Un año después de ser elegida por la plataforma Minube como descubridora de la provincia de Barcelona he terminado mi colaboración con ellos. Haciendo balance de esta experiencia solamente me vienen a la cabeza buenos momentos. Mi primera escapada a Berguedá un fin de semana otoñal. Mi paso por Osona descubriendo esos pequeños pueblos anclados en el tiempo. O ese viaje en primavera para recorrer Anoia, sus pueblos, sus castillos y sus campos cuajados de flores. Son muchas las cosas que hacer en la provincia de Barcelona. Y os aseguro que yo las desconocía casi todas. Haber tenido la oportunidad de conocer esta provincia ha sido un regalo. Lo menos que puedo hacer ahora es compartir con vosotros en este post un resumen de mis viajes de estos meses y recomendaros lo mejor de entre todo lo que he conocido en allí.
A pesar de que me he dedicado a fondo a descubrir todo lo que he podido de Barcelona, me ha faltado tiempo. Por algunas de sus comarcas ni tan siquiera he pasado. La razón ha sido que he preferido conocer a fondo los lugares que he visitado. Sobre todo cuando me he ido dado cuenta de la cantidad de opciones que había en cada uno de ellos. Hay mucho que hacer en la provincia de Barcelona. Mucho más de lo que yo os cuento aquí. Solo espero que con estas sugerencias seáis muchos los que os animéis a dejar atrás los lugares más turísticos de la provincia para conocer de primera mano todo lo que se esconde tierra adentro.
Índice del artículo
Qué hacer en la provincia de Barcelona
Durante los meses que ha durado mi trabajo como descubridora de Barcelona he pasado por cinco de sus comarcas. Cada una muy diferente a las demás, pues el paisaje en Barcelona cambia mucho. Uno puede disfrutar del mar y en solo unas horas estar en el prepirineo. Imaginad por ello que poco tiene que ver el Baix Llobregat con el Alto Berguedá.
Os voy a contar que hacer en la provincia de Barcelona, pero tened en cuenta que aquí os dejo solamente lo que para mi, de entre todo lo que he conocido, me parece especialmente recomendable. Hay mucho más que podéis ver en otros artículos del blog y por supuesto en mi perfil como Descubridora de Barcelona.
Entrar en una mina
Para visitar el Museo de las Minas de Cercs hay que ir hasta Sant Corneli. Se trata de una antigua colonia minera que se ha convertido en un destino perfecto de fin de semana. Las antiguas casas de los mineros son ahora apartamentos privados. Y para quien no tenga casa en el lugar pero quiera desconectar de todo, siempre estará el Hotel Santa Bárbara. Es junto a este establecimiento donde está el Museo de las Minas. Cuanta con una exposición permanente dedicada al carbón, a su explotación y a la vida en la colonia minera. El recorrido lleva también al interior de la mina a través de la galería Sant Romá. Y en el exterior del museo se pueden ver trenes y maquinaria utilizadas cuando las minas estaban activas.
Coger setas en el Berguedá
El otoño tiñe de rojo y amarillo los bosques. También los llena de setas. Son muchos los que se animan los fines de semana a coger una cesta y, llueva o haga sol, salir al bosque a buscar níscalos, llenega negra o boletus. Yo encontré a gente con cestas llenas a rebosar cerca de Bagá, Castellar de N’Hug y Berga. Al verles tenía la sensación de que había más setas de las que entre todos serían capaces de coger. Es una de las cosas que hacer en la provincia de Barcelona y que son especialmente entretenidas.
Hacer una parada en Molers
De no ser por Dani Amigó, del blog Viatges Pedraforca, jamás hubiera descubierto la existencia de Molers. Se trata de una diminuta población cerca de la carretera que lleva al Pedraforca, una de las montañas más emblemáticas de Cataluña. Dejé atrás la carretera y busque Molers. Y en pocos minutos encontré un claro. Allí estaba el lugar que buscaba. Un puñado de casas de las que solo una está habitada todo el año. En el centro, la diminuta iglesia románica de Sant Ponç. Y alrededor, un paisaje del que dicen es de los más bellos de Barcelona. En los días claros todo se ve claramente el Pedraforca. Cuanto yo llegué a Molers el día estaba cubierto y la montaña escondida tras la nubes. Aún así os puedo asegurar que el lugar merece la pena. Por su tranquilidad y esa sensación de estar lejos de todo que se siente cada vez en menos lugares.
