Qué ver en Rabat: 15 imprescindibles en la capital de Marruecos

por Cristina Monsalvo
qué ver en Rabat

Si hasta ahora no te habías planteado conocer la capital de Marruecos, no esperes más. Yo he tardado demasiado en animarme a conocer los lugares que ver en Rabat. Y después de conocer la ciudad os puedo asegurar que es un lugar que merece mucho la pena. Rabat es una ciudad en la que la tradición árabe convive en perfecta armonía con el estilo más moderno y occidental. Una suma que le ha valido formar parte desde 2012 de la lista del Patrimonio de la Humanidad.

Puedes pasar la mañana recorriendo su fascinante Medina de ambiente totalmente musulmán y la tarde caminando por la Avenida Mohamed V entre blancos edificios de estilo art nouveau. Para terminar el día, podrás elegir entre disfrutar de la puesta de sol junto a las barcas de pescadores en el río Bu Regreg o haciendo surf en la playa de Rabat. Sin olvidar que la cena la puedes hacer en algún restaurante tradicional de la ciudad vieja, en alguno más cosmopolita en la parte más moderna de Rabat o incluso en locales de franquicias internacionales.

Qué ver en Rabat

Rabat es una ciudad que no defrauda a nadie. Menos turística que otras del país, es imposible no caer rendido ante sus cuidados jardines, sus monumentos históricos, sus ordenadas calles y sus puestas de sol.

Cómo llegar a Rabat

Rabat cuenta con un aeropuerto internacional, algo que facilita la conexión con distintas ciudades europeas. Ryanair tiene vuelos directos a Rabat desde Madrid, Sevilla, Málaga y Barcelona.

Desde el aeropuerto se puede llegar de forma económica (25 dirhams) al centro de la capital marroquí en autobús, un servicio que funciona hasta casi la medianoche. Tiene varias paradas en la ciudad, dos de ellas junto a las estaciones de tren: Rabat Agdal y Rabat Ville. Si vais al centro de la ciudad para conocer los lugares que ver en Rabat, os recomiendo bajaros junto a la Gare Rabat Ville. Desde allí hay que caminar unos 10 minutos para llegar a la Medina.

Si vuestra intención es continuar viaje en tren hacia otras ciudades, podéis ir hasta cualquiera de las estaciones de Rabat. Desde ambas salen trenes hacia Casablanca, Tanger o Marrakech.

Aquellos que prefieran el taxi para llegar al centro de la ciudad, los encontrarán a la salida de la terminal. La tarifa es fija y algo más cara en horario nocturno.

En nuestro caso nos “encontramos” por casualidad con un opción alternativa para regresar al aeropuerto. La intención era ir en autobús desde Gare Ville, y nos habíamos quedado con sólo 50 dirhams, el importe justo para el bus. Estando en la parada, se nos acerco un señor que nos ofreció a otros dos viajeros y a nosotros llevarnos en su coche. Nos pedía 120 dirhams en total (30 dirhams menos que la tarifa oficial), pero como solamente teníamos 50 eso fue lo que nos cobró a nosotras.

La última opción para ir desde el aeropuerto de Rabat al centro de la ciudad es recurrir a un transporte privado. Es una buena idea si no se quiere esperar el autobús o si se quiere ir de puerta a puerta con la tranquilidad de no depender de que al llegar al aeropuerto haya o no taxis libres. Puedes reservar en este enlace los traslados privados en Rabat.

Alojamiento en Rabat

Repartidos tanto por la Medina de Rabat como por la ciudad nueva hay un buen número de alojamientos de distintas categorías. En los alrededores de la Avenida Mohammed V hay buenos establecimientos de estilo occidental, mientras que en el casco antiguo se encuentran un buen número de riads en Rabat.

Riads en Rabat

Yo os voy a recomendar el riad que elegí para pasar dos noches en la capital de Marruecos. Tras una exhaustiva búsqueda me decante por Riad Amaris. Después de haberme alojado en él creo que acerté de pleno en la elección.

