Palacio Real de Caserta, la gran residencia de los Borbones en Italia

por Cristina Monsalvo
Palacio Real de Caserta

A 40 kilómetros de Nápoles se encuentra el Palacio Real de Caserta. La residencia que en el siglo XVIII Carlos de Borbón quiso construir para alejarse de la flota inglesa que amenazaba con bombardear la que hoy es capital de Campania. El encargado de la construcción sería Luigi Vanvitelli. Y la idea era conseguir un palacio al más puro estilo de Versalles.

Carlos de Borbón puso la primera piedra de este palacio en 1752. Siete años más tarde, el monarca se convertía en rey de España. A partir de ahí las obras del palacio se fueron ralentizando, y su exterior no se acabó hasta 1774. El interior tardaría aún cien años en estar finalizado.

Palacio Real de Caserta

El Palacio Real de Caserta es el palacio real más grande del mundo y fue declarado Patrimonio de la Humanidad en 1997, siendo uno de los grandes edificios barrocos de Italia.

Hablar de números en este palacio es no dejar de sorprenderse. Cuenta con 1.200 habitaciones, 1.790 ventanas, 1.026 chimeneas, 34 escaleras y unos jardines que ocupan 1.200.000 m2. De todo ello, el visitante solamente puede ver una pequeña parte, pero es lo suficiente para hacerse una idea de la arquitectura del edificio y del estilo de vida que llevaban quienes habitaron el palacio.

Visitar el Palacio Real de Caserta

Con todos esos números, uno se puede sentir un poco apabullado. Por ello hay que tomarse con calma la visita al Palacio Real de Caserta para disfrutar todo lo posible del que es sin duda uno de los palacios más impresionantes de Italia. A mí me ha recordado a algunas de las residencias de los Saboya, edificios también Patrimonio de la Humanidad que se cuentan entre los lugares que ver en Turín.

Hay quien dice que este palacio es el Versalles italiano. Yo creo que hay muchas diferencias entre ambos lugares, desde el diseño del propio edificio al de los jardines. Por eso es mejor que no lleguéis hasta Caserta con ninguna imagen en mente y que os dejéis sorprender. Porque tanto el palacio de Versalles como el de Caserta son verdaderas joyas de la arquitectura y del paisajismo.

En este apartado os voy a dejar algunas claves para facilitaros la visita a este palacio, sin duda unos de los lugares que ver en Nápoles, dada la cercanía entre ambos lugares.

Horarios del Palacio Real de Caserta

Los horarios para visitar el palacio varían a lo largo del año, al igual que son diferentes los de los apartamentos reales y los de los jardines. Estar atentos a ello para contar con tiempo suficiente para conocer todo lo que ofrece al visitante el Palacio Real de Caserta.

  • Cerrado todos lo martes y los días 1 de enero y 25 de diciembre.
  • Los apartamentos reales abren todo el año de 8:30 a 19:30 horas.
  • Parque Real: apertura todo el año a las 8:30 horas. El cierre de abril a septiembre es a las 19:00 horas. El resto del año varía según el mes.
  • Jardín Inglés: de 8:30 a 18:00 horas de abril a septiembre. Resto del año varía el horario de cierre.
  • El Teatro de la Corte abre solamente sábados y domingos de 10:00 a 13:00 horas.

Entradas al Palacio de Caserta

Las entradas para acceder al Palacio Real de Caserta se pueden adquirir directamente en las taquillas del edificio que cierran a las 18:45 horas. Se puede pagar con efectivo o tarjeta de crédito.

  • Entrada gratuita los primeros domingos de mes de abril a octubre.
  • Gratis para todos los visitantes de la Unión Europea menores de 18 años.
  • Entrada para los visitantes con edad entre los 18 y los 24 años: 2 €.
  • Acceso sólo al Parque Real y al Jardín Inglés: 9 €.
  • Entrada a los apartamentos reales, al parque y al jardín inglés: 15 €.

Información práctica para la visita al Palacio Real de Caserta

Estos son los servicios para los visitantes con los que cuenta el palacio.

