Maiko Henshin o la transformación en geisha

por Cristina Monsalvo
maiko hensing

Nadie pondrá en duda que el personaje de las geishas es motivo de gran curiosidad en occidente. Esas mujeres que caminan envueltas en elegantes kimonos por las calles de las ciudades japonesas provocan cierta fascinación a la que las viajeras no pueden resistirse. Es por eso que desde hace varios años en Kioto y algunas otras ciudades japonesas se han abierto estudios dedicados al Maiko Henshin, o lo que es lo mismo, la transformación en geishas. Durante unas horas convierten a la fémina que se pone en sus manos en otra mujer cuyo aspecto será igual al de esas maikos que pasean por Gion desde la okiya en la que residen al salón de té donde están contratadas para actuar esa noche.

Cuando empecé a organizar mi viaje a Japón y decidí vivir la experiencia Maiko Henshin fue cuando descubrí que el término geisha es algo genérico que engloba otro términos como maiko. Esta es la aprendiz de este complicado y antiguo oficio, siendo ellas las que utilizan los atuendos más vistosos y con más adornos, pues hay que suplir con ellos las carencias que puede tener la aprendiz durante el periodo de preparación. Más adelante, cuando tengan ya los conocimientos adecuados cambiarán de vestimenta y de nombre, pasando a convertirse en geiko. En los estudios de Maiko Henshin ofrecen la opción de convertirse en maiko o geiko, de hacerse fotos en el estudio o en la calle, las posibilidades son muy variadas y dependiendo de lo que la clienta elija el precio será más o menos elevado.

Viajeras y el Maiko Henshin

Yo viví esta experiencia única y he pedido a otras viajeras que se convirtieron también en maiko durante unas horas que me cuenten como fue para ellas esa transformación. Aquí nos tenéis a todas, comprobad que el cambio realmente es espectacular y que sería casi imposible reconocernos si no supierais que somos cada una de nosotras la que está detrás de ese elaborado maquillaje y debajo de todas esas prendas que forman una vestimenta única.

Idalmis (Un mundo a mis pies)

Desde que supe que iba a ir al país Nipón tenía claro que quería experimentar en persona el complicado proceso que llevan a cabo las misteriosas Maikos y Geishas de Japón, un símbolo de sensualidad, belleza y feminidad, un ser hermoso y casi inalcanzable. El proceso dura poco más de dos horas y vas experimentando cada fase en tu cuerpo. Lo más impactante es la etapa del maquillaje, donde embadurnan tu cara con una pasta blanca, es la parte más sorprendente por su contraste con nuestro maquillaje occidental. La vestimenta y todo lo que llevan bajo esos hermosos kimonos es algo asombroso, nunca imaginé que pudieran llevar tanto y que tengan casi que perder el aire para lucir tan bellas.

Pero sin duda la parte más dura de todo este proceso es tener que deshacer tan hermoso trabajo a las pocas horas, desvestirse y la ardua tarea de desmaquillarse, toda una obra de arte que debe desaparecer. Pero a pesar de todo esto es una experiencia que siempre perdurará en mi memoria, no solo por lo impactante de la transformación en sí, si no por saber un poco más de ese misterioso mundo que rodea a estos seres casi celestiales.

Maiko Henshin

Marta (Con un par de maletas)

Desde siempre me ha apasionado el mundo elegante y secreto de las geishas, envueltas en elegantes kimonos y caminando con pasitos cortos por los estrechos “hanamachis”. Me parecen el súmmum de la femineidad, su singular mundo, delicadeza y finura junto con los sacrificios que conlleva la profesión, me fascinan. Es tal el interés por este mundo que incluso he estudiado Ikebana (arte floral japonés), arte que también estudian ellas y que practican muy hábilmente. Así que cuando viajamos a Japón por primera vez, tuve la gran oportunidad de hacer realidad uno de mis sueños, convertirme en una maiko y realizar una sesión fotográfica por las calles más tradicionales de Kioto.

La transformación maiko henshin fue realmente asombrosa, en algo más de 1 hora de maquillaje, peluquería y vestuario, me transformaron por completo. Y la verdad, es que podía pasar por una auténtica geisha… si no fuese por los ojos redonditos, que aún con el maquillaje, me delataban… Una experiencia, más que recomendable. Para mi no es un “disfraz”, es algo más… el mundo enigmático y  misterioso de las geishas.

Maiko henshin

Yennifer

Mi nombre es Yenni y soy de Puerto Rico, en mi viaje a Japón, descubrí este lugar gracias a Kris. La sensación de vestirme como Maiko, fue increíble, inolvidable, desde el proceso de vestirte hasta el proceso de quitarte todo. También pensaba en esos tiempos y en lo difícil que es caminar con esos zapatos. Luego la gente te saluda, te toman fotos, te sientes como reina. Maiko henshin es una experiencia que se lo recomiendo a todo el mundo. El dinero los vale, y la recordarán para siempre. Ha sido un viaje inolvidable.