Recorrer el casco antiguo de Bagá
Dicen de Bagá que es el pueblo más bonito del Berguedá. Yo desde luego lo incluiría en la lista de los más atractivos de la comarca. Su casco antiguo, de carácter medieval, está rodeado por una muralla. En sus calles, bonitas casas de piedra asoman a pequeñas plazas. Es un lugar perfecto para caminar sin rumbo fijo hasta alcanzar la Plaza Galceran de Pinós o llegar al bonito puente de piedra sobre el río Bastareny.
Visitar a la Virgen Blanca
No hay duda de que la Virgen Negra de Montserrat, patrona de Cataluña, es la Virgen más conocida de Barcelona. Pero no la única. En el Santuario de Falgars, a 11 kilómetros de La Pobla de Lillet, se puede ver una preciosa Virgen Blanca de alabastro que data de principios del gótico y que aparece dando el pecho a su hijo. El templo que la acoge no atrae a tantos visitantes como el de la Moreneta. Sin embargo, quien se anima a llegar hasta él podrá disfrutar no solo del sencillo santuario. Cuando yo lo visité encontré en los alrededores el lugar perfecto para pasar el día. Había incluso barbacoas y gente acampada disfrutando de un espacio tranquilo con vistas preciosas.
Conocer una colonia textil
En el Berguedá hay una ruta de 32 kilómetros que permite conocer las 18 antiguas colonias textiles que se construyeron a lo largo del río Llobregat. Algunas cuentan con espacios convertidos en museo. Otras tiene abierta la que fue la residencia del propietario. En otras incluso destaca la iglesia, ya que el catolicismo jugó un papel importante en las colonias. En Puig-Reig se puede ver Can Pons. Esta colonia es seguramente la colonia textil más interesante de Cataluña desde el punto de vista monumental. Si uno llega hasta ella podrá pasear por sus jardines, acercarse a la iglesia neogótica, y ver las torres, el chalet del director y por supuesto las características viviendas familiares de los trabajadores. Una forma interesante de conocer como era la vida en estos lugares a principios del siglo XX.
Comer un croissant gigante
Si viajas solo puede que esta no ser la mejor recomendación. Pero si vas al Berguedá en familia o con un grupo de amigos, no dejes pasar la oportunidad de disfrutar del croissant más grande que hayas visto en tu vida. Son muy típicos de la comarca, y en todas las tiendas de alimentación de Castellar de N’Hug los encontrarás. Pesan alrededor de un kilo, y lo habitual es rellenarlos con sobrasada, queso o algún otro embutido. Se calienta ¡¡y cena preparada!!
Hacer la ruta de la forja
Hay un pequeño pueblo en la comarca de Osona que bien podría ser uno más de los muchos que hay desperdigados por las montañas de Barcelona. Sin embargo, Alpens, que así se llama ese lugar, tiene algo especial que le hacer merecedor de ser visitado. Su ruta de la forja. Farolas, rejas, tiradores o aldabas lucen singulares diseños. También hay esculturas en las plazas o a la entrada de Alpens. Para que el visitante no se pierda ninguna de estas pequeñas obras de arte se han colocado dos mapas en los que se marca lo más destacado de la ruta. Si a esto añadimos que el emplazamiento de Alpens es muy atractivo y que el pueblo tiene mucho encanto, ya está claro que todo son razones para visitarlo.
Aprender historia en la ruta 1714
La ruta 1714 cruza Cataluña y seguirla completa lleva al viajero a un recorrido por los diez escenarios donde sucedieron los episodios históricos más destacables de la guerra de Sucesión en Cataluña. Algunos de esos lugares están en la provincia de Barcelona. Yo visité dos de ellos. La Torre de la Manresana, en Prats del Rei, y la ermita de San Sebastián, en Santa Eulalia de Riuprimer. La primera localidad pertenece a la comarca de Anoia. La segunda, a Osona.
