Hasta no hace mucho, cuando alguien me hablaba de Monfragüe rápidamente venían a mi cabeza dos cosas: el río Tajo y los buitres negros. Y no por haber visitado esa zona de Extremadura. Solamente por haberla atravesado en coche y por los reportajes que había visto en alguna ocasión. Ahora, después de pasar unos días allí puedo decir que son muchos los lugares que ver en Monfragüe y muchas las actividades que esperan a aquellos visitantes con ganas de disfrutar de este Parque Nacional y de su entorno.
Índice del artículo
Dónde está Monfragüe
Si queréis visitar esta zona de nuestra geografía tendréis que ir a la provincia de Cáceres. En el centro de la misma, entre los lugares que ver en Plasencia, en Cáceres y en Trujillo, está el Parque Nacional de Monfragüe. Lo atraviesa el río Tajo y alrededor de las montañas en las que viven buitres, alimoches, cigüeñas negras, búhos reales y otro buen número de aves encontramos otra parte importante de Monfragüe, sus dehesas. Un ecosistema único en el que la mano del hombre ha ido dando forma a un paisaje en el que los pastos para el ganado están salpicados de encinas y alcornoques.
Parqué Nacional de Monfragüe
Antes de contaros que cosas hacer y ver en Monfragüe, os voy a hablar un poco de este fabuloso Parque Nacional. El origen de este espacio protegido, el primero de Extremadura, se remonta a 1979, año en el que se declaró Parque Natural a Monfragüe. La razón de esa iniciativa fue recuperar la flora original de la zona, típica del bosque mediterráneo e imprescindible para la conservación de la fauna autóctona. Un paisaje que había cambiado años antes cuando se decidió plantar infinidad de eucaliptos que abastecerían a una planta de procesado de papel que nunca se llegó a construir.
En el año 2007 Monfragüe pasó a formar parte de la lista de Parques Nacionales de España, siendo la razón principal para ello que es aquí donde se encuentra la zona de matorral y bosque mediterráneo continuado más grande y mejor conservada de Europa. Además, desde el año 1991 es Zona de Especial Protección de las Aves, algo que convierte a Monfragüe en un destino privilegiado para la observación del águila imperial, de milanos, buitres y otras muchas especies que viven durante todo el año en el parque o que tienen este lugar como destino en sus migraciones.
La extensión del Parque Nacional de Monfragüe es 18.396 hectáreas. A ellas hay que añadir 97.794 hectáreas de la zona de protección periférica en las que las montañas dan paso a las dehesas. Todo ello supone un total de más de 116.000 hectáreas que desde julio del año 2003 forman parte de la Reserva de la Biosfera de la UNESCO.
Si eres un amante de la naturaleza y quiere conocer otros Parques Nacionales de España, te animo a leer los post en los que os explico cómo visitar Doñana y la mejor forma de visitar Cabañeros.
Cuándo ir a Monfragüe
Todos los Parques Nacionales de España resultan, por una u otra razón, buenos destinos para visitar en cualquier época del año. Cada estación ofrece unos atractivos al visitante. Pero sin duda, si hay un momento perfecto para conocer los lugares que ver en Monfragüe, ese es sin duda la primavera.
Tanto el P.N. de Monfragüe como la Reserva de la Biosfera se llenan de vida con la llegada del mes de abril. Las dehesas se cubren de un espectacular manto verde salpicado de flores de distintos colores. Los animales pastan a sus anchas por ellas, en muchos casos acompañados por sus crías que acaban de nacer.
Las montañas del Parque Nacional se llenan de flores de jara, de cantueso y escobas amarillas. Las encinas florecen, las aves comienzan la cría de sus retoños en las rocas o en los árboles. No es difícil ver ciervos y hasta los galápagos leprosos se animan a dar una vuelta por ese paisaje exuberante que es su hábitat. Eso sí, cuidado con estos últimos porque no es raro encontrar alguno cruzando, a su ritmo, alguna carretera en la zona de las dehesas.
