No todo en Bulgaria son monasterios e iglesias ortodoxas. Más allá de Sofía, su moderna capital, hay un montón de lugares de los que antes de comenzar a preparar nuestro viaje a Bulgaria apenas había oído hablar. Entre ellos estaban Sozopol y Nesebar, dos pequeñas y atractivas ciudades junto al Mar Negro con una interesante oferta cultural. Al organizar nuestro viaje por el país estuve a punto de no tenerlas en cuenta, pero finalmente intuí que visitar esa parte del país nos daría una imagen más completa de todo lo que ofrece este país de los Balcanes.
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Qué ver en Nesebar
Después de pasar un par de horas recorriendo Sozopol fuimos a por nuestro coche de alquiler para poner rumbo a Nesebar, otra de las ciudades junto al Mar Negro que ver en Bulgaria. Para llegar pusimos rumbo a Burgas, una de las ciudades más grandes de esta zona del país, y desde allí continuamos hasta nuestro destino. Tardamos poco más de una hora en recorrer los 70 kilómetros que separan Sozopol de Nesebar.
Cuando llegamos a esta último nos dirigimos al casco antiguo de la ciudad, una isla unida a tierra firme por un istmo artificial. Cuando llegamos al otro lado vimos una señal que indicaba “parking” y hacia él fuimos (3 BGN por hora). Aparcamos y nos dispusimos a conocer Nesebar, ciudad Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO desde 1983 y un lugar por el que no se puede circular en coche.
Nesebar, al igual que Sozopol, fue fundada por los griegos con el nombre de Mesembria, pero en este caso en el año 512 a.C. Hace 2000 años un aumento en el nivel de las aguas del Mar Negro cubrió gran parte de los templos que se habían construido hasta entonces. Más tarde llegó el imperio bizantino y construyo un buen número de las iglesias que hoy podemos ver.
Luego vinieron los turcos y finalmente durante el Renacimiento Nacional la ciudad se convirtió en el destino elegido por ricos comerciantes que construyeron elegantes mansiones, algunas de las cuales aún se conservan. Recorrer su casco antiguo a pie es cómodo y permite perderse por cualquier calle que uno quiera descubrir. Hay muchos restaurantes, tiendas de recuerdos y plazas con terrazas en las que sentarse a comer o sencillamente tomar un helado mientras se planea la ruta por la ciudad.
Molino de Nesebar
Se encuentra más o menos en la mitad del istmo que une la ciudad nueva de Nesebar con su casco histórico. Es una llamativa construcción de madera de la época del Renacimiento Nacional y su función era moler el grano con la fuerza del viento. Lo mismo que esos molinos que tenemos en tierras manchegas.
Muralla y puerta principal
Lo primero que se ve tras cruzar el istmo sobre el Mar Negro son los restos de la muralla y la principal entrada a la ciudad. Ante ella hay unos cuidados jardines que forman una preciosa postal, algo que seguramente diste mucho de como era al ser construida y su función era defender la ciudad. Quedan apenas 100 metros en pie de esa muralla a la que aportaron su granito de arena bizantinos, búlgaros y otomanos. Es aquí donde vimos por primera vez en la ciudad una de las características constructiva presentes en todo Nesebar: los muros con franjas horizontales de ladrillo rojo y piedra blanca.
Maqueta de Nesebar
Nada más cruzar la puerta de la ciudad encontramos y preciosa maqueta de hierro en el que no faltaba ni un solo detalle para hacerse una idea de como es la ciudad y localizar los principales puntos de interés.
Iglesias de Nesebar
En algún lugar leí que en Nesebar llegó a haber 40 iglesias. Teniendo en cuenta el tamaño de la ciudad debían estar pegadas unas a otras. Hoy en día quedan en pie 15 de esas construcciones medievales, algunas de ellas en ruinas y otras en un estado de conservación más que aceptable. El Ayuntamiento de la ciudad está trabajando para crear una ruta turística que una todas estas construcciones.
Iglesia de Sveti Stefan
Fue el primer templo que encontramos en nuestro camino y decidimos entrar a visitarlo puesto que habíamos leído que es el más bello y mejor conservado de Nesebar. En este caso la iglesia está rodeada de un alto muro que esconde un jardín. El templo se levanto en el siglo XI y fue reformado en el siglo XVI, momento en el que se añadieron las bellas pinturas que decoran todo su interior y que se preservan con unas condiciones óptimas de humedad y temperatura.
Dicen que suele haber mucha gente visitándolo, pero en mi caso tengo que decir que estaba sola. La entrada es de pago y abre todos los días, aunque con distintos horarios.
