Desde hace unos años me gusta dejar unos días para hacer una escapada de esas que ya “huelen” a Navidad. Empezamos con esta tradición hace varios años, con un viaje a Vilnius, la capital de Lituania. Después vinieron Puerto Rico (sí, en el Caribe también se decora todo para Navidad), los Castillos del Loira y Baviera. Este año la primera idea fue Alsacia. Confieso que le tengo muchas ganas a esta región francesa, pero pensar en calles llenas de turistas me hizo replantearme la idea. Finalmente me decanté por viajar a Occitania, una región francesa fronteriza con España.
Investigando descubrí que en algunas de sus ciudades se instalan atractivos mercados de Navidad y se celebran diversos eventos. Además, tenía ganas de viajar a Toulouse con Arturo para mostrarle lo bonita que es la capital de Occitania. Con el destino claro solamente había que empezar a prepara la ruta para conocer todo lo posible de la Navidad en Occitania.
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Ruta por Occitania en Navidad
Teníamos cinco días para recorrer la región, no es mucho tiempo pero creo que hemos sido capaces de sacar buen partido a nuestra estancia en tierras francesas. El viaje comenzó antes de lo esperado, pero conseguimos reorganizar todo en el último momento para no alterar nuestra ruta.
¿Qué ocurrió? El lunes 3 de diciembre recibí un correo de Iberia en el que me informaban de la huelga general convocada en Francia para el 5 de diciembre. El día de nuestro vuelo. ¡Horror!. También me notificaban que los días 6 y 7 habría huelga de controladores aéreos. La cosa pintaba mal. Pero había una parte buena: Iberia nos ofrecía cambiar sin coste nuestro vuelos a cualquier fecha desde el mismo 3 de diciembre hasta el 15 del mismo mes.
Consulté los horarios de los vuelos para el 4 de diciembre y encontré un vuelo a las 22:20 horas. Un horario perfecto, no teníamos que pedir permiso en el trabajo y nos daba tiempo a llegar al aeropuerto ese día sin prisa. ¡Adjudicado! Llamé a Iberia y en pocos minutos teníamos plazas en ese vuelo. Solo quedaba cruzar los dedos para encontrar habitación en el hotel de Toulouse para esa noche de más. La suerte estaba de nuestro lado: ¡también había habitación!.
Ya sólo quedaba llegar a casa y preparar la maleta para volar al día siguiente. Nuestro viaje seguía en marcha sin ningún contratiempo que nos obligara a cambiar nuestros planes en Francia.
4 de diciembre: Madrid – Toulouse
Llegamos a Toulouse a las 23:30 y en el último momento, aún no tengo claro porqué, decidí olvidarme de ir al centro en taxi coger el tranvía. Es la forma más económica de ir desde el Aeropuerto de Toulouse al centro de la ciudad. En el recorrido ya fuimos viendo la ciudad decorada con árboles navideños aunque las calles estaban desiertas. Nos bajamos del tranvía en Palais-de-Justice para continuar hasta el hotel en metro.
Y ¡sorpresa! Estaba cerrado. Porque el metro en la capital de Occitania cierra de lunes a jueves a medianoche. Yo que me sentía ya en el fin de semana confundí horarios y me quedé con cara de boba ante la puerta cerrada del metro. ¿Cogemos un taxi? Hubiera sido buena opción si pasara alguno, pero nada, ni uno en el horizonte. Así que venga, nos vamos andando. Fue un agradable paseo de 20 minutos por las calles tolosanas iluminadas con las luces de Navidad. La confusión al final nos regaló una bonita imagen de la ciudad.
Nos alojamos en el Hotel Mercure Toulouse Centre Saint Georges, un establecimiento de 4 estrellas situado a poca distancia de algunas de las plazas más emblemáticas de la ciudad.
5 de diciembre: Toulouse, capital de Occitania
Después de ponernos las botas en el buffet del hotel, nos abrigamos y salimos a recorrer la ciudad. Teníamos un día por delante para conocer Toulouse en Navidad y los lugares más emblemáticos de la ciudad, esos que no quería que Arturo dejara de visitar. Lucía el sol y eso nos animó a pasear por la ciudad. La Place du Capitole, la Basílica de Sant Sernín o los Jacobinos fueron algunos de lugares que ver en Toulouse y por los que ese día pasamos.
Comimos en un fantástico restaurante cerca de Halles de Víctor Hugo. Su nombre es La Gourmandine y os lo recomiendo, no es barato pero es el mejor restaurante en el que he podido comer en Toulouse.
