Si en tu viaje por Colombia visitas Medellín aprovecha para desde allí hacer una excursión de un día y conocer Guatapé y la Piedra del Peñol. Podrás visitar uno de los pueblos con más color del departamento colombiano de Antioquía y disfrutar de una de las mejores vistas de la región. Y todo en una sola jornada porque realmente el pueblo es pequeño y todo lo que hay que ver en Guatapé se puede conocer en unas horas.
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Cómo llegar a Guatapé
Estando en Medellín llegar a Guatapé es tarea sencilla. Puedes hacerlo en taxi o en una excursión organizada si prefieres no tener que depender del transporte público. La primera es la opción más cara. Pero la segunda puede salir muy a cuenta si no te importa moverte en grupo y llevar los tiempos controlados. Para que os hagáis idea, un tour desde Medellín a Guatapé cuesta 79.000 pesos. Te recogen en el hotel y en el precio se incluye guía, varias visitas en la localidad y parada en la Piedra del Peñol (no incluye ascenso) así como el desayuno y el almuerzo. Es más caro que hacerlo por libre, pero si prefieres la seguridad de un tour no dudéis en elegir esta opción que se ofrece en todos los hoteles de Medellín.
También puedes reservar la excursión a Guatapé a través de alguna agencia de viajes e incluso por internet.
Llegar a Guatapé en transporte público
En nuestro caso hicimos el viaje por libre y fue también sencillo y cómodo. Tuvimos que ir metro hasta la estación Caribe y desde allí caminar cruzar el puente sobre la carretera que lleva a la Terminal Norte de autobuses. Preguntamos donde estaban las taquillas Guatapé y allí compramos nuestro billetes para el microbús que sale cada hora hacia Guatapé (el viaje dura 2 horas). Nosotros le indicamos al conductor que nos queríamos bajar en la Piedra del Peñol. Desde la Piedra, uno de los lugares que ver en Guatapé, decidimos tomar un tuk tuk hasta Guatapé. Así nos evitábamos tener que volver a bajar a la carretera para esperar algún colectivo que pasará rumbo al pueblo.
Para el viaje de regreso a Medellín nos pasamos por la terminal de autobuses de Guatapé al llegar al pueblo y compramos nuestro billetes. Si te demoras en hacerlo, sobre todo los fines de semana, puede que te quedes sin asiento y te toque ir de pie todo el viaje. O tener que regresar en un horario distinto al que te hubiera gustado.
El precio del viaje fue (sin contar comida ni bebida):
- Metro: 2.550 pesos por persona y viaje.
- Microbus: 15.000 pesos por persona y trayecto.
- Tuk Tuk: 10.000 pesos (me pedían 12.000 pero regateando un poco nos lo dejó más barato).
- Entradas a la Piedra del Peñol: 18.000 pesos por persona.
En total la excursión a Guatapé nos costó por persona 58.100 pesos.
Qué ver en Guatapé
Si decidís conocer Guatapé tenéis que pensar si os apetece también ver la Piedra del Peñol. Y valorar si hacerlo antes de llegar al pueblo o de regreso a Medellín. Nosotros decidimos parar por la mañana. Lo primero porque habíamos leído que se suele nublar por la tarde (cosa que no pasó, al contrario, por la tarde en la ruta hacia Medellín pasamos otra vez por allí y el cielo estaba totalmente azul). Y lo segundo porque nos parecía más cómodo y sencillo pedir al conductor que parara a la ida que tener que estar luego en la carretera esperando al autobús hacia nuestro destino.
Para que os hagáis una idea de la ubicación de Guatapé y entendáis el porqué del paisaje que le rodea, deciros que el pueblo se encuentra a la orilla de un gran lago artificial. Se trata del embalse de El Peñol, un proyecto que hundió al antiguo pueblo que le da nombre y que cambió para siempre la forma de vida de la zona.
Antes estas tierras eran de cultivo. Aquí crecían tomates y plátanos mientras el gobierno buscaba una forma de producir energía y se decidió que se podía utilizar el agua del río Nare para crear el embalse y esa energía que buscaban. Hubo quienes desde el principio criticaron el proyecto y otros que encontraron en él la mejor forma de abastecer a la región de una energía que no se podía obtener de otra forma para la cada más creciente población de Medellín y del Valle de Aburrá. Finalmente en 1978 se realizó la inundación que cambió para siempre el paisaje de la zona. Hoy no hay yuca ni maíz creciendo en esta parte de Colombia que se ha convertido en un importante destino turístico.
Piedra del Peñol
Yo diría que ir a Guatapé y no subir a la Piedra del Peñol es hacer la excursión a medias. Tanto ver este monolito como subir a su parte más alta merece la pena. En su base hay un parking (para los que lleguen en coche, tour organizado o tuk tuk) y varios puestos de recuerdos y comida. Si uno llega hasta la piedra en autobús, éste para junto a una gasolinera. Desde allí hay que comenzar a subir hasta llegar a ese aparcamiento. No hay pérdida.