  • Consigna para maletas, mochilas, paraguas y otros objetos con los que no se puede acceder al palacio.
  • Hay baños tanto en el edificio del palacio como en los jardines.
  • Se pueden alquilar audioguías en varios idiomas (español incluido) por 5 €.
  • Para recorrer los jardines (tienen una longitud de 4 kilómetros) se pueden alquilar bicicletas nada más entrar en ellos, a la derecha. El precio es por hora y varía de una bicicleta convencional a una eléctrica.
  • Otra opción para evitar tener que recorrer dos veces el Parque Real son los minibús que circulan constantemente entre el ingreso al parque y el final del mismo. El precio del billete es de 2,5 € por persona e incluye dos trayectos. Yo os recomiendo subir en bus y regresar caminando.
  • No olvidéis recoger el plano de los jardines, con él os será mucho más sencillo recorrerlos.
  • Reserva la

Cómo llegar al Palacio Real de Caserta

Las opciones para llegar al palacio son varias. Tomar nota porque todas os pueden venir bien.

  • Tren. La estación de Caserta está frente a la entrada al palacio. Hasta ella llegan trenes desde varias ciudades de Italia, incluida, por supuesto Nápoles. Es importante comprobar los horarios antes de ir a la estación, pues no es raro que haya cambios.
  • Desde el aeropuerto. Si quieres ir directamente desde el aeropuerto de Nápoles a Caserta, podrás hacerlo gracias a la línea de autobús que conecta ambos lugres.
  • Coche. Nosotros hemos hecho un viaje en coche por los alrededores de Nápoles y fue con él que llegamos a Caserta. La mejor opción para estacionar es hacerlo en cualquier de los aparcamientos de pago, ya sea bajo la Piazza Carlo III o en los alrededores de la misma.

Visitas guiadas al Palacio Real de Caserta

La mejor forma de conocer todos los entresijos de la historia y la arquitectura del Palacio Real de Caserta es sumándose a una visita guiada. Ya sea en el propio palacio o con excursión incluida desde Nápoles.

Qué ver en el Palacio Real de Caserta

La visita al Palacio Real de Caserta se divide en dos partes principales: los apartamentos reales y los jardines. El modo de organizar la visita depende de cada viajero. Yo os recomiendo fijaros sobre todo en la hora, para evitar estar cuando más calor hace en los jardines, aprovechando las primeras horas de la mañana o las últimas de la tarde para su visita. Y recorriendo el interior del palacio cuando más calor hace (suponiendo que vayáis en verano, igual que nosotros).

Palacio Real de Caserta

Qué ver en el Parque Real (Parco Reale)

Los jardines del Palacio de Caserta ocupan una gran extensión. Algunas zonas están arboladas y decoradas con esculturas. Hay grandes praderas y también está la Via d’Acqua formada por una serie de estanques y fuentes. Lo que podemos ver hoy no es el diseño original de Vanvitelli. Ese diseño, por cuestiones económicas, se tuvo que cambiar, dando como resultado un parque mucho más boscoso y probablemente, menos monumental.

Al final del parque está el jardín Inglés, del que os hablaré más adelante. Por ahora, tomad nota de lo que vais a encontrar en el gran parque palaciego desde la parte baja, justo nada más salir del palacio, hasta ese final que termina en una colina cubierta de verde con una cascada.

Bosco Vecchio

Caminando hacia la izquierda al salir al parque, se llega a la parte más antigua del mismo. Es una zona muy arbolada, en la que los magnolios, araucarias y palmeras tienen gran protagonismo. Sobre todo cerca de Castelluccia, un pabellón octogonal concebido como lugar de ocio para la familia real. Llama la atención el quiosco de estilo chino sobre las fortificaciones que forman parte de este atractivo lugar de recreo.

Peschiera (estanque de los peces)

Este lago artificial fue lugar de cría de carpas, anguilas y truchas, tanto para consumo de los monarcas como para su venta en los mercados. También fue lugar de esparcimiento, sobre todo del Fernando IV. En este estanque de 3,5 metros de profundidad, simulaba batallas navales.

Fuente Margarita

En el centro de la rotonda que marca el comienzo de la Via d’Aqua, esta fuente tiene un diseño sencillo. Algo que hace que destaquen las flores la decoran y las diez esculturas que rodean la rotonda. En ellas están representados Apolo y las nueve musas.

