parecen sacarles de sus casillas.
Qué ver en Shkodër en un día
Los lugares que ver en Shkodër se reparten en dos zonas. Una de ellas en el centro de la ciudad. La otra, fuera de ella, en el lugar donde confluyen los ríos Drin y Buna.
Yo voy a empezar por esta última zona. Desde el centro de la ciudad hay unos cuatro kilómetros (cinco si se va en coche) hasta el Castillo de Rozafa. No hay autobuses que unan ambos puntos. El paseo no es especialmente interesante, por lo que la mejor idea es ir en coche o en taxi si no se tiene vehículo propio.
Mezquita del Plomo
Esta mezquita es probablemente uno de los lugares más atractivos que ver en Shkodër. Construida a los pies de la colina sobre la que se alza el Castillo de Rozafa, fue la primera mezquita que abrió de nuevo sus puertas a los fieles tras la caída del régimen comunista, por lo que tiene una gran importancia para los musulmanes del país, al igual que la Mezquita de Et’hem Bey, uno de los más bellos edificios que ver en Tirana.
Desde esa fecha se han realizado varias restauraciones. Actualmente (verano 2022), su interior está en obras, pero se puede ver por un hueco en la puerta. Yo tuve suerte y a pesar de ello pude entrar. Fue pura casualidad. Vi a dos hombres entrar con una cámara de vídeo y corrí a preguntar si me dejaban acceder. No me pusieron ninguna pega y pude ver el interior en el que aún no se habían terminado de montar los andamios que los cubrirán durante unos ocho meses.
La mezquita no tiene minarete, y sus cúpulas de plomo, esas que le dan nombre, son lo más llamativo de la construcción. Es imposible no darse cuenta de que el terreno en el que se encuentra el templo está hundido. Es debido a las constantes inundaciones de la zona que han dejado a la mezquita un metro por debajo del terreno que la rodea.
Hay también un pequeño cementerio a la izquierda de su entrada. Las lápidas son tan pequeñas que puede pasar desapercibido.
Justo enfrente de la mezquita hay una amplia esplanada para dejar el coche o la moto si se llega en uno de eso vehículos.
Castillo de Rozafa, la gran fortaleza que ver en Shkodër
El castillo se ve perfectamente desde la Mezquita del Plomo. Y la colina sobre la que se alza desde kilómetros de distancia. Si se llega en coche, se puede probar suerte por si hubiera algún sitio junto a la taquilla, pero el estacionamiento ahí es muy pequeño. También se puede dejar el coche al comienzo de la subida hacia el castillo. Es un paseo de unos 5 minutos cuesta arriba.
Esta gran fortaleza, uno de los grandes edificios históricos que ver en Albania. Consta de tres patios, el recorrido por ello permite ir viendo diferentes construcciones que en su día formaron parte de este gran espacio defensivo. Murallas y bastiones rodean todo el recinto, subir a ellas permite contemplar el entorno de la colina.
Desde unas zonas se puede ver la ciudad. Desde otras, el río Buna y su viejo puente peatonal (el actual data del siglo XIX y se construyó en el mismo lugar que ya hubo uno desde el siglo XVI). Y mirado hacia el sur, las vistas del río Drin forman la imagen más bonita de la que se puede disfrutar desde el Castillo de Rozafa.
En cuanto al interior de la fortaleza, merece la pena fijarse en los carteles informativos. De otra forma puede ser complicado saber que es lo que se tiene delante. Hay varios aljibes (no es complicado localizarlos, pues varios cuentan con un pozo exterior), restos de edificios militares y lo más llamativo: la iglesia de San Esteban (antigua catedral de Shkodër).
El último patio es el más pequeño de todos, también el mejor conservado. Nada más pasar el arco de entrada, a la derecha, está el edificio veneciano que aloja el Museo del Castillo. Nosotros no entramos a visitarlo, pero aquellos interesados en hacerlo debéis saber que hay que pagar una entrada para ver su interior. También en este patio hay un bar, lugar perfecto en los días de calor para tomar una cerveza fría, un helado o sencillamente comprar una botella de agua.