Maiko henshin

Alicia (Objetivo Viajar)

Una de las experiencias que más deseaba vivir en mi viaje a Japón era ponerme en la piel de una maiko por unas horas. Quería hacerlo en Kioto ya que la figura de la aprendiza de geisha hoy en día solo existe en esta ciudad. Siguiendo la recomendación de un bloguero de viajes, escogí un estudio situado en el tradicional barrio de Higashiyama: el Maiko henshin Studio Shiki. El paquete que contraté incluía maquillaje, elección de kimono, seis fotos de estudio y 10 minutos para realizar mis propias fotos o vídeos, al que añadí el tipo de peluca llamada han-katsura porque el resultado es mucho más auténtico. Como podéis ver en las fotos, la transformación es total.

Sólo el maquillaje, que te aplican con un mimo absoluto, ya te devuelve una imagen distinta de ti cuando te miras en el espejo. Tus rasgos casi llegan a difuminarse bajo una tez tan blanca y con esos fantásticos labios rojos. Añádele la peluca, el kimono, el obi, los adornos del pelo… Sencillamente eres otra persona y hasta los más allegados te acaban preguntando si de verdad eres tú. Respecto a las fotos de estudio, son las clásicas que puedes imaginar así que mi consejo pasa por aprovechar al máximo el tiempo que te dejan libre para hacerte fotos con poses, digamos, más naturales.

En mi caso, me hubiera encantado poder salir al exterior y dar un paseo vestida de maiko aprovechando las preciosas calles que rodean al estudio pero, lamentablemente, estaba lloviendo. En cualquier caso, realmente es una vivencia increíble que recomiendo a todo el mundo que quiera profundizar en el misterio y encanto de una tradición milenaria.

maiko henshin

Laura (Japonismo)

Decidí pasar por la experiencia de convertirme en maiko por un día en Kioto, hace 15 años. En -aquella época esto del maiko henshin no era tan popular como ahora y no había tantos estudios donde te lo hicieran (¡y ninguno en el que hablaran en inglés!), así que yo me decanté por una pequeña peluquería de barrio, situada muy cerca de la callejuela Pontocho, donde ofrecían el servicio (además de servicios de peluquería normales, estilismos para bodas, etc).

Y la verdad es que fue toda una experiencia, tanto vestir el kimono como acabar con toda la cara pintada de blanco.
Recuerdo que tuvieron que ponerme muchísimas capas para ‘igualar’ mi cuerpo y que el kimono quedara bien (tengo más pecho que la media de las japonesas, así que había que esconderlo… ¡fue muy pesado que me pusieran tantas capas y toallas!) y recuerdo como hubo un momento, mientras me estaban pintando la cara pero todavía no el cuello, que me miré al espejo y no me reconocí… además de que parecía que mi cabeza no estuviera pegada al cuerpo, ¡una sensación muy extraña!
Es una experiencia que quiero repetir sin dudarlo, ¡que ya toca! Eso sí, ahora ya de geisha.

Maiko henshin

Cristina (Kris por el mundo)

Desde que supe que íbamos a viajar a Japón decidí que tenía que vivir la experiencia de verme convertida en geisha al menos para hacerme unas fotos. No sabía por entonces nada del maiko henshin pero gracias internet descubrí que lo que deseaba era posible verlo hecho realidad, así que tarde poco en encontrar el estudio al que acudí en Kioto y dejé hecha una reserva para el día de mi cumpleaños, pues era el regalo que le había pedido a mi marido.Lo que pasó allí fue toda una experiencia, desde ver tu cara completamente blanca, sin tan siquiera cejas, a sentir el peso de la peluca sobre la cabeza o elegir el kimono entre todos aquellos tan maravillosos que colgaban del perchero.

El maquillaje, el pelo, la ropa, los adornos en el cabello… poco a poco las mujeres que se ocupan de tu vestimenta te van convirtiendo en otra persona, en alguien a quien te cuesta reconocer en el espejo…. Tan grande es el cambio que ni mi marido supo que era yo hasta que no le hablé, le parecía increíble y yo estaba encantada caminando a su lado por las calles de la bella Kioto mientras él y una fotógrafa (además de un montón de transeúntes) captaban con las cámaras esos momentos para que yo tuviera un recuerdo para toda la vida.

Geisha Maiko Henshin

Por si alguna se anima, os dejo el aquí el enlace al estudio donde casi todas las viajeras que aquí hemos participado vivimos el Maiko Henshin, y en donde además si vais acompañadas por vuestro chico a él le pueden convertir en un auténtico samurai.

Y si tenéis curiosidad sobre estas mujeres, su aprendizaje, su forma de vida y su modo de trabajar, os animo a leer el libro Geisha. Un mundo de tradición, elegancia y arte (Ed.Libsa).

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