En la ermita de San Sebastián fue donde se firmó el pacto de los Vigatans, origen de la revuelta a favor archiduque Carlos de Austria. Este paco fue firmado el 17 de mayo de 1705 por ocho prohombres de la pequeña nobleza terrateniente de Osona y facilitó un acuerdo según el cual Cataluña se comprometía con la causa del archiduque Carlos de Austria y daba apoyo militar a un desembarco aliado.
La Torre de la Manresana fue testigo de la última gran victoria del ejército catalán antes de la retirada de los soldados aliados. Esta torre cuenta con un magnífico mirador donde contemplar los impresionantes campos de la Alta Anoia, y cerca de ella está la pequeña iglesia de San Andrés, de origen románico y restaurada en el siglo XVIII.
Descubrir templos románicos
Son tantos los templos que hay en la provincia de Barcelona que es imposible querer verlos todos. Algunos están en el centro de las poblaciones. Otros en sus alrededores. Y otros, en mitad de la nada. Muchos son tan pequeños que casi pasan desapercibidos. Merece la pena pararse en cada uno de ellos para buscar esos elementos sencillos que dejan patente que estos templos se edificaron cuando el románico era el estilo utilizado en las construcciones. En estos templos catalanes se pueden ver arcos de medio punto, bóvedas de cañón, bandas lombardas y piedra sin pulir en las paredes.
De entre todos los que descubrí en mis escapadas creo que los que más me gustaron fueron San Pau de Casserres, Sant Vicenç d’Obiols , San Pere de Boixadors o Santa María de Veciana. Esto por mencionar solamente algunas. En unos casos el entorno dota a estos templos de un marco perfecto para relajarse. En otros, su arquitectura original ha sido bien conservada o restaurada.
Pasear entre casas señoriales
En la atractiva población de Sant Juliá de Vilatorta no solo solo se puede disfrutar de una paseo por su casco antiguo. También merece la pena relajarse dando una vuelta entre las casas señoritales que hay a sus afueras. Fue durante el siglo XX cuando las familias acomodadas de Barcelona descubrieron la belleza del lugar y comenzaron a construir magníficas casas señoriales. Muchas de ellas se pueden ver si se entra en la localidad por la carretera BV-5201. Un paseo arbolado esconde tras sus ramas esas fachadas de preciosas casas de dos plantas con balcones y grandes ventanales. Hoy en día algunas están casi abandonadas, otras en venta. Pero las que se han mantenido en buen estado son una verdadera maravilla. La casa que todo quisiéramos tener para disfrutar de la tranquilidad de la comarca de Osona.
Disfrutar de la primavera en Anoia
En Anoia la primavera se ve, se huele y se escucha. Es tan poca la gente que circula por sus carreteras que en cualquier lugar un puede para el coche, apagar el motor y salir a disfrutar del espectáculo que le ofrece esta bella comarca. El campo es verde y amarillo. Las flores llegan al horizonte, a ese punto en el que tocan el cielo. El aire está impregnado de su aroma. Y el único sonido que se escucha es la suave brisa y el trino de los pájaros. Os aseguro que a mi no me hizo falta nada más para vivir uno de los mejores que momentos que he tenido como descubridora de Barcelona.
Dormir en una casa rural
Eso es algo sencillo en cuanto te alejas de Barcelona capital o de las otras ciudades más grandes de la provincia. Anoia, Osona o el Bergueda ofrecen infinidad de alojamiento en encantadoras masías rodeadas de tierras de labranza. También se puede uno decantar por dormir en algún pueblo pequeño, como La Llacuna. En su Plaça Major está Arcs Llacuna. Se trata de dos antiguas casas restauradas con habitaciones que realmente son apartamentos. Aunque se denomina casa rural, yo diría que es un hotel boutique. Todo está puesto con mucho gusto y no falta un solo detalle. Ni en sus habitaciones ni en los espacios comunes. Incluso cuenta con piscina de verano y otra cerrada perfecta para disfrutarla en invierno.
