Cuando viajes a Cerdeña vas a descubrir que es una isla con mil posibilidades. Playas, arqueología, sol y una fabulosa gastronomía convierten al territorio sardo en un fantástico destino vacacional. Hay que sumar a toros esos atractivos de la isla algunos de los pueblos con encanto de Cerdeña. Casitas de colores, calles umbrías y agradables cafés convierten a estas localidades en lugares que merece la pena tener en cuenta al viajar a Cerdeña.
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Pueblos con encanto de Cerdeña
En esta lista no están todos los pueblos con encanto de Cerdeña. Mejor centrarse en un puñado de ellos sobre todo si no se tiene demasiado tiempo. Esta isla italiana es grande y hay que organizar bien la ruta para poder sacar todo el partido a lo que tiene que ofrecer. Por ello, de entre todos los pueblos bonitos en Cerdeña, esta es mi selección de lo que yo no perdería.
No dejes de leer el post "Qué ver en Cerdeña" y descubre todo lo que puedes hacer en esta isla italiana.
Castelsardo, historia y vistas panorámicas en la costa norte
Estoy segura de que Castelsardo aparece en todas las listas de pueblos con encanto en Cerdeña. Encaramado en lo un promontorio sobre el Mediterráneo, el centro histórico, con sus casas de piedra y sus calles medievales, sobresale sobre el resto de la población.
Su origen tal se remonta al siglo XII, cuando una familia de Génova la diseño con el objetivo de ser un fuerte defensivo. Por aquel entonces, el lugar se llamó Castel Genovese. En el siglo XV, los aragoneses se hicieron con el fuerte, pasando a ser su nombre Castel Aragonese. Más tarde llegaron los piamonteses Saboya y ya en el siglo XVIII el pueblo pasó a llamarse Castelsardo.
Lo mejor que se puede hacer en este pueblo es callejear sin rumbo hacia lo más alto del promontorio. Durante el paseo se podrán ver varias iglesias, curiosas tiendas de artesanos y por supuesto, el castillo. Al atardecer merece la pena buscar un mirador con vistas a la Catedral y después, algún restaurante para cenar pescado fresco en el corazón de casco antiguo.
Comer en Castelsardo: Ristorante Al Castello (Via Guglielmo Marconi, 4) Alojamiento: B&B Casa Doria
Bosa, uno de los pueblos con encanto de Cerdeña
Otro de esos pueblos que ver en Cerdeña que no os podéis perder es Bosa. Una preciosa localidad en la que las casitas de colores parecen encajadas en la ladera de la colina sobre la que se alza el castillo mandado construir por la familia toscana Malaspina, un lugar del que poco queda pero desde el que se tienen una fabulosas vistas panorámicas.
En Bosa, el río Temo forma parte de la vida cotidiana del que sin duda es uno de esos pueblos con encanto de Cerrdeña. Los pescadores faenan a la sombra de las palmeras que regalan sombra a los viandantes que caminan por el bonito paseo entre el agua del río y los coloridos edificios.
Aquí, de nuevo, callejear es una de las mejores cosas que se pueden hacer. Calles que suben y bajan y cuidadas plazas en las que sentarse a tomar un café o un spritz mientras se disfruta del ir y venir de la gente por las bonitas calles de Bosa.
Recomendación de alojamiento en Bosa: Bosa Queen House
Orgosolo, arte y cultura en el corazón de Barbagia
En una zona montañosa, en el corazón geográfico y espiritual de Cerdeña, se encuentra Orgosolo. Uno de los pueblos con encanto de Cerdeña que en el pasado fue sinónimo de bandoleros y rebeldía. En los últimos años la localidad está consiguiendo dejar atrás su violenta historia atrayendo a los turistas con su atractiva colección de murales en las fachadas.
Orgosolo es un lienzo gigante al que cada año se añaden nuevas obras de arte urbano. Todo comenzó en 1975, cuando un profesor propuso decorar el pueblo con pinturas que conmemoraran el 30ª aniversario de la liberación de Italia. El nombre de aquel profesor era Francesco del Casino, y el mismo realizo varias de las pinturas.
Si recorres este pueblo sardo podrás ver murales que recuerdan la liberación de las mujeres, la Segunda Guerra Mundial o el atentado de las Torres Gemelas en Nueva York. Hay obras de los más variados estilos entre las que no faltan los retratos, como los del Che Guevara o Lenin.
Disfruta de este pueblo reservando la excursión Murales y Cultura con un almuerzo típico
Carloforte, el pueblo más bonito de la Isla de San Pietro
Cerca de algunas de varios acantilados y de algunas de las mejores playas de Cerdeña encontramos Carloforte. Se trata de la principal localidad de la Isla de San Pietro, en el suroeste de Cerdeña.
Las palmeras y los elegantes palazzi esperando al visitante en el paseo marítimo. Tras ellos hay un pintoresco casco antiguo, con casas de tejados rojizos cuyas casas se abren a calles empedradas. Más allá de eso no hay mucho que ver en el que es sin duda uno de esos pueblos con encanto de Cerdeña. Tampoco hace falta. En Carloforte lo importante es pasear, disfrutar de la brisa marina, tomar el aperitivo y ponerse guapo para salir a cenar una mariscada o un plato de pescado fresco.
Alghero, la ciudad amurallada con influencias catalanas
Aunque realmente Alghero es una ciudad, su centro histórico tiene el tamaño de un pueblo y es uno de los lugares con más encanto que ver en Cerdeña.
Esta ciudad la fundaron los genoveses, les fue arrebatada por los aragoneses (que dejaron una gran huella en la ciudad) y más tarde pasó a manos de la Casa de Saboya. Fue bombardeada durante la Segunda Guerra Mundial y en los años 70 del sigo pasado se convirtió en el primer destino turístico en la isla.
Entre los lugares que ver en Alghero se encuentran sus murallas, su catedral (que parece fuera de lugar), la iglesia de San Francisco y el Museo de Coral. Además, esta ciudad es perfecta para disfrutar de la gastronomía de Cerdeña. Sus pequeños restaurantes en el centro ofrecen los mejores platos de la isla y no hay que dejar de pasear por las callejuelas de esta preciosa localidad mientras se come un helado (hay fantásticas heladerías en el centro).
Merece la pena reservar mesa en Il Pesce d’Oro para comer una de sus fantásticas pizzas. En cuanto al alojamiento, es muy recomendable Skyfive Earth Apartment.
Argentiera, otro de los pueblos con encanto de Cerdeña
Alejado de las rutas más trilladas está Argentiera. Un pequeño pueblo en el que se puede disfrutar de un par de playas que son un verdadero paraíso. Poca gente y un mar que parece una piscina gigante.
Dejando atrás el mar, el mayor atractivo de esta localidad en la que parece haberse detenido el tiempo son sus antiguas minas. Una grandes ruinas de aspecto fantasmal que llevan décadas abandonadas. De ellas ya extrajeron plata los romanos y ahora se puede hacer una visita al centro de interpretación o caminar por los senderos que suben colina arriba para contemplarlas desde otra perspectiva.
El resto del pueblo está salpicado de casas cubiertas de buganvillas que rodean los antiguos edificios que daban servicio a los mineros. El conjunto, en contra de lo que pueda parecer, resulta realmente atractivo.
Hay otros pueblos con encanto de Cerdeña a tener en cuenta: Porto Cervo, San Pantaleo, Nuoro o San Sperate. Si tenéis tiempo para dedicarlo a conocer este tipo de burgos y aldeas cimeras, estupendo. En caso contrario, si hay que elegir y visitar solamente algunas de los pueblos sardos, os recomiendo sin duda los que os he mencionado.