Tiene una ubicación fabulosa en una calle tranquila pero desde la que se puede ir caminando hasta todos los lugares que ver en Rabat. Cerca hay tiendas y restaurantes. La estación Rabat Ville está a unos 10 minutos caminando del riad.

Decoración, en tonos blancos, azules y amarillos no puede ser más bonita. Ofrecen distintos tipos de habitaciones, algunas con camas con dosel y otras con dos alturas. Todo está impoluto, el desayuno típico marroquí te lo sirven recién hecho y acompañado de zumo de naranja natural y te reciben con un té moruno con pastas.

El personal es muy amable y facilitan al máximo la estancia, las camas son cómodas y la tranquilidad absoluta. Además, se puede pagar con tarjeta y te guardan el equipaje sin problema si tu estancia en la ciudad va más allá de la hora del check-in.

Puedes comprobar disponibilidad y tarifas e incluso hacer tu reserva en el siguiente enlace: Riad Amaris.

Otros riads en Rabat que valoré para mi estancia en la ciudad son estos:

  • Dar Shaeir. Más cerca de la playa de Rabat, este riad tiene una decoración más tradicional y precios algo más económicos.
  • Riad Dar Rabiaa. En el corazón de la Medina, con tarifas muy similares al Riad Amaris, este riad estaba entre mis favoritos. Su decoración es sencilla y fresca, igual que el tono verde protagonista en puertas y ventanas.
  • Dar Mayssane. Otro de esos riads de Rabat en el corazón de la Medina. Su azotea es un capricho y en las habitaciones se fusiona la arquitectura marroquí con bonitos objetos decorativos.

Hoteles y apartamentos en Rabat

Si prefieres alojarte en la parte más moderna de la ciudad, en un hotel con más comodidades de estilo occidental o un apartamento, aquí tienes unas sugerencias que tuve en cuenta al organizar el viaje para conocer los lugares que ver en Rabat.

  • Hotel Le Musée. Al lado del Museo Mohammed V y muy cerca de la estación Rabat Ville está este hotel de 3 estrellas con habitaciones llenas de color y desayuno incluido.
  • My City. Unos metros más alejados de Gare Rabat Ville están estos estudios con cocina, zona de estar y hasta parking gratis. Decorados con mobiliario de estilo occidental, los hay con balcón terraza y con capacidad para hasta tres personas.
  • La Tour Hassan Palace. Los que se quieran dar un verdadero capricho encontrarán en este hotel de 5 estrellas el lugar perfecto para hacerlo. Tiene jardines, piscina y todo en él, desde el olor de su lobby a las habitaciones, derrocha lujo.

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Qué ver en Rabat en 1 ó 2 días

Estoy segura de que si hasta llegado hasta aquí es porque quieres conocer los lugares que ver en Rabat. Una suma de atractivos que convierten a la capital de Marruecos en un imprescindible turístico en el país.

qué ver en Rabat

En mi caso he pasado un par de días en Rabat. Llegamos desde Casablanca a mediodía y dejamos la capital marroquí a las cinco de la tarde dos días después. Creo que es tiempo suficiente para conocer los lugares que ver en Rabat sin prisa. Si se quiere hacer alguna excursión (luego os hablare de ellas) a otras ciudades más o menos cercanas teniendo la capital de Marruecos como base, se puede ampliar la estancia los días que se consideren necesario para ello.

Ahora vamos “al grano”. Os voy a contar los lugares que ver en Rabat, esos de los que he disfrutado durante mi estancia en la ciudad. Voy a hablaros de ellos en un orden lo más lógico posible para que podáis ir creando una ruta entre unos y otros. Además, al final del post, no os perdáis el mapa con los lugares que ver en Rabat.

Avenida Mohammed V

Mi primer contacto con los lugares que ver en Rabat fue esta avenida, la más importante, elegante y bonita de la ciudad nueva. Comienza en la mezquita As-Sunna y termina en la Avenida Laalou, tras atravesar la Medina de Rabat.