Iglesia de Christ Pantokrator
Probablemente sea uno de los templos más bonitos y mejor ubicados de Nesebar. Rodeado de amplios jardines se puede obtener un perspectiva completa de la iglesia desde cualquier rincón de la plaza en la que se construyó en el siglo XIV. En sus muros se repiten las franjas de piedra blanca y ladrillo rojo que ya vimos en la muralla. Entre sus elementos decorativos hay varias líneas de discos verdes y algo singular: un friso de esvásticas, antiguo símbolo solar también utilizado por otras religiones como el budismo. Entrada de pago.
Iglesia de Sveta Sofia
En el centro de una ajetreada plaza llena de tiendas de recuerdos y de restaurantes se pueden ver las ruinas de esta iglesia construida en el siglo V y reconstruida en el siglo IX como parte del complejo que incluida el Palacio del Obispo. Fue sin duda una de las iglesias de mayor tamaño de Nesebar y a pesar de su actual estado hoy en día aún se celebran bodas en ella (el día de nuestra visita estaban decorando su interior para una de ellas). Es la única de la iglesias del casco antiguo de la ciudad que se puede visitar sin pagar entrada.
Otras de las iglesias que ver en Nesebar son la de San Juan Bautista, la de los Arcángeles Miguel y Gabriel o la de Sveti Spas. Todas ellas son de reducidas dimensiones y siguen estando construidas con piedra blanca y ladrillo rojo. La última de ellas se encuentra por debajo del nivel de la calle pues se construyó en el tiempo de los otomanos.
Casas y calles del casco antiguo de Nesebar
Además de recorrer esta atractiva ciudad buscando sus iglesias no pudimos dejar de disfrutar paseando por sus calles empedradas (importante llevar un calzado cómodo), por su plazas y entre esas casas tan singulares de la época del Renacimiento Nacional búlgaro.
Construidas en madera oscura muchas son verdaderas mansiones que hace siglos construyeron acaudalados comerciantes, a fecha de hoy algunas siguen estando habitadas, otras se han convertido y pequeños hoteles, algunas están ocupadas por galerías de artes y muchas por tiendas de recuerdos que cubren su fachada durante la temporada alta con imanes, postales y otros recuerdos típicos.
Cómo llegar a Nesebar
Nosotros llegamos Sozopol desde Plovdiv en el coche que habíamos alquilado a nuestra llegada al país. Sin embargo llegar a la costa del Mar Negro se puede hacer en autobús público desde Sofía en unas 7 horas. Es importante consultar previamente horarios pues estos varían considerablemente entre verano e invierno.
Una vez junto al Mar Negro es sencillo ir desde Nesebar o Sozopol a otras ciudades como Burgas y Varna. También existe la opción utilizar Fast Ferry para desplazar desde Nesebar a Sozopol o viceversa, cada trayecto dura 30 minutos pero solamente es posible viajar de este modo entre junio y septiembre.
Desplazarse en coche es sencillo, la distancia que separa Sozopol y Nesebar es de apenas 70 kilómetros y la carretera está en un estado bastante más aceptable que en otros puntos de Bulgaria. Eso si, en temporada alta parece ser que en algunas rotondas el tráfico es tanto que se invierte en el viaje más tiempo del deseado. Además hay que recordar que aparcar cerca del centro histórico de ambas ciudades supone hacerlo en un parking y pagar por ello.
6 comentarios
Qué buena pinta tiene esa playa. Y si encima el agua está limpia y calentita… ¡Vamos preparando los bañadores!
Muy buen post, nos han parecido unos sitios muy interesantes.
¡Saludos!
Es un sitio ideal a tener en cuenta si se viaja a Bulgaria durante el verano 😉
Ohh que maravilla, al leer el título del post no me esperaba ver tantas cosas bonitas. Me ha encantado Kris y además tan cerca de la playita, desde luego, todo un lujo. Ahora mismo me lo apunto en mi lista, bueno primero voy a situarlo en el mapa, a ver cuantas uñas me dejaría clavadas en los reposabrazos del avión 😉
Un beso
Carmen
Jejejeje… bueno, tampoco está tan lejos. Un buen libro para ir entretenida ¡¡y rumbo a Bulgaria!!
Me quedé con muchas ganas de llegar al mar nergo para conocer Nesebar y Sozopol. Una pena, peor no me daba el tiempo para mas. Por cierto, algunas de las viviendas de Sozopol me han recordado a las de Plovdiv, que también son del estilo Renacimiento Búlgaro que comentas.
Si tienen cierto aire, al final coinciden en la época de la construcción. Pero las de Plovdiv son más mansiones que casas 😉