Una de las ciudades más atractivas que ver en el Alentejo es Évora. Una ciudad en la que las que un imponente acueducto ha pasado a formar parte de las casas y en la que un templo romano se convierte en protagonista del paisaje urbano. Recorrer esta ciudad portuguesa permite disfrutar de un paseo por la historia del arte, pues los lugares que ver en Évora hacen que el visitante viaje en el tiempo ante cada construcción de la ciudad. ¿Te las vas a perder?
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Breve historia de Évora
A la vista de todas las construcción que ver en Évora y en los alrededores de la ciudad, queda claro que esta tierra lusitana ha atraído a diferentes pueblos a lo largo de la historia.
Ya en la Prehistoria, esta zona de Portugal especialmente fértil, estuvo habitada. Así lo demuestran los monumentos megalíticos que se pueden en los alrededores de la ciudad. Más tarde, en el siglo I a.C., los romanos fundaron Évora, aunque es probable que ya hubiera algún asentamiento anterior en el lugar. Luego llegarían celtas, árabes y judíos. Todos dejaron en la ciudad, de un modo u otro, su impronta.
Pasaron los siglos y Évora se convirtió en residencia de los reyes portugueses en el siglo XV. A partir de ese momento la ciudad se convirtió en un importante centro cultural, comercial y religioso. Se construyeron iglesias, palacios y una universidad que aún hoy se cuentan entre las más prestigiosas de Europa.
Así fue creciendo una ciudad que hoy es Patrimonio de la Humanidad gracias a su historia y a su conjunto urbano representativo de los siglos XVI a XVIII. Actualmente Évora es una atractiva ciudad que puede servir como base para explorar la región del Alentejo o sencillamente para convertirse en una fantástica escapada a tierras lusitanas.
Qué ver en Évora
Para visitar Évora lo mejor es caminar. Está bien hacerse con un plano de la ciudad para no saltarse ninguno de los lugares que ver en la ciudad. Pero merece la pena dejarse llevar en algún momento y callejear sin rumbo fijo para ver hasta donde nos llevan las a veces laberínticas calles del casco histórico.
Los lugares más importantes que ver en Évora se pueden visitar en una mañana. Pero la verdad es que es mejor dedicar un día completo a recorrer la ciudad, sin prisas. Siempre en busca de sus monumentos, pero con tiempo para sentarse a tomar una cerveza sin prisa y disfrutar del ir y venir de los vecinos.
Además, si se hace noche en Évora, se podrá disfrutar también del animado ambiente nocturno con que cuenta la ciudad gracias a los muchos universitarios que residen en ella durante el curso. Algo parecido a lo que pasa en otras importantes ciudades universitarias, como pueden ser Salamanca, Lovaina o Bolonia.
En este post os voy a llevar a recorrer la ciudad tal y como nosotros lo hicimos. Partimos de nuestro hotel, dentro del casco histórico, y desde allí fuimos visitando Évora sin prisa, pero sin pausa.
Jardín público y Palacio de D. Manuel
Sobre uno de los baluartes de la muralla que rodea el centro histórico de Évora se encuentra un bonito jardín abierto al público en el que visitantes y pavos reales comparten un agradable espacio en el que la vegetación es la protagonista. Este jardín es más frecuentado por gente de la ciudad que por turistas. Pero yo os animo a daros una vuelta por él, algo que os permitirá ver restos de la muralla medieval, románticas recreaciones de ruinas creadas con restos de monumentos de la ciudad y el Palacio de D. Manuel. Un conjunto típico de los jardines románticos europeos el siglo XIX.
En cuanto al Palacio de D. Manuel, es un edificio que se levantó a mediados del siglo XV por orden de D. Alfonso V. Entonces era conocido por Palacio Real de Évora. Fue un gran edificio que “robo” espacio poco a poco al cercano convento de San Francisco. Hoy queda poco de aquel gran edificio: solamente se conserva la Galería de las Damas, restaurada en el siglo XX. El resto del palacio fue destruido o vendido a partir del siglo XIX.
Iglesia de San Francisco
Muy cerca del anterior jardín se encuentra una de las iglesias más grandes que ver en Évora: la iglesia de San Francisco. En su fachada de estilos manuelino se pueden ver los símbolos de los reyes que ordenaron la construcción del templo: un pelícano y la esfera armilar. Corresponde respectivamente a João II y Manuel I.