A ambos lados de la Avenida Mohammed V se pueden ver importantes edificios oficiales, como el Parlamento de Marruecos y la Oficina de Correos. También hay tiendas, cafés y restaurantes. Uno de los mejores hoteles de la ciudad, el Hotel Balima, está también en esta avenida.

El centro de esta calle que ver en Rabat lo ocupa, en uno de sus tramos, un boulevard con altas palmeras y fuentes. Un lugar muy fotogénico cuando la luz acompaña para sacar el minarete de la mezquita As-Sunna entre las palmeras.

Recorrer esta calle resulta muy agradable. Os decía que fue el primer lugar que vi de Rabat, y la razón es que es en esta calle donde está la Gare Rabat Ville. Una moderna estación de tren desde la que se puede dar un agradable paseo (cuesta abajo) hasta llegar a la Medina y otros lugares que ver en Rabat.

Al final de la avenida está la Mezquita As-Sunna, cerrada, como todas las de Marruecos excepto la Mezquita Hassan II en Casablanca, a los no musulmanes. Aun así y estando en la avenida, sin duda merece la pena acercarse a verla. O al menos saber alguna cosa sobre ella. La Mezquita As-Sunna de Rabat fue construida en el último cuarto del siglo XIX y se caracteriza por su gran tamaño (es la cuarta mezquita más grande de Marruecos) y por su alto minarete que como otros muchos en territorio marroquí recuerdan a la Giralda de Sevilla.

Palacio Real de Rabat

Rabat es una de las cuatro ciudades imperiales de Marruecos (las otras son Fez, Meknes y Marrakech, todas antiguas capitales del reino).  En ella se encuentra una de las residencias reales, la que se comenzó a construir en tiempo del sultán Mohammed III. Esa antigua residencia real fue reformada y ampliada a mediados del siglo XIX, momento en el que el Palacio Real de Rabat adquirió su actual aspecto.

Este palacio se encuentra dentro del recinto amurallado de Touarga, lugar en el que además de la residencia real se encuentran diferentes entidades oficiales. Grandes jardines rodean el palacio, con amplias praderas salpicadas por arbustos, árboles y palmeras. Frente a la residencia se puede ver otra de las mezquitas (no se puede acceder al interior) de Rabat, la Mezquita Ahl Fâs, del siglo XVIII, que comparte con el palacio el tono verde de las tejas que cubren el tejado.

Pues bien, para ver el palacio, solamente por fuera, hay que tener en cuenta algo muy importante siendo turista: para entrar en el recinto amurallado hay que hacerlo  por una puerta en la Av. Yacoub Al Mansour. Ya sea andando o en taxi, hay que acceder al recinto por esa entrada y pasar por las oficinas para registrar el pasaporte. Una vez realizado ese trámite, se puede continuar caminando hacia el palacio.

Se supone, por todo lo que yo he leí hasta mi viaje a Rabat, que los visitantes no podemos acercarnos a la puerta de entrada al palacio. Esa con un enorme arco de herradura decorado con azulejos, arabescos y caligrafía árabe. Sin embargo, nosotras si pudimos acercarnos, nadie nos paró y hasta el propio personal de seguridad nos estuvo haciendo fotos (espero que sean mejor en su trabajo que cómo fotógrafos jejeje).

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El recinto está abierto todos los días 9:00 a 17:00 horas. Si quieres hacer un tour completo por los lugares que ver en Rabat incluido el Palacio Real, puedes reservar el tour guiado de la ciudad con traslados al hotel.

Chellah, imprescindible que ver en Rabat

A un corto paseo del Palacio Real se encuentra este recinto arqueológico. Visitarlo es hacer un viaje al pasado, a la historia de Rabat. Incluido desde 2012 en la lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO, este lugar, rodeado de una muralla meriní (antiguo imperio de origen bereber) alberga restos cartaginenses, romanos e islámicos.