Cómo visitar Monfragüe
Al contrario que otros Parques Nacionales españoles, los lugares que ver en Monfragüe se pueden visitar por libre sin problema. El acceso en vehículos particulares no está restringido, aunque hay que tener en cuenta que no se puede estacionar fuera de los lugares delimitados para ello. También hay que recordar que el parque es el hábitat natural de un gran número de especies, algunas de ellas en peligro extinción. Por ello siempre hay que conducir con precaución evitando hacer ruidos innecesarios. Y por supuesto, no hay que olvidar dejar los lugares que visitamos tan limpios como los encontremos.
Dentro del Parque Nacional solamente hay una población habitada, Villareal de San Carlos. Se trata de una pedanía que depende de Serradilla. Cuenta con algunos alojamientos, como la Casa Rural Monfragüe, un restaurante y un Centro de Visitantes.
Dicho esto, y aunque son muchos los que se aventuran a visitar Monfragüe por libre, yo os animo a reservar alguna de las visitas guiadas que ofrecen las empresas especializadas. Podéis contratar rutas en 4×4 por el parque, en kayak, avistamiento de aves y hasta rutas en busca de pinturas rupestres. Cualquiera de esas actividades podéis hacerlas con Viendo Verde, una empresa que apuesta por un turismo responsable con la naturaleza que nos rodea.
Qué hacer y qué ver en Monfragüe: entre montañas y dehesas
Son tantas las cosas que se pueden hacer en el Parque Nacional de Monfragüe y en su zona de influencia que dedicar solamente un día a ellas es realmente poco. Es cierto que lo más típico se puede ver en una sola jornada. Pero para descubrir otros de los muchos atractivos que ver en Monfragüe merece la pena, sin duda, dedicar al menos dos días a recorrer esta fantástica zona de la geografía española. Hay mucho más de lo que yo os voy a contar. Lo que vais a leer a continuación es lo que yo pude visitar durante el par de días que pasé en esta parte de la provincia de Cáceres. Planes muy buenos y variados para sacar el máximo partido a este increíble Parque Nacional y su entorno.
Salto del Gitano, imprescindible que ver en Monfragüe
Si hay un lugar que ver en el Parque Nacional de Monfragüe que nadie deja de visitar, ese es el Salto del Gitano, el nombre popular con el se conoce a Peña Falcón. Una impresionante formación rocosa de 300 metros perfecta para el avistamiento de buitres leonados. Estas aves sobrevuelan el acantilado y es sencillo distinguirlas a simple vista. Lo complicado es ver los buitres entre las rocas, en sus nidos. Fijarse en la mancha blanca de guano (sí, la caca de las aves en la roca) puede dar pistas sobre cuáles son los lugares favoritos de los buitres para poner sus nidos. Pero verlos a simple vista, sin unos buenos prismáticos, es complicado, por no decir imposible.
Son cientos los visitantes que llegan de todo el mundo a este lugar que ver en Monfragüe. Lo hacen cargados con sus teleobjetivos, sus prismáticos y sus monoculares con trípode. No en vano, este Parque Nacional es uno de los mejores lugares del mundo para ver no solamente buitres leonados durante todo el año. También, dependiendo de la época, se pueden ver cigüeñas negras, un ave en peligro de extinción, y halcones peregrinos.
Recomendación: intentad ir temprano al Salto del Gitano. Es la única forma de verlo con tranquilidad y evitar los grupos de turistas o de colegiales. Pasar un rato en el mirador a Peña Falcón sin el ruido ni las voces de otros visitantes es un regalazo.
Leyenda del Salto del Gitano
Frente a Peña Falcón, al otro lado del río Tajo, hay un roca en la que mucho ven la figura de un Guardia Civil, con tricornio incluido. Es precisamente esa formación geológica la que da origen a la leyenda del gitano que da nombre a este destacado lugar que ver en Monfragüe.
Cuenta esa leyenda que hubo en estas tierras extremeñas un gitano, alto y fuerte, que no tenía ningún reparto en asaltar a los comerciantes que atravesaban el paso de Peña Falcon. Era conocida por todos ellos su presencia en aquella ruta y el poco reparo del gitano en sacrificar a aquellos a quienes robaba. Dicho esto, es de entender el miedo que tenían a encontrarse con él unos comerciantes a los que el gitano esperó en lo alto de la sierra para quitarles todo lo que llevaran de valor. Aquellos hombres, muertos de miedo, abandonaron su mercancía y hasta su mulas para huir como alma que lleva el diablo a lomos de sus caballos.
