Son muchos los viajeros que llegan a Cerdeña en busca de sus famosas playas. Sin embargo, no todos se animan a recorrer la isla en busca de sus atractivos pueblos, yacimientos arqueológicos o bonitas ciudades. En nuestras dos semanas en esta isla italiana pudimos conocer parte de su territorio. Por supuesto que fuimos a la playa, pero descubrimos lo mucho que hay qué ver en Cerdeña cuando uno deja atrás la costa.
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Qué ver en Cerdeña
Estos lugares que recomiendo ver en Cerdeña son los que más nos han gustado a nosotros y aquellos que creemos que por una u otra razón no hay que dejar de visitar en la segunda isla más grande del Mediterráneo. Algunos son lugares únicos y otros tienen tanto encanto que hay que incluirlos en cualquier ruta por Cerdeña.
Alghero, un imprescindible que ver en Cerdeña
Esta ciudad en la costa oeste de Cerdeña es una de las más bonitas de la isla. Por ella pasaron genoveses, pisanos y aragoneses. Ya en el siglo XX fueron los turistas quienes tomaron la ciudad, convirtiendo a Alghero en la ciudad más visitada de la isla. Hoy esta localidad sigue siendo de visita obligada, y las calles de su amurallado centro histórico están repletas de tiendas, bares y restaurantes. Algo que no ocurre en otras ciudades sardas y que es testimonio de la cantidad de tiempo que Alghero lleva siendo el principal destino turístico de Cerdeña.
En esta ciudad que ver en Cerdeña hay que pasear sin rumbo por su centro histórico en busca de iglesias, torres y plazas. No hay que dejar de recorrer el paseo peatonal sobre las murallas marítimas. Una avenida que permite disfrutar de bonitas vistas sobre el Mediterráneo. También merece la pena subir a la torre de la Chiesa di San Francesco para contemplar la ciudad desde las alturas.
Para despedir el día de una forma diferente en Cerdeña, podéis reservar un paseo en barco al atardecer con aperitivo y snorkel para disfrutar de una de las mejores puestas de sol de la isla.
Grotta di Nettuno
Desde Alghero se puede ir a visitar una de las grandes atracciones turísticas que ver en Cerdeña: la Gruta de Neptuno. Yo la incluyo en esta relación porque se trata de uno de los lugares más promocionados en la isla. Sin embargo, para nosotros fue una decepción.
Solamente se puede visitar en grupos que pueden alcanzar las 200 personas y siempre con guía. Al contrario de lo que nos transmitieron en otras cuevas, como la Gruta de las Maravillas, uno de los lugares que ver en Aracena (Huelva), en esta cueva de Cerdeña no nos hicieron sentir que una gruta de este tipo es un lugar vivo que hay que respetar y sobre todo, no tocar. Las visitas se hacen en italiano y en inglés y duran alrededor de 40 minutos.
Aunque para nosotros la Grotta di Nettuno no es una visita imprescindible en Cerdeña, creemos que merece la pena acercarse hasta allí y bajar los 654 escalones hasta su entrada. El camino discurre sobre unos acantilados que al atardecer se tiñen de dorado y crean una preciosa imagen en contraste con el intenso azul del mar.
Argentiera y las minas fantasma que ver en Cerdeña
En la costa, no muy lejos de Alghero, está la pequeña y tranquila Argentiera. Un pueblo con un par de cuidadas y bonitas playas mucho menos frecuentadas por turistas que otras muchas de la isla. Es un buen destino para pasar el día y combinar las horas al sol con la visita a las que fueron las minas más importantes de Cerdeña. De ellas se extrajo plata desde la época de los romanos hasta la década de 1960 y ahora forman parte del Parque Geomineral, Histórico y Ambiental de Cerdeña, reconocido por la UNESCO.
Los edificios de las minas, algunos de ellos juntos al mar, resultan algo fantasmales, sujetos por andamios pero empeñados en seguir en pie. Hay un pequeño museo que abre algunos días de la semana y en el que se puede conocer más de la historia de Argentiera y de las minas.
Playa de la Pelosa en Cerdeña
Si la anterior gruta es para muchos un imprescindible que ver en Cerdeña, para otros tantos los es la Playa de La Pelosa, al norte de la isla y muy cerca de la pequeña ciudad de Stintino.
Sus aguas color turquesa, su arena blanca y esa torre aragonesa que se recorta en el horizonte forman sin duda una imagen de postal. Eso sí, para pasar el día disfrutando de la que para muchos es una de las mejores playas de Cerdeña, hay que reservar con antelación el pase, pues el aforo está limitado a 1.500 personas por día.