Se puede decir que Chellah fue el origen de Rabat, un asentamiento que fundaron los cartaginenses junto al río Bu Regreg. Los romanos conquistaron el lugar y los llamaron Sala Colonia. Con la caída del Imperio Romano, la ciudad fue quedando abandonada, hasta que el siglo XIV Abu A-Hassan, un rey meriní, pensó que podía ser un buen lugar para una necrópolis y decidió que sería el lugar de su enterramiento y de su familia. Por ello construyó la muralla que podemos ver antes de acceder al recinto arqueológico.

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Dentro de este recinto que ver en Rabat, y siguiendo la información del plano que hay junto a la entrada (merece la pena hacer una foto para orientarse más fácilmente) se pueden ver el antiguo Decumanus Maximus (sus grandes losas hacen que sea sencillo reconocerlo) y los restos de lo que fue el foro romano. Con un poco de imaginación no es complicado imaginar las dimensiones de su arco de triunfo, sus tiendas o templos.

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Los restos de época meriní son mucho más fáciles de reconocer. La antigua mezquita conserva su minarete y su mihrab. Entre las tumbas, con decoración de azulejos, arcos apuntados y patrones geométricos, destacan la del fundador de la necrópolis y la de su esposa.

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Horarios de Chellah

La entrada al sitio arqueológico de Chellah es de pago. Los horarios varían a lo largo del año.

  • Octubre a marzo de 9:00 a 17:00 horas.
  • Abril a septiembre de 9:00 a 19:00 horas.
  • Ramadán de 9:00 a 15:00 horas.

Museo Mohammed VI (MMVI)

Este museo se inauguró en 2014, siendo el primer espacio museístico en Marruecos dedicado al arte moderno y contemporáneo. Cuenta con una colección permanente y espacios para exposiciones temporales. En el pasado se han organizado eventos con obras del Picasso, los impresionistas o Goya en otros artistas.

En el moderno edificio de color blanco que aloja el museo se mezclan la arquitectura del siglo XXI con elementos de marcado estilo árabe. Los muros exteriores del museo se utilizan para exponer copias de obras que se pueden ver en el interior y sus jardines para compartir con los viandantes importantes esculturas de artistas de renombre como Botero o Niki de Saint Phalle.

Entrada de pago.

Horario: miércoles a lunes de 10:00 a 18:00 horas.

Catedral de San Pedro de Rabat

Desde la Avenida Mohammed VI se puede coger la Av. Abou Inane para llegar a este gran templo católico construido hace más de un siglo. Es otra de esas construcciones que ver en Rabat en las que se funden la modernidad con la tradición de Marruecos. Y es que al levantar esta catedral una de las premisas era que el edificio recordará que está en una ciudad marroquí. Por eso, la madera del techo provine del Atlas, el mosaico del suelo de estilo marroquí y las dos torres tienen forma de minarete. El interior es muy luminoso, con vidrieras, arcos apuntados y un peculiar Via Crucis en las paredes laterales.

Si estando en la catedral os apetece ver uno de los hoteles más lujosos de Rabat, podéis dar un corto paseo por la Av. Chellah hasta el Hotel La Tour Hassan Palace. Basta entrar con decisión para dar un vuelta por sus salones, su pequeño patio de estilo árabe (y aprovechar para hacer una visita al baño).

Murallas que ver en Rabat

Son dos las murallas que rodean la Medina y que son sin duda algo que ver en Rabat. Al sur, paralela a la Avenida Hassan II, está la Muralla de los Andaluces. Su tono rojizo es una de sus señas de identidad, al igual que las puertas que comunican la ciudad antigua con la moderna: Bab Chellah, Bah Mellah (la que da paso al antiguo barrio judío) o Bab Diouana entre otras. Accediendo a la medina por esta última puerta se llega a uno de los lugares que ver en Rabat: el mirador con bonitas vistas hacia la Kasbah, el río y Salé. En el extremo este de éste tramo de murallas está la torre Borj Sidi Makhlou.

La segunda es la Muralla de los Almohades, al oeste de la Medina. Se terminaron de construir en 1197 y completan los 5 kilómetros de murallas que ver en Rabat.