Al gitano le costó poco robar a aquellos comerciantes. Pero la mal suerte quiso que en aquel momento apareciera la Guardia Civil. Comenzó entonces una persecución que llevó a todos hasta Peña Falcón. Allí el gitano no tenía escapatoria, y sin pensarlo dos veces salto desde una piedra alta hasta otra al otro lado del Tajo. Una vez al otro lado y en vista de que los guardias no le iban a perseguir, se giró, les hizo burla, y siguió su camino. La Guardia Civil no daba crédito, quedando uno de ellos petrificado ante lo que acababa de ver, dando así origen a la leyenda de aquel ladrón y del Salto del Gitano.
Castillo de Monfragüe
Otro lugar que ver en Monfragüe es su castillo. Queda poco de la fortaleza que construyeron los árabes en el siglo IX, pero basta subir hasta el castillo para entender porque ya los romanos utilizaron este lugar como atalaya de vigilancia. Las vistas panorámicas son excepcionales, de 360º si se sube a la reconstruida torre del homenaje.
Este castillo llegó a tener dos recintos amurallados y torres. A lo largo de los siglos posteriores a su construcción sufrió diferentes modificaciones que cambiaron su aspecto tras cambiar de manos árabes al control cristiano. En la Guerra de Sucesión, el castillo quedó en ruinas, las cuales utilizó el ejercitó napoleónico como polvorín. Llegó el siglo XX y la fortaleza de Monfragüe presentaba un aspecto de ruina total. A finales de ese siglo comenzaron las labores de restauración que permiten actualmente visitar este lugar que probablemente sea el mejor mirador del Parque Nacional de Monfragüe.
Junto a la Torre del Homenaje hay una ermita. En su interior está la imagen de la Virgen de Monfragüe que los cruzados trajeron a este lugar desde Palestina. Se puede ver el interior por una pequeña ventana en la puerta, aunque debido a la poca luz no es sencillo distinguir la imagen de la Virgen.
La entrada es gratuita. Para llegar hay que dejar el coche estacionado en el amplio parking a los pies de la montaña en la que se alza el castillo. Desde allí se puede subir caminando o bien en el autobús gratuito que une el parking con el camino final que lleva a lo que queda de la fortaleza.
Leyenda de Noeima, la princesa mora
No son pocos los que aseguran haber escuchado el llanto de una joven e incluso haber visto la silueta de una bella musulmana en Monfragüe. Y es que hay una leyenda que asegura que las frías noches invernales, una joven abandona el castillo, llora sentada en el conocido como Cancho de la Mora y sus lágrimas, convertidas en perlas, caen hasta el río Tajo.
¿Quién es esa joven? Al parecer podría ser Noeima, una joven hija del señor del castillo de Al-Mofrag. Era tan bella que no había gran señor árabe que no la cortejara, pero ninguno de ellos llegó a ocupar el corazón de la chica. Hasta que Noeima se enamoró de un guerrero cristiano de los que sitiaron el castillo de su padre. Durante los días que duró el asedio, la muchacha abandonaba el castillo utilizando un pasadizo secreto que unía el castillo, su hogar, con un paraje exterior.
El soldado supo de ese pasadizo. Su deber militar pudo más que su amor por Noeima e informó a sus superiores de la existencia del pasadizo. Fue así como los cristianos pudieron entrar a la fortaleza y sorprender a los árabes. Kaid, el padre de la joven, supo lo que había ocurrido. Antes de morir maldijo a su hija y la condenó por su traición a permanecer en el castillo para toda la eternidad.
Mirador Puente del Cardenal
Otro de esos preciosos miradores que ver en Monfragüe es este. Un paraje singular en el que disfrutar de un pequeño paseo primaveral entre jara, encinas y un buen número de la flora más característica del Parque Nacional. Junto a la carretera hay una zona de estacionamiento y un lugar desde el que se puede ver el Puente del Cardenal. Esto último siempre que el cauce del río Tajo no esté tan alto como para cubrir el puente. En mi caso no he podido verlo porque, tras la copiosas lluvias de la primavera de 2025, el río estaba tan alto que solamente un pequeño remolino de agua parecía indicar la ubicación del puente.
