Llamada la perla del Adríatico, Dubrovnik es una preciosa ciudad con calles de mármol y rojos tejados que debe su nombre a las encinas (dubrava) que crecen por toda la región. Dubrovnik es la ciudad más próspera y cara de Croacia, el número de visitantes que llegan a ella crece cada año, hasta tal punto, que en temporada alta en ocasiones los grupos tienen que esperar en la entrada de la ciudad hasta veinte minutos para poder entrar en ella. Hay mucho que ver en Dubrovnik y sin duda visitar esta ciudad es una de las cosas que hay que hacer en Dalmacia, la más bella de las regiones croatas.
Sin duda, tras sus murallas hay un buen número de lugares que ver en Dubrovnik, pero por desgracia en muchos momentos la belleza de esta ciudad, la más turística del país, se puede ver empañada por la cantidad de gente que camina por sus calles. Visitar Dubrovnik en esos momentos es todo un reto, intentar conocer una ciudad donde cientos de turistas quieren hacerse a la vez la misma foto o sentarse en la misma terraza de un restaurante puede acabar con la paciencia de más de uno.
Pero no hay que desesperar. Es mejor armarse de un poco de humor e intentar llegar más allá de donde lo hacen la mayoría de los turistas para de ese modo llevarse un recuerdo bello e íntimo de una ciudad que merece ser recorrida con calma, mucha más de la que llevan la mayoría de los que por ella pasan. Así que antes de empezar a descubrir Dubrovnik hay que mentalizarse para no dejarse llevar por las prisas que parecen contagiar a muchos de los viajeros que visitan la ciudad… y una vez hechos a la idea, empezar a visitar los lugares que hay que ver en Dubrovnik.
Índice del artículo
Qué ver en Dubrovnik
Murallas
Dicen de las murallas de Dubrovnik que son las más bonitas del mundo y aunque solamente sea para comprobarlo hay que invertir tiempo en verlas. Casi todo el que llega a la ciudad entra por la Puerta Pile y junto a ella está la subida a lo alto de estas impresionantes murallas que rodean toda la ciudad. Con más o menos gente creo que es algo imprescindible para conocer Dubrovnik pues desde las altura que ofrecen estos imponentes muros y sus torres uno descubre ese mar de tejados rojos entre los que sobresalen torres y campanarios que ayudan a ubicar cada lugar en el mapa urbano.
La entrada es de pago, y no precisamente barata, pero se puede amortizar empleando en el paseo todo el tiempo que uno necesite. La gente pasa por allí como si de una carrera se tratara, a nosotros nos adelantaban constantemente, y es que tardamos casi tres horas en recorrer todo el perímetro de la ciudad.
Cómo “truco” deciros que cuanto más temprano lleguéis menos gente habrá, y que hay un par de puntos en los que la muralla parece cortarse por lo que hay que pasar un nuevo control. Aprovechad para ver los alrededores de esos lugares antes de volver a subir a lo alto de los muros. Y sobre todo, no os quedéis con la imagen exterior desde la Puerta Pile, salid por la Puerta Norte de la ciudad, la imagen desde allí es de las más impresionantes de la ciudad y ese punto es uno de los lugares que ver en Dubrovnik al que no todos parecen asomarse.
Stradun
Esta calle es sin duda una de las más bonitas que he visto nunca. La pena es la cantidad de gente que pasea por ella y que impiden hacerse una idea real de la belleza que encierran estos pocos metros de ciudad dentro de la muralla. Puede que sus edificios (quitando algún palacio o iglesia) no sean monumentales, pero ni falta que les hace. Es precisamente la sencillez de las fachadas y la uniformidad lo que la hacen tan bella, la perspectiva (cuando se puede tener), las calles estrechas que salen de ella…
Pero sobre todo destaca su suelo de mármol que parece más de un palacio que de una calle al aire libre. El mejor momento para verla es la noche, cuando muchos turistas se han marchado a sus barcos (esos maravillosos cruceros que descargan cada día cientos de viajeros en el puerto de Dubrovnik) y las luces iluminan la calle haciendo que todo se refleje en el suelo y luzca de un mágico color dorado. Esta calle es sin duda uno de los lugares que ver en Dubrovnik y por la que merece pasear a distintas horas del día pues su color cambia según la luz del sol o de las farolas la ilumina.
Iglesias y claustros
Si en Mostar vimos mezquitas, en Croacia lo que vimos fueron muchas iglesias, algunas de ellas en el casco histórico de Dubrovnik. Desde la iglesia barroca de San Blas, patrón de la ciudad, a la de San Ignacio o la Catedral de la Asunción de la Virgen, todas son de grandes dimensiones y ocupan amplias plazas. Merece la pena entrar en ellas para escapar de calor y descubrir los tesoros que cada uno de estos espacios católicos esconden en su interior. Pero si alguien quiere ver algo diferente no debe olvidar visitar la Iglesia Ortodoxa Serbia cuyo interior decorado con iconos y mosaicos poco tiene que ver con el resto de templos de la ciudad. Lo mejor es que todas son gratuitas, así que no hay razón para quedarse fuera.