En la muralla almohade, también con varias puertas, destacan Bab El Had y Bab Rouah. La primera es la más bella de las puertas que dan acceso a la Medina (en su interior hay varios carteles informativos sobre la propia Medina, sus calles, mezquitas y puertas). La segunda, muy cerca del Palacio Real, es también bastante interesante (aloja en su interior una tienda de artesanía).

Jardines Nouzhat Hassan

Frente a la Muralla de los Andaluces, al otro lado de la Avenida Hassan II, se pueden visitar unos jardines cuidados y frondosos. Un refugio umbrío perfecto para los días de calor. Fue abierto en 1924 y desde entonces es el más grande de los jardines públicos de Rabat. No es un lugar especialmente atractivo, pero está cuidado, tiene algunos agradables rincones y muchos bancos a la sombra, algo perfecto para hacer un alto en la visita entre la ciudad nueva y la Medina.

Torre de Hassan II, icono que ver en Rabat

Caminando desde Borj Sidi Makhlou se tarda poco minutos en llegar a uno de los sitios más conocidos que ver en Rabat, la Torre de Hassan II. Se encuentra en un recinto de acceso gratuito que comparte con el Mausoleo de Mohamed V.

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Esta torre inacabada tenía que haber sido el minarete de una mezquita que comenzó a construirse en el siglo XII. El sultán Yacub Al Mansur fue quien encargó el proyecto con la idea de que fuera la mezquita más grande del mundo. Pero murió y el proyecto quedó paralizado.

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De aquel sueño del sultán solamente queda el minarete de 44 metros (debía haber alcanzado los 70 metros), con una arquitectura muy similar a la de la Giralda de Sevilla, y la base de las columnas del edificio principal. El resto quedó destruido en el terremoto de Lisboa de 1755.

La entrada a todo el recinto es gratuita. El horario habitual es de 8:00 a 18:30 horas, aunque puede variar entre invierno y verano y durante el Ramadán.

Mausoleo de Mohammed V

Este mausoleo es otros de los lugares que ver en Rabat que todos los que pasamos por la capital de Marruecos visitamos. Aquí está enterrado Mohammed V, el primer monarca del país tras su independencia en 1956. Junto a él descansan sus hijos, Hassan II (padre del actual monarca) y Mulay Abdellah.

Las obras del mausoleo duraron 10 años, siendo finalizadas en 1971. En ellas participaron 400 artesano marroquíes que llevaron a cabo el diseño del arquitecto vietnamita Eric Vo Toan. Es uno de los mejores ejemplos de la moderna arquitectura marroquí, inspirada en el estilo tradicional.

El blanco del mármol de Carrara contrasta con el verde de las tejas que cubren el mausoleo y que recuerdan a otras construcciones de Marruecos, como algunos edificios que ver en Tetuán, en Fez o en el propio Palacio Real de Rabat. En el exterior, elevado sobre un pedestal con una superficie de 1.500 m2, destacan tras la reja de forja los portales con columnas que dan paso al interior del mausoleo.

Dentro, las paredes están decoradas con azulejos de colores y caligrafías coránicas. El sarcófago del monarca alauita, tallado en sola pieza de ónix blanco pakistaní, se ve desde una terraza. Sobre el conjunto, una fascinante bóveda de caoba y cedro decorada con vidrio coloreado.

Corniche Bu Regreg, el mejor paseo que ver en Rabat

Uno de los paseos más agradables que se pueden dar por Rabat es junto al río Bu Regreg. Con vistas a la Kasbah, a la Medina y a la vecina Salé, la luz varía tanto en este lugar que merece la pena ir por el día y también al atardecer.

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Las barcas de pescadores dan color al cauce del río. Al fondo, el arenal de la playa de Salé despide frente a la Kasbah al Bu Regreg en su llegada al Océano Atlántico. La gente de la ciudad sale a pasear por este lugar sobre todo al atardecer, cuando todo se tiñe de suaves tonos dorados.