Aún así, con o sin Puente del Cardenal a la vista, unos metros más abajo de la carretera hay una preciosa zona con unas vistas fantásticas. En la zona hay algunas recreaciones de antiguos chozos, un pequeño arroyo y un merendero cubierto que puede ser el mejor lugar para sentarse a comer de todo el Parque Nacional de Monfragüe. Las vistas desde sus bancos son un maravilla, es como estar delante de una inmensa ventana desde la que ver el típico bosque mediterráneo que caracteriza al parque creciendo por encima del Tajo.
Construcción del Puente del Cardenal
Antes de la existencia de este puente, quienes querían cruzar el Tajo no tenían más remedio que hacerlo en barcas. Tanto personas como sus mercancías y animales tenían que recurrir a ese medio de transporte para ir de un lado al otro del río. Hasta que Don Juan de Carvajal, obispo de Coria y Plasencia y cardenal de Sant-Angelo, mandó construir un puente en la ruta que unía Trujillo con Plasencia.
Cuentan que para la construcción de ese puente, el cardenal mandó llamar a un famoso ingeniero. Don Juan de Carvajal le indicó el lugar en el que debería estar el puente. Y el ingeniero, en vista de la fuerte corriente del agua y de los agreste del terreno, le dijo que era imposible. Pero el cardenal tenía claro que la obra se debería hacer en el lugar que él había decidido y no tuvo reparo en ir ofreciendo monedas de oro, una tras otra, hasta convencer al ingeniero de que aquel era el lugar perfecto para construir el paso que uniría ambas orillas.
Para la construcción se utilizaron nada menos que 30.000 sillares de granito y cuentan que fueron 30.000 monedas de oro las que le costó al cardenal cumplir el deseo de ver levantado el puente justo en aquel lugar. Eso sí, el prelado no tenía nada de tonto, y decidió que los que antes pagaban por cruzar en barca el Tajo ahora lo harían por atravesar el río por su puente, finalizado en 1495. El peaje del siglo XV.
La Higuerilla, otro mirador que ver en Monfragüe
Cuando uno de los guías que nos acompañaban en nuestra ruta por los lugares que ver en Monfragüe nos preguntó si queríamos ver su lugar preferido del parque, ninguno pudimos negarnos. Fue así como llegamos al Mirador de la Higuerilla. Un lugar con fantásticas vistas del río Tiétar y mucho más tranquilo que otros miradores que ya habíamos visitado.
No hay que olvidar los prismáticos, pues al otro lado del río crían buitres negros sobre las copas de los árboles. Verlos no es sencillo, pero nunca hay que perder la oportunidad. Es más fácil en este mirador ver especies acuáticas, como garzas o cormoranes. Además en Monfragüe la ruta para desplazarse de un lugar a otro forma parte del encanto del lugar. Las carreteras discurren por parajes en los que se puede ir observando, entre otras muchas cosas, las diferencias del bosque entre la zona umbría y la soleada.
Si sois de los que buscáis esos bancos con vistas espectaculares, en la Higuerilla encontraréis uno perfecto para relajarse antes las increíbles vistas que regala el Tiétar fluyendo entre la vegetación del Parque Nacional.
Mirador de la Tajadilla
Este espacio es otra parada a tener en cuenta mientras se recorre Monfragüe. Se trata de un lugar perfecto para comer, puesto que cuenta con una amplia zona de merendero con mesas y bancos. La zona de aparcamiento es aquí más amplia que en otros miradores del parque, lo que facilita la llegada en coche.
La Tajadilla es también un buen lugar para el avistamiento de aves. Bajando un escalera de piedra hay un hide, un “escondite” perfecto para colocarse con los prismáticos y observar la aves. En la ladera al otro lado del Tajo hay nidos de buitres leonados (de nuevo es mejor ir con especialistas en el avistamiento de aves, pues ellos siempre tienen localizados los nidos y llevan los mejores objetivos para observar a esas y otras aves). Aquí puede disfrutar durante un buen rato de un par de buitres y una cría en el nido, viendo un momento “amatorio” entre adultos y cómo la madre alimentaba a su cría regurgitando la comida de su estómago (en trozos de carne más grandes de los hubiera podido imaginar).
