En el Valle del Corneja, rodeado de montañas y con un importante patrimonio, se encuentra Piedrahita. Uno de los pueblos más bonitos de la provincia de Ávila. Su ubicación es realmente impresionante, algo que sin duda llamó la atención de D. Fernando de Silva y Álvarez de Toledo, doceavo duque de Alba de Tormes. Uno de los lugares que ver en Piedrahita es precisamente el palacio que ese duque mandó edificar.
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Qué ver en Piedrahita
Se pueden conocer los lugares que ver en Piedrahita en un día. Incluso diría que en una mañana. Algo que deja tiempo para conocer otros pueblos bonitos de Ávila tales como Bonilla de la Sierra o El Barco de Ávila. Pero de momento vamos a centrarnos en lo que nos interesa: los lugares que no nos podemos perder en este pueblo abulense.
Palacio de los Duques de Alba
Es probablemente el edificio más notable que ver en Piedrahita. Os decía al principio de este post que lo mandó construir el XII duque de Alba. Era también este personaje nacido en Viena, el XVI señor de Valdecorneja, caballero de la Orden del Toisón de Oro y Grande de España. Sin duda, una larga lista de títulos nobiliarios la que tenía Don Fernando de Silva y Álvarez de Toledo.
El palacio que podemos ver hoy, de estilo neoclásico francés, se levantó sobre el antiguo castillo que tenían en Piedrahita los Álvarez de Toledo y que parece ser estaba en un estado ruinoso.
El nuevo edificio cuenta con tres plantas y en forma de U. Está rodeado de jardines al conjunto palaciego se realiza por una gran puerta de forja sobre la que se pueden ver las iniciales del duque. Desde hace pocos años, una escultura del Gran Duque de Alba, Fernando Álvarez de Toledo y Pimentel (nacido en Piedrahita), se puede ver en el camino que une la puerta principal con la entrada al palacio.
Desde 1931, el palacio pasó a ser propiedad del municipio, y actualmente aloja una escuela pública que cada día se llena con las voces y carreras de los niños de la localidad. Los fines de semana está cerrado. Puede que entre semana se permita el acceso, pero sin duda poco debe quedar en el interior del edificio del lujo con el que debieron vivir los Alba en este palacio.
Jardines del Palacio de los Duques de Alba
Rodeando el palacio o accediendo por otra de las grandes puertas de forja laterales a la altura del edificio palaciego, se llega a los jardines de estilo francés. Sin duda un lugar que ver en Piedrahita por el que merece la pena dar un paseo. En su centro hay una sencilla fuente rodeada de parterres. A pocos metros de ella se puede ver un busto de Goya. El pintor aragonés fue amigo de María del Pilar Teresa Cayetana de Silva y Álvarez de Toledo, XIII duquesa de Alba.
Fue esta mujer, una de las más interesantes de la época, quien más disfruto del palacio construido por su abuelo. En él reunió con frecuencia a sus amigos, entre los que no faltaban artistas e intelectuales. Algo que también hacía la Duquesa de Osuna en el palacio que se puede ver en el madrileño Parque del Capricho. Parece ser que Goya pintó uno de los retratos de la Duquesa de Alba en este palacio de Piedrahita.
No hay que dejar de caminar hasta el final de los jardines y subir hasta el mirador sobre los jardines. Desde él se tiene una magnífica perspectiva del conjunto del palacio y de las montañas que rodean Piedrahita.
Plaza de España
Dejando atrás el palacio hay que tomar la Calle Fortaleza para llegar a la plaza más bonita que ver en Piedrahita. Se trata de una plaza porticada en cuyo centro hay desde el siglo XVIII una fuente de piedra.
Los edificios que rodean esta plaza de forma poligonal cuentan con soportales adintelados, con columnas de piedras. Construcciones que también podemos ver en otros muchos pueblos tanto de Ávila como del resto de localidades castellanas.
Entre tanto edificio tradicional, destacan sin duda las fachadas de tres construcciones modernistas, la del ayuntamiento y, sin duda, la de la Iglesia de Santa María la Mayor.
Al igual que ocurre con otras interesantes plazas españolas, como puede ser la de Chinchón, la de Piedrahita fue escenario de diversos espectáculos tales como corridas de toros o procesiones. Desde hace siglos, en esta plaza se instala cada martes el mercados semanal.
Iglesia de Santa María la Mayor
El más importante de los edificios religiosos que ver en Piedrahita es esta iglesia. Cuenta la tradición que se construyó sobre el que fue palacio de la Reina Berenguela, hija de Alfonso VIII, siendo reformada y añadiendo varias capillas a lo largo de los siglos XVI y XVII.
El templo, de estilo gótico, cuenta con tres naves, conservando algunas de las ventanas originales. La portada principal, en un lateral de la iglesia, se abra a la Plaza de España, y está protegida por un pórtico. En el interior de la iglesia se puede visitar el Museo de Arte Sacro. La entrada da acceso al coro bajo y al claustro.
En el exterior destaca la gran torre almenada, recuerdo sin duda de los tiempos en los que el palacio de la reina era más una fortaleza que una cómoda y elegante residencia.
Convento de las Carmelitas
El último lugar que vimos en nuestro paseo por Piedrahita fue este convento. Fundado en a mediados del siglo XV por Doña María Álvarez de Vergas, este convento recibía a las hijas de los nobles de la zona. Sigue siendo un convento de clausura que ocupa, junto con su huerta, un gran espacio del casco histórico de la localidad.
Entre los hechos recordados desde hace siglos en este convento está el paso de Santa Teresa de Jesús por él. Un acontecimiento que se recuerda cada año en el mes de julio.
Qué ver en los alrededores de Piedrahita
Un recorrido por los lugares que ver en Piedrahita se puede completar visitando Bonilla de la Sierra, uno de los pueblos más bonitos de España. Su iglesia, los restos de su castillo o sus aljibe son algunos de los lugares que conocer en él. Y tan solo son 15 minutos los que se tardan en coche en recorrer el trayecto entre las dos localidades.
Otro lugar que bien merece la pena visitar desde Piedrahita es La Horcajada. Solamente 14 kilómetros separan ambas poblaciones. En esta última hay que visitar el interior de su iglesia. Entre sus tesoros está el impresionante retablo barroco de madera. Está considerado uno de los mejores ejemplos de ese estilo en Castilla- León.
A poco más de 20 kilómetros de Piedrahita está El Barco de Ávila. Una localidad famosa por sus judías en la que un paseo junto al Tormes o la visita a su castillo hacen que merezca la pena llegar a este pueblo.
La capital abulense está algo más alejada, a 65 kilómetros. Pero hay tanto que ver en Ávila que sin duda merece la pena dedicar tiempo a visitar, cómo poco, sus murallas.