Al comenzar a organizar nuestro viaje por Laos encontré un montón de hoteles boutique, de esos que a mi me gustan, para dormir en Luang Prabang. Sin embargo, cuando llegó el momento de buscar alojamiento para dormir en Vang Vieng la cosa se complicó. Pasaba de los hostels que eligen los mochileros como base para disfrutar de esta zona de Laos a cabañas de madera que no me terminaban de convencerme.
Reconozco que lo pensé mucho antes de elegir el hotel para dormir en Vang Vieng. Fue el alojamiento más caro de nuestro viaje, y debo reconocer que no acerté.
Pero antes de hablaros de nuestro hotel en esta localidad, voy a poneros en situación para que os hagáis una idea de donde podéis dormir en Vang Vieng y cual es la mejor zona.
Para empezar, deciros que esta localidad turística de Laos es muy pequeña. La distancia de norte a sur es de poco más de 2 kilómetros, lo que hace que sea muy sencillo ir caminando a cualquier lugar del pueblo. Por lo tanto, cualquier ubicación podría ser buena para dormir en Vang Vieng.
Además, a pesar de que una carretera atraviesa el lugar, por la noche es muy tranquila, de modo que el ruido del tráfico tampoco debe ser un problema.
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Dormir en Vang Vieng
Entonces, ¿en que fijarnos para elegir un alojamiento u otro para dormir en Vang Vieng? Pues os voy a dejar algunas pistas para que os ayuden a buscar el lugar perfecto para alojaros en este pueblo laosiano.
- El Nam Somg River divide la población en dos. La mayoría de alojamientos, tiendas y restaurantes se encuentra en la parte oriental. Hay algunos hoteles en la parte occidental, pero la única forma de llegar a ellos es el Namsong Brigde. Un puente que hay que pagar para cruzar. No es caro, pero hay que contar con ello. En temporada seca, cuando el tiempo en Laos está dominado por el sol y los días claros, se instala un puente de bambú más al norte. Es gratuito.
- Es cierto que la zona occidental del río, con sus arrozales y casas de gente local, es mucho más tranquila. Si no queréis escuchar más que el ruido de las ranas cada noche, entonces buscad hotel en esa parte del pueblo. Te tocará caminar más o puede que alquilar una moto o bicicleta para toda tu estancia, pero seguro que duermes a pierna suelta.
- Si vais a visitar Vang Vieng en temporada seca recordad que habrá un puente de bambú cruzando el Nam Song. Estar cerca del mismo os facilitará hacer alguna ruta a pie por los arrozales e incluso llegar a algunos miradores y cuevas a pie sin tener que llegar hasta el puente de pago del que antes os hablaba. Además, cerca de ese puente de bambú hay infinidad de bares (a ambos lados del río), restaurantes, tiendas y agencias en las que contratar excursiones o quizá alquilar una moto.
- Algunas calles del centro de Vang Vieng están llenas de bares y restaurantes. Algunos son bares de copas que cierran tarde. Si os suele molestar el ruido, intentad alejaros de esos locales.
- Hay hoteles que incluyen el desayuno. Si no os interesa reservar con esa primera comida del día tened en cuenta que entre los muchos lugares para comer en Vang Vieng no faltan las cafeterías al más puro estilo europeo.
Si os tuviera que recomendar una zona concreta para alojaros, elegiría el centro del pueblo. Entre las calles Kang Moung al norte y Ban Viengkeo al sur. Estaréis cerca de todo y podréis caminar por toda la localidad sin terminar agotados.
Además, si os queréis dar el capricho, elegiría unos de los hoteles con vistas al río y las montañas. Son varios los que se encuentran a pocos metros del Nam Song, algunos de ellos con piscina y casi todos con unas vistas impresionantes.
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Amari Vang Vieng
La verdad es que como los hoteles en Camboya nos habían resultado más económicos de lo que yo pensaba, decidí tirar la casa por la ventana y reservar habitación en uno de los hoteles que más me gustaron de todos los que encontraba para dormir en Vang Vieng: el Amari Vang Vieng.
Me decidí por este establecimiento por su ubicación, cerca del río y restaurantes. Además sus habitaciones con vistas al río me parecieron impresionantes y me convencieron hasta el punto de gastarme 104 € por noche (una locura, lo sé). Piscina, desayuno incluido y una habitación que parecía perfecta. Todo eso esperaba encontrar al llegar a Vang Vieng.