Es aquí donde hay barqueros que cruzan el río para llevar pasajeros de Rabat a Salé. Tampoco faltan los gatos en busca de algún pescado olvidado y no los que se sientan con calma y una caña en la mano a esperar un pez que decida picar su anzuelo.

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Jardines Andalusíes

Y llegamos a uno de los lugares más bellos que ver en Rabat, la Kasbah de los Oudayas. Pero antes de entrar en este laberíntico recinto amurallado hay que hacer una parada para conocer los Jardines Andalusíes, creados a principios del siglo XX, en la época del protectorado francés.

Se accede a ellos por una puerta lateral en la muralla. Una vez dentro espera al visitante un verdadero vergel con árboles frutales, palmeras, arbustos y flores. Todo está perfectamente organizado al más puro estilo de los jardines árabes. El agua es también protagonista de estos jardines de 8.400 m2. Hay fuentes en las esquinas, junto a las paredes y en los paseos, en los que tampoco faltan esculturas.

Es imposible durante la visita a estos jardines no recordar los jardines andaluces. Esos en los que las plantas más exóticas y el sonido del agua son protagonistas. A mí, personalmente, en un punto de la visita, al girarme, no pude evitar pensar en el jardín del Palacio de la Dueñas, en Sevilla.

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Dentro de los jardines, que son de acceso gratuito, hay dos museos (entrada de pago): Museo de los Oudayas y Museo de Joyería. No os puedo decir nada sobre ellos porque no los visité.

Kasbah de los Oudayas, imprescindible que ver en Rabat

Otro de esos lugares que nadie que visita Rabat se pierde es esta kasbah construida sobre la desembocadura del río Bu Regreg. Este bastión fortificado lo construyeron los almorávides en el siglo XII y hoy es uno de los lugares con más encanto que ver en Rabat, con un nombre que proviene de una tribu del Sahara, la Udaia.

El acceso a la fortaleza se hace por Bab El Kebir. Una vez en el interior basta ir callejeando para descubrir los atractivos rincones que esconde la Kasbah de los Oudayas y que forman una especie de pueblo dentro la capital marroquí.

Casas blancas, puertas de colores, puestos de fruta, fuentes con azulejos, plantas en las esquinas. El conjunto parece casi un decorado por el que van y vienen muchos turistas y poca gente de la ciudad.

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Merece la pena recorrer la arteria central de la fortaleza en la que no faltan tiendas de recuerdos ni galerías de arte. Al final hay una gran plaza con buenas vistas sobre la parte inferior de la fortificación, la playa de Rabat y la de Salé. Después, toca callejear, dejarse llevar. Es la forma de dar con alguna mezquita y con calles por las que pocos turistas se animan a caminar.

Hay que recordar que la kasbah, a pesar de su aspecto casi de museo, está habitada. Por ello hay que ser discreto y no hacer más ruido del necesario para no molestar a los vecinos.

Playa de Rabat

A los pies de la kasbah se encuentra la Playa de Rabat. Un arenal protegido por espigones que se ha convertido en un famoso lugar para hacer surf. Basta acercarse a ella para cruzarse con jóvenes (y no tan jóvenes) cargados con sus tablas y caminando descalzos por las calles de la ciudad para lanzarse a cabalgar sobre las olas.

Más allá de eso no creo que esta playa sea el lugar que buscan los que quieren pasar un día disfrutando del sol y el mar. Hay mejores playas en Marruecos, algunas de ellas muy cerca de los atractivos lugares que ver en Essaouira.

Cementerio de los Mártires

Este inmenso cementerio es como una gran puzzle de lápidas. Hay miles de ellas, encajadas unas junto a otras y descendiendo ladera abajo, desde la Medina hasta el océano, la playa y el faro de Rabat. Hay tumbas de mármol, de piedra, pintadas de colores. Sobre la tierra que cubre los cuerpos de los difuntos, pequeños jardines que tiñen de verde el cementerio en cuanto pasa el calor y comienzan las lluvias. Aquí la muerte iguala a ricos y pobres, no hay lugares destacados ni reservados.