Sin embargo, para visitar los claustros de los franciscanos o dominicos si que hay que pagar entrada. Nosotros nos decantamos por el primero de ellos y descubrimos un remanso de paz en la que dicen es una de las construcciones románicas más bonitas de Dalmacia. A mi personalmente no me pareció nada especial, aunque si es cierto que pasé un buen rato contemplando los capiteles de sus columnas (al parecer no hay dos iguales).
Palacios
Una ciudad como Dubrovnik no podía dejar de tener magníficos palacios. Dos de los mejores ejemplos acogen ahora importantes museos, pero aunque uno no quiera visitarlos no debe pasar por alto los edificios y curiosear hasta donde las vallas le impidan seguir avanzando. Ambos están muy cerca uno del otro. El primero al final (o principio, depende desde donde llegue uno) de Stradun. Se trata del Palacio Sponza, un edificio que fue primero aduana, más tarde casa de la moneda, tesorería y luego un banco. Hoy acoge los Archivos del Estado y la Sala Conmemorativa de los Defensores de Dubrovnik. Su fachada destaca por el pórtico, las ventanas góticas del primer piso y las renacentistas del segundo.
El otro palacio, la Rectoría, es una muestra de arte gótico-renacentista cuyo pórtico con bellos capiteles labrados no deja indiferente a nadie. Hoy es el Museo de Historia y en él también se celebran conciertos.
Fuentes
En Dubrovnik hace mucho calor en verano. Nosotros fuimos en septiembre y puedo decir que el sol pegaba con fuerza y uno buscaba la sombra con ganas. Y si hay algo que alivie el calor (aparte de la cerveza, claro) eso es el agua fresca, algo que en esta ciudad es sencillo encontrar. Fuentes como la de Onofrio o la pequeña fuente de Onofrio son lugares que ver en Dubrovnik e ideales para beber sin fin agua potable y realmente fresca, tanto que la mayoría de la gente bebe, llena botellas y termina echándose el liquido elemento por encima para intentar combatir el calor.
Además de servir para esa finalidad, la Fuente de Onofrio es uno de los lugares emblemáticos de la ciudad. Se construyo en el s.XV como parte del sistema de suministro de agua a Dubrovnik y estaba adornada con estatuas, pero en el terremoto de 1667 quedó muy dañada por lo que de aquella ornamentación tan solo permanecen las máscaras por las que hoy sigue saliendo agua fresca. Si uno cruza Stradun desde esta fuente, en el otro extremo encontrará la pequeña fuente de Onofrio, otro lugar de donde mana agua fría y sirve para refrescar a tantos turistas que pasan por allí.
Tiendas
Dubrovnik es una ciudad que vive del turismo. Mientras uno pasea por Stradun y las calles aledañas verá una tras otras montones de tiendas en las que comprar recuerdos como aceite (y cosméticos que lo tienen como base), postales, imanes y cosas habituales de casi cualquier ciudad. Pero prestando un poco de atención uno podrá descubrir tiendas que son un tesoro, lo primero por el espacio que ocupan, que puede ser por ejemplo un salón de una antigua casa de la nobleza, y lo segundo por las maravillas que venden. En muchas de estas tiendas promocionan a artistas locales y venden sus pinturas y artesanías.
Otras tiendas más pequeñas son el taller de algún artesano que hace objetos de bisutería a la vista de los posibles clientes, y por supuesto, mujeres que bordan esas mantelerías que cuelgan en los puestos de algunas plazas. Sin duda hay recuerdos para todos los gustos (y todos los bolsillos).
Calles y rincones secretos
Vaya donde vaya, una de las cosas que más me gusta es perderme por esas calles a las que parece que nadie llega. Y eso en Dubrovnik es una gozada. Abandonar el caos y el ruido de los alrededores de Stradun para subir escaleras, pasar bajo algún arco, descubrir un jardín escondido y aprender que en esta ciudad, a veces, también se pueden encontrar rincones solitarios y tranquilos. Perderme por las calles del sur de la ciudad fue una de las cosas de las que más disfruté en la ciudad. No hay monumentos, tan solo rincones encantadores esperando que alguien llegue hasta ellos y aún así estas deben estar en la lista de lugares que ver en Dubrovnik.
Estas son algunas de las cosas que ver en Dubrovnik. A ello podemos añadir la zona del puerto o las vistas desde el punto al que llega el teleférico de la ciudad, además de museos o los muchos paseos en barco que brinda la ciudad a las islas cercanas. Así que para quien quiera ir a Dubrovnik, si quiere disfrutar todo lo posible de la ciudad y sus actividades decirle que mejor que al menos dos días en esta bella ciudad a orillas del Adriático.
3 comentarios
Hola Kris, me encanta tu blog! Croacia es uno de los destinos que quiero tachar de mi lista! Qué ciudades me recomiendas visitar en 3 días que tengo? Gracias y saludos!
Hola Pablo
Pues en tres días y como la que parece fundamental es Dubrovnik yo intentaría visitar Korcula, que está en una isla. Es una delicia, con menos turismo que ciudades de tierra firme. Entre el resto de las ciudades más bellas de Dalmacia yo elegiría Trogir. Ya me dirás que decides. Un saludo
Muchas gracias por la ayuda! Cuando me decida te digo! Un saludo!