En la base de la Piedra están las taquillas. El precio es de 18.000 pesos por persona. La subida es solamente a pie, que nadie cuente con un ascensor que le lleve a lo más alto. Hay dos escaleras que suben en zigzag hasta la parte alta de esta impresionante piedra. Una es de subida y otra de bajada. Sin embargo el día de nuestra visita solamente estaba abierta una de ellas por lo que resultaba un poco incómodo en algunos tramos el ascenso. Aunque lo cierto es que parar cada cierto tiempo es necesario a no ser que se esté en muy buena forma. Y es que hay que subir más de 700 escalones para coronar la piedra.
Por suerte, además de las paradas que se puedan hacer en la propia escalera, hay varios miradores. Una opción perfecta para hacer una parada, coger fuerzas y seguir subiendo. Porque sin duda llegar a lo alto de la Piedra del Peñol merece y mucho la pena. Las vistas del embalse desde allí son espectaculares. Seguramente, junto con las del Valle de Cocora, de las más bonitas que hemos visto en Colombia.
Hay que rodear todo el perímetro de la Piedra para ver el paisaje desde distintas perspectivas. Quizá comprar algún recuerdo en los puestos que hay arriba o sentarse a tomar algo como premio por haber sido capaz de llegar allí. Nosotros hicimos esto último y yo solo pensaba en la gente de esas tiendas y bares, subiendo cada día cervezas, refrescos y fruta por esas escaleras. Agotador.
Guatapé, el pueblo de los zócalos
Todo lo que hay que ver en Guatapé gira en torno a su Parque Principal. En esa plaza encontraréis la Oficina de Turismo (abierta de 8 a 18 horas de lunes a viernes y de 10 a 18 horas fines de semana y festivos), en la parte baja de la Alcaldía. Uno de los edificios más bonitos de Guatapé.
También en el parque está la iglesia de estilo colonial de Nuestra Señora del Carmen, blanca y decorada con motivos rojizos. La parada de los tuk tuk o mototaxis y un buen número de bares y cafés. Es sin duda esta gran plaza el lugar perfecto para comenzar a recorrer el lugar o para sentarse a tomar algo mientras se observa a paisanos y turistas ir de acá para allá.
Antes de indicaros cuales son los puntos más atractivos que ver que Guatapé os voy a contar como es: pequeño y lleno de color. Mires donde mires encuentras una pared, una puerta, una escalera o una ventana pintadas de intensos colores.
Azules, rojos, amarillos parecen brillar más en Guatapé que en ningún otro lugar. Y en cada casa singulares zócalos en la parte baja que hablan de los oficios de quienes viven o vivieron allí y también tradiciones del pueblo. Estos zócalos pintados sobre cemento comenzaron a realizarse en 1919. Fue José María Parra el primero en pintar escenas cotidianas de su familia en la fachada de su casa.
Los vecinos le fueron copiando y hoy estos zócalos decorados son toda una tradición que decora las viviendas del centro de Guatapé. En ellos se pueden ver arrieros, pastores, campesinos y hasta un avión levantando el vuelo. Los tiempos han cambiado, y por lo que se ve, los temas de los zócalos que ver en Guatapé, también. Pero la suma de todos ellos hicieron que este pequeño pueblo de Antioquia fuera seleccionado en 2016 como uno de los municipios más coloridos del mundo.
Plazoleta del Zócalo
Uniendo las calles 30 y 31 hay una estrecha calle llena de tiendas de artesanos. Hay que entrar por ella para llegar a esta plazoleta peatonal. En ella destacan las grandes escaleras pintadas de brillantes colores y dominadas por una fuente. A sus pies, algunos cafés sacan sus mesas a la calle. Sin duda un rincón que ver en Guatapé y en el que sentarse a tomar un típico café colombiano o quizás un dulce con arequipe.
Calle del Recuerdo
Esta empinada calle parte de la calle 30. En su entrada, una fuente recuerda a los arrieros, personajes muy ligados a la tradición de esta localidad. Dicen que esta calle peatonal es la más bonita del pueblo y yo creo que llevan razón. Además de estar llena de color, su zócalos tienen mucha historia tras ellos. No solo la que cuentan las figuras en ellos representadas. Porque estos zócalos no se pintaron para estas casas, si no que fueron recuperados de las casas que quedaron bajo las aguas del embalse al construirse la represa.
Museo Histórico Comunitario
En el centro de la Calle del Recuerdo se levanta una pequeña casa que aloja el Museo Histórico Comunitario de Guatapé. El acceso es gratuito aunque tienen un cajón para que cada visitante deje lo que considere oportuno. Se trata de una pequeña muestra de objetos como planchas, máquinas de escribir o un sillón de dentista. Todo ligado a la vida y la historia de la localidad.