Horario del Castillo de Rozafa
El castillo abre todos los días de 8:00 a 20:00 horas (supongo que invierno cerrarán antes por la falta de luz).
El precio es de 400 lekë por persona y solamente se puede pagar en efectivo.
Mezquita Ebu Bekr
Un buen lugar para comenzar la visita por el centro de la moderna Shkodër es esta gran mezquita. No es complicado localizarla, esta cerca Sheshi Demokracia, la plaza en la que se encuentra la oficina de turismo de la ciudad y en la que hay varias casas de cambio perfectas para hacerse con lekë, la moneda de Albania.
La mezquita Ebu Bekr es una construcción moderna, data de los años 90 del siglo XX. Rodeada de jardines, en principio está abierta a las visitas siempre que no se quiera entrar durante la oración. Había leído que no dejan entrar a visitantes, pero en nuestro caso no hubo ningún problema. Llegamos a la entrada al recinto, saludamos, yo me cubrí la cabeza con un pañuelo que llevaba para es fin y ya está. Dentro.
El interior es tan austero como el exterior, pero especialmente luminoso gracias a los grandes ventanales que se reparten por todo edificio. La entrada para mujeres está en el exterior, pero también un par de puertas interiores permiten el acceso a la parte superior de la mezquita.
Rruga Kolë Idromeno
Al dejar la mezquita, merece la pena poner rumbo a la calle que se encuentra a la espalda del edificio. Se trata de Rruga Kolë Idromeno, una calle peatonal con muchas tiendas y restaurantes. Además de su animación, cabe destacar en ella el atractivo de sus casas bajas de colores, algunas de ellas bien conservadas o restauradas. Callejeando se pueden encontrar otros bonitos edificios e incluso, alguna iglesia ortodoxa.
Al final de esa calle, hay que torcer a la derecha por Rruga G’juhadol. Aunque por ella ya circulan coches, si se presta atención se pueden ver algunas de las casas más bonitas de la ciudad. Varias han sido restauradas recuperando su antiguo esplendor. Otras no han corrido la misma suerte, y si nadie hace algo pronto, lo más probable es que terminen desapareciendo.
Museo Marubi
Uno de los museos más valorados que ver en Shkodër es el Museo Marubi, en Rruga Kolë Idromeno. Se trata de un museo de fotografía que es también un viaje por la historia de Albania, un país que a principios del siglo XX estaba muy lejos de la modernidad que ya se respiraba en otros países de la vieja Europa.
El museo lleva el nombre de la familiar Marubi, de origen italiano, que llegó a Shkodër a mediados del siglo XIX. Establecieron su laboratorio fotográfico en la ciudad y desde entonces, varias generaciones han retratado al pueblo albanés y algunos de sus momentos históricos más relevantes.
Las fotografías muestran a mujeres vestidas al estilo otomano, grupos de hombres con trajes militares, familias de la ciudad y también a gente del campo. Un recorrido que permite ver la evolución de la moda y de la propia Shkodër con el paso de los años.
Nos animamos a conocer este museo que ver en Shkodër tras leer que había sido candidato a Mejor Museo Europeo del Año en 2016. Sin embargo salimos bastante decepcionados. La muestra es pequeña, se muestra una mínima parte de la gran colección de miles de imágenes que guarda el archivo del museo. La planta baja se dedica a exposiciones temporales, lo que quita espacio a la exposición permanente. Y el precio de la entrada (700 lekë, pago solamente en efectivo) nos pareció excesivo.
Es cierto que las pocas fotografías y objetos que se exponen son interesantes, pero no como para cobrar esa entrada ni para considerarse una visita imprescindible en la ciudad.
Catedral Católica de San Esteban
Aquellos que se animen a recorrer Rruga G’juhadol hasta el final se toparán con la catedral católica de Shkodër, durante mucho tiempo la iglesia católica más grande de los Balcanes. Se construyó en la segunda mitad del siglo XIX, y entre 1967 y 1991, periodo en el que los comunistas gobernaron Albania, se utilizó como gimnasio. Cuando se volvió a abrir al culto, la Madre Teresa de Calcuta acudió a la consagración de la catedral.
