Landsberg am Lech, imprescindible en la Ruta Romántica

por Cristina Monsalvo
Landsberg am Lech

A 60 kilómetros de Munich y a otros tantos del Castillo Neuschwanstein encontramos Landsberg am Lech, una de las ciudades más bonitas que ver en la Ruta Romántica alemana. Ubicada entre los Alpes y la campiña del río Lech, su historia está ligada a grandes artistas y personajes históricos cuyo paso por la ciudad no dejó de sorprendernos.

Descubriendo Landsberg am Lech en Alemania

En una región con tantos y tan variados atractivos como Baviera, merece la pena dedicar al menos un día a conocer esta singular y bonita ciudad a orillas del río Lech.

Landsberg am Lech

Su historia está llena de curiosidades que se suman a la arquitectura y paisaje de la ciudad para convertirla en una ciudad singular que no hay que pasar por alto.

Antes de empezar a contaros que podéis ver en Landsberg am Lech, algunos apuntes sobre la ciudad para ir entrando en materia.

  • Su historia se remonta a varios milenios en el tiempo, pero fue en el último tercio del siglo XIII cuando aparece documentada por primera vez como  Landsberg am Lech.
  • El emperador Luis el Bávaro visita la ciudad en el siglo XIV y la concede derechos de aduana y recaudación de impuestos.
  • Con el florecimiento económico, la ciudad crece y se construyen algunos de los principales edificios a la vez que se amplia la muralla.
  • En el siglo XVII las epidemias y la Guerra de los Treinta Años reducen la población. Existe una leyenda que cuanta que durante esta guerra en la que la población de Landsberg am Lech se vio sometida a incontables atrocidades, las doncellas de la ciudad preferían lanzarse al río Lech desde una torre de las murallas antes que ser violadas.
  • Sir Hubert von Herkomer, artista británico nacido en Alemania, manda construir en el siglo XIX  una torre a orillas del río Lech. Fue su estudio y su vivienda. siendo a fecha de hoy un pequeño museo en el que se exhiben parte de sus pinturas.
  • El río Lech fue durante siglos una importante vía de comunicación. Algodón, vino, ganado y madera se transportaba en balsas desde los Alpes hasta Viena y Budapest. En el siglo XIX pasaban una media de 4.000 balsas al año por la presa que se construyó en Landsberg am Lech.
  • En la prisión de la ciudad estuvo encarcelado, acusado de alta traición, Adolf Hitler. Condenado a 5 años, solamente cumplió 9 meses de la condena, pues fue puesto en libertad por buena conducta. Durante ese tiempo escribió la primera parte de Mein Kampf.
  • Actualmente Landsberg am Lech es una agradable ciudad dormitorio con todos los servicios, algo que atrae a muchos vecinos de Munich en busca de lugares con precios de vivienda más razonables que en sus ciudad.

Qué ver en Landsberg am Lech

Esta bonita ciudad conserva un agradable centro histórico que se puede recorrer perfectamente a pie conociendo sus calles y monumentos más bellos e interesantes. Para terminar, nada mejor que una comida o una cerveza en el agradable paseo peatonal junto al Lech. Desde ya te animo a conocer Landsberg am Lech y disfrutar de sus muchos atractivos.

 

Karolinenbrücke

Este es uno de los puentes por los que podemos cruzar el río Lech. Está muy cerca de varios aparcamientos públicos y de las estaciones de tren y autobús, lo que lo convierten en un buen punto para comenzar a visitar Landsberg am Lech.

A la entrada al Karolinenbrücke se puede ver una escultura del Padre Lech, homenaje de la ciudad a su río. Es una obra de mediados del siglo XX en la que el hombre que representa al Lech aparece junto a un pez, una rueda de molino y una vasija de la que fluye agua. Todos ellos simbolizan lo importante que es este afluente del Danubio para la ciudad.

Desde este puente se tienen algunas de las mejores perspectivas de Landsberg am Lech, algunas de ellas con las torres de la ciudad como protagonistas.

landsberg am lech

Convento de las Ursulinas

Nada más cruzar el puente hay que girar a la izquierda para caminar por la calle peatona paralela al río. Enseguida aparece, tras un muro el gran edificio que fue el Convento de las Ursulinas. Las monjas utilizaron el convento no solamente como su residencia. También establecieron en él una residencia para mujeres y una escuela femenina. A través de una reja que da a la calle se puede ver el jardín del complejo, ocupado actualmente por una residencia de ancianos.

La iglesia tiene acceso desde un extremo de la Hauptplatz. Su fachada es fácilmente reconocible pues está decorada con un buen número de trampantojos.

