Harburg, un castillo de cuento en la Ruta Romántica de Alemania

por Cristina Monsalvo
Castillo de Harburg

Harburg es uno de esos coquetos y pequeños pueblos que ver en la Ruta Romántica alemana. El río Wörnitz lo atraviesa, dejando a un lado la parte nueva de la localidad y al otro, el casco histórico. Dominando todo el conjunto, uno de los castillos más grandes y mejor conservados del sur de Alemania. Es tan bonito que Michael Jackson se enamoró de él y estuvo a punto de comprarlo. Parece ser que un día de densa niebla hizo que la operación se cancelara.

Harburg

Con poco más de 5.000 habitantes, este pueblo alemán merece una parada de unas horas. Lo suficiente para dar un paseo por el centro y visitar el Castillo de Harburg. Este último es sin duda el motivo principal por el que muchos viajeros se detienen es esta localidad bávara.

Si llegáis en coche tenéis un par de opciones para aparcar. La primera sería subir hasta alguno de los estacionamientos gratuitos cerca del castillo. Desde allí se puede bajar por la Ruta de los Cuentos de Hadas de Harburg hasta el centro del pueblo. Son unos 500 metros.

Harburg

La otra posibilidad es buscar un sitio para dejar el coche en la parte moderna del pueblo. No es complicado encontrar sitio algo alejado del río y caminar hasta el castillo (en este caso, cuesta arriba para ir, cuesta abajo para volver). Más cerca hay algunos parking gratuitos, pero de tiempo limitado.

Si estáis en Munich y no tenéis vehículo propio, siempre podéis reservar excursión al castillo de Harburg y Rotemburgo. El transporte se realiza en autobús, con guía de habla inglesa y audio guía en español.

Qué ver en Harburg

Sin duda el Castillo de Harburg es el principal atractivo de la localidad. Pero no el único, y ya que uno llega hasta este tranquilo rincón de Alemania, no está de más dedicarle algo de tiempo.

No hay que perderse el Steinerne Brücke. El puente de piedra con 9 arcos que cruza el río Wörnitz. Hasta que se construyó un nuevo puente de hormigón, este pequeño e histórico puente era el paso habitual de todo tipo de vehículos. Ahora, es solamente un paso peatonal con casitas adosadas. Es un magnífico mirador sobre el río, la ciudad y el castillo.

El centro histórico, ahora prácticamente libre de tráfico, conserva varios edificios históricos, algunos de ellos restaurados, y otras construcciones más modernas.

Desde muchos puntos se distinguen los campanarios de las dos iglesias. La de Santa Bárbara, de culto evangélico, data del siglo XVII, mientras que la Iglesia del Sagrado Corazón es católica y se inauguró a principios del siglo XX.

Un paseo por Harburg y sus estrechas calles lleva hasta la Plaza del Mercado y a pasar junto a bonitos edificios con entramado de madera en la fachada, como el Ayuntamiento. Otros presentan fachadas pintadas de colores y esos tejados a dos aguas tan necesarios para evitar que se acumule la nieve.

Harburg

Harburg en verano

Durante los meses más cálidos del año, Harburg cambia su fisonomía. Se viste de colores gracias a las peculiares labores de crochet que elaboran los vecinos. Con ellas decoran puertas, farolas o verjas. Cualquier lugar es susceptible en este pueblo para llenarse de color con la llegada del verano. Hasta el viejo Steinerne Brücke se cubre con bonitos motivos que aunque no protegen del sol, sí son una singular adorno.

Durante los meses estivales, en el centro del pueblo, se pueden alquilar canoas para navegar por el río Wörnitz y bicicletas para hacer algunas de las muchas rutas que hay en los alrededores de Harburg.

Sendero de los cuentos de hadas

Otra de las cosas de las que disfrutar en verano es la ruta de los cuentos de hadas que une Harburg con el castillo. Es una bonita formar de ir de un lugar a otro del pueblo mientras pequeños y mayores disfrutan buscando escenas de los famosos cuentos de los hermanos Grimm.

Hasta hace unos años, esta ruta no era circular. Pero desde 2021 se puede bajar al pueblo por una lado y subir por otro hasta llegar a un parquecito con columpios para los niños muy cerca de uno de los parking cerca del castillo.

Por el camino aparecen escenas de cuentos como Rapunzel, los músicos de Bremen o el Gato con Botas. Hay que ir bien atento para que no se escape nada, pues entre la hiedra y las plantas junto al sendero se esconden algunos decorados de cuento.

Castillo de Harburg

Aunque no tiene la fama del Castillo Neuschwanstein, no hay que olvidar su nombre porque se trata de los castillos fortaleza más grandes y mejor conservados de Baviera. Desde su elevado posición domina Harburg y el río Wörnitz, formando los tres juntos escenas que parecen sacadas de un cuento, dignas de la mejor postal.

Harburg

La historia de este castillo de Harburg se remonta al siglo XII. En aquel entonces la forma de vida de señores y plebeyos era muy diferente a la actual. Visitar el castillo permite avanzar en el tiempo, viendo la evolución en la construcción y en la comodidades a lo largo de los siglos.