Una vez dentro de la iglesia el visitante se encuentra bajo una gran bóveda gótica, la mayor de este estilo de Portugal. A los lados de la gran nave se abren doce capillas decoradas con tallas barrocas.
El acceso a esta iglesia es gratuito, pero si hay misa o cualquier otra celebración religiosa está prohibido el acceso al templo (un vigilante en la puerta indica amablemente que se regrese un poco más tarde).
Capilla de los Huesos, el lugar más tétrico que ver en Évora
A la derecha de la fachada principal de la Iglesia de San Francisco está la entrada a uno de los lugares más famosos que ver en Évora: la Capilla de los Huesos. Es un lugar oscuro en el que solamente entra la luz por unas pequeñas ventanas en la pared izquierda. Las mismas que antes de que se creara esta capilla iluminaron una sala de reflexión del convento franciscano.
Sobre la puerta que da acceso a la capilla se puede leer “Nós ossos que aqui estamos, pelos vossos esperamos“. Una frase más que cierta: los huesos que aquí estamos a los vuestros esperamos.
Esos huesos que decoran las paredes y columnas de la algo siniestra capilla se trajeron de las cementerios e iglesias de Évora. Cada fémur, calavera o tibia está cuidadosamente colocada, todo está ordenado y no parece haber un solo hueso colocado al azar.
La entrada a este singular lugar es de pago, y permite también el acceso a otras partes de lo que fue convento. Solamente hay que subir las escaleras para llegar al colorido Museo de Belenes y al final del mismo, a la terraza mirador desde la que se tienen unas buenas vistas de la ciudad. También se puede hacer una parada en el Museo del convento, con obras recuperadas del propio convento de San Francisco y de otros recintos franciscanos de la ciudad.
Iglesia de Graça
A pocos metros de Largo de San Francisco, la plaza en la que está la iglesia del mismo nombre, encontramos otro destacado templo que ver en Évora. Se trata de la Iglesia de Graça. Ubicada en un plaza tomada por los coches estacionados, este templo destaca por su fachada manierista. El pórtico que da acceso a la iglesia resulta visualmente pesado, parece que se fuera a hundir bajo el frontón decorado con enorme atlantes que simbolizan los cuatros grandes ríos de la Tierra, igual que la fuente de Bernini en la Piazza Navona de Roma.
Plaça do Giraldo
Nuestra siguiente parada (y la vuestra si seguís el orden que nosotros llevamos en la visita a Évora) fue la Plaça do Giraldo. El corazón de la ciudad y un lugar de paso obligado en una ruta por los lugares que ver en Évora. Es un lugar lleno de vida, tomado por comercios y terrazas de bares y restaurante. El lugar perfecto para hacer una parada antes de seguir recorriendo la ciudad. Eso sí, sin olvidar que en esta plaza se quemó en el siglo XVI a las víctimas de la Inquisición. Lo que es hoy es alegría y vida, antaño fue dolor y oscuridad.
En esta plaza se encuentra la Oficina de Turismo de la ciudad. Cuentan con personal que habla español y que aporta mucha y valiosa información. No hay que olvidar hacerse con un plano si aún no se cuenta con uno. También en esta plaza que lleva el nombre de Geraldo Geraldes (también conocido como Geraldo Sempavor, el personaje que acabo con el dominio musulmán en Évora) se pueden ver una fuente de mármol, bonitos soportales y el Museo del Reloj, alojado en el Palacio Barrocal.
Vista la plaza, aquellos con ganas de callejear un rato sin rumbo fijo pueden visitar lo que antaño fue la judería de Évora. Un buen número de estrechas calles al oeste de la plaza, justo por detrás de la Oficina de Turismo.
Sé de Évora
Merece la pena dejar la Plaça do Giraldo por Rua 5 de Octubro, una calle peatonal con preciosas casas con balcones y muchas tiendas de artesanía y de recuerdos de distinta calidad. Al final de esa pintoresca calle se encuentra otro de los lugares imprescindibles que ver en Évora: su catedral.
Está considerada la mayor catedral medieval de Portugal, empezando su construcción a finales del siglo XII. El sobrio exterior la hace parecer más una fortaleza que un lugar de culto, con dos robustas torres que flanquean la entrada.