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Visitar el cementerio para nosotras fue una tarea algo complicada. Tras mi experiencia no os puedo decir con seguridad se se permite la entrada a no musulmanes. La razón es que fuimos un viernes, y nos dijeron que no podíamos acceder hasta el día siguiente. Ese mismo viernes otra persona nos dijo que si nos cubríamos la cabeza, podíamos entrar. Pañuelo tapando el pelo y a la puerta, pero no, imposible.

Regresamos al día siguiente y preguntamos a la policía. Nos dijeron que podíamos entrar, y cruzamos la puerta del Cementerio musulmán de los Mártires. Una vez dentro parecía que todo iba bien, hasta que apareció un vigilante y nos invito nada amablemente a irnos. Mientras, otro vigilante decía que nos podíamos quedar. Un verdadero lío, la verdad. Nosotras conseguimos entrar, pero si lo veis complicado, siempre podéis entrar al cementerio por una de las puertas laterales que hay en la Avenida Laalou.

Medina de Rabat, el lugar más fascinante que ver en Rabat

Aunque esté en último lugar, la Medina de Rabat es sin duda uno de los lugares que ver en Rabat que nadie debe perderse. Un pequeño laberinto en el que no es fácil perderse, no hay que tener ningún miedo en dejarse llevar por los sentidos en este fascinante barrio. Tras sus grandes y elaboradas puertas hay domicilios particulares, restaurantes y hoteles, casi todos en las calles más tranquilas de la Medina.

Hay que ir atento mientras se recorre la Medina de Rabat. Aquí aparecerá una puerta especialmente atractiva, allá un fuente. Y en cualquier calle algo de street art, el taller de un artesano o una familia de gatos que hará las delicias de más de uno.

qué ver en Rabat

Todo lo que hay dentro de la Medina de Rabat es digno de ver. Algunos estarán más interesados por las zonas comerciales, otros por las gastronómicas y algunos por esas calles tranquilas en las que discurre la vida de la gente que vive en ellas.

Para que os sirva de guía, yo os dejo a  continuación una pequeña relación de lugares que no debéis perderos en esta parte de Rabat. Al menos para que os sirvan de referencia. Luego cada uno que decida como recorrerlos y que descubrir entre unos y otros.

Avenida Mohammed V en la Medina

Esta artería recorre de sur a norte la Medina de Rabat. Es una de las calles más animadas, con infinidad de tiendas de aceite de argán, de zumos y muchos bares y restaurantes sencillos. En su extremo sur está el mercado central, con muchos cafés y locales de comida alrededor.

Rue Souika, una calle que ver en Rabat

Es una de las calles más animadas de la Medina. Y también de las más largas. A lo largo de ella hay varias fuentes con azulejos. El minarete de la Gran Mezquita se puede ver mientras se recorre esta vía peatonal en la que se agrupan las tiendas de ropa y de calzado.

qué ver en Rabat

Algunos tramos de esta calle están cubiertos, una forma de proteger a tenderos y viandantes del sol y la lluvia. Uno de ellos es el del Souk Es Sebbat, especializado en joyería y marroquinería.

Mellah, el barrio judío de Rabat

Entre la muralla y la rue Souika se encuentra el barrio más laberíntico que ver en Rabat. Una serie de estrechas calles con puertas azules en la que el mercado de alimentos sale a la calle haciendo complicado el caminar por ellas. Merece la pena recorrer el Mellah de Rabat y caminar por él hasta los miradores sobre el río que se sitúan en una calle mucho más tranquila que el interior del barrio.

Rue del Consuls

Esta es la calle en la que los turistas podemos encontrar todo tipo de recuerdos y artesanía para llevar a casa. Alfombras, bolsos, imanes, camisetas. Es el lugar al que ir de compras y en el que disfrutar haciendo fotos, pues el conjunto de artículos forma bonitas composiciones.

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También hay que ir pendientes de puertas y ventanas. Cuando las tiendas están abiertas es más complicado darse cuenta de la elaborada decoración que tienen en una calle que debe su nombre a los diplomáticos extranjeros que vivían en ella.

