Si vais a viajar a Marruecos e incluís Casablanca en vuestro viaje podréis comprobar que la Mezquita de Hassan II es el monumento más impresionante del país. Su ubicación, en una isla artificial sobre el Océano Atlántico, no puede ser más espectacular, además de hacer referencia a un verso del Corán que dice “el trono de Dios se levantó sobre las aguas”.
Desde hace ya más de tres décadas, la Mezquita de Hassan II es un lugar imprescindible que ver en Casablanca. Hasta esta ciudad cuyo color hace honor a su nombre llegan cada año miles de viajeros atraídos por la fama de este templo musulmán y por la icónica película que protagonizaron Ingrid Bergman y Humphrey Bogart en la década de los 40 del siglo pasado.
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Visitar la Mezquita de Hassan II
Poder visitar esta mezquita de Casablanca es algo excepcional, ya que es la única mezquita a la que los no musulmanes podemos entrar en Marruecos. Hasta aquí la parte buena. La no tan buena es que para poder acceder al interior de la Mezquita de Hassan II hay que pagar entrada y sumarse a una visita guiada. Pero ya que estás en Casablanca, no te quedes fuera por eso. Os aseguro que merece la pena conocer su interior, tan majestuoso y como fascinante. Aun así, si no quieres entrar, lo que si puedes visitar sin pagar es el patio que rodea este colosal edificio religioso.
Las visitas se realizan, en distintos horarios, todos los días del año, y en distintos idiomas (español incluido). La hora de entrada es la misma para todos, pero una vez dentro de la mezquita cada guía realiza la visita en un solo idioma. Para sumarse al grupo correcto basta buscar el cartel que indica el idioma nada más pasar la puerta de entrada al interior de la mezquita. El recorrido incluye una visita a la sala de oración, a la base del minarete y a la sala de abluciones. Durante el recorrido os darán mucha información sobre la propia mezquita, su historia y su construcción, así como sobre la religión musulmana.
Al entrar en la mezquita entregan a cada visitante una bolsa para que meta sus zapatos y los lleve consigo durante el recorrido. No se puede entrar calzado, pero si con calcetines. En cuanto a la vestimenta, se puede acceder con todo tipo de ropa occidental. Es suficiente con no mostrar hombros, piernas por encima de las rodillas ni escotes. Las mujeres tampoco tenemos que cubrirnos el pelo en ningún momento.
Horarios de las visitas guiadas
- Mediados de septiembre a mediados de marzo: 9:00, 10:00, 11:00, 12:00 y 15:00 horas de sábado a jueves. Los viernes solamente hay visitas a las 9:00, 10:00 y 15:00 horas.
- Mediados de marzo a mediados de septiembre: 9:00, 10:00, 11:00, 12:00, 15:00 y 16:00 horas de sábado a jueves. Los viernes hay visitas a las 9:00, 10:00, 15:00 y 16:00 horas.
- Durante el mes de Ramadán de sábado a jueves a las 9:00, 10:00, 11:00 y 14:00 horas. Los viernes a las 9:00, 10:00 y 14:00 horas.
La entrada se puede comprar directamente en las taquillas y pagar en efectivo o con tarjeta e incluye el acceso al Museo de la Mezquita.
Si quieres garantizar tu entrada para un día y hora concreta puedes comprarla en el siguiente enlace e incluir en la reserva por poco más el servicio de recogida en el lugar que quieras de Casablanca: Visita de la Mezquita de Hassan II Premium con ticket de acceso. O mejor aún, puedes reservar la visita de Casablanca con ticket de entrada a la Mezquita de Hassan II y conocer la ciudad y la mezquita con guía experto que te lo contará todo en español.
Historia de la mezquita
La Mezquita de Hassan II fue inaugurada en 1993, tras ocho años de trabajos en los que participaron miles de obreros y artesanos. Los trabajos en la mezquita se llevaban a cabo durante las 24 horas del día. El objetivo era terminar las obras a tiempo para conmemorar la fecha del nacimiento de Mahoma el día de su inauguración.