Bailar en las fiestas de Sant Jordi
Se trata de la festividad más conocida de Cataluña. Si estás en Barcelona en esa época, tienes que intentar ver las celebraciones en alguna localidad pequeña. Por ejemplo en Copons, uno de los bonitos y desconocidos pueblos de Anoia. Allí la gente sale por la mañana a la calle ataviada con la ropa y el calzado tradicional, todo en blanco y rojo. Recorren las calles del pueblo parando en cada pequeña plaza para bailar y cantar. Es todo alegría y fiesta. Para terminar, se dirigen a la iglesia para todos juntos, escuchar la misa del día de su patrón.
Buscar lo que queda de los castillos
Anoia es tierra de castillos. Es algo que queda patente si uno coge un mapa de la comarca. Es rara la población de Anoia que en sus alrededores no cuenta con una fortaleza. O lo que queda de ella. Llegar hasta los castillos de esta comarca es una de la cosas que hacer en la provincia de Barcelona que de verdad merece la pena. Los caminos para alcanzar los restos de aquellas construcciones no son sencillos. Si se hacen en coche, como hice yo, hay que tener paciencia y cuidado. Aquí y allá hay baches y grandes piedras. Pero la recompensa al final del camino es tan buena que uno siente que ha merecido la pena.
Yo he visitado casi todos los castillos de Anoia. No podría quedarme solamente con uno. Aunque la mayoría está en ruinas, cerca de ellos siempre hay un pequeño templo románico que merece la pena ver. O un mirador que regala las mejores vistas de los campos de Anoia. En La Pobla de Claramunt se puede ver tras caminar cuesta arriba casi dos kilometros el castillo abierto al público mejor conservado de Anoia. En Sant Martí de Tous está el que seguramente tiene el patio más bonito. Y el Castell de Boixadors puede que sea el que ofrece las mejores vistas a los pies de sus restaurada torre. Pero todos, absolutamente todos los castillos de Anoia tienen algo especial que los convierte en visita imprescindible en esta comarca.
Probar los pies de porc rellenos
En Madrid los llamamos manitas de cerdo. Pero pies o manos, lo cierto es que están igual de buenos. Con la diferencia de que en Barcelona es un plato bastante típico. Y además los preparan rellenos. De gambas o de setas, el plato resulta de los más sabroso. Además de que hacerlo parece que no es tarea sencilla, pues llega a la mesa sin un solo hueso en si interior. Yo los probé en un restaurante de carretera cerca de Montserrat. Y os aseguro que supieron a gloria.
Llegar a Montserrat en un tren de época
Pocos son los viajeros que visitan Barcelona y que se van de la provincia sin pasar por el Santuario de Montserrat. Lo que no todos saben es que desde hace solamente uno meses hay una forma muy especial de llegar a él: un tren de época restaurado que hace que los pasajeros no se desplacen solo de un lugar a otro. También les ofrece un viaje en el tiempo. Se trata del Montserrat Classic Express. Un tren construido a finales del siglo XIX que ha sido restaurado con tanto mimo que el viajero podría pensar que es el primero en subir a él.
El tren empieza su recorrido en Sant Boi de Llobregat. Realiza una parada en Martorell, lugar en el que se ofrece una degustación de productos tradicionales catalanes. También durante esta parada se puede visitar el Museu del Vapor. Más tarde, el tren deja atrás la ciudad para adentrarse en la montaña hasta llegar a Monistrol. En ese punto hay que abandonar el encanto del Montserrat Classic Express para subir hasta el santuario en el tren cremallera que lleva operativo desde finales del siglo XIX.
Tras una hora y media recorriendo el santuario, se regresa al tren. Allí el decorado ha cambiado: ahora la mesa está lista para comer mientras el tren circula por la vías de regreso al punto de partida. Sin duda es una de las cosas que hacer en la provincia de Barcelona que más encanto tienen y que difícilmente se olvidarán.
Probar el vino de cereza
Barcelona es tierra de vinos y de cavas. Todos hemos oído hablar del Penedés como D.O. Pero el mundo del vino, en Barcelona, no termina en la uva. En tierras del Baix Llobregat visité una masía en la que elaboran vino. Pero de cereza. El lugar está rodeado de cerezos, que yo encontré sin flores ni frutos pues llegué al lugar en otoño. Sin embargo, visitar la Masía Can Pi en primavera ofrece al viajero la posibilidad de realizar una cata bajo los árboles cuajados de flores. O si ya hay frutos, coger las cerezas del árbol mientras se disfruta del vino que se produce con ellas.