Via d’Aqua

Justo tras la anterior fuente se tiene la primera imagen de la impresionante vía de agua del Palacio Real de Caserta, formada por seis fuentes, varios estanques y cascadas. Vanvitelli diseñó el acueducto Carolino para poder llevar todo el agua que necesitaba hasta los jardines y poder crear crear con ella el espectáculo visual que todavía hoy podemos contemplar.

Fontana dei Delfini

El primer estanque que podemos ver mide nada menos que 470 metros de largo, y al final del mismo, salvando el desnivel del terreno, se encuentra la fuente de los delfines. La decoran tres monstruos marinos por cuyas bocas salen potentes chorros de agua.

Palacio Real de Caserta

Fontana di Eolo

La segunda fuente que podemos ver en los jardines del Palacio Real de Caserta está al final de una cuidada pradera. La construyó Carlo Vanvitelli según un diseño de su padre. Pero algo falló y el resultado no fue el esperado. La fuente, que debía contar con 54 esculturas, con Eolo como protagonista, terminó teniendo solamente 29  ellas que representan a tritones y vientos. Están colocadas sobre rocas ante un fondo que simula varias cuevas.

Eolo no llegó nunca a formar parte de la escenografía de la fuente, y la escultura de Juno que debía ir en la parte superior de la cascada tampoco se colocó nunca para evitar que obstaculizara la perspectiva del gran canal de agua. Lo que si se puede ver sobre las barandillas que ascienden al siguiente nivel del parque son esculturas que también representan a los vientos junto con otras con parejas de esclavos.

Palacio real de Caserta

Fontana di Cerere

La cuarta fuente que encontramos en la vía del agua que atraviesa el parque real es la dedicada a Ceres, diosa de la fertilidad de los campos. Está rodeada por esculturas de ángeles y ninfas, y la diosa sostiene entre sus manos un medallón con la trinacria, el símbolo de Sicilia.

Fontana di Venus e Adonis

Esta fuente, en su conjunto, es una de las más llamativas que ver en el Parco Reale. El gran conjunto escultórico con Venus y Adonis como protagonistas se encuentra al final de doce estanques de agua fresca y cristalina que vierten sus aguas de uno a otro en pequeñas cascadas. Cada una de ellas esta decorada con cabezas de animales: osos, lobos, jabalíes y carneros.

La Gran Cascada y la Fontana de Diana

Esta cascada de 82 metros de altura abastece de agua a las fuentes y canales del Parco Reale. Baja por la montaña, en cuya cumbre el acueducto distribuye el agua hacia el propio palacio y los distintos jardines. A cada lado de la cascada, una serie de rampas permiten subir a un mirador.

La cascada forma una fuente con los dos grupos escultóricos de la Fuente de Diana y Acteón. A la izquierda se puede ver a Acteón huyendo convertido en ciervo por Diana y siendo devorado por sus propios perros. A la derecha, la diosa, enfadada tras haber sido descubierta en el momento de su baño (foto de portada del post).

Qué ver en el Jardín Inglés del Palacio Real de Caserta

Justo a la derecha de la Gran Cascada está la entrada al Jardín Inglés, construido por petición de la reina María Carolina y diseñado por Carlo Vanvitelli y el botánico John Andrew Graefer. El resultado fue un cuidado jardín de aspecto romántico con colinas, riachuelos, plantas exóticas y recreaciones de antiguas ruinas. Es una jardín mucho más agradable para el paseo, pues la sombra acompaña al visitante y hace que el espacio sea más fresco que el gran Parco Reale.

Un recorrido por los senderos del Jardín Inglés llevan a pasar ante invernaderos, pequeños templos, esculturas, fuentes y otras construcciones meramente decorativas.

Personalmente, el rincón de este jardín del Palacio Real de Caserta que más me gustó está sumido en la penumbra y tiene cierto halo mágico. Se trata del Baño de Venus, una escultura de mármol de Carrara rodeada de agua que brota bajo un enorme tejo y que llega también por pequeñas cascadas hasta el estanque.