Malecón
Cuanto nosotros visitamos Guatapé todo el malecón estaba en obras. Apenas pudimos disfrutar del paseo. Pero si tuvimos la sensación de que debe ser un lugar frecuentado por muchos turistas ya que uno tras otro encontramos un buen número de restaurantes. Entre la vallas que tapaban las obras distinguimos algunas esculturas de gran tamaño, pero no pudimos ver nada del embalse.
Es en este malecón desde donde parten los barcos que hacen los tours por el embalse. En el momento de nuestro paso por la ciudad el muelle estaba hacia el este del malecón. No sabemos si finalizadas las obras las zonas de embarque recuperarán su ubicación habitual.
Esto es lo más destacado que ver en Guatapé. Como recomendación no ir a la localidad en fin de semana pues está llena de visitantes. Nosotros fuimos un martes y aunque había gente no resultaba en absoluto agobiante. Otro consejo es que recorráis todas las calles que podáis. Cada una tiene algún zócalo o casa especial que hacen que merezca la pena pasear por allí.
Dónde comer en Guatapé
No faltan lugares para comer en el pueblo de los zócalos. Desde restaurantes que ofrecen comida colombiana a otros en los que sentarse a comer una hamburguesa o una pizza. Yo os recomiendo un par de lugares:
Dulcinea
En la esquina de la Plazoleta del Zócalo, una de las que os dije que hay que ver en Guatapé, está esta tienda de dulces y obleas. En ella el arequipe es el rey y para quien quiera probar el sabajón, un bebida muy típica también de Barichara, este puede ser el lugar en el que hacerlo. Los zócalos de esta tienda hacen sin duda referencia a su nombre, con Don Quijote y Dulcinea como protagonistas.
Cafetería La Florida
También en una esquina, pero esta vez del Parque Principal con la Carrera 30. Esta cafetería tiene mesas en la calle y ofrecen dulces con café o chocolate. También tienen cervezas y alguns fritadas como una deliciosas bolas de queso por las que nosotros nos decantamos para tomar con unas cervezas. Cada una de esas bolas costaba 600 pesos y os aseguro que con cuatro de ellas te quedabas más que satisfecho.
9 comentarios
He de reconocer que jamás había oído hablar de Guatapé ni de esta piedra del Peñol. Esta última me ha recordado los morros de Río de Janeiro. y las vistas desde arriba resultan espectaculares. Eso sí: menuda penitencia si hay que subir a pie, madre mía! Y el pueblo, colorido 100%. Parece que esto sea una tónica de Colombia, veradad?
Lo de subir a pie es una paliza… yo solo me preguntaba como hacían con las cervezas y la fruta que se vende en los bares que hay arriba. Aún no me puedo creer que lo suban cada día por las escaleras (yo creo que hay una polea escondida en algún lugar) 🙂
La verdad es que no había oído hablar de Guatapé ni de la Piedra Peñol, que me han dejado francamente maravillada, sobre todo la piedra. Me parece que a pesar del esfuerzo, la recompensa a juzgar por las fotos, debe de ser maravillosa. El pueblo es super fotógenico, buena iniciativa la de los vecinos para copiar al primero. Podían tomar ejemplo algunos pueblos en España, que a falta de algún monumento importante se quedan en color ocre y aburrido y atraen al turismo. Como siempre, bonitas fotos Kris! Un besote
Bueno, el carácter castellano es uno y el colombiano otro. Todo tiene su encanto, y si no mira todos esos pueblos dorados que nos muestras en tu blog, amiga. Un abrazo.
Tus consejos sobre cómo llegar a Guatapé y la Piedra del Peñol nos estaban encantando hasta el momento que hemos leído que no hay ascensor y sólo se puede subir a pie… 😵 ¡Pero si son unas escaleras enormes! ¿Cuánto tiempo tardasteis vosotros en subir, haciendo paradas?
Eso sí, las vistas desde arriba son espectaculares. 😍
Saludos.
Jajajaja…. la verdad es que cuando estás abajo y piensas “tengo que subir hasta allí” te entra un cierto tembleque. No se nos dio muy mal la subida, hicimos paradas para tirar algunas fotos y tomar aire. No miré el reloj pero no creo que tardáramos mucho. Eso sí, arriba te puedes sentar y tomar algo fresquito para recuperar las fuerzas 🙂
Muchas gracias por compartir este artículo Cristina, nos ha servido de inspiración y como fuente de información.
Gracias
Guatapé me encanto , cada que voy , no pierde su encanto , me encanta ir y montar en bote , y luego ir al pueblo para ver todos los colores que tienen las paredes , sin duda no pueden dejar de visitarlo y Medellín también vale mucho la pena.
Gracias por comentario, Guatapé es una preciosidad.