Yo no soy entendida en vino, ni es una bebida que me guste. Sin embargo, os puedo asegurar que si no me dicen que el vino de la marca Sirot que probé era de cereza, jamás lo hubiera adivinado. Algo que ha ocurrido con bastantes entendidos a los que se ha dado a beber este singular producto.
Acabar con la operación bikini
Si vas a Barcelona será complicado no caer en la tentación de probar sus dulces más típicos. No hay mejor forma de acabar una comida que con la famosa crema catalana. Pero hay otras opciones, como mel i mató, un postre a base de miel y un queso fresco que ya se comía en la Edad Media. También merece la pena probar los panellets. Son típicos de Semana Santa, pero actualmente estos dulces a base de almendra y de origen árabe se pueden encontrar en cualquier época. A los que les gusten las pastas secas encontrarán en los carquinyolis un manjar. Se elaboran con harina, azúcar, almendra y huevo dándoles una forma alargada que los hace perfectos para mojar en el café.
Ver Barcelona desde el cielo
No hay mejor forma de terminan un viaje que viendo el lugar que has visitado desde las alturas. Y una buena opción es hacerlo en ala delta trike. Una de las cosas que hacer en la provincia de Barcelona y que muestra la provincia desde una perspectiva muy especial. Yo realicé esta actividad con la empresa Deltatrike. Despegamos del aeródromo de Igualada-Ódena, en la comarca de Anoia. A mi me encanta esa sensación que se tiene cuando vuelas en parapente, ultraligero o en este tipo de ala delta. Ves la tierra desde una altura que te permite distinguir muchos detalles. Y sientes que planeas, que el viento te mece. Para mi fue muy especial despedirme de Barcelona desde el aire, viendo bajo mis pies esos castillos de Anoia que había visitado hacía solo unos meses.
Esto es lo que ha dado de sí mi labor descubriendo Barcelona. Solamente espero que alguno de vosotros se anime a seguir mis pasos. A dejar atrás a Gaudi, el modernismo, las Ramblas y el mar para adentrarse en esta provincia que encierra bellos lugares desconocidos esperando que algún viajero llegue a ellos.
Hasta aquí llegado #Descubriendocatalunya y queda claro que @BCNesmuchoMAS. Gracias a Minube por esta oportunidad única. Espero que mi labor como descubridora haya estado a la altura de vuestras expectativas.
7 comentarios
Mucho que hacer y la mayor parte desconocido para mi. Es difícil hacer todo para un visitante, pero me lo apunto y en alguna escapada próxima a Barcelona, lo mismo me hago alguna.
Gracias
GranPumuki
Muchas cosas, efectivamente. Yo he necesitado de varias escapadas para poder hacerlas todas 😉
Ay Cris, Barcelona provincia mi gran pendiente, apenas he ido a Montserrat y fue hace muchísimos años, en coche no en tren de época (apuntado para la próxima), me ha encantado el pueblo de Bagá, iría a visitarlo sí o sí, tengo que conocer más la zona. Un abrazo
No te defraudará.Yo me siento afortunada de haber llegado a lugares que ni los propios barceloneses conocen. Así que toma nota, vete a Barcelona y disfruta de esos rincones olvidados. Un abrazo.
Aunque he ido en varias ocasiones a Barcelona no conozco absolutamente nada de la provincia, he pasado por alguna zona de pasada, pero no me imaginaba que había tanto para ver.
Me ha sorprendido la cantidad de castillos que hay, no tenía ni idea. Lo del tren de época me encantaría probarlo. Y Bagá tiene una pinta estupenda! Me lo apunto todo!
Un abrazo
Y no se te olvide lo de ir por el campo a buscar setas, que yo creo que eso te gustaría especialmente, aunque no las encontraras.
Un abrazo
¡Increíble! Muy buenas recomendaciones sin duda. Gracias por el artículo.