El acceso al interior es de pago. Se ofrecen entradas completas para visitar todos los espacios de la catedral (museo de arte sacro, cubiertas, claustro gótico y el propio templo) o para acceder solamente a aquello que a cada uno le interese. Si bien la Catedral abre todos los días, los lunes el resto de los lugares que se pueden visitar en el conjunto catedralicio están cerrados. Abren el resto de la semana de 9:00 a 12:00 horas y de 14:00 a 17:00 horas (en Portugal la hora del almuerzo es sagrada).
Yo os recomiendo adquirir la entrada completa (4,5 €). Y sobre todo no perderos las vistas desde la cubierta. Aunque el tejado de la Sé de Évora no es demasiado alto, las vistas desde arriba merecen la pena.
Sobre todo por ver de cerca ese cimborrio que a muchos les recordará al de uno de los edificios que ver en Zamora: su catedral. Y por supuesto, al cimborrio de la Catedral Vieja de Salamanca.
Largo da Porta de Moura
Si al salir de la Catedral camináis hacia la izquierda por R. de São Manços llegaréis a Largo da Porta de Moura. Una plaza en la que se encuentra el Tribunal de Justicia y desde la que se tiene una pintoresca vista de la Sé de Évora y algunas casas del centro de la ciudad. Prestad atención cuando la calle gira a la derecha pues a vuestra izquierda queda la Casa de Garcia de Resende decorada con una preciosa ventana de estilo manuelino.
Rota dos Vinhos do Alentejo
Antes de continuar la visita por otros lugares emblemáticos que ver en Évora, os animo a hacer una parada y regalaros una cata de vinos alentejanos. Al final de la Rua 5 de Octubro, en el número 88, se encuentra un espacio dedicado a dar conocer los vinos de esta región portuguesa. En un espacio moderno y luminoso podéis realizar un cata por el módico precio de 5 €. Y si os gusta alguno de esos vinos que os darán a probar, allí mismo podéis comprarlos. Si queréis garantizar vuestra plaza para una cata, os animo a hacer la reserva en el siguiente enlace: Rota dos Vinhos do Alentejo.
Templo romano, imprescindible que ver en Évora
No hay duda de que el lugar más buscado y fotografiado en Évora es el templo romano que se alza en el Largo do Conde de Vila Flor. Cualquier ángulo de la plaza ofrece una bonita perspectiva de esta construcción levantada por los romanos en el siglo I a.C.
Este templo del que se conservan varias columnas formó parte del matadero medieval y no fue restaurado hasta 1871. Durante un tiempo se creyó que podía estar dedicado a la diosa Diana, pero finalmente es una idea que quedó descartada tomando peso la de que se pudo tratar de una estructura sagrada dedicada al culto imperial.
En cualquier caso, no hay duda de que sus altas columnas acanaladas y sus capiteles corintios realizados con mármol de Estremoz permiten hacerse una idea de como puedo ser este templo que lleva más de veinte siglos formando parte de la ciudad.
Largo do Conde de Vila Flor
Dando una vuelta por la esta gran plaza cuando se pueden ver otros lugares de interés. Por ejemplo el blanco edificio que fue convento y que ahora aloja una de las prestigiosas Pousadas portuguesas (hay otras maravillosas en Estoi o Vila Viçosa). Junto a ella está la Iglesia de San Juan (entrada de pago), y al sur, cerrando la plaza, el antiguo Palacio Episcopal que aloja actualmente el Museo de Évora.
El norte de la plaza lo ocupa del Jardín de Diana. Junto a él, uno de esos palacios que ver en Évora convertidos en museo: el Palacio Duques de Cadaval, construido sobre las ruinas de un castillo árabe.
Paço de Sao Miguel
Hay que dejar la plaza anterior por una calle junto al Museo de Évora, el Largo Dr. Mário Chicò. En el punto en el que la calle se bifurca, hay que ir a la izquierda y atravesar una puerta. La verdad es que da la impresión de que puede ser una propiedad privada, pero es un acceso público que da paso a un espacio con varios lugares interesantes que ver en Évora.
Lo primero que se ve junto a la puerta que os indico es, a la izquierda, la Torre de Sertório (formaba parte de la antigua muralla romana). Al otro lado está el Museo de Carruajes (cerrado los lunes). Si se continúa hacia el frente, a la izquierda está el Patio de San Miguel, un edificio modernista de propiedad privada que se puede visitar pero solamente sábados y domingos por la tarde (nosotros nos quedamos con las ganas).