La mandó construir Hassan II, padre del actual monarca marroquí, Mohamed VI, y fue diseñada por Michel Pinseau. El mismo arquitecto que diseñó el pabellón de Marruecos en la Expo 92 de Sevilla.
Fue el propio Hassan II quien colocó la primera piedra de la mezquita que llevaría su nombre y con la que el monarca quería convertir a la cosmopolita Casablanca en un gran centro espiritual de referencia en el mundo musulmán.
La Mezquita de Hassan II en números
Esta impresionante mezquita de Casablanca no deja indiferente a nadie. Por su tamaño y su belleza se ha convertido en lugar de visita imprescindible para los turistas. Y por su importancia religiosa, para los musulmanes de Marruecos.
Pero ¿os imagináis si hablamos de la Mezquita de Hassan II solamente en números? Desde su coste a su capacidad, todo en ella es una locura, una exageración. Y si no, seguid leyendo y veréis.
- 12.500 obreros y artesanos participaron en su construcción.
- La sala de oración tiene capacidad para 25.000 fieles y el patio para otros 80.000.
- El minarete alcanza los 210 metros, algo que durante un tiempo le convirtió en el más alto de una mezquita en activo, hasta que los vecinos de Argelia construyeron uno que lo supera en 55 metros.
- El hamman tiene una superficie de 6.000 m2.
- En la sala de abluciones hay 41 fuentes y nada menos que 600 grifos.
- La mezquita de Hassan II tiene 25 puertas y está sustentada por 78 pilares.
- El complejo supera las diez hectáreas de extensión.
- Es una de las 10 mezquitas más grandes del mundo.
- El costo económico ascendió a 505 millones de euros financiados en gran parte por suscripción pública. Lo que faltó salió del Tesoro Real y de varias empresas.
Curiosidades de la Mezquita de Casablanca
Recorrer el interior de la Mezquita de Hassan II con un guía hace que los visitantes podamos conocer un montón de curiosidades de esta fastuosa mezquita.
Por ejemplo, que la mezquita no es solamente un lugar de oración. Completan las instalaciones una biblioteca, zonas, ajardinadas, un hamman, salas de conferencias y una madrasa.
La mezquita fue construida con la últimas innovaciones tecnológicas. Entre ellas destaca su techo retráctil que se abre para ventilar el interior de la sala de la oración y se cierra de forma automática si el viento supera los 65 kilómetros hora.
Casi todo el complejo está construido con materiales de Marruecos. Desde la madera de cedro a los mármoles, el cobre o el yeso. Solamente las columnas de granito y las lámparas de Murano no son marroquíes.
En lo más alto del minarete hay un láser que proyecta su luz a más de 30 kilómetros, en dirección a La Meca. Existe una ascensor que llega a lo más alto del minarete en 1 minuto, algo que sin duda facilita la labor de muecín.
La sala de abluciones, bajo la mezquita, se utiliza poco. Actualmente los fieles acuden a la mezquita después de haber realizado el ritual del lavado con agua en sus casa. Pero si alguien lo necesita, las fuentes y la sala están a disposición de aquellos musulmanes que requieran de su uso.
La mezquita está construida a prueba de terremotos. En la sala de oración, entre ese despliegue de mármoles que simulan una alfombra gigante, se puede una junta de dilatación que forma parte de una avanzado sistema que hace al edificio más resistente a los seísmos.
El suelo de la mezquita es calefactable, y dadas las grandes dimensiones de la sala, se hizo necesario colocar altavoces para que durante la oración la voz del imán se escuchara en toda la sala. Imposible verlos, ya que están perfectamente camuflados en las basas de unas discretas columnas sobre los elaborados capiteles de los pilares principales.
Cómo veréis, la Mezquita de Hassan II no es solamente admirable por su belleza, también lo es por el diseño que la ha dotado de los más modernos avances haciendo que se integren de forma discreta entre los elementos tradicionales de la arquitectura marroquí.