Presa en el río Lech

Las aguas del río están tan limpias a su paso por Landsberg am Lech que no es raro ver pescadores en la orilla intentado llevarse a casa truchas, percas (un pescado muy típico en las mesas de Baviera) o huchos (salmones del Danubio). Se les puede ver desde los puentes y desde el paseo junto al río.

También desde ese paseo se puede observar la presa que se construyó en el río y que facilitó el transporte por el Lech. El tráfico de balsas aumento hasta las 4.000 anuales, un importante número que suponía una gran fuente de ingresos para la ciudad.

Antiguos depósitos de sal

El comercio de la sal tuvo una gran importancia en el crecimiento económico de Landsberg am Lech. Cerca del río se conservan los antiguos edificios en los que se almacenaba ese bien tan preciado y tan necesario, entre otras cosas, para la conservación de los alimentos.

Los depósitos de han reconvertido en viviendas e incluso uno de ellos ha pasado a ser la biblioteca municipal. En el complejo Hintere Salzgasse se han conservado los antiguos sistemas de elevación de los barriles de sal que llegaban por el río hasta la ciudad.

Iglesia de la Asunción de la Virgen María

En el corazón del centro histórico de Landsberg am Lech se encuentra la que es  una de las principales iglesias de la ciudad. Su construcción comenzó a mediados del siglo XV. Aunque actualmente es una iglesia de estilo barroco, como tantas de las que se pueden visitar en el sur de Baviera, conserva las vidrieras del gótico tardío. Tiene un exterior imponente, con una sola torre. Llama la atención la ausencia de un pórtico principal.

Muy cerca de la iglesia, en Herzog-Ernst-Straße, se encuentra la tienda de discos y librería Discy. El lugar en el que Johnny Cash compró su primera guitarra.

Alte Bergstrasse y el barrio de los curtidores

Una de las calles más atractivas que ver en Landsberg am Lech es Alte Bergstrasse. Una empinada vía en la que hoy se han instalado tiendas de artesanos y otros interesantes negocios. Aquí está el Café Zirnheld, un café histórico de la ciudad que ha sido renovado con mucho acierto para convertirse en un lugar perfecto para desayunar o merendar. Mientras se sube la calle hay que girarse para disfrutar de la bonita perspectiva que forman los edificios de la ciudad con la Torre de la Manteca y su cubierta de azulejos al fondo.

Landsberg am Lech

En tiempo pasados, cuando en lugar de coches a motor eran coches y carros tirados por caballos los que circulaban por esta calle, por ley estaba prohibido cerrar las puertas de las casas. De ese modo, si el carro perdía el control podía meterse en un edificio evitando así mayores riesgos para los peatones y los propios carreteros.

Justo detrás de esta calle esté el pequeño barrio en el que antiguamente vivían los curtidores. Había agua cerca, lo cual era indispensable para su trabajo. Es poco más que una calle, con edificios de madera que se han conservado como eran hace siglos en un lado y pequeño huertos y jardines al otro. A este rincón de Landsberg am Lech también se le conoce como el Barrio de las Brujas.

Aquí se instalaron en el siglo XIX un grupo de mujeres llegadas de Munich. Fumaban, usaban pantalones, no se tapaban el pelo y alguna de ellas era pelirroja. Por aquel entonces todo aquello era poco habitual en la ciudad, y aunque aquellas mujeres poco debían tener de brujas, nada pudo evitar que al barrio se le apodase con el nombre que a fecha de hoy sigue teniendo.

Landsberg am Lech, Ruta Romántica alemana

Puerta de Baviera de Landsberg am Lech

Caminado por Alte Bergstrasse se llega a la muralla de Landsberg am Lech y a las más singular de sus puertas: la de Baviera. Está considerada la más bellas de las puertas de estilo gótico tardío en el sur de Alemania. Desde el interior de la muralla puede parecer una puerta sin más. Pero basta cruzarla para descubrir la sorprendente decoración que recibía a aquellos que llegaban a la ciudad.

Landsberg am Lech

La puerta está abierta a los visitantes de martes a domingo entre mayo y octubre. La entrada es de pago y permite visitar la exposición del interior de la torre y la terraza superior desde la que se tienen una vistas sobre el casco histórico que alcanzan hasta el río Lech y la cárcel en la que estuvo prisionero Hitler en Landsberg am Lech. Para llegar a lo más alto hay que subir 187 escalones.