En este tipo de miradores es importante, además de no dejar basura fuera de los contenedores, no alzar demasiado la voz. En la naturaleza, ser discreto, tiene premio. Puedes llegar a ver ciervos mucho más cerca de los que imaginas, algo que nos pasó a nosotros cuando una hembra pasó caminando tranquilamente justo entre el mirador y el río.
Visitar una dehesa, otro imprescindible que ver en Monfragüe
No hay duda de que recorrer el Parque Nacional de Monfragüe es una de las cosas que más atraen a quienes pasan por esta zona de la provincia extremeña de Cáceres. Pero los atractivos de Monfragüe no acaban ahí. Hay que recordar que las dehesas que rodean el parque son Reserva de la Biosfera gracias a ese ecosistema único que ha creado la mano del hombre. Un lugar en el que naturaleza autóctona formada por zorros, milanos, abubillas o perdices convive con animales como cerdos, vacas, ovejas y cabras.
Para llegar al corazón de Monfragüe las carreteras pasan entre las dehesas. Encinas y alcornoques son la vegetación principal en ellas. De vez en cuanto puede aparecer un rebaño de vacas, de ovejas o algunas cabras. Pero para ver al animal que más relacionamos con las dehesas, el cerdo ibérico, hay que animarse a visitar alguna finca privada.
Comer cerdo ibérico
En nuestro caso, y gracias a la gestión de Viendo Verde, pudimos pasar una mañana con Marta, Pedro y su equipo en una de sus dehesas. Una de esas experiencias únicas e inolvidables que se suman para mí en la lista de imprescindibles que ver en Monfragüe.
De la mano de Marta recorrimos su dehesa paseando entre sus cerdos ibéricos. Ella se encargó de explicarnos las características del ecosistema y del cerdo ibérico. Aprendimos lo que comen estos animales, cuando un jamón puede ser llamado de bellota y cuando un cerdo es más o menos ibérico sin perder la calidad en los productos que de él se elaboran.
Para completar la experiencia, comimos en la dehesa, bajo la sombra de una encima. Antes, Marta nos explicó las características de cada corte de carne del cerdo y porqué, dependiendo de la parte de que la que proceden, son más grasas o más duras. Tras ese master en carne de cerdo ibérico, y mientras preparaban las carnes en la parrilla, comenzamos la comida cómo no podía ser de otra forma, con un surtido de los mejores embutidos y quesos extremeños. Después llegaron las ensaladas para acompañar a la degustación de carnes de cerdo ibérico. Secreto, costillas, solomillo, abanico o lagarto son solamente algunas de las partes del animal que pudimos probar.
Si queréis vivir una de estas experiencias, podéis contactar con Marta en la web Sierra de Monfragüe. También podéis comprar directamente sus productos en la tienda/fabrica que tienen en Malpartida de Plasencia.
Curiosidades del cerdo ibérico y del jamón de bellota
Algunas de estas cosas ya las sabía antes de visitar la dehesa de la que os hablo. Otras las aprendí gracias a nuestro anfitriones.
- El cruce de dos animales de pura raza ibérica dará como resultado crías 100% ibéricas.
- La legislación permite el cruce de cerdo ibérico con cerdo raza Duroc. En estos casos la madre será siempre 100% raza ibérica. El padre puede ser 100% Duroc, dando lugar a crías 50% ibérico, 50% Duroc. También se puede cruzar una madre ibérica con un padre 50% ibérico, siendo las crías 75% ibérico.
- Son varias las características que van a diferencias a los jamones de cada uno de estos tipos de animales. Una de ellas es la grasa exterior y veteada del producto. 100% ibérico, mucha gracias exterior y poca entreverada. 75% ibérico, buen equilibrio entre grasa exterior y veteada. 50% ibérico, poca grasa por fuera y mucha entre la carne del jamón.
- No hay jamones 100% bellota. Los cerdos ibéricos (o mezcla) solamente comen ese producto los cuatro últimos meses de su vida y siempre junto a otros alimentos que puedan encontrar en la dehesa. Es el periodo de la montanera.
- Una encina produce al año unos 15 kilos de bellota. Un cerdo come cada día de la montanera en torno a 10 kilos de bellota.
