Es muy sencillo llegar a Segovia desde Madrid, por eso decidimos ir a visitar los Jardines y las Fuentes de la Granja el primer domingo del año. Lucía y el sol, el cielo lucía de un intenso azul por lo que a pesar del frío apetecía salir de casa y pasear.
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Cómo llegar a los Jardines y Fuentes de la Granja
Nos levantamos y con el coche nos dirigimos hacia el puerto de Navacerrada por la carretera de la Coruña, no había mucha tráfico y el tiempo tal y como prometían los pronósticos era frío y soleado. Había coches pero no demasiados. Hasta que fuimos subiendo hacia el puerto y cinco kilómetros antes de llegar a lo más alto de la montaña, el lugar donde estás las pistas de esquí, nos paramos.
Estaba claro que no habíamos sido los únicos madrileños dispuestos a disfrutar del buen tiempo invernal, y muchísima gente subía a la sierra en familia para pasar el día. Esa caravana de “domingueros” entre los que estábamos nosotros nos retraso exactamente una hora en nuestro viaje. Si lo normal es tardar una hora en llegar de nuestra casa a los Jardines de la Granja, ese día tardamos dos. En lugar de llegar a las doce a nuestro destino aparcábamos el coche a la una.
Desde Madrid a La Granja
El coche es sin duda el medio de transporte más cómodo para llegar a La Granja. Pero es importante elegir bien la carretera, pues en un punto podremos decantarnos por la de peaje o por la que sube por Navacerrada.
- La ruta más rápida corresponde a la que utiliza el Túnel de Guadarrama para ir de Madrid a Segovia. Se llega a él por la A6 e incluye tramos de peaje. El trayecto puede durar, sin tráfico, 1 hora y 20 minutos. La distancia será de 100 kilometros.
- Nosotros elegimos como os contaba la opción de atravesar Navacerrada para llegar a La Granja de San Ildelfonso. Es el camino más corto, apenas 80 kilómetros. También la ruta más bonita. Pero si hay mucho tráfico para subir a Navacerrada, un viaje que podría durar 1,20 horas puede hacernos estar parados en atascos una hora más.
- Si queréis llegar a los Jardines de la Granja desde la zona norte de la ciudad de Madrid, puede que para vosotros lo más interesante en cuanto a distancia sea coger la M-607 (Carretera de Colmenar) y circular por ella hacia Navacerrada. El tiempo del viaje será de poco más de una hora y la distancia a recorrer de unos 80 kilómetros.
Qué ver en La Granja de San Ildelfonso
Una faena, porque nuestra intención era recorrer por completo los jardines del palacio, pero si queríamos cumplir y llegar a comer a la hora reservada no íbamos a tener más que dos horas para la visita. Así que había que espabilar.
Desde donde dejamos el coche, muy cerca de las antiguas caballerizas, caminamos hasta la Plaza de España y desde así cruzamos los jardines que preceden al palacio en los que destacan altísimos árboles de hoja perenne. No podría decir si abetos o cedros, quizás algún otro de ese mismo grupo, pero sean lo que sean fijo que llaman la atención por grande y frondosos a cualquiera que pase por allí.
Palacio de la Granja
Al final de esos jardines ya se puede distinguir el palacio construido en piedra de color rosa en el s.XVIII por orden del rey Felipe V. Lo que iba a ser una pequeña residencia sin lujos para descansar y cazar se fue convirtiendo con el paso de los años en el fabuloso palacio con jardines de estilo versallesco que podemos ver hoy y fue utilizado como residencia de verano por todos los sucesores de Felipe V hasta Alfonso XIII.
Jardines de la Granja de San Ildelfonso
A los jardines de las Granja se accede de forma gratuita caminando a la derecha cuando uno alcanza el palacio. Tras cruzar la verja el visitante se encuentra en unos cuidados jardines adornados con esculturas y fuentes. Durante el paseo entre fuentes con esculturas con motivos mitológicos habrá momentos en los que viajero sienta que el lugar le recuerda a los jardines del palacio de Versalles, y en otras a los del palacio Peterhof en San Petersburgo. Eso si, en la granja todo es de tamaño humano, más manejable que en otros palacios de la época construidos en Europa.
Estos jardines reales fueron creados por un diseñador francés. En su construcción se utilizaron las pendientes naturales de las montañas que rodean el palacio. Con ello se conseguían dos cosas: por una lado, una magnífica perspectiva visual. Por otro, una mucho más práctica: la energía suficiente para que el agua que bajaba de la sierra se pudiera usar en las fuentes monumentales que decoran los Jardines de la Granja.
Fuentes de la Granja: Parterre de la Fama
Nada más pasar la citada verja a la izquierda se puede ver el Patio de la Herradura, y frente a él está el Parterre de la Fama, al fondo del cual se encuentra la fuente que le da nombre. Todo estaba tan cuidado como siempre, pero el invierno proyecta sombras alargadas, priva de hojas a muchos árboles y convierte en hielo el agua de las fuentes. Y además estas no se muestran en su mejor momento pues el agua no brota de sus surtidores. Aún así, los jardines de la Granja siguen siendo un lugar muy bonito y apacible.
Fuentes de la Granja: la Selva
Continuamos rodeando el palacio y viendo algunas de las muchas esculturas blancas de ángeles y esfinges que adornan los jardines hasta llegar a las escaleras que bajan a una de las fuentes en cascada que hay en el palacio. Es la fuente de la Selva en la que se narra la historia de amor entre el dios Vertumno y la diosa Pomona.