Al final de esa calle se llega a una plaza en la que se pueden ver el palacio gótico de San Miguel y la capilla de San Miguel Arcangel. Todo un conjunto arquitectónico gestionado por la Fundação Eugénio de Almeida.
Universidad de Évora
Para llegar a otro de los edificios más importantes que visitar en esta ciudad alentejana, se puede salir por una puerta que hay a la izquierda del recinto del anterior palacio, cerca de la capilla. Desde allí solamente hay que caminar unos metros para llegar a la Universidad de Évora, dejando atrás las ciudad amurallada.
Esta universidad, una de las más antiguas de Europa, fue fundada por los jesuitas en el siglo XVI. Dos siglos más tarde, en 1759, la universidad se cerró tras la expulsión de los religiosos por orden del Marqués de Pombal. Tuvieron que pasar 200 años para que este lugar volviera a abrir sus puertas a los estudiantes, en 1979.
Nosotros visitamos este lugar un día lectivo. La verdad es que no teníamos muy claro por donde entrar hasta que un profesor nos animó a entrar tras él (por una puerta con código de acceso). Desde allí fuimos deambulando por pasillos por los que han pasado cientos de estudiantes hasta llegar al bello Patio dos Gerais.
Allí encontramos grupos de alumnos y muchas puertas abiertas. ¿Qué había tras ellas? Fascinantes aulas, cada una de ellas decorada con azulejos en los que se pueden escenas mitológicas, de caza o de las sagradas escrituras. Algunas de esas aulas estaban llenas de estudiantes en clase, pero otras estaban vacías.
Sin duda estas últimas eran una tentación a la que fue imposible resistirse. Fuimos entrando a cada una de esas habitaciones para contemplar esos azulejos blancos y azules tan portugueses. Si no fuera por las mesas más modernas, os aseguro que entrar en esas aulas, con una especie de púlpito de madera en cada una (el lugar en el que antaño se situaba el profesos), hace que uno sienta que ha retrocedido en el tiempo. No hay duda de que ir a clase en un lugar así debe ser un plus para los futuros licenciados.
Tomad nota de que la entrada a este que ver en Évora es gratuita durante el curso. Entre el entre el 25 de julio y el 31 de agosto hay que pagar una entrada que cuesta 3 €.
Termas romanas en el Ayuntamiento
Volvemos al centro del casco histórico de Évora. Para no regresar por el mismo camino, ahora se puede rodear la Universidad por el Largo dos Colegiais y torcer a la izquierda en la Rua Duques de Cadaval. De nuevo se tuerce a la izquierda en Rua Dona Isabel. En esa calle es imposible no ver un arco romano bien conservado.
Pasado dicho arco, hay que girar a la derecha para llegar a la Praça do Sertório. En ella se encuentra el Ayuntamiento de la Ciudad. Y en su interior, lo que queda de lo que fueron la termas romanas de la ciudad: una piscina circular de 9 metros de diámetro. Fueron descubiertas en 1987 al realizar unas obras en el edificio.
El acceso es gratuito, dar con ellas es sencillo: al fondo a la derecha del precioso vestíbulo principal del Ayuntamiento.
Acueducto da Agua da Prata
Uno de los lugares más singulares que ver en Évora es sin duda su acueducto. Y no por la propia construcción, si no por el modo en el que ha quedado integrado en la ciudad.
El acueducto comienza a 19 kilómetros de Évora, la las fuentes de Divor. Fue construido en el siglo XVI sobre el trazado que tenía el antiguo acueducto romano. Si bien es extramuros donde se puede ver esta canalización de agua en todo su esplendor, no hay duda de que es dentro de las murallas donde el acueducto de Évora tiene mayor atractivo.
A lo largo de la Rua do Cano , una estrecha calle dentro de las murallas, se puede pasear por un tranquilo barrio de Évora. Un barrio en el que el acueducto toma protagonismo y en el que sus arcos han sido tomados por la casas. Es una estampa de lo más pintoresca que no hay que perderse en esta ciudad del Alentejo.
Hasta aquí nuestra ruta de un día por los lugares que ver en Évora. Mi recomendación es hacer noche en esta ciudad, porque si durante el día puede ser especialmente luminosa en los días soleados, al caer la noche sus callejas se tiñen de un tono suave y dorado a la luz de la farolas. Es muy agradable recorrerla cuando el sol ha caído, buscando el lugar perfecto para cenar y disfrutar de la sabrosa gastronomía de Portugal.