Palacio Real de Caserta

Rodea este pequeño lugar que parece surgido de un cuento de hadas el Criptopórtico, una galería al estilo de la antigua Roma. Su interior tiene todo el aspecto de estar a punto de derrumbarse. Pero no, tranquilos. El lugar fue construido con falsas grietas y derrumbes para dar sensación de antigüedad. Las esculturas que hay en el interior, así como el sarcófago de mármol proceden de la colección Farnese.

Interior del Palacio Real de Caserta

Puede que al ver desde el exterior la fachada del palacio pensemos “pues tampoco es tan grande”.  El palacio consigue su gran tamaño gracias a su distribución alrededor de cuatro grandes patios interiores y sus cinco pisos de altura. En total nada menos de 47.000 m2. Su gran cantidad de escaleras permitían recorrer el palacio tanto en horizontal como en vertical, llegando desde el sótano hasta los áticos sin tener que atravesar más estancias que las estrictamente precisas.

 

Cannocchiale

Desde la entrada principal, una larga galería comunica con el Parco Reale y que alcanza la Vía d’Aqua y la Gran Cascada, creando una magnífica perspectiva. Dicha galería es conocida como Cannocchiale (catalejo) y desde ella se accede a la escalera de honor, otro de los elementos arquitectónicos destacados de este palacio italiano.

Palacio Real de Caserta

Escalera de Honor

Es por esa escalera por donde comienza la visita a los apartamentos reales. Un acceso digno de un rey. Construida en mármol de Trapani, una rampa central da lugar a dos lateral que llevan hasta el vestíbulo superior. Los colores del mármol, la decoración de la balaustradas y la escultura de Carlos de Borbón a lomos de un león rodeado por las estatuas que representan al Mérito y la Verdad forman un conjunto visualmente muy atractivo.

Palacio Real de Caserta

A todo ello se suma la doble bóveda elíptica decorada con frescos en los que se ilustran las Cuatro Estaciones y el Palacio de Apolo.

Vestíbulo Superior

Este vestíbulo se sitúa en el punto en el que se cruzan los brazos del palacio. La sensación cuando llegas a él es la de estar dentro de un laberinto. La suma de columnas, arcos y pilares te hacen sentir en un torbellino en el que los colores del mármol se mezclan con las puertas y en el que todo parece acabar arriba, en la gran cúpula central. Es una sensación difícil de explicar, puede que no todo el mundo tenga esa sensación. Pero yo sin duda me sentí perdida y abrumada por ese espacio arquitectónico tan singular y magnífico.

Capella Palatina del Palacio Real de Caserta

Una de las puertas que se abren al vestíbulo superior da acceso a esta capilla, uno de los espacios más impresionantes del Palacio Real de Caserta. Para ello Vanvitelli, por deseo del rey, se inspiró en la capilla de Versalles.

La capilla consta de una única nave con un alto basamento sobre el que se elevan dos filas de columnas. Es precisamente en algunas de ellas donde se pueden apreciar los daños que causaron los bombardeos en 1943. A ellos solamente sobrevivió un cuadro, el que se puede ver en el altar y que representa a la Inmaculada Concepción.

En esta capilla se sigue celebrando misa todos los domingos y la mitad de los asientos pueden ocupados por las personas que visitan el palacio.

Apartamentos reales

Otra de las puertas del vestíbulo superior da paso al recorrido por los apartamentos reales. Aquellos que ocuparon los monarcas y su corte. Es una ruta que atraviesa estancias de distinta índole, pero en las que sin duda llaman especialmente la atención los techos cubiertos de frescos, bajorrelieves y molduras blancas o doradas, así como los suelos de mármol, uno de los materiales utilizados de forma más especial en el palacio.

Palacio Real de Caserta

Las primeras salas son la de los Alabarderos y la Guardia Personal. Grandes lámparas cuelgan de sus techos y desde la primera de ella se accede a un pequeño museo en el que se rinde homenaje a Vanvitelli y a su trabajo en el Palacio Real de Caserta.

