Cartagena de Indias es la niña bonita de Colombia. Una de esas ciudades coloniales que reflejan sus colores en la aguas del Caribe. Desde aquí os digo que es sin duda uno de los lugares que más deseaba conocer en nuestro viaje a Colombia. Sin embargo, y a pesar de su indudable atractivo, el centro histórico de Cartagena me ha decepcionado en algunos aspectos. El barrio que se convirtió en mi lugar preferido de la parte antigua de la ciudad y en el que pasé muy buenos ratos fue Getsemaní. Después de conocerlo tengo claro que hay mucho que hacer en Getsemaní, y que quien pasa por allí repite.
Las calles tranquilas de Getsemaní, los agradables restaurantes y el ambiente popular convierten a este barrio en un atractivo lugar en el que desconectar de los vendedores ambulantes, las tiendas de recuerdos y los enormes grupos de turistas que recorren el recinto amurallado y otros lugares que ver en Cartagena de Indias.
Pero, ¿qué tiene Getsemaní para que merezca invertir en él parte de la estancia en la ciudad colonial más conocida de Colombia? Ahora os lo cuento y os lo muestro, y seguro que vosotros también caéis rendidos a su pies.
Índice del artículo
Qué hacer en Getsemaní
Hasta hace no muchos años pensar en visitar Getsemaní era casi una locura. Este barrio, cuna de la rebelión contra el dominio español a comienzos del siglo XIX, estaba tomado por carteristas y prostitutas. Hoy eso ha cambiado, el barrio se ha reinventado y convertido en el barrio de moda de Cartagena. Graffitis, cervecerías, hoteles boutique y mucha música forman parte del actual paisaje de este barrio formado por poco más de 20 manzanas y que poco a poco va entrando en el mapa turístico de aquellos viajeros que buscan en la ciudad algo más que edificios coloniales y tiendas de recuerdos.
En Getsemaní se pueden hacer muchas cosas. Nosotros fuimos hasta allí más veces de las que pensamos. Cansados de los taxistas, los vendedores de sombreros y las palenqueras empeñadas en hacerse una foto encontramos en Getsemaní el rincón perfecto para disfrutar de esta ciudad de colores sin que nadie nos prestara atención ni nos quisiera vender nada. Y además es lugar de paso obligado si vas caminando desde el centro hasta el Castillo de San Felipe de Barajas.
1 – Localizar el centro de Getsemaní
Puesto que este barrio cartagenero no es muy grande, llegar a su centro es sencillo. Solo hay que buscar la Plaza de la Trinidad. Es el lugar más emblemático de Getsemaní y lleva ese nombre desde que se finalizaron la obras de la Iglesia de la Santísima Trinidad 1643. Desde el Cabildo de la ciudad se propuso siglos después cambiar el nombre del lugar y llamarlo Plaza de la Libertad para rendir así homenaje a los habitantes del barrio que participaron el 11 de noviembre de 1811 en la revolución que traería como consecuencia la firma del Acta de Independencia. Parece ser que la cosa no cuajó y la plaza mantiene su nombre de antaño.
Es un lugar perfecto para contemplar la vida del barrio. Los hombres se sientan a la sombra de la iglesia, los vendedores de fruta pasan por allí tentando a los viandantes con deliciosas sandias, mangos o papayas. Y los niños corren tras un balón o demuestran a sus amigos lo hábiles que son sobre sus bicicletas. Como testigo de todo ello la fachada amarilla de la iglesia que dio nombre a la plaza y algunos edificios de colores que dan al lugar ese aspecto tan caribeño y desenfadado propio de muchas ciudades coloniales a orillas del mar.
2 – En busca del arte urbano
Hablar de Colombia y no mencionar los graffitis o el arte urbano es casi imposible. Por ejemplo, entre los lugares que ver en Bogotá, la capital del país, están sus obras de arte urbano. Y por supuesto, Cartagena no iba a ser menos. Si hay un barrio en el que disfrutar de paredes llenas de murales que cuentan las historia de la ciudad y de su gente, ese es Getsemaní.
Hay dos calles en concreto, La Sierpe y San Juan, cuyos muros se han convertido en el lienzo perfecto para muchos artistas. También hay destacados graffitis en la Plaza de la Trinidad y en la Calle del Espíritu Santo. Postales de la ciudad, rostros de mujeres, imaginarios mundos submarinos,… Todo tiene cabida en Getsemaní. Aquí no se juzga. Solamente de admira.
3 – Tomar limonada de coco
Yo me hice muy fan de la limonada en Perú. Y en Colombia he tenido la oportunidad de probar otras tan deliciosas como aquellas que bebía en tierras peruanas. Por si fuera poco el placer que es tomar una limonada con menta bien fresca, en Cartagena descubrimos que también le añaden coco. Os recomiendo hacer una parada en Palenqueras, un colorido edificio en la esquina de las Calles del Pozo y Carretero, junto a la Plaza de la Trinidad, y pedir una de esas limonadas (10.000 pesos). Es un restaurante y bar con mesas en dos plantas, sillas en la calle y mesitas en los balcones que dan a la plaza. Perfecto para mirar de forma discreta todo lo que pasa a tus píes.