Además hay que observar reglas de obligado cumplimiento, como la de poner siempre debajo de la toalla una esterilla o la de no llevarse de la playa ni arena ni conchas ni piedras.
Oristano y Eleonora de Arborea
Esta ciudad en la costa este es otro de los lugares que ver en Cerdeña. Por su pequeño centro histórico se reparten iglesias, torres y plazas. Una de estas últimas esta dedicada a Eleonora de Arborea, heroína nacional que fue jueza y promulgó la Carta de Logu, considerada una de los primeros ejemplos de constitución en el mundo.
Oristano es una localidad tranquila con un buen número de restaurantes en los que degustar la sabrosa comida sarda. Las calles del centro están salpicadas de antiguos palacios reconvertidos en edificios de viviendas en cuyos bajos se pueden encontrar singulares tiendas. Es una buena base para conocer otros lugares de la isla y disfrutar de algunas de sus mejores playas.
Is Arutas, la playa más blanca
Esta playa en lugar de arena tiene unas diminutas piedras blancas. No son nada molestas, por lo que es perfecta para los que no gustamos de terminar convertidos en croquetas tras un día en la playa. Esas piedras son tan bonitas que hace unos años se llevaron en grandes cantidades a las playas de la Costa Esmeralda. Ahora eso se acabó y hasta se ha prohibido que los bañistas se las lleven a su casa (si te pillan fijo que te multan).
San Salvatore, el far west en Cerdeña
Cerdeña fue durante la década de 1960 un buen lugar para rodar esos spaghetti-westerns que se hicieron tan famosos. San Salvatore fue uno de sus escenarios y es un aldea con casas vacías gran parte del año. La pequeña población gira en torno a la Iglesia de San Salvatore, construida sobre lo que fue un santuario pagano. Las calles de esta aldea no están asfaltadas, por lo que los días ventosos resulta polvorienta.
Cada año, en septiembre, San Salvatore vuelve a la vida cuando los dueños de las casas (llamadas cumbessias) regresan a la aldea, abren sus casas y celebran la festividad del santo que da nombre a esta singular población sarda.
Arborea y Mussolini
Este pueblo al sur de Oristano fue fundado en1926 por Mussolini. No es la localidad más interesante ni bonita que ver en Cerdeña, pero sí un buen ejemplo de los planes urbanísticos fascistas: trazado en damero, una plaza central y un conjunto de viviendas construidas en diferentes estilos arquitectónicos.
Hoy Arborea resulta un pueblo algo aburrido y fuera de lugar, pero dar un paseo por sus calles, entrar en su iglesia o incluso visitar su mercado supone conocer un poco más de la historia de Italia y de como una filosofía política puede influir en la fisonomía de una ciudad.
Marceddi, un pueblo de pescadores en Cerdeña
Marceddi es una aldea de pescadores junto a la laguna del mismo nombre que supone un ecosistema perfecto para garzas, flamencos y cormoranes. Es un lugar tranquilo en el que hay más barcas que coches y en el que se puede comer buen pescado fresco y marisco. Un paseo junto a laguna permite observar las barcas y los aparejos con los que los pescadores de la aldea salen cada día a faenar. Y caminar por las pocas calles del pueblo permiten ver curiosos ejemplos de arte urbano y rincones pintorescos aún no descubiertos por el turismo masivo.
Bosa, el pueblo más bonito que ver en Cerdeña
Sin duda uno de los pueblos más bonitos de Cerdeña es Bosa. Desde la distancia aparece ante el viajero como un lienzo en el que las casitas de colores tiñen la ladera de la colina sobre la que se asienta el Castello Malaspina. El río Temo cruza la localidad, y en su orilla se pueden ver barcas de pescadores y redes de colores.
En el interior de Bosa, las calles son estrechas, umbrías y empinadas. Hay que vagar sin rumbo por ellas para descubrir tranquilos rincones, bares tradicionales y tiendas de esas que parecen llevar allí toda la vida. Merece la pena acercarse hasta la Catedral de la Inmaculada, al Ponte Vecchio y recorrer el animado Corso Vittorio Emanuele. En Bosa, a unos dos kilómetros del centro, se puede visitar el templo románico más antiguo de Cerdeña: la Catedral de San Pedro Extramuros.
Nuraghe, imprescindibles que ver en Cerdeña
Entre los lugares más singulares que ver en Cerdeña están sin duda los nuraghe. Se trata de torres defensivas que dominan asentamientos fortificados que datan de la Edad de Bronce. Hay unos 7.000 de estos yacimientos en la isla. Es imposible verlos todos, pero siempre se encontrará alguno en la ruta en el que hacer una parada.