Yo que buscaba un hotel con estilo y cierta calma a pesar de su gran tamaño, me sorprendió y no para bien nada más llegar a la recepción. Resulta que Vang Vieng se ha convertido en un destino muy demandado por los coreanos. Y parecía que aquella noche todos estuvieran en la recepción del hotel. Ruidosos, mal educados, sucios. Lo que no vi en Corea del Sur de esta gente, lo vi en Laos.
Supongo que eso nos hizo entrar con mal pie aunque tengo que reconocer que la labor del personal de recepción fue impecable aunque a más de uno se le notaba que los clientes coreanos casi le sacaban de sus casillas.
Ubicación
Una de las mejores cosas del Amara Vang Vieng es sin duda su ubicación. Su parte posterior da al río, y en las calles delante de su entrada no faltan comercios. Desde tiendas de recuerdos a bares, locales para comer en Vang Vieng o agencias en las que contratar las distintas excursiones. Además, el famoso puente de madera está a muy metros del hotel.
Habitaciones
El hotel cuenta con habitaciones de distintas categorías. Nosotros elegimos una con vistas al río. El precio unos 12 euros más cara por noche, pero os aseguro que fueron los mejor pagados en el hotel. La primera mañana, al abrir la cortina y ver lo que teníamos ante nuestro ojos nos quedamos totalmente impresionados.
En cuanto a la habitación en sí, no puede decir que destacara nada en ella. Una de esas habitaciones grandes pero insulsas en las que no hay ningún detalle en la decoración que la haga destacar. Eso sí, la cama era enorme y muy cómoda, al igual que las almohadas.
Los muebles sin embargo empiezan a pedir que alguien les preste atención. Imagino que cuando los clientes son del tipo de los que nos encontramos durante nuestra estancia el cuidado que ponen con lo que encuentran a su paso debe ser nulo.
El baño era muy amplio y como curiosidad, la gran ducha tenía una ventana a la habitación. Contaba con una persiana que podías cerrar, pero que si dejabas abierta te permitía disfrutar de las maravillosas vistas sin riesgo a que nadie de otra habitación te pudiera ver.
Desayuno
El desayuno del Amari Vang Vieng tampoco me convenció. Nosotros contratamos la estancia con esta comida, por 9 € por persona. Y la verdad dejaba mucho que desear. Ni tan siquiera el pan estaba bueno. Algo raro en Laos donde su pasado como colonia francesa se sigue notando en su pan y bollería.
El gran comedor del hotel, con un gran ventanal al río, resultaba ruidoso y un poco caótico. Demasiados clientes, poco personal. A mi me gusta mucho cuando estoy de vacaciones poder disfrutar con calma de esa primera comida del día, y aquí no pude hacerlo. Ni por lo que me rodeaba ni por lo que comía. Ninguno de los tres días que desayunamos en este hotel de Vang Vieng conseguimos una tortilla francesa en condiciones. Vamos, un desastre.
Piscina
La gran baza del Amari es su piscina. Con mucho sol durante todo el día, las vistas desde sus tumbonas son excepcionales. El lugar perfecto para ver la puesta de sol. Sin embargo, el resto del día es un solarium pues no hay forma de que las sombrillas cubran las tumbonas que rodean la piscina. Por suerte está muy limpia y afortunadamente son muy pocos los clientes del hotel que parecían querer disfrutar de ellas. Así que pudimos disfrutarla con cierta tranquilidad en un par de ratos.
Lo mejor del Amari Vang Vieng
- Su ubicación, me pareció inmejorable.
- La atención del personal.
- Las vistas desde las habitaciones que dan al río y la piscina.
- La cama, muy cómoda y la ropa de cama de un blanco impoluto.
- La posibilidad de contratar servicios como el vuelo en globo o los billetes de autobús a otros lugares sin ningún incremento en el precio.
No me gustó en el AmarI Vang Vieng
- El tipo de clientela, demasiado ruidosa y poco educada.
- El estado general de los muebles y otros objetos de las habitaciones. En una hotel de ese precio no puedes encontrar bandejas rotas o que las zapatillas de ducha sean recicladas.
- El desayuno, ni por la presentación ni por la calidad. Además del poco respeto de muchos clientes a la hora de servirse del buffet.
- Ya os dije que el precio de nuestra habitación superó los 100 € por noche. Por ese precio, en Laos, os aseguro que espera un establecimiento más cuidado y con una clientela más educada.