Este año a la hora de decidir nuestro destinos de vacaciones teníamos clara una cosa: una semana sería para descansar y disfrutar del sol y el mar. La fecha sin duda podía condicionar el destino ya que en el mes de junio no es seguro que el sol luzca en las costas mediterráneas, ya sea en España, Italia o incluso Grecia, de modo que nos decantamos por las Islas Canarias y de entre las posibles opciones y tras analizar pros y contras decidimos pasar nuestra semana de asueto el sur de Gran Canaria. A continuación llegó el momento de elegir alojamiento y tuvimos claro que la zona sería la de las dunas de Maspalomas, por lo que había de escoger entre la zona más antigua de Playa del Inglés, o la algo más cara y moderna de Maspalomas. Vimos un montón de hoteles y apartamentos, pero cuando el Ifa Faro Hotel se cruzó en nuestro camino las dudas quedaron disipadas: por situación, precio, instalaciones y críticas, ese sería nuestro hotel.
Tengo que decir que una vez en el hotel nuestras expectativas quedaron no solamente cubiertas, yo diría más bien que superadas. Nosotros buscábamos un hotel tranquilo cercano al mar y con lugares cercanos donde salir a cenar, este viaje no era de esos de no parar en el hotel. El Ifa Faro Hotel no es el típico alojamiento orientado a familias pues no se trata de un gran complejo, es probablemente uno de los hoteles más pequeños y con menos metros de jardín de la zona, y aún así es realmente cómodo y acogedor.
¿Cómo es el Ifa Faro Hotel?
El exterior del hotel es sencillo y se accede a la recepción directamente desde la calle, sin un jardín o un espacio privado, lo que le hace parecer un poco anticuado, pero una vez dentro los espacios amplios y aireados hacen que esa sensación cambie. Además el personal de recepción es tan cordial que enseguida te hacen sentir como en casa.
En la planta baja cuenta con zonas de estar, un bar que abre hasta tarde y varias tiendas, además de baños y espacio para dejar el equipaje si tienes necesidad de ello. Desde esa planta se puede bajar bien desde el interior del hotel o bien por el exterior a la piscina rodeada de tumbonas y sombrillas, al restaurante y al gimnasio. Es desde la piscina donde una puerta da acceso directamente a la playa. Ningún hotel de la zona tiene una situación tan privilegiada a pocos metros de Océano Atlántico.
Las habitaciones del Ifa Faro Hotel se encuentran distribuidas en cinco plantas con diferentes orientaciones, ya sean hacia el mar, las dunas, el interior o la zona de Meloneras. El precio varía dependiendo de todo ello, por lo que según el presupuesto uno podrá elegir entre una habitación u otra.
Lo mejor de hotel:
- Ubicación, junto a la playa y muy cerca de restaurantes y centros comerciales, así como del paseo que lleva hasta Meloneras.
- Atención, simpatía y amabilidad del personal
- Limpieza en general
No me gustó:
- Que las tumbonas se asignen para toda la estancia. Nos comentaron que es una de las cosas que más agradecen los clientes, pero yo personalmente prefiero elegir para buscar sol o sombra según el momento del día, no tener que estar condicionada a lo que por suerte o posibilidad me puedan ofrecer
- Tampoco me pareció muy acertado que tengan una máquina para pesar las maletas pero que sea de pago. Son pequeños servicios al cliente que ofrecer de forma gratuíta de hace quedar como “un señor”. Lo mismo pienso del wifi, que también era de pago.
Habitaciones del Ifa Faro Hotel
Nosotros nos alojamos en una suite, todas las de esta categoría están en la quinta planta y orientadas hacia el mar. Es tal situación que si te sientas en la terraza tan solo ves el azul del mar, tienes la sensación de estar quizás en un crucero surcando el Atlántico, pues no ves otra cosa. Estas suite cuentan con una amplia zona de estar con varios sillones, uno de los cuales se hace cama, y una gran TV. También tiene un hall con armarios y un amplio vestidor. Hay tanto espacio para guardar que es una delicia, nunca tienes nada por medio. El dormitorio cuenta con dos amplias camas de esas que parecen envolverte cuando te acuestas y el baño tiene dos lavabos, además de bañera y ducha separadas. La terraza es enorme, con mesa, sillas, tumbonas… Un placer cada tarde sentarse allí a tomar una cerveza disfrutando de la brisa del mar y de ese océano infinito.
Lo mejor de la habitacion:
- Amplitud
- Aislamiento lumínico y acústico
- Limpieza
- Comodidad de la camas
- Minibar con precios lejos de esos tan caros que uno encuentra en tantos hoteles
- Servicio de té y café
- Las almohadas no nos gustaban, eran altas y duras, y nos las cambiaron enseguida por otras más cómodas
Lo que menos me gustó:
- Uso de la caja fuerte es de pago
- No reponían las pocas amenities que había en el baño cada día, había que pedir lo que necesitabas
- Las toallas estaban inmaculadas, las bordadas como IFA eran estupendas, grandes y esponjosas, pero casi siempre tocaban las que era del grupo Lopasan, empresa a la que pertenece el Ifa Faro Hotel, y eran pequeñas y finas comparadas con las otras
- Nosotros tomábamos casi siempre infusión, la que más nos gustaba, y tampoco se reponían, tenías que ir a pedirlas
El desayuno
Ni un solo pero. Un comedor amplio y luminoso, mesas en el jardín (muy solicitadas, no siempre podíamos conseguir una), camareros y cocineros encantadores y una gran variedad de productos pensados para todos los clientes. Quesos, embutidos, frutas, yogures, bollería, huevos,… hasta churros pudimos comer y estaban bien ricos, nada de esos que comes y que parece que llevan tres horas esperando que alguien se acuerde de ellos. Había hasta un rincón especial para celiacos con un montón de productos para ellos, otra zona con todos los tipos de leche que puedas imaginar, un mesita con especias para que cada cual condimente el desayuno a su gusto… Sabroso melón, deliciosas papaya, quesos de la isla, panes para acompañar el jamón, todo tipo de verduras para preparar un deliciosa ensalada… Vamos, que uno se pasa un mes con la operación bikini y en una semana recupera lo perdido.
Por supuesto, no faltaban zumos de diferentes variedades y tés para todos los gustos. El café, o cafetera en la mesa o recién hecho en una máquina que dejaba un aroma delicioso cada vez que alguien la utilizaba.
Si alguien me pregunta si volvería al Ifa Faro Hotel, la respuesta sería que si. He pasado unos días realmente agradables, he disfrutado mucho de la playa, en el Ifa Hotel todo eran facilidades para que nuestra estancia fuera agradable, así que de momento lo que estoy pensando es en invitar a mis padres a que pasen allí unos días. Porque una cosa si os digo, aunque en verano el hotel esté más frecuentado por españoles que llegan en familia, el resto del año la clientela es mayoritariamente extranjera y de cierta edad (muchos jubilados) llegando a un 40% lo clientes que repiten estancia año tras año. Por ellos no me parece un hotel adecuado para gente muy joven que busca fiesta 24 horas al día.
En cuanto al modo de llegar al hotel desde el aeropuerto de Gran Canaria es muy sencillo y cómodo:
- Guagua nº 90; el trayecto hasta el Faro de Maspalomas dura 45 minutos y cuesta 4.05 euros.
- Taxi: aproximadamente 42 euros