Lovaina es una de las ciudades más animadas de Flandes. ¿La razón? Ser la más destacada ciudad universitaria de Bélgica. Dicha Universidad se fundo en 1425 y a día de hoy sigue siendo una de las más antiguas y mejor valoradas de Europa. Durante la época del curso escolar la ciudad es tomada por los estudiantes que animan sus calles y llenan sus bares. Así hemos conocido nosotros esta ciudad flamenca. Bajo el sol primaveral de mayo cuando los universitarios aún no han terminado el curso y el buen tiempo hace que todos salgan a la calle en cuento luce un rayo de sol y los estudios lo permiten. En el día que pasamos en ella descubrimos que hay mucho que hacer y que ver en Lovaina. Desde sentarse en el bar más grande del mundo hasta disfrutar de una cata de chocolate y cerveza.
Índice del artículo
Qué hacer en Lovaina en un día
No son muchos los que dedican un día completo a conocer Lovaina. La mayoría de lo viajeros llegan a la ciudad en un escapada desde la cercana Bruselas. Y pocos se quedan a hacer noche. Sin embargo y tras nuestras experiencia, creo que merece la pena pernoctar en esta ciudad. Aunque sus monumentos no se iluminan de esa manera única que lo hacen en Gante, pasear por la ciudad cuando anochece da la posibilidad de conocer una ciudad mucho más tranquila mientras las farolas y la iluminación tiñen los edificios de blanco y dorado.
Nosotros llegamos a Lovaina un día a la hora de comer. Al ser primavera pudimos disfrutar de más horas de sol. Eso nos permitió aprovechar mejor las últimas del día para conocer más lugares. Al día siguiente tuvimos toda la mañana para conocer museos y otros lugares que ver en Lovaina. Conseguimos volver a casa con una imagen bastante completa de esta ciudad universitaria. Os cuento que hicimos en esas 24 horas y que me parece recomendable.
Visitar el Ayuntamiento (Stadhuis), joya de Lovaina
Este precioso edificio cuya fachada principal se abre a la Grote Markt de Lovaina es probablemente uno de los ayuntamientos más bonitos de Flandes y de Bélgica. Su construcción comenzó en 1439 y las obras duraron 30 años. Tres arquitectos participaron en la obra. El último de ellos, Matthijs de Layens, diseño la preciosa fachada delantera con la entrada en el centro. Es esta parte del Ayuntamiento la que todos queremos ver. Pero el edificio ocupa toda una manzana, con un patio interior.
Contar un par de curiosidades sobre este Ayuntamiento. La primera es que la fachada de Grote Markt no tuvo siempre las esculturas que hoy la adornan. Se hicieron las hornacidas, pero estuvieron vacías 400 años. No fue hasta 1850 que esos huecos se fueron llenando creando el conjunto que vemos hoy.
La segunda curiosidad es que el edificio, uno de los más bonitos que ver en Lovaina, estuvo a punto de no llegar hasta nuestro días. Consiguió escapar al gran incendio que tuvo lugar en Lovaina durante la Primera Guerra Mundial. Fue tal la magnitud de este que el centro de la ciudad quedó destruido. Incluso venía gente de otras ciudades para ver lo ocurrido (vimos fotos de aquella época y es impresionante como quedó la ciudad). Más tarde, en la Segunda Guerra Mundial, una bomba rozó la fachada. Pero no pasó nada. ¿No os parece que este Ayuntamiento tiene un ángel de la guarda?.
Interior del Ayuntamiento
El interior del Ayuntamiento se puede visitar. Pero solamente con recorridos guiados. Estas visitas tienen lugar todos los días a las tres de la tarde y se reserva plazaen la Oficina de Turismo que está en el mismo Ayuntamiento.
El soportal que parece una extensión de la Grote Markt de Lovaina, salones cubiertos de retratos de los alcaldes de la ciudad o las salas góticas son algunas de las salas que se visitan en este recorrido mientras el guía va explicando (en inglés o flamenco) la historia del edificio.