En ese mismo nivel de los jardines de la Granja se cruza un puente sobre un canal para llegar a una zona de arboleda en la que se puede visitar el laberinto de palacio. Esta vez, por falta de tiempo tuvimos que prescindir de jugar en él al escondite.
Fuentes de la Granja: Neptuno
Volviendo a subir la escalera llegamos de nuevo a la parte alta de los jardines de la Granja donde pasamos junto a las fuentes del Abanico, Apolo y Neptuno siendo esta última uno de los más destacados grupos escultóricos de La Granja.
La Fuente de Neptuno es una de las fuentes más espectaculares del Palacio de la Granja. El protagonista de esta fuente es Neptuno, el dios del mar. Como en todas las fuentes que representan a este dios de la mitología romana, Neptuno aparece como un hombre mayor, con barba, que cabalga en una carroza sobre las aguas. En la popa de esa carroza se puede ver un hipocampo, y sobre él, un genio que sostiene el cuerno de la abundancia.
Fuentes de la Granja: Apolo
Esta fuente del palacio de La Granja es más profunda que el resto y en ella se muestra, como en todas las demás de las demás fuentes de los Jardines de la Granja, un motivo mitológico. En esta caso los protagonistas son Apolo y Minerva, él joven y apuesto con una lira en la mano; ella, rodeada de los atributos de las ciencias y sentada sobre su escudo.
Fuentes de la Granja: la Media Luna y Andrómeda
Continuando colina arriba llegamos a la fuente de la Media Luna. En ella pudimos ver los dragones que sobresalen en el estanque y que forma parte del canal que acaba y abandona el palacio cerca de la fuente de la Selva. También hay dragones en la fuente de Andrómeda. En ella finaliza esta linea impresionante de agua y esculturas conocida como Carrera de Caballos.
En la fuente de Andrómeda, una gran roca sobresale del agua. Sobre ella hay amorcillos y dioses, además de un enorme dragón. De nuevo hay que fijarse en las esculturas de la fuente y acudir a la mitología para entender la escena que se representa. En esta fuente, el dragón está siendo acuchillado por Perseo que también sostiene en una de sus manos la cabeza de Medusa. Tras él, Atenea le infunde valor mientras que a Andrómeda, encadenada a la roca, la intentan liberar dos geniecillos.
Fuentes de la Granja: Cascada Nueva
Paralela a la Carrera de Caballos hay otra fuente que desciende hacia el palacio. Se trata de la Cascada nueva, y la forman las fuentes de las Tres Gracias en la parte más alta y la de Anfítetre en la parte inferior. La ninfa que da nombre a esta fuente fue esposa de Neptuno y en esta escultura se la representa cuando va en busca del dios del mar.
Otras fuentes de los Jardines de la Granja
Dejamos las fuentes más monumentales para adentrarnos en una zona ajardinada de los jardines de la Granja con altos setos y formada por amplias avenidas rectas paralelas y perpendiculares entres ellas, incluso algunas diagonales y en cuyos cruces se aprovechó para crear zonas más amplias en las que como no, colocar fuentes.
Están las de las tazas, los dragones y las ocho calles, pero por desgracia no nos daba tiempo a visitar todas si queríamos estar a las tres y cumplir con la reserva que habíamos hecho para comer, así que nos conformamos con ver una de las fuentes de las tazas y salir por el umbrío jardín de la Chata.
Cuándo funcionan las Fuentes de la Granja
Esta es la pregunta del millón. Casi todos los años las fechas van desde la Semana Santa hasta el final del verano. Durante esos meses las fuentes de la Granja funcionan determinados días. El acceso es de pago (cuando no funcionan estas fuentes, el acceso a los jardines es gratuito) y para comprobar los días que cada año se podrán ver funcionar una o todas las fuentes, lo mejor es contactar por teléfono: 921470019 y 921470020.
Hay tres días al año que se ponen en funcionamiento todas las fuentes de La Granja. Estos días serían el 30 de mayo, el 25 de julio y el 25 de agosto. Este último día el acceso es gratuito, pero conviene siempre confirmar en los teléfonos indicados que las fuentes van a funcionar en esas fechas.
Comer en La Granja
Llegamos a comer puntualmente la Taberna El Hábito, a cinco minutos caminando del palacio. Lo había elegido por diferentes comentarios que vimos en internet, y la verdad es que fue un cierto. No queríamos comer cochinillo, y en este local no lo sirven. Su breve carta ofrece platos originales como albóndigas de secreto ibérico, judiones con rabo de toro y tartas caseras. Comimos muy bien y a un precio ajustado.
Después del café (o té en mi caso) aún quedaba un rato de luz que aprovechamos para pasear por el tranquilo y agradable casco antiguo de La Granja. Casas de colores, pequeñas plazas, palacios convertidos en hoteles y calles adoquinadas es lo que pudimos ver mientras caminábamos y nos despedíamos del lugar casi a la vez que el sol desaparecía por el horizonte.
2 comentarios
Hola Cris,
Recuerdo visitar estos jardines de pequeña, pasé varios veranos en Ávila y un día fuimos de excursión. Me llamaron mucho la atención las esculturas mitológicas, por entonces aún no había salido de España y me parecía un súper palacio y muy grandeeeeee….
Me ha traído muy buenos recuerdos leerte, espero volver a visitarlos porque viendo tus fotos, las figuras de Neptuno o Apolo me siguen pareciendo alucinantes.
Un abrazo.
Es un lugar alucinantes como bien dices, y si tienes la suerte de verlos con la fuentes en funcionamiento ¡¡¡entonces ya caerás rendida de amor!!!