- El tiempo mínimo de curación de un jamón ibérico de bellota es de 2 años, pero es mejor que ronden los 2 años y medio o tres para que el jamón sea aún mejor.
El Robleo, una dehesa diferente
Aunque la mayoría de las dehesas de Monfragüe son propiedad privada, hay algunas de uso público a las que el acceso es libre. Una de ellas es El Robleo, en el término municipal de Malpartida de Plasencia. La característica más singular de esta dehesa es que aquí, además de las típicas encinas, vamos a encontrar un gran número de robles. Algo que hace que el paisaje sea diferente al de las otras dehesas que ver en la zona.
Las cabras y las vacas pastan en los prados bajo los diferentes quercus (árboles y arbustos cuyo fruto es la bellota) que allí crecen en total libertad. Cuando cae la tarde se les puede ver caminar rumbo a los establos en los que pasaran la noche. Para los que somos ciudad, algo tan sencillo como eso se convierte en un verdadero espectáculo del que disfrutar en total tranquilidad en un paraje idílico.
En El Robleo también se pueden ver lugares como el Cerro de los Castillejos. Allí hay una antigua atalaya, probablemente de origen vetón. En esa zona está la conocida como “tumba de la princesa” en lo alto de un gran bloque de granito. Sin tener certeza al respecto, se cree que pudo ser un altar ceremonial o la tumba de alguna persona relevante.
No muy lejos de ese cerro está el Embalse de las Covachillas. Un preciosa estampa en la que no hace falta nada más que agua, cielo, una prado verde y algunas flores para crear una estampa de postal. Es también un buen lugar para el avistamiento de aves acuáticas tales como garzas, ánades o cormoranes.
Para finalizar el paseo por El Robleo, nada mejor que ir hasta el Canchal de la Lobera (15 minutos en coche, 90 minutos caminando). Allí ahí un mirador rodeado de la acumulación de rocas que da nombre al lugar. Las vistas son excepcionales y al estar fuera de las rutas típicas por los lugares que ver en Monfragüe es fácil poder disfrutar de ellas en soledad.
Centro de Visitantes Norte
En todos los Parques Nacionales de España hay centros de interpretación para visitantes. Lugares que la mayoría suelen obviar y que sin embargo aportan gran información sobre un gran número de aspectos de cada uno de los parques. Entre los lugares que ver en Monfragüe se cuenta sin duda el Centro de Visitantes Norte, el lugar perfecto para conocer muchos detalles de esta Reserva de la Biosfera.
Se trata de un magnífico edificio de 2.000 m2 enclavado en una típica dehesa extremeña. Recorrerlo permite ver maquetas, distintos audiovisuales y paneles explicativos e interactivos sobre la fauna, la flora, la geología y la presencia del hombre en Monfragüe. Las fotografías que documentan las explicaciones y el audiovisual que proyectan en el pequeño cine del centro son dignos de ver.
Me llamó especialmente la atención la zona en la que se puede escuchar el canto de distintas aves que habitan en Monfragüe. También me pareció muy curiosa la estructura en la que la madera parece recrear los nidos en los que viven los buitres o las cigüeñas.
En el exterior hay una ruta de 1 kilómetro entre jaras, madroños y encinas con carteles explicativos sobre la fauna y flora de la reserva.
El centro abre todos los días del año (excepto 1 de enero y 24, 25 y 31 de diciembre) de 9:30 a 18:30 horas en verano y hasta las 17:30 horas en invierno. El acceso es gratuito y al entrar hay que pedir la audioguía para escuchar las explicaciones sobre las maquetas que están expuestas.
Centro de Visitantes Sur
Hay que ir a Torrejón el Rubio para conocer otro de los lugares que ver en Monfragüe. En este pueblo está el Centro de Visitantes Sur que se puede visitar para pedir información y aprender algo más sobre diferentes aspectos de la Reserva de la Biosfera de Monfragüe.
En el Bird Center se ofrece información sobre los mejores puntos de avistamiento en el Parque Nacional y en la Reserva de la Biosfera. Tienen buenos paneles informativos sobre las aves de la zona. El acceso es gratuito y está abierto de miércoles a domingo de 10:00 a 14:00 horas y de 16:00 a 20:00 horas.