Entrar en Sint-Pieterskerk, la no catedral de Lovaina
Uno de los edificios más atractivos que ver en Lovaina es la iglesia de San Pedro. Por su tamaño y ubicación bien podríamos decir que es una catedral. Pero no es así. Este templo construido en estilo gótico brabantino tuvo sus orígenes en una iglesia fundada en el año 986, siendo la más antigua de la ciudad. Tras un incendio se edificó una iglesia en estilo románico sobre la que en 1425 se comenzó a construir la que hoy podemos ver. Un templo que puede presumir de ser una de dos únicas iglesias magistrales del mundo (la otra está en Alcalá de Henares). Ser magistral indicaba que todos sus canónigos debían ser doctores en teología.
En los planos originales, Sint-Pieterskerk debía tener una torre 170 metros de altura. Sin embargo y debido a la inestabilidad del suelo esa torre se tuvo que quedar en lo que podemos ver hoy.
Esta iglesia también fue pasto de las llamas en la Primera Guerra Mundial. Su tejado se quemó y también parte del transecto. Fue restaurada y en 1998 se instaló en la fachada que da a Grote Markt un autómata dorado que golpea una campana para dar las horas.
No hay que perderse el interior de esta blanca y luminosa iglesia. Destacan el púlpito de madera y el sagrario de piedra ricamente tallado que divide el templo en dos partes. La que corresponde al coro y la girola aloja el museo de la iglesia. Es de pago y aunque la colección es sencilla, merece la pena entrar si te interesa la pintura flamenca. Entre los cuadros expuestos hay una obra de Dirk Bouts considerada una obra maestra. Se trata de una última cena ambientada en un comedor gótico flamenco.
Buscar los Colleges de Lovaina
Con tanta tradición universitaria y con profesores en sus aulas de la talla de Erasmo de Rotterdam, no podían faltar Colleges en muchas calles de la ciudad. Nosotros pasamos por varios de ellos. Pero hay otros tantos de los que tan solo vimos su nombre en el mapa.
Los colegios universitarios que nosotros visitamos estaban todos en en la misma calle (Naamestraat) o muy cerca de ella. Reconocerlos es sencillo: unas pequeñas placas azules en la fachada los identifican.
Van Dalecollege
Este colegio se aloja en el edificio renacentista más antiguo que ver en Lovaina. Un antiguo estudiante de la Universidad lo fundó en 1569 para estudiantes con pocos recursos. Merece la pena entrar a su patio principal. Desde él se puede ver el exterior del oratorio en el que fue enterrado inicialmente Pieter van Dale, el fundador del college. Frente a la puerta del edificio se puede ver uno de los edificios más antiguos de la ciudad. Se trata de una casa de ladrillo con tejado en gablete y una decoración que podría ser la estrella de David.
College van Premonstreit
El Gabinete de Física y Mineralogía de la Universidad de Lovaina se encontraba en este lugar. Actualmente lo ocupa la facultad de Ciencias Económicas. Un busto en su patio recuerda a Georges Lemaître, sacerdote belga que impartió clases de física en este colegio. ¿Quién era este hombre?. Se le conoce como el padre del Big Bang y fue el primero que ofreció evidencias de la relatividad.
Colegio de Arras (Atrecht College)
El nombre de este colegio de Lovaina proviene del nombre de su ocupante original, Nicolás Ruterius, Obispo de Arras, quien a principios del siglo XVI instaló aquí un colegio para estudiantes con pocos recursos. En 1921 se convirtió en el primer colegio para mujeres estudiantes. No hay que perderse el conocido como “árbol de la pena“. ¿A qué se debe este nombre?. Pues a que era el lugar en el que muchas de las jóvenes alojadas en el colegio se despedían de sus novios cuando a las siete de la tarde debían volver a sus habitaciones. Otra cosa curiosa que se puede ver en este colegio es una gran esfera en la que se representan las constelaciones. Fue un regalo de China, y aunque está un poco abandonada no deja de ser singular encontrar un objeto así en el corazón de Flandes.