Encontrarla abierta no parece tarea sencilla. Tampoco su Museo Diocesano. Por ello no os puedo contar nada más sobre esta gran iglesia que ver en Shkodër.
Rruga 13 Dhjetori y Rruga 28 Nëntori, calles que ver en Shkodër
Desde la catedral se puede volver al centro por el Bulevardi Skënderbeu. Es una animada vía que fuera de las horas punta resulta agradable recorrer. Antes de llegar a Sheshi Demokracia hay que desviarse a la izquierda por otra calle peatonal: Rruga 28 Nëntori. Cafés y edificios color pastel se pueden ver a lo largo de este paseo arbolado que continúa en Rruga 13 Dhjetori. El Ayuntamiento y la prefectura son dos de las construcciones clásicas más bonitas que ver en el centro de Shkodër.
Frente al primero hay una cuidado parque perfecto para hacer un alto en el camino y descansar en un banco a la sombra antes de recorrerlo en busca de las variadas esculturas que lo decoran y que lo convierten en una interesante visita.
Al otro lado del mismo se puede ver la ahora amarilla mezquita Parrucës. Fue reconstruida en 2006, aunque durante el régimen comunista perdió sus pinturas y su mihrab.
Puente de Mes, imprescindible que ver en Shkodër
Uno de los lugares más atractivos que ver en Shkodër está fuera de la ciudad. Hay que recorrer 8 kilómetros desde el centro de la ciudad, hacia el noreste, para llegar al Puente de Mes. Se trata de una construcción otomana del siglo XVIII sobre el río Kiri.
Tiene una longitud de 108 metros y cuenta con 13 arcos, todos ellos originales. El puente sigue siendo de uso peatonal y se puede ver perfectamente desde el puente moderno que hay junto a él. Creo que es una visita que merece la pena, pues el puente, considerado uno de los más bellos construidos por los otomanos, es realmente atractivo, tanto por la propia construcción como por el entorno en el que se encuentra.
Para estacionar el coche hay una zona justo antes del mismo, con muchos cubos de basura llenos y con gran cantidad de basura alrededor (algo nada raro en Albania). Además de perros callejeros, un animal que sigue presente en las calle de todo el país.
Dormir en Shkodër
La oferta hotelera en Shkodër no está mal. Cuanta con algunos grandes hoteles, sencillos albergues, coloridos hostels y algunos hoteles boutique. La mayoría tiene una ubicación perfecta para conocer los lugares que ver en Shkodër, pero puede ser importante que cuente con aparcamiento si se llega a la ciudad en coche.
Nosotros buscamos un hotel que cumpliera con tres requisitos mínimos: ubicación céntrica, plaza de parking y desayuno incluido. Tras una búsqueda exhaustiva, nos decidimos por el Çoçja Boutique Hotel. Un establecimiento cerca de la Mezquita Ebu Bekr y de la Rruga 28 Nëntori.
Tras habernos alojado en este encantador hotel, tengo que decir que es un lugar totalmente recomendable. Ocupa un edificio histórico restaurado con un bonito patio interior. Cuenta con un agradable restaurante en el que se sirve el desayuno a la carta y habitaciones con baños modernos y una decoración con cierto toque romántico. Las camas son grandes y cómodas, y las ventanas de esas que no dejan entrar un solo ruido del exterior.
Si queréis saber más de este hotel, ver disponibilidad o consultar las tarifas, podéis acceder al siguiente enlace: Çoçja Boutique Hotel.
Gasolineras en Shkodër
Nos pareció realmente llamativa la cantidad de gasolineras que hay en Shkodër. Tanto en el centro como en los alrededores de la ciudad, no falta un lugar para repostar. Habíamos leído que el uso de tarjetas de crédito en Albania era poco habitual. A pesar de ello nosotros en Shkodër pudimos pagar las comidas, el hotel y hasta la gasolina con VISA.
Para repostar tuvimos que preguntar en varias estaciones de servicio. Pero al final dimos con una cadena que admite pago con tarjeta (solamente para el combustible, el resto de productos de la tienda se pagan en efectivo). Se trata de la cadena de gasolineras Kastrati. Las hay por todo el país, algo importante si no se quiere llevar tanto dinero encima.