A continuación llegamos a las dependencias reales. Cámaras, antecámaras, estudios, dormitorios, comedores, salones. Una tras otras las estancias muestran todo el esplendor barroco de la época. Suelos y techos tienen gran protagonismo, así como las obras de arte que decoran las paredes, los relojes sobre los muebles o las lámparas de Murano.

Biblioteca Palatina

Del gusto de los reyes por el saber y la cultura habla por si sola esta biblioteca, uno de los espacios más singulares que podemos ver en el Palacio Real de Caserta. La forman un total de cinco salas que guardan 14.000 libros que van del derecho al teatro y del arte militar a la filosofía, muchos de los cueles nos hablan de los gustos personales de quienes crearon la colección: las reinas María Carolina de Habsburgo y Carolina Murat y el rey Fernando II.

No hay que dejar de prestar atención a los frescos en los que aparecen personajes alegóricos a las matemáticas, las filosofía o la astronomía. El mobiliario es práctico, pensando para la lectura o la consulta. Y los objetos decorativos acordes a la función de la biblioteca. Entre ellos destacan dos grandes globos terráqueos.

Belén borbónico

Seguro que sabéis de la tradición napolitana de los pesebres. Un magnífico ejemplo de ellos se puede ver en este palacio. En la sala elíptica que estuvo ocupada por el teatro de títeres. El centro de la misma la ocupa ahora el belén y en la bóveda se puede ver una imagen de la Sagrada Familia.

Comer y dormir en Caserta

La cercanía a Nápoles hace que gran parte de los visitantes que llegan al Palacio Real de Caserta lo hagan desde la capital de Campania. Nosotros, al tener coche y haber hecho un viaje por el sur de Italia, decidimos terminar nuestro periplo con una noche en Caserta. Algo que nos permitía contar con un vehículo para llegar hasta el palacio sin tener que depender de transporte publico ni estar sujeto a sus horarios.

Grand Hotel Vanvitelli

Creo que merece la pena pernoctar en Caserta una noche para visitar a la mañana siguiente el Palacio Real. Aunque la ciudad no tiene ningún otro atractivo, si hay buenos hoteles y restaurantes (algunos nada turísticos).

En nuestro caso nos alojamos en el Grand Hotel Vanvitelli. Un hotel de grandes dimensiones en la entrada a Caserta. Se encuentra junto a la carretera, la misma que continúa hasta el palacio, y cuenta con dos zonas de estacionamiento, una al aire libre y otra cubierta. Algo que para nosotros era imprescindible.

El hotel se divide en dos edificios con un total de 250 habitaciones que van desde las estándar a las suites. A nosotros nos hicieron un upgrade y pasamos la noche en una fantástica suite junior con salón, vestidor y un gran baño en el que no faltaba una bañera de hidromasaje. Destacar sin duda la comodidad de la cama y la limpieza en toda la estancia.

La decoración del hotel está acorde con el estilo del palacio de la ciudad. Muebles clásicos que conviven perfectamente con las comodidades y la tecnología del siglo XXI. Todo pensando para la comodidad del huésped. Incluso esa piscina rodeada de jardines, perfecta para darse un baño tras una jornada de turismo.

El lobby es uno de los espacios más bellos del edificio. Se trata de un patio interior con una preciosa cubierta de cristal de la que cuelga un impresionante lámpara de Murano. Es sin duda el lugar perfecto para una cena romántica o para tomar uno de los cócteles que preparan en el bar.1024

El Gran Hotel Vanvitelli ofrece desayuno buffet y puede presumir de contar con un personal amable, que en muchos casos habla perfectamente español y que ayuda al huésped en cualquier duda o necesidad que pueda tener. Un hotel a tener en cuenta para alojarse en Caserta.

Comer en Caserta

Solamente pasamos una noche en Caserta. Nos animamos a cenar cerca del hotel y tras buscar opciones en internet, nos decantamos por una pizzería a pocos metros de nuestro hotel: Pascarotti Passione Pizza. Un local familiar, con comedor interior y una pequeña pero cuidada zona exterior.

En su menú, las pizzas más tradicionales junto a otras con ingredientes menos convencionales y una pequeña variedad de antipasti. Tampoco faltan los postres. Si tienes dudas, déjate tentar por los dulces expuestos en su nevera.

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