Koningscollege
Aunque la entrada a este college está también en Naamestraat, aquí hay que rodear el edificio por Charles Deberiotstraat. Es en esta calle en la que está la entrada al Museo de Zoología de la Universidad de Lovaina. La colección que alojó este museo era mucho mayor que la hoy que podemos ver. Pero cuando la universidad de la ciudad se dividió en flamenca y francófona, la colección del museo también lo hizo. Una de sus piezas más impresionantes es el esqueleto de una ballena que cuelga de su techo. Otros objetos pueden no ser del gusto de todos los visitantes. Como la colección de fetos de diferentes semanas de gestación metidos en frascos. U otro feto, en este caso de unos cerditos siameses.
Colegio del Papa (Pauscollege)
Es uno de los colegios más atractivos que ver en Lovaina. Para encontrarlo solo hay que dejar Naamestraat tras pasar Saint Michael’s Church para continuar por la calle del mismo nombre que esta iglesia. Unos metros más allá se encuentra la entrada al Pauscollege. Adriaen Floriszoon, antes de convertirse en el Papa Adriano VI, fue profesor de la Universidad de Lovaina. En 1523 convirtió su casa en un colegio para estudiantes de teología pobres. Este edificio se derrumbó en parte en el siglo XVIII. Y en el siglo XIX se utilizó como almacén. Actualmente vuelve a ser residencia para estudiantes varones. Su patio es uno de los más grandes que se pueden en los colegios de Lovaina. Tiene una cuidada pradera. Y la escalinata al fondo del patio está custodiada por las esculturas de dos singulares leones.
Beber cerveza en el bar más grande de Europa
Oude Markt es una de las plazas más bonitas que ver en Lovaina. A poca distancia de Grote Markt, esta espacio rectangular es el lugar más animado de la ciudad. Rodeado por más de treinta bares y restaurantes, sus terrazas son el lugar elegido por estudiantes, amigos y turistas para sentarse a disfrutar del bonito entorno tomando una de las famosas cervezas de Lovaina. O de cualquier otro lugar de Bélgica. Y es que en Oude Markt no falta donde elegir.
Esta plaza rectangular alojaba el Mercado Viejo de la ciudad. Quedó totalmente destruida en los bombardeos de la Primera Guerra Mundial. De modo que cuando pases por allí no creas que lo que ves es lo que parece. Los edificios fueron reconstruidos manteniendo el antiguo estilo de los que había en la plaza, con fachadas de ladrillo, tejados de pizarra y gabletes en lo más alto. Pero todos son posteriores a la Gran Guerra.
Ver la ciudad desde la torre de la biblioteca
Uno de los edificios más destacados que ver en Lovaina es su Bibilioteca Universitaria. Originalmente situada en Naamestraat, el edificio quedó consumido por las llamas en la Primera Guerra Mundial. Desaparecieron entonces 300.000 libros.
Tras la guerra se levantó con ayuda estadounidense un nuevo edificio en estilo renacentista flamenco. En su fachada y en sus galerías se grabaron los nombre de los más de 300 institutos técnicos que colaboraron en la construcción. Se instaló un carrillón con 63 campanas, el más grande de Bélgica. Y la biblioteca se llenó de nuevo de libros. Pero llegó la Segunda Guerra Mundial y el edificio fue de nuevo destruido y los libros quemados, en esta ocasión 900.000 ejemplares.
La comunidad internacional se puso manos a la obra para levantar de nuevo este edificio siguiendo los planos originales. Hoy podemos contemplar el resultado en Monseigneur Ladeuzeplein. El acceso al edificio está permitido, pero hay que adquirir entrada junto a la cual entregan una audioguía. Esta comienza sus explicaciones en el pórtico principal. Continúa por salas, escaleras y la nueva biblioteca. Nosotros no pudimos visitarla pues estaba cerrada durante nuestra visita.
Lo que si pudimos hacer fue subir hasta su torre. En el ascenso se van realizando paradas que acercan a la historia de la Biblioteca Universitaria de Lovaina y los hechos que arriba os contaba. Una vez en lo más alto, uno tiene la ciudad a sus pies. Subir no resulta cansado y las vistas bien merecen la pena.