También es interesante reservar alguna visita guiada por estos yacimientos. Es la mejor forma de comprender lo que tenemos ante nosotros. Si estáis interesados os recomiendo la excursión Nuraghe Barumini y Parque Natural de la Giara con cata de vinos.
No todos son iguales. Algunos, como el nuraghi de Santa Cristina, conservan un tempio a pozzo. Hay unos 40 de estos templos del pozo en Cerdeña que acercan al culto al agua de la cultura nurágica. Otros son pequeños recintos en el que un grupo de viviendas rodean la característica torre defensiva de los nuraghe.
El Nuraghe Su Naraxi es el más visitado de la isla. Sin duda el formar parte del Patrimonio Mundial de la UNESCO anima a los viajeros a conocerlo. Su torre data del año 1500 a.C. y fue un recinto que estuvo habitado incluso en la época romana. Se puede visitar solamente en visitas guiadas (italiano e inglés) que os aseguro merecen la pena para comprender esta antigua cultura.
Domus de janas, las casas de las hadas de Cerdeña
Domus de janas, su nombre quiere decir literalmente casas de hadas. Se han contabilizado en Cerdeña cientos de estas construcciones que no son otra cosas que tumbas. Repartidas por toda la isla, estas estructuras sepulcrales fueron excavadas principalmente entre el 3400 y el 2700 a.C. y su forma imita la de una vivienda en miniatura, lo que ofrece muchas pistas sobre cómo eran las casas en la Edad de Bronce.
Cagliari, capital de Cerdeña
La capital de Cerdeña no podía dejar de ser una gran ciudad, con mucho tráfico, edificios altos y mucha animación. Nos chocó un poco llegar a ella tras haber visitado ciudades tan tranquilas como Oristano o Alghero. Pero tardamos poco en adaptarnos a su ritmo y disfrutar de los lugares que ver en Cagliari, de sus calles, plazas y de sus variados y buenos restaurantes.
Tiene cuatro barrios que ofrecen atractivos para el turista: Il Castelo, Villanova, Stampace y Marina. Forman una piña alrededor del primero de ellos y se puede ir de uno a otro a pie para visitar las murallas, la Catedral, el anfiteatro romano, el Santuario de Bonaria y su mirador o la elegante Via Roma.
Si quieres conocer los lugares más emblemáticos de la capital de Cerdeña, reserva la visita guiada por Cagliari en español de 2 horas. Y si prefieres ver la isla desde el mar, no dudes en sumarte a un paseo en barco por el golfo de Cagliari. Sin duda dos de la mejores opciones para sacar todo el jugo a esta intensa ciudad.
No lejos de la ciudad hay algunas playas entre las que destaca la Playa de Poetto. Es un largo arenal de 7 kilómetros con zonas ocupadas por balnearios que alquilan sombrillas y hamacas y que ocupan las mejores partes de esta popular playa. A mí esta playa no me parece ni mucho menos la mejor de la isla, pero es un buen lugar para darse un chapuzón tras un día de turismo.
San Sperate, imprescindible del arte urbano que ver en Cerdeña
A media hora de Cagliari se encuentra otro de los lugares que ver en Cerdeña. De esos que no entran habitualmente en las rutas turísticas de quienes visitan la isla. Se trata de San Sperate, un pueblo que destaca por el arte urbano que decora sus calles. Algo cada vez más habitual en los pueblos del interior del territorio sardo.
El origen del street art en San Sperate se remonta a los años 60 del siglo pasado, cuando Pinuccio Sciola comenzó a pintar con murales las casas de adobe y techo de paja de la localidad. A fecha de hoy hay más de 300 murales repartidos por las fachadas y calles del pueblo.
Los murales son obras tanto de artistas locales como de otros de fama internacional. Para facilitar el recorrido por todos ellos, en el pueblo se han creado varios itinerarios marcados con diferentes colores que van llevando al visitante hacia estas obras de arte al aire libre.
Playa de Porto Giunco, una de las más bonitas del sur de Cerdeña
Cada playa que ver en Cerdeña es una sorpresa, pues cada una tiene algo que la hace diferente al resto. Por ello merece la pena visitar al menos un puñado de ellas, y en ese puñado no puede faltar la Playa de Porto Giunco. Está a una hora de Cagliari y su extenso arenal blanco atrae a cientos de visitantes cada año.