Si se rodea la muralla, se pueden otras de las antiguas puertas y torres que se conservan en la ciudad: la Torre de la Pólvora, la Torre de las Grajos (la más alta de las torres defensivas del recinto amurallado), la Puerta de Sandau y la Puerta de los Tintoreros. Al lado de esta última está la Puerta de los Panaderos que tiene una curiosidad ligada a una historia popular. Esta puerta tiene por un lado un frontón gótico; por el otro un tejado a cuatro aguas. Según se cuenta en la ciudad, esto era para confundir a los ladrones que huían de la ciudad tras cometer algún delito.

Iglesia de la Santa Cruz

Volviendo al centro de la ciudad, merece ir callejeando hasta la Iglesia de la Santa Cruz. Fue uno de los primeros lugares de culto en el sur de Alemania pertenecientes a los Jesuitas. Por razones de seguridad, aunque la iglesia tenga la abierta la puerta de la calle, fuera de los horarios de culto una reja impide acercarse al interior para observar uno de sus elementos más destacados: el altar mayor escénico del siglo XVIII.

Landsberg am Lech

A pocos metros de la iglesia se está reformando el Museo Municipal de Landsberg am Lech que ocupa el antiguo colegio de los jesuitas. Se cree que abrirá de nuevo sus puertas en el año 2025-

Torre de las Doncellas

Junto al río, muy cerca del Karolinenbrücke, está la Torre de las Monjas, de forma circular. Por encima de ella destaca la silueta de la Torre de las Doncellas. Esa desde la que se supone se lanzaban al río las jóvenes de Landsberg am Lech para no ser violadas durante la Guerra de los Treinta Años. Solamente hay que ver la distancia entre la torre y el Lech para darse cuenta de que esta historia es solamente una leyenda.

Merece la pena visitar el interior de la torre pues desde lo alto hay unas vistas privilegiadas de esta bonita ciudad de la Ruta Romántica. El acceso solamente se puede hacer si te sumas a una de las visitas guiadas que organiza la Oficina de Turismo.

Landsberg am Lech

Torre de la Manteca

Regresando al centro de Landsberg am Lech hay que hacer una parada junto a la Schmalzturm, también conocida como Torre de la Manteca. Un nombre que le viene dado porque antiguamente era a su sombra donde se instalaban los vendedores de manteca.

Esta torre formaba parte de la torre más antigua de la ciudad, y fue remodelada en el siglo XV. Junto a ella se pueden ver dos cosas interesantes. La primera es la Ruethenfestbrunnen, una fuente decorada con la figuras de tres niños que hacen referencia a una fiesta que se celebra en la ciudad cada cuatro año: la Ruethenfest. En ella un millar de niños desfilan y bailan por la ciudad recreando acontecimientos históricos.

Al lado de la fuente está la otra cosa curiosa de la que os quiero hablar, la Landsberger Kunstautomat. Una máquina expendedora de pequeñas obras de arte gestionada por una pareja de artistas, Elke Jordan y Gregor Netzer. El contenido va cambiando cada temporada, incorporando bonitas obras que se convierten, por poco dinero, en un original recuerdo de esta ciudad alemana.

Hauptplatz y la Fuente de María

No hay duda de que esta plaza triangular es el corazón de Landsberg am Lech. Tanto física como socialmente. En cuanto sale un rayo de sol, los vecinos salen a la calle, pasean y se sientan en las mesas al aire libre que hay en la plaza. De este espacio público parten muchas vías que llevan a calles comerciales, lo que hace de Hauptplatz un lugar de paso casi obligado.

También hay que mencionar que en esta plaza se encuentran algunos de las construcciones más bonitas y emblemáticas de la ciudad. Algunos ya los he mencionado, como la Torre de la Manteca o la Iglesia de las Ursulinas. A ellos se suman, por ejemplo, el Ayuntamiento (que merece un apartado para él sólo) y la Fuente de María.

Landsberg am Lech

Está última ocupa el centro de la plaza, el corazón del corazón. Rodeada por las coloridas fachadas de los edificios, la fuente está coronada, como pasa en tantas fuentes en las ciudades católicas de Baviera, por una figura de la Virgen María.

Landsberg am Lech

Hay una leyenda en la ciudad sobre unos hermanos que se estaban construyendo juntos una casa. En algún momento hubo una discusión, un muro dividió el edificio y la prueba final del desencuentro filial es el tejado de las dos casas. No termina con un pico y una cubierta a dos aguas. En esta singular casa que podemos ver en Hauptplatz, a pocos metros a la izquierda del Ayuntamiento, el tejado es la prueba de esta historia que se cuenta en Landsberg am Lech. Basta ver las casas azul y amarilla de la siguiente imagen para entender como terminó la riña de hermanos.