Retroceder en el tiempo en los beaterios de Lovaina
Groof Begijnhof
Dicen los habitantes de la ciudad que su Gran Beaterio es el más bonito de Flandes. Yo confieso que a mi todos los que conozco me han gustado mucho. Pero tengo que dar la razón a la gente de Lovaina. Este beaterio es el más bonito que he visitado.
Incluido en la lista de los beaterios de Flandes Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, el Gran Beaterio de Lovaina es un remanso de paz. Alejado del centro de la ciudad y rodeado por el muro tracional que rodeaba los beaterios, cruzar su puerta es como retroceder en el tiempo. Fundado a principios del siglo XIII es uno de los beaterios más grandes de Flandes. Sus tres hectáreas de terreno llegaron a estar habitadas por cientos de beguinas. Mujeres viudas y solteras vivían en casas privadas o compartían vivienda con otras mujeres y sus familias. La última de estas mujeres falleció en 1988 y hoy esas casas con siglos de historia a sus espaldas sirven como residencia para profesores y alumnos de la Universidad de Lovaina.
Casi todas las casas de este beaterio son de ladrillo. Si te fijas en ellas mientras paseas podrás distinguir alguna más antigua que se diferencia por el entramado de madera en su fachada. Muchas cuentan con una pequeño jardín privado. Otras tienen uno comunitario. Pero entre bloque y bloque de casas hay cuidadas praderas, bancos bajos los árboles y canales de agua que corren bajo pequeños puentes. Y todo ello rodeando a la iglesia, elemento que nunca puede faltar en un beaterio.
Pequeño beaterio
Poco tiene que ver este beaterio con el anterior. Pero si uno tiene la posibilidad de llegar hasta él podrá disfrutar de un cuidado conjunto de casas blancas y puertas azules que se extienden a lo largo de una sola calle: Halfmaartstraat. Llegaron a vivir aquí 100 beguinas que servían a la cercana abadía de Santa Gertrudis. Las treinta casas que hoy se pueden ver se restauraron en el año 2000 y se vendieron a particulares. Un lugar tranquilo y sencillo que ver en Lovaina.
Saludar a las esculturas de Lovaina
Cuando uno menos se lo espera encuentra una curiosa escultura en las calles de este ciudad. Son una de las cosas que ver en Lovaina, pero si uno va un poco despistado puede pasarlas por alto.
Una de las esculturas más famosas de la ciudad es Fonske. Conocida como la “Fuente de la Sabiduría” se encuentra cerca de Grote Markt. Representa a un estudiante que, leyendo en un libro, deja que la sabiduría en forma de agua corra por su cabeza. Aunque algunos dicen que es cerveza. En algunas ocasiones, cuando algún club tiene algo que celebrar, se puede ver esta escultura vestida con diferentes atuendos.
Erasmo de Rotterdam no podía dejar de tener su escultura en Lovaina. Es tan pequeña que casi pasa desapercibida. Además no tienen el encanto ni la gracia de otras esculturas de la ciudad. Pero no por ello deja de tener importancia en la ciudad de cuya universidad fue profesor.
Otra de las esculturas más famosas de Lovaina es la Kotmadam. Se trata de un homenaje a las antiguas caseras de la ciudad. Se la puede ver sentada en un banco, repatingada y relajada viendo la vida pasar mientras los estudiantes dejan sus bicicletas rodeando el banco y la estatua.
Una de la esculturas más extrañas que ver en Lovaina está en la plaza de la Biblioteca de la Universidad. Un mástil de 23 metros de alta sujeta un escarabajo joya de gran tamaño. Se creó con motivo del 575 aniversario de la universidad.
De Kanaal-gravers es una escultura que se realizo para rendir homenaje a los trabajadores que hicieron realidad el canal Leuven-Dyle, navegable hasta Malinas. Se colocó en el inicio de dicho canal con motivo de los 250 años del comienzo de la excavación.