También aquí está el Centro de Interpretación del Arte Rupestre. Formado por cuatro chozos, este espacio del Centro de Visitantes es perfecto para descubrir los secretos del arte rupestre en Monfragüe. Con 112 cuevas o abrigos con pinturas, el Parque Nacional posee una de las mayores concentraciones de este arte en la Península Ibérica. Son muy pocos de estos lugares los que se pueden visitar, por lo que los interesados en este tema encontrarán muy aleccionadora la visita a este centro que cuenta también con copias de varias estelas talladas.
La entrada a este último centro de interpretación es de pago, aunque el precio es bastante simbólico: 1,5 € adultos y 1 € para visitantes entre 13 y 18 años. Los menores acceden de forma gratuita. El horario es de miércoles a domingo de 10:00 a 14:00 horas y de 15:00 a 19:00 horas.
Estrellas, el cielo que ver en Monfragüe
Desde el año 2016, Monfragüe ostenta el título de Destino Turístico Starlight de Extremadura. Este reconocimiento certifica la calidad de sus cielos y el compromiso del destino para el acceso a la luz de las estrellas así como para la preservación de la calidad del cielo nocturno.
Los municipios que están dentro de la zona reconocida como Destino Starlight son Malpartida de Plasencia, Mirabel, Casas de Millán, Serradilla, Cañaveral, Pedros de Acím y Torrejón el Rubio. Es en el este último pueblo donde se puede visitar el Observatorio Astronómico de Monfragüe. Durante el día una pequeña exposición en el Centro de Interpretación de Cielos de Monfragüe acerca a los visitantes a nuestro sistema solar y la evolución en los medios para observar el cielo a lo largo del tiempo.
Sobre el edificio hay una cúpula giratoria de más de 4 metros de diámetro desde la que se pueden realizar observaciones con telescopio. En ciertas ocasiones, el personal también saca telescopios al exterior para poder contemplar el cielo rodeados de un entorno natural en que se puede escuchar el ulular de los búhos o el croar de las ranas.
Horarios y precios del observatorio
- Invierno de miércoles a domingo de 10:00 a 14:00 horas y de 19:00 a 23:00 horas.
- Verano de miércoles a domingo de 10:00 a 12:00 horas y de 20:00 a 2:00 horas.
- Niños hasta 12 años entrada gratuita.
- De 13 a 18 años 1 € entrada al centro de interpretación y 1 € observatorio astronómico.
- Adultos 1,5 € entrada al centro de interpretación y 3 € observatorio astronómico.
Es conveniente concertar la visita en la Oficina de Turismo de Torrejón el Rubio para garantizar que el observatorio funcionará el día de vuestra visita.
Dónde dormir en Monfragüe
No falta alojamiento en los pueblos que aportan territorio a la Reserva de la Biosfera. Podéis encontrar casas rurales, albergues, hoteles y apartamentos. Nosotros nos alojamos en uno de estos últimos, en Malpartida de Plasencia, a poca distancia de la Iglesia de San Juan Bautista.
El nombre de los apartamentos es Cielo de Monfragüe. No podían haber puesto un nombre más evocador. Se trata de un pequeño complejo formado por 5 apartamentos en el corazón de la localidad. Cada uno de ellos lleva un nombre que hace referencia a nuestro Sistema Solar. Desde Venus a Saturno, pasando por la Tierra, la Luna y Júpiter.
Yo me alojé en la Tierra, un apartamento amplio y luminoso tipo loft, en el que no faltaban ni una cómoda zona de estar ni una cocina con zona de comedor. La decoración me pareció tan bonita como funcional. Espacios pensados para la comodidad del huésped en los que se cuidan todos los detalles. Bonitos cojines, mantas decorativas, buena iluminación, una cama sumamente confortable y un esmerada limpieza son señas de identidad de Cielo de Monfragüe que invita al relax gracias a la tranquilidad de la que se disfruta tanto dentro como fuera de los apartamentos.
En la zona exterior, ajardinada, hay mesas para comer al aire libre. También sillas para sentarse a charlar o leer a la sombra de los árboles. Sin olvidar la piscina de agua salada que se abre con la llegada del buen tiempo. No hay que pasar por alto La Charca, un espacio a un nivel inferior con un pozo y una fuente.