Al caer la noche volvimos a pasear por la ciudad, ahora iluminada, no sin antes haber visto la puesta de sol junto al Garona. Tomamos vino caliente en el mercado de Navidad y terminamos el día con una típica cena occitana en Le Genty Magre. El restaurante de la comida había dejado el listón tan algo que de este local salimos un poco decepcionados y siendo sincera, no lo recomendaría.
6 de Diciembre: Toulouse – Gaillac (57 kms)
Si el día anterior había lucido el sol en Tolouse, este día amaneció con niebla. Teníamos algunas horas antes de dejar la ciudad y aprovechamos para ir la Fundación Bemberg, uno de los edificios renacentistas más bellos de Toulouse.
Teníamos que recoger el coche de alquiler en la estación de tren Matabiau y decimos, a pesar de la espesa niebla que no terminaba de abrir, dar un paseo cerca del Canal du Midi hasta el cementerio Terre Cabade. Ese día resultaba de losmás fantasmagórico, con las sepulturas y los cipreses rodeados de niebla.
Ya con el coche pusimos rumbo al Halle de las Machines, un mundo fantástico en el que vive el Minotauro de Toulouse, hermano de ese Elefante de Nantes que pasea por la isla del Loira. Ambas máquinas parecen sacadas de la mente de Julio Verne y os aseguro que son una de esas cosas singulares y diferentes que hacer en tierras francesas.
Con el sol queriendo aparecer entre la niebla y las nubes pusimos rumbo a Gaillac. Cuando llegamos el sol iluminaba el río y la Abadía de San Michel. La imagen os aseguro que era de postal, de esos momentos que piensas “media hora antes o después la imagen no hubiera sido tan perfecta”.
Tras dejar nuestras maletas en el Château de Tauziès (nuestro hotel para esa noche) regresamos al centro de Gaillac para visitar uno de los eventos navideños más importantes de Francia: el Festival de Linternas de Gaillac. Una exposición al aire libre de lámparas de seda chinas que iluminan la noche y atrae a miles de visitantes desde que se organizó por primera vez hace ya tres años.
7 de Diciembre: Gaillac – Albi – Castres (66 kms)
Tras el delicioso desayuno que nos ofrecieron en el Château de Tauziès pusimos rumbo a nuestra siguiente parada: Albi. En esta ciudad nació Toulouse Lautrec, artista que tiene su propio museo en Albi dentro del Palacio de la Berbie, uno de los edificios de ladrillo más grandes del mundo y que junto a la Catedral que hay a pocos metros forman parte del Patrimonio Mundial de UNESCO. Además de conocer estos lugares pudimos pasear por las bonitas calles medievales del casco histórico, cruzar el río por el Pont Vieux y ver la ciudad decorada para celebrar la Navidad.
Este día teníamos que continuar viaje pues hacíamos noche es Castres. Incluimos esta ciudad en nuestra ruta porque en ella se celebra el mayor Mercado de Navidad del Sur de Francia. Llegamos a esta localidad a última hora de la tarde, justo a tiempo para ver aún con luz las antiguas casas de los curtidores reflejadas en el río Agout. Una imagen tan bonita como singular.
Cómo en diciembre anochece temprano en Occitania todo lo que hicimos ese día fue a la luz de la luna. Pudimos conocer el famoso mercado navideño y también ver los Fresques de Lumiere, una evento que se celebraba por segundo año en Castres y que consiste en un vídeo mapping en algunos de los lugares más emblemáticos de la ciudad.
¿Y la cena? Pues después de casi una hora buscando un restaurante para cenar, terminamos entrando en un oriental con cero encanto. Pero fue el único en el que nos dieron mesa, el resto o nos pedían reserva o era demasiado tarde para ellos. ¡Y empezamos nuestra búsqueda a las 8 de la tarde!
¿Dónde dormimos en Castres? En un hotel con mucha historia y una ubicación excepcional: el Grand Hôtel de Castres.
8 de Diciembre: Castres – Carcassonne (65 kms)
Otro día que amaneció nublado, incluso parecía que fuera a llover. Con ese cielo plomizo nos fuimos a ver el Museo Goya, uno de los más importantes museos franceses dedicados a la pintura española. En él no faltan obras de Velázquez, Ribera o Goya.
Al terminar la visita nos pusimos a pasear por la ciudad en busca de las calles y edificios más destacados. Poco a poco el sol fue apareciendo en el cielo y antes de abandonar Castres, el día que había comenzado gris terminó siendo uno de los más luminosos del viaje y nos permitió hacer algunas bonitas fotos al río Agout y las casas que en él se reflejan.