Descubrir los tesoros del M-Museum Leuven
Este museo es uno de los lugares más sorprendentes de la ciudad. Desde el exterior ya se aprecia la mezcla de arte antiguo y contemporáneo. Su fachada clásica con columnas y frontón es la puerta de acceso a un moderno edificio en el que se han fusionado con acierto arquitectura y edificios de diferentes épocas. Todo gira en torno a un patio central perfecto que se ha convertido en lugar de reunión. No hay que perderse tampoco su terraza que ofrece bonitas vistas de Lovaina.
En cuanto a las colecciones, en las salas del museo se pueden obras de Lovaina y Brabante que abarcan desde la Edad Media hasta el siglo XX. Antigüedades, escultura y pintura se pueden ver sala tras sala. También hay zonas dedicadas a las artes decorativas. Aquí los objetos expuestos se acercan al visitante a través de curiosas explicaciones dirigidas a los cinco sentidos.
Conocer el origen de Stella Artois
Yo creo que no hay nadie que no conozca la cerveza Stella Artois. Pero ¿sabías que esta cerveza nació como una bebida especial para Navidad?. El origen data de 1366 cuando en Lovaina había una fábrica de cerveza local llamada Den Hoorn. Fue en 1708 cuando Sebastián Artois logró el título de maestro cervecero y unió su nombre al anterior de esta fábrica. Hasta aquí todo normal. Pero en 1926 decidieron lanzar una edición especial de cerveza a la que llamaron Stella (estrella), y fue tal su éxito que comenzó a comercializarse todo el año llegando a convertirse en la cerveza belga más vendida del mundo.
Para los interesados en conocer la antigua cervecería Stella Artois merecerá la pena desplazarse hasta la antigua zona industrial de la ciudad. Allí las antiguas fábricas se están convirtiendo en modernos edificios. El edificio De Hoorn se ha renovado y se puede visitar su interior. Además de contar con una cervecería y realizarse exposiciones, la antigua factoría se ha remozado y se pueden ver los tradicionales alambiques en un preciosa sala que se mantiene como fue antiguamente.
Recorrer la ciudad en bicicleta
Me gusta montar en bicicleta. Pero os aseguro que en Lovaina me sentí muy torpe sobre dos ruedas. Nunca olvidaré las palabras de Sebastian, el guía de Leuven Leisure que nos acompañó en nuestro recorrido. Yo iba un poco agobiada porque nuestro paso por Oude Markt coincidió con la salida de los estudiantes de un colegio cercano. “Solo veo obstáculos” les dije a él y a Arturo. Y Sebastian, sabio y flamenco (de Flandes) acostumbrado a moverse sobre dos ruedas me dijo “no veas obstáculos, busca oportunidades”.
Y eso hice. Empecé a buscar los huecos. Los espacios más cómodos de cada calle para no ir botando como loca sobre el empedrado. La sombra para evitar el calor. Y con todo ello conseguí disfrutar del paseo. Algo que nos permitió llegar en mucho menos tiempo que caminando a puntos muy alejados en la ciudad.
Para terminar el paseo por la ciudad, esta empresa de alquiler de bicicletas y de visitas guiadas ofrece la posibilidad de una degustación de cerveza y chocolate. ¿Alguien puede resistirse a algo así? Nosotros no. Así que terminamos la ruta en el local que la empresa tiene cerca de Grote Markt tomando tres cervezas artesanales muy diferentes entre ellas, todas acompañadas con bombones de una de las mejores chocolaterías de la ciudad: Patisserie Zuut.
Cómo llegar a Lovaina
Al igual que en el resto de Bélgica la mejor forma de desplazarse para llegar a Lovaina es el tren. Además de poder disfrutar del precioso paisaje flamenco, el tren resulta económico, cómodo y rápido.
Nosotros viajamos a Lovaina desde Gante y tardamos poco más de una hora. También hay trenes directos desde Malinas (24 minutos), Bruselas (aproximadamente 45 minutos), Amberes (unos 50 minutos) o el aeropuerto de Zaventem (no llega a 20 minutos).