Tiene forma de bahía y es perfecta para bañarse en un mar poco profundo o para dar largos paseos. En uno de sus extremos hay una pequeña cala protegida del viento. En el extremo contrario, otra playa libre de hamacas y negocios, más tranquila e igual de bonita.
Sassari, la gran ciudad del norte de la isla
Es la segunda ciudad más grande de Cerdeña y un lugar que nos sorprendió gratamente. Puede que no tenga el encanto de Alghero o la monumentalidad de Cagliari. Pero sin duda es un lugar que merece la pena ser visitado. Su centro histórico se puede recorrer a pie en unas horas para conocer la elegante Piazza Italia y los palacios que la rodean. Se puede continuar el paseo hasta el Duomo y su magnífica fachada barroca.
No hay que olvidar visitar la Fontana di Rosello, aunque el recinto en el que se encuentra no abre todos los días (en nuestro caso tuvimos que ver la fuente desde lejos). Para terminar el recorrido, nada mejor que la coqueta Piazza Tola. Un lugar perfecto para tomar un aperitivo o disfrutar de una agradable cena en alguna de las terrazas de los restaurantes que rodean la plaza.
Castelsardo, un pueblo bonito que ver en Cerdeña
No muy lejos de la anterior ciudad, junto a la costa norte de Cerdeña, se encuentra otro de los pueblos más bonitos de la isla. Al igual que Bosa, Castelsardo es un pueblo que desde la distancia se ve mejor. Construido en un promontorio que se adentra en el Mediterráneo, sus calles medievales serpentean colina arriba hasta llegar al castillo construido en el siglo XII. Para conocer todos los atractivos y curiosidades de este pintoresco pueblo merece la pena reservar la visita guiada por Castelsardo en español.
A los pies de esta fortaleza hay un puñado de tiendas y restaurantes que salen al encuentro del viajero que recorre el centro histórico en busca de la Catedral de San Antonio o de la Iglesia de Santa María. Por el camino se pueden encontrar fantásticos miradores desde los que disfrutar de una preciosa puesta de sol.
Monte d’Accoddi, un lugar único que ver en Cerdeña
También cerca de Sassari se puede visitar un monumento megalítico único en el Mediterráneo. Los arqueólogos datan su construcción entre los siglos III y II a.C. y se trataría de un altar sagrado cuya estructura es similar a los zigurats de la antigua Mesopotamia, con altares en diferentes niveles y escaleras exteriores para llegar a cada uno de ellos.
El acceso al primer nivel de la construcción se realizar por un larga rampa junto a la cual hay varios menhires, uno de los cuales alcanza los 5 metros de altura. Rodeando la estructura, se pueden ver también una estela en la que se representa a una mujer y grandes piedras esféricas. Sobre estas últimas, se cree que pueden estar relacionadas con el sol y la luna.
Tharros, arqueología junto al Mediterráneo
En la provincia de Oristano, al oeste de la isla, se encuentra uno de los yacimientos arqueológicos más importantes que ver en Cerdeña. Construido junto al mar, la ubicación de antigua ciudad fundada por los fenicios en el siglo VIII a.C. no puede ser más atractiva. Tharros fue un importante puerto cartaginés y más tarde, romano. Algo nada raro teniendo en cuenta la estratégica ubicación para el comercio entre el norte de África, el Mediterráneo Oriental y la Península Ibérica.
Poco queda de la época fenicia más allá de alguna tumba llamada tofet. Del periodo púnico se conservan también varias tumbas y parte del trazado urbano. Las calles de basalto, las termas, templos y fortificaciones datan del periodo romano. Hay que llevar información, un plano y una buena dosis de imaginación. Aun así, el lugar merece la pena.
Fordongianus, recuerdo del Imperio Romano
Sin dejar a los romanos, os recomiendo visitar Fordongianus, también en la provincia de Oristano. Se trata de un pueblo balneario fundado en el siglo I por el emperador Trajano. Junto al río Tirso se pueden visitar las ruinas de las termas romanas. Con la entrada ofrecen una audioguía (la hay en español) que hace un recorrido por la historia y la arquitectura de este sorprendente lugar en el que se conserva la piscina rectangular que antaño estuvo cubierta por una bóveda de cañón y que formaba parte del complejo termal romano.
¿Te animarías a conocer estos lugares que ver en Cerdeña si fueras a esta isla italiana? Por supuesto, dejando siempre tiempo para disfrutar de algunas de las más de 300 playas que tiene la isla. Sobre ellas, os contaré cuales son las que visitamos en otro post sobre las playas de Cerdeña.