Landsberg am Lech

Ayuntamiento de Landsberg am Lech

Este edificio es la joya de esta ciudad bávara. Se encuentra en el lado oeste de la plaza y a finales del siglo XVII se convirtió en el segundo ayuntamiento de Landsberg am Lech, ocupando el edificio que había sede oficina de la sal. Hubo que remodelar la construcción, pero se conservaron los calabozos en el sótano. En los dos pisos superiores se instalaron las salas dedicadas a las reuniones. Y ya en el siglo XVIII se añadió un tercer piso en el que se instaló una sala de banquetes.

Landsberg am Lech

Merece la pena fijarse en el exterior, decorado por con estucos Dominikus Zimmermann, el mismo artista que realizó el trabajo en estuco de otras iglesias que ver en Baviera, como la Wieskirche o la iglesia de Schongau. El tamaño de las ventanas va aumentando con la altura del edificio, siendo las más grandes las que corresponden a las salas de mayor importancia.

Una escalera lleva a los pisos superiores de este pequeño pero excepcional ayuntamiento. En las diferentes salas se pueden ver más estucos de Zimmermann, estufas de azulejos, tapices y cuadros de gran tamaño de Hubert von Herkomer.

Actualmente, en los bajos de este edificio que ya no funciona como Ayuntamiento, está la Oficina de Turismo. En ella se pueden comprar las entradas para la visita, solicitar la audio guía para recorrer la Landsberg am Lech o sumarse a los circuitos guiados por la ciudad que se realizan en diferentes idiomas.

Dormir y comer en Landsberg am Lech

Además del agradable e histórico Café Zirnheld que mecioné antes, os recomiendo un restaurante con mucho encanto en Landsberg am Lech. Su nombre es Fischerwirt y tiene una carta con la cocina bávara como protagonista, en algunos casos con una pequeña e interesante “vuelta de tuerca”. El local está decorado al más puro estilo de Baviera y los camareros visten el traje típico. Conviene reservar (y pedir una de las mesas en la terraza acristalada sobre el canal).

En cuanto al tema alojamiento, la ciudad no tiene una gran oferta hotelera, por lo que conviene reservar con antelación para evitar contratiempos de última hora. Nosotros nos alojamos en el Landhotel Endhart. Un establecimiento de 3 estrellas con habitaciones muy amplias (algunas de ellas con terraza), baño con ducha, aparcamiento gratuito y un desayuno con una gran variedad de productos, todo fresco y de calidad.

Para  mi es un hotel muy recomendable ubicado a unos 2 kilómetros del centro, lo que garantiza tranquilidad. Esa distancia también hace que sea necesario contar con un coche para moverse entre al alojamiento y el centro de la ciudad.

Otras cosas que hacer en Landsberg am Lech

Aquí no acaban las cosas que ver y hacer en esta ciudad bávara. Si tienes tiempo, te dejo otras ideas de lugares y actividades para tener en cuenta al visitar Landsberg am Lech.

  • Torre de la Madre (Mutterturm). Dedicada por Hubert von Herkomer a su madre, el interior está ocupado por un museo con su obra. Está rodeada de jardines y altos árboles, se puede llegar a ella en coche (hay un estacionamiento cerca) o caminando. Basta cruzar el Karolinenbrücke y caminar unos 500 metros hacia la derecha.
  • Lechpark. A 2 kilómetros del centro de la ciudad se encuentra este espacio en el que se funden bosques y praderas. Hay zonas de juegos para niños, gamos en libertad y un recinto en el que viven jabalíes. Precisamente un pequeño jabato al que llaman Beppo se ha convertido en símbolo de Landsberg am Lech y en forma de peluche  se puede comprar en la Oficina de Turismo.

  • En los días de verano el río Lech se convierte en el centro de actividades de la gente de la ciudad. Se puede disfrutar del sol en su orilla (hay una acceso desde la piscina pública de la ciudad), pescar junto al Karolinenbrücke o remar en canoa.
  • Desde hace más de 40 años, en el Ayuntamiento se celebran conciertos en los que participan músicos de fama internacional. Una actividad que los melómanos no se pueden perder.
  • Esta ciudad del sur de Alemania es bastante “fiestera”. Te empiezan a enumerar las celebraciones y eventos que tienen a lo largo del año y parece que uno enlaza con otro. Desde el Mercado de Cerámica a la Noche del Arte o el Mercado de Navidad. El Maibaum y la Fiesta de la Cerveza tampoco faltan. Ni la celebración de la Ruethenfest, uno de los grandes eventos en la ciudad.

Mapa Landsberg am Lech

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