4 – Pasear bajo paraguas
Aquella idea que nació en Águeda, una ciudad portuguesa, de decorar una calle con paraguas se ha hecho popular a lo largo y ancho del mundo. Y Getsemaní, el barrio más cool de Cartagena, no podía ser menos. No esperes aquí una ancha avenida ni una calle chic. Este barrio es un lugar popular, de gente trabajadora, y la calle que han cubierto de paraguas es muestra de ello. Si quieres verla, busca el Callejón Angosto. Comunica las Calles del Pozo y Espíritu Santo. Es un callejón peatonal con casas decrépitas pero en el que no faltan los graffitis ni las buganvillas. Y esos paraguas no hay duda de que le han dado una nota de color y sobre todo, de sombra a los vecinos que sacan sus sillas al fresco cada día.
Seguro que los vecinos están un poco cansados de la expectación que causan los paraguas y de tanto turista paseando por allí. Por eso hay que intentar se discreto y entender que aquello no es un espectáculo y que en esas casas vive gente. Como pequeño consejo, en el tramo más cercano a Espíritu Santo hay muchos menos gente haciendo fotos, parece que todos se concentran en el otro punto de la estrecha calle.
5 – Cenar en un jardín
Las calles de Getsemaní son estrechas y los restaurantes no tienen espacio para sacar sus terrazas a la calle. Pero casi todos esconden un secreto: un jardín trasero. Los hay muy pequeños, pero también los hay muy amplios y llenos de plantas. Perfectos para disfrutar de una agradable velada con música de fondo y velas en las mesas. Como pocos locales del barrio admiten reserva, cenar (o comer) al aire libre es cuestión de suerte. O de esperar. Puedes llegar, ver el local, y si te apetece una cena en su jardín, decir que esperas fuera hasta que haya una mesa libre.
6 – Bailar zumba
Increíble pero cierto. Puedes bailar zumba en Getsemaní. Gratis y en la calle. Rodeado de cartageneros y turistas que se animan a mover el cuerpo sin importar quien les mire. Si te animas, apunta que estas clases de zumba tienen lugar cada domingo en la Plaza de la Trinidad de 8 a 9:30 de la tarde. Os aseguro que son muy divertidas. Ya sea para seguirlas o solo para verlas.
7 – Hacer fotos con casas de colores
Rosas, azules, verdes, blancas,… Todos los colores del arco iris y más están en las fachadas de las casas de Getsemaní. Además se mezclan colores y puedes encontrar una casa pintada de azul turquesa, con la puerta amarilla y la rejas de un intenso rosa. ¿Te parece raro? Pues ve hasta las calles de este barrio de Cartagena y descubrirás un mundo de color tan fascinante que te hechizará.
Yo me preguntaba como sería mi ciudad pintada de esos colores. Y sin duda me parecía que sería mucho más alegre y singular que las fachadas de ladrillo o tonos grises a las que estamos acostumbrados. Así que mientras decido si pintar el rellano de mi escalera de fucsia o amarillo, me conformo con ver las muchas fotos que hice a esas casas de alegres colores.
8 – Conocer la Plazoleta del Pozo
La segunda plaza en importancia de Getsemaní está en la calle del mismo nombre, en los límites del barrio. Es un lugar importante para Getsemaní. Principalmente porque aquí estaba el pozo que abastecía de agua a los vecinos. Hoy por suerte para ellos ya hay agua corriente en las casas, pero un pozo sigue siendo el protagonista de la plazoleta como recuerdo de otros tiempo.
Además del pozo, en esta plaza rodeada por restaurantes se pueden ver singulares y divertidas esculturas que ilustran la vida cartagenera. Un niño perseguido por un perro o un hombre y un can que orinan en un farola. Todas son obra de Edgardo Carmona, artista de la ciudad.
9 – Tripita y Media, la calle de las banderas de colores
Algunos dicen que Tripita y Media no está en Getsemaní. Otro sin embargo la reclaman para el barrio. Sea como fuera, está tan cerca de la Plaza de la Trinidad que merece la pena dar un paseo por ella. Es famosa por sus banderolas de colores, sus restaurantes económicos de comida colombiana y su ambiente nada turístico. No es una de las calles más bonitas de la ciudad, pero hay que pasear por ella para ver de cerca la vida cartagenera, esa que no tiene que ver con los viajeros aunque muchos queramos formar parte de ella.
10 – Vivir la noche
Si por la noche el centro del casco histórico de Cartagena puede verse enrarecido por la presencia de multitud de “pelaos” (apelativo que dar en Colombia a los chicos jóvenes) y prostitutas, Getsemaní sigue siendo un buen lugar por el que salir a tomar una copa o bailar. En las calles del barrio hay multitud de bares y coctelerías, restaurantes con balcones que invitan a disfrutar de la brisa nocturna, y cómo no, locales en los que bailar hasta bien entrada la noche.