Partimos al mediodía hacia nuestra última parada del viaje por Occitania: Carcassonne. El viaje fue una maravilla. Extensos campos verdes daban paso a ondulantes colinas y éstas a montañas. Por todas partes, pequeños pueblos que parecían sacados de un cuento. Una ruta de esas en las que uno quisiera tener tiempo para poder hacer una y mil paradas.
Ya en Carcassone dejamos las maletas en nuestro alojamiento, Les Chambres d’Aimé, en la Bastide Saint Louis. Aún quedaba un ratito de luz y aprovechamos para empezar a visitar la plazas de la ciudad en las que se celebran los mercados y eventos de Navidad en Carcassonne.
Nos divertimos en la realidad virtual, subimos a una noria gigante, tomamos vino caliente y entramos en una exposición de objetos tallados en hielo. Cómo colofón, un paseo bajo la lluvia (y con mucho viento) hasta la fortaleza. Queríamos verla iluminada y cenar allí era la excusa perfecta para un primer contacto con la ciudad medieval de Carcassonne, Patrimonio Mundial de la UNESCO.
El día había pasado del cielo gris al sol, más tarde a la lluvia y por suerte, cuando volvíamos al hotel, aunque hacía frío y algo de viento, la lluvia había cesado y pudimos dar un tranquilo paseo.
9 de Diciembre: Carcassonne – Toulouse (103 kms)
La lluvia había hecho otra vez acto de presencia esa mañana. Y teníamos que visitar la fortaleza. Pues nada, abrigo, bufanda, gorro y paraguas. No podíamos quedarnos encerrados por culpa del agua. Además, aunque tuvimos que llevar con nosotros el paraguas, hubo una parte buena: pudimos disfrutar de la fortaleza de Carcassonne para nosotros solos a primera hora. Paseamos por calles medievales, entramos en la impresionantes iglesia Basílica Saint-Nazaire y por supuesto, paseamos entre las murallas y visitamos el castillo que se aloja dentro de la fortaleza.
Hubo ratos de lluvia y otros de sol, pero lo que nos acompañó durante todo el día fue un intenso viento. Con tan mal tiempo no nos animamos a volver al Pont Vieux pues al terminar de ver la fortaleza de nuevo llovía, así que tras comer decidimos volver a por el coche que habíamos dejado en un aparcamiento fuera de la fortaleza y poner rumbo al Aeropuerto de Toulouse.
Así terminamos nuestro viaje por Occitania en busca de la Navidad. Un viaje que nos ha llevado a conocer nuevos lugares y disfrutar de los mercados y espectáculos navideños, de encantadores hoteles y de la mejor gastronomía del sur de Francia. Estoy segura que esta no será la última vez que visitemos esta parte del país vecinos porque hay infinidad de lugares merecedores de ser conocidos.
Y vosotros, ¿conocéis Occitania? ¿Os animáis a recomendarnos alguna ciudad, pueblo, restaurante o rincón interesante por si volvemos por esas tierras?
6 comentarios
Hola Cris,
Qué ruta más bonita, creo que fue una buena decisión elegirla mejor que Alsacia en esas fechas 😉
Sólo conozco Carcasonne y tengo muchas ganas de visitar Touluse y Albi. Alucinada con el festival de las Linternas de Gaillac está ya apuntado en la lista de “Qué ver en Francia”. Igual que Castres, nosotros recién hemos visto algo similar al Fresques de Luméres en Edimburgo, fragmentos de textos en edificios como el faro, súper bonito.
Un abrazo guapa.
Los video mapping se están convirtiendo en tendencia y no me extraña, son un espectáculo visual que no deja indiferente.
Un abrazo y buen fin de semana.
Tenemos la suerte de tener a Occitania a tiro de piedra, de manera que hemos visitado bastantes veces la region. Sin embargo jamás en Navidad. Desde luego, el festival de linternas de gaillac es para verlo, jamás había oído hablar de él y parece una maravilla. Y este vídeo mapping de Castres, también.
Occitania tiene tanto que ver que sin duda merece ser visitada más de una vez. En Navidad se celebran un montón de eventos y sin duda las linternas de Gaillac, por si solas, merecen un viaje a esta región francesa.
Hemos ido muchas veces a Francia y aunque hemos visitado Albi, Tolulouse, Carcassone en varias ocaciones, nunca hemos ido, en navidad y ya veo que merece la pena. Si tengo días en esas fechas no lo dudaré.
Es un destino cercano que bien merece la pena conocer cuando se viste de Navidad 🙂