Una vez en Lovaina se puede ir caminando al centro desde la estación de tren. El paseo es de unos 15/20 minutos. Si se prefiere ir en autobús, las paradas están a la izquierda de la salida de la estación. Son muchos los autobuses que tienen parada en Grote Markt y el trayecto dura unos cinco minutos. Desde allí uno puede empezar a pie la ruta en busca de los lugares que ver en Lovaina.
Dónde comer en Lovaina
Son muchos los restaurantes repartidos por Lovaina. Algunos de los más animados y turísticos están en torno a Grote Markt y Oude Markt. Sin embargo nosotros disfrutamos de una magnífica cena en una lugar algo escondido pero que nos encantó: el bistró Julia en Elias.
El local nos pareció muy acogedor. Cuenta con un precioso y tranquilo patio interior perfecto para comer cuando el buen tiempo acompaña. El salón interior se divide en diferentes zonas, todas con cierto aire de comedor familiar que convierte a este restaurante en un lugar muy acogedor.
La carta presume de ofrecer lo mejor de cada temporada. Nosotros fuimos en primavera, época de espárragos y fresas. Ni lo uno ni lo otro faltó en nuestra mesa. Ambos formando parte de deliciosos platos.
Se puede comer a la carta o bien decantarse por alguno de los diferentes menús que ofrecen. Algunos están formados por platos fijos y otros dan la opción de elegir distintos platos de la carta. Cuentan también con una buena selección de cervezas y una amplia carta de vinos. No es un restaurante económico, pero desde el luego es perfecto para disfrutar de una cena en pareja.
12 comentarios
Conocemos varias ciudades de Bélgica y volveremos a visitarlas, pero Lovaina no la conocemos pero creemos que deberíamos visitarla
Gran post.
Es una ciudad que suele quedar a la sombra de Amberes, Gante o Brujas pero que sin duda merece la pena descubrir.
¡Que día más bien aprovechado!Nosotros estuvimos para ir al Rock Werchter, uno de los festivales más antiguos de Europa, y nos encantó lo poquito que vimos. El ayuntamiento es precioso y como bien dices debe tener un ángel de la guarda 🙂
Qué penita la pérdida de todos esos libros de la biblioteca…
Espero visitarla de nuevo y a ver si me animo a recorrela en bicicleta. Un abrazo.
Lo de la bicicleta es genial. Da la oportunidad de conocer Lovaina desplazándose por ella como lo hace la gente de la ciudad, sobre dos ruedas. Y encima puedes llegar en muy poco tiempo a lugares alejados del centro. Un abrazo y espero que regreses a esta interesante ciudad.
¡Que Post tan completo! La verdad es que no habíamos oído hablar de Lovaina. Pero leyendo toda la información que das y viendo las bellas fotos que acompañan el texto, dan muchas ganas de conocerla. Nos lo apuntamos para el recorrido que queremos hacer por Bélgica. Gracias y saludos 😘
Y además es un destino muy agradable para viajar en familia 🙂
Me encantan las ciudades universitarias, esas que cambian totalmente de ambiente según la época del año. Lovaina tiene una pinta estupenda. ¡Una guía completísima! 😀
Yo la verdad es que hubiera preferido recorrer la ciudad en bici cuando los estudiantes hubieran abandonado la ciudad ¡¡pero al final busqué la oportunidad y disfrute de la ciudad sobre dos ruedas!!
Solo por visitar el ayuntamiento ya merece la pena recorrer Lovaina. Aunque, como comentas, da mucho más de si. El Beguinaje me pareció un encanto, y la Catedral, simple, pero también muy bella. Que pena que no nos atreviéramos con las bicis!
Bueno, lo de las bicis está bien… pero a veces da un poco de respeto ¡y eso que en Lovaina hay poco tráfico!
Estuvimos en Lovaina solo de paso y la verdad que no vimos casi nada. Me has descubierto una ciudad distinta a la que vi yo con muchos más lugares interesantes que visitar. Un abrazo
Pues me alegra haberte descubierto un poco más de esta interesante ciudad. Si regresas alguna vez a Bélgica, igual te apetece volver a esta ciudad para conocerla un poquito mejor. Un abrazo.