Uno de ellos es Cafe Havana, un rincón de Cuba en Colombia. El lugar perfecto para bailar al ritmo de la música que suena en directo, tomar una copa o preguntarse si Hillary Clinton estaría sentada en la misma silla que tú cuando entró a este local. Todo mientras en el techo giran los ventiladores que refrescan el ambiente y la gente mueve sus caderas como solo los caribeños saben hacer. Nosotros finalmente decidimos no ir (bailamos entre regular y mal) pero me quedé con las ganas. Eso sí, recordad que se paga entrada y que allí nada es precisamente barato. Hay quienes opinan que son precios de turista. Como si todos los que viajamos fuéramos ricos…
15 comentarios
¡Qué lugar tan fotogénico! Menos lo de bailar zumba me encanta todo jajaja. No había leído nada sobre Getsemaní, del que me intriga el nombre biblíco…¿Cosas de los conquistadores españoles?
Genial que el barrio se haya reconvertido, no sabía tampoco que tuviese tanto arte callejero y la idea portuguesa de los paraguas hace cualquier lugar aún más bonito.
Muy bonita la Colombia que nos estás enseñando.
Un abrazo.
A mi este barrio con nombre bíblico me ha gustado mucho, tiene color que es un regalo para los sentidos, y en tan solo un puñado de manzanas regalan un montón de rincones con encanto.
Sudamérica de momento no está en mi lista de deseos… pero viendo las fotos anima a quizás algún día ir!
Yo no era muy de Sudámerica… y le estoy pillando el punto 🙂
Nunca habíamos oído hablar de Getsemaní pero nos ha encantado hacer este paseo virtual gracias a tu post… ¡cuánto color hay en el barrio! Las fachadas de las casas, los paraguas y banderillas de las calles… nos transmiten muy buen rollo. 😍
Lo único malo del post, es que ahora nos han dado ganas de probar esa limonada con coco. 😉
Saludos.
Bueno, lo que os hayan entrado ganas de probar es bueno, hay que estar abierto a nuevos horizontes jejejeje.
¡El colorido del barrio de Getsemani es alucinante! los murales, las casitas de colores , lo de los paraguas me ha encantado, sin duda un barrio muy Instagramer jeje. Apuntado queda que hay que visitar este barrio en Cartagena de Indias 😉
¡¡Saludos!!
Poco a poco este barrio se está colando entre los imprescindibles de Cartagena, solo espero que no se convierta en otro lugar lleno de turistas y vendedores que acaben con la gracia de esta parte de la ciudad.
No se cómo será el resto de Cartagena de Indias, pero el barrio de Getsemaní me ha resultado muy atractivo. Según lo que dices, parece un oasis que te permite alejarte de los caza turistas. ¡Esas casas de colores son una chulada! Conociéndote me imagino la de fotos que les habrás hecho.
Parece un barrio pensado para los instagramers, grafitis, casas de alegres colores, paraguas… ¡Esa casa de fachada azul turquesa me ha enamorado!
Un abrazo.
De momento los turistas suelen quedar atrapados en las calles del centro. Allí es donde están los grandes edificios de la ciudad. Espero que instagram no acabe con la magia de este barrio ni los vecinos aburridos de los que solo buscan la foto perfecta para subir a su perfil. Un abrazo.
Qué maravilla que pueda visitarse un lugar tan único y tan impresionante sin los riesgos y peligros que se corrían no hace tanto tiempo. Cartagena es uno de mis pendientes en Sudamerica y espero solucionarlo en mi próximo viaje porque le tengo muchas ganas a su historia y a su arquitectura. Me apunto todos tus consejos sobre este barrio de Getsemaní. Un abrazo
Este barrio ha debido sufrir un cambio tremendo a mejor. Ahora es el momento perfecto antes de se llene con tantos turistas como el centro, todos en busca de la foto perfecta para Instagram sin interesarse por la historia del barrio…
Coincido contigo. Getsemani fue lo que más me gustó de Cartagena, que tengo que decir, fue la ciudad que menos me gustó de Colombia. Es de estos lugares en los que puedes sentarte a ver la vida durante unos días. De hecho pasé Navidad ahí en 2017 y tengo un muy buen recuerdo 🙂
Ojalá no cambie mucho con la afluencia turistica y pierda su esencia!
Cierto Javi, ojalá mantenga este barrio esa esencia especial que destila aún. Sobre Cartagena, por desgracia coincido contigo. Me gustó mucho desde el punto de vista visual. Es bonita y eso no se lo puede negar nadie. Pero hubo muchas cosas en ella que me hicieron sentir incómoda y no disfrutarla como me hubiera gustado. Demasiado turista, mucho comercio, gente que cree que por estar de viaje ya nos sobra el dinero… Por no hablar de los precios desorbitados que se manejan allí. Aún con todo ello me alegra haberla conocido y haber disfrutado de sus calles vacías a primera hora de la mañana, de Getsemaní e incluso de San Diego, otro de esos barrios al límite de la zona turística al que no todos parecen querer llegar.
Así fue para mí, Getsemaní es un barrio encantador, mucho más tranquilo y económico que la ciudad amurallada. Este año pienso volver y me hospedaré en él porque amé pasear entre sus calles. Gracias por las fotos, muy buenas!