Rue Bouqroune, otra calle que ver en la Medina de Rabat

Menos turística de otras calles de la Medina, esta vía es especialmente pintoresca por ser el lugar al que la gente de esta parte de Rabat acude a comprar frutas, verduras, carne o pescado. Los tenderos sacan sus mercancías a la puerta de la tienda desde primera hora de la mañana.

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El olor dulzón de la fruta inunda todo en esta parte de la Medina. Uvas, manzanas, naranjas. Depende de la temporada unas frutas y unas verduras serán las que se puedan comprar en esta calle. También hay puestos de carne y de pescado. E incluso algunos que solamente venden hierbabuena, imprescindible para hacer un buen té moruno.

Mezquita Mulay Mekki

Es imposible al pasear por la Rue Sidi Fateh (conocida también por ser la calle de los joyeros) y no fijarse en las elaboradas puertas de esta mezquita. Su minarete octogonal es único en Marruecos.

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Dónde comer en Rabat

Son muchos los locales para comer en Rabat. Desde los más sencillos que se pueden encontrar en la Medina a los elegantes de estilo occidental de la ciudad nueva.

Cualquier puede ser bueno si se ajusta a vuestro presupuesto y gustos gastronómicos. Yo os voy a dejar a continuación unas recomendaciones sobre los sitios en los que nosotras comimos.

  • Dar El Medina. Un restaurante en la Medina, en una callecita que sale de Rue Souika. Ocupa una casa tradicional, las mesas se reparten por el patio y las salas que se abren a él. El servicio es amable y la carta está bastante bien, con menús a precios asequibles y otros platos que se pueden pedir para completar la comida o cena. Nos gustó bastante y creo que es un buen lugar para disfrutar de una comida típica marroquí.
  • Dar Rbatia. De este restaurante os quiero decir que lo menciono pero no lo recomiendo. Por mucho que todo el mundo parezca encantada con él, a nosotras no nos gustó nada. Lo primero por incómodo, las mesas y sillas parecen para enanitos y no permiten disfrutar en condiciones de la comida. Lo segundo, porque fuimos a reservar y preguntamos si había pastela; la respuesta fue sí, de pollo o pescado, cuando realmente no estaba en la carta ni se podía pedir más allá de una cosa dulce que llaman pastela y que poco tiene que ver con lo que esperábamos. Por último, por los precios. Tienen menús por unos 25 €, el doble del precio que pagamos por un menú en el anterior restaurante que os he mencionado. Y además, con peor calidad.
  • Dar Naji. Muy popular entre los marroquíes, nos gustó bastante. Una carta con una buena variedad de platos (para ser Marruecos), zumos naturales, un pan delicioso. El local es muy amplio, con vistas a la Medina. Mejor reservar porque a determinadas horas puede haber problemas para conseguir mesa. El personal es correcto pero hay tanta gente que algunas veces pueden resultar algo bordes. Si pides té, ya verás como lo sirven.

Qué ver cerca de Rabat

Teniendo como base Rabat se pueden hacer buenas excursiones en el día para conocer otras de las ciudades de Marruecos. El tren hace que sea posible ir a conocer los lugares que ver en Casablanca por la mañana y regresar para dormir en Rabat. El viaje entre ambas ciudades es de solamente una hora. Otra buena excursión de un día es Tánger, a unos 90 minutos en tren de la capital marroquí.

Excursiones a Rabat

Si estás quieres conocer los lugares que ver en Rabat sin complicarte la vida, puedes reservar algunas de las excursiones o circuitos organizados que la visitan. No son muchas las opciones que incluyen Rabat, es una ciudad mucho menos turística que otras el país. Y es una pena porque es realmente bonita e interesante.

Una buena opción para conocer Rabat es reservar el circuito de 6 días por las Ciudades Imperiales y el desierto de Merzouga en español.

También os puede interesar el tour privado por Casablanca y Rabat en español con una duración de aproximadamente 9 horas.

qué ver en Casablanca

Mapa con los lugares que ver en Rabat

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