El castillo ha estado ligado durante más de 700 años a los Oettingen, una de las más antiguas dinastías aristocráticas de Alemania, que sobrevivieron a varias guerras y asedios. El castillo de Harburg pasó a manos de esta familia en 1299. Ellos lo ampliaron hasta convertirlo en una de las fortalezas más poderosas de la región. Desde 1731 pertenece a la familia Oettingen-Wallerstein.

Ya en el siglo XVIII se realizaron importantes cambios estructurales. Aunque el castillo mantuvo su carácter fortificado, los campos pasaron a convertirlo en una residencia palaciega. Fue en ese momento cuando la iglesia fue también modificada para adaptarla al resto de cambios que se estaban llevando a cabo en la fortaleza.

Horarios y precios

El castillo abre sus puertas desde mediados del marzo hasta primeros de noviembre. Durante esos meses, su horarios es de 10:00 a 17:00 horas todos los días.

En cuanto a los precios, existen varias modalidades siendo siempre guiada la visita al interior de los edificios del castillo (en alemán o inglés).

  • Acceso al recinto del castillo 3,5 € (niños 2,5 €)
  • Visita guiada de 1 hora en alemán o inglés 5 €. Niños 2,5 €.
  • Gran tour por el castillo de 90 minutos 7 €. Grupos mínimos de 15 personas y reserva anticipada.
  • Tour nocturno 10 €, reserva anticipada. También para grupos de 15 personas.

En el exterior del castillo se pueden fotos, también en gran parte de las salas que visitan (en las que no se puede fotografías, el guía avisa antes de entrar en ellas).

Exterior del castillo

Para acceder al interior de esta antigua fortaleza, hay que atravesar tres puertas. Las primeras de son Unteres Tor e Inneres Tor, que dan acceso al patio exterior del castillo de Harburg (nada más entrar están las taquillas). Antes de atravesar la tercera de las puertas (Oberes Tor) se pueden ver a la derecha los antiguos establos.

Tras haber cruzado las puertas se llega al patio principal (Vorburg). Es el lugar perfecto para apreciar el conjunto de la antigua fortaleza. Desde la muralla defensiva cubierta a las diferentes torres que alojan varias estancias con distintos usos a lo largo de los siglos. El edificio con entramado de madera, a la derecha del patio, era la casa del alguacil de la fortaleza y actualmente aloja una cervecería. El siguiente edificio, Kastenhaus, fue un granero y más tarde pasó a ser la sala de audiencias del castillo.

A continuación de la Diebsturm (Torre de los ladrones) está Saalbau, un majestuoso edificio con tejado a cuatro aguas. Su interior aloja tres salones: Kaminsalon, Vogelsalon y Festsaal. O lo que es lo mismo, el salón de la chimenea, el de los pájaros y el de baile.

El último de los grandes edificios que se pueden ver desde el patio es el Fürstenbau. La residencia privada de los Oettingen-Wallerstein. La iglesia del Castillo de Harburg queda escondida tras otros edificios. Uno de ellos es la antigua panadería que se ha reconvertido en tienda de recuerdos.

En el centro del patio se puede ver un pozo que originalmente tenía una profundidad de 130 metros. Actualmente se conservan unos 50 metros de este antiguo pozo.

Castillo Harburg

Visita guiada al Castillo de Harburg

El recorrido comienza por la impresionante iglesia barroca del castillo. En su interior se pueden ver las tumbas de las tres primeras generaciones de la línea protestante de los Oettingen.

La visita continúa por la Torre del Agua, que da acceso al camino de ronda. Está cubierto y recuerda a las murallas que ver en Rothenburg ob der Tauber o Nördlingen. Son muy llamativas las troneras con “ojos de madera”. Un sistema giratorio diseñado para los francotiradores.

Siempre recorriendo ese camino de ronda que va ofreciendo buenas vistas hacia el patio del castillo de Harburg, se llega a la que fue la sala de audiencias y la armería. En la primera de ellas se puede ver un árbol genealógico de los Oettingen.

La siguiente parada en la Diebsturm (Torre de los ladrones). En su interior estaban las celdas de tortura. En una de ellas, la oscuridad era absoluta. Mientras que en la otra, gracias a una chimenea exterior, se subía la temperatura de la celda hasta límites que el prisionero no podía soportar.

Los siguientes espacios que se visitan y en los que se va abandonado el gótico en favor de otros estilos son la Faulturm y el Salón de Príncipe, uno de los espacios más espectaculares del castillo. Rodeado de ventanas que dejan pasar la luz a cada rincón de sus 232 m2, los frescos del techo muestran representaciones mitológicas, al igual que las figuras que decoran las chimeneas.

Castillo de Harburg

La visita finaliza en el edificio que sigue siendo residencia privada de la familia. Algunas fotos y objetos personales se pueden ver en el comedor y la sala de caza. Al salir se puede ver una exposición de pinturas de Rudolf Warnecke Austellung.

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