Dormir en Rumanía puede ser realmente barato. Durante mi búsqueda de alojamiento encontré habitaciones por 20 ó 30 euros. Pero ninguno de esos establecimientos me gustaba y como de momento puedo permitirme gastar algo más seguí buscando hoteles o pensiones con cierto encanto. Uno de ellos es el Vila Aritzo, un establecimiento de precio medio que me pareció perfecto para dormir en Sinaia.
Dormir en Vila Aritzo
La única pega que podemos poner a Vila Aritzo es no haber pasado más tiempo en él. Fue nuestro primer alojamiento durante nuestro viaje a Rumanía, y entre el retraso en la salida del vuelo desde Madrid, la espera para recoger el coche de alquiler y el trayecto desde Otopeni a Siania llegamos a nuestro destino casi a la una de la mañana. Tiempo justo para darnos una ducha rápida y meternos en la cama.
El hotel ocupa una preciosa casa construida en 1929. Ya son tres las generaciones que han pasado por ella. Ésta última la ha convertido en un coqueto y cuidado hotel boutique. Sus dos plantas se levantan sobre la ladera de las montañas de Sinaia. Desde el nivel de la calle una escalera lleva hasta la puerta principal de Vila Aritzo. Cuando llegamos encontramos las luces de la entrada encendidas, como si dentro hubiera alguien esperando nuestra llegada. No era así, pero teníamos instrucciones precisas de como localizar la llave y entrar en la casa.
Nuestra habitación para dormir en Sinaia, una suite, estaba en la planta baja. Allí nos esperaba una de las camas más cómodas en las que hemos dormido nunca. Y unas almohadas tan estupendas que hasta pregunté donde podía hacerme con unas iguales. Nuestra habitación tenía una pequeña entrada con un armario y la puerta del baño. Éste tenía un tamaño adecuado, con plato de ducha y grandes ventanas que daban al bosque que rodea esa parte de Sinaia.
El resto de la suite se dividía en dos partes. En la primera estaba la cama, todo allí parecía sacado del un catálogo de Ikea y resultaba sencillo pero acogedor. La segunda zona de la suite, separada por una puerta, era un sala de estar con un mobiliario más sobrio pero totalmente acorde al estilo de la casa. Sus ventanas por la mañana nos regalaron unas vistas preciosas del lugar.
Agradecimos a nuestra llegada que la calefacción estuviera encendida, no a mucha temperatura, pero si lo justo para caldear la habitación y que no sintiéramos frío al meternos en la cama. Era septiembre, pero en la calle hacía un frío que no anunciaba el cálido día que nos esperaba a la mañana siguiente durante nuestra visita al Castillo de Peles, uno de los lugares imprescindibles que ver en Rumanía.
Las dos plantas de la casa en las que se reparten las habitaciones tienen una zona de estar central. Allí había unos sofás, un servicio completo para prepararse tés o cafés a cualquier hora y una de esas estufas cubiertas de cerámica tan típicas de centro Europa.
Una planta más abajo descubrimos a la mañana siguiente que estaba la cocina y el comedor de los desayunos. Cuando el tiempo acompaña se puede disfrutar de la primera comida del día en la terraza exterior. Un rincón soleado con vistas a los picos de los Montes Bucegi.
El desayuno se sirve en la mesa. Y es perfecto para empezar el día. Zumo de manzana recién hecho, embutidos, queso, cereales, huevos al gusto, fruta, yogurt,… Tampoco falta el té y el café. Uno de los desayunos más completos y ricos que hemos tomado en nuestro viaje a Rumanía.
¿Os recomiendo este alojamiento para dormir en Sinaia? Sin ninguna duda, pero intentad pasar más tiempo en él del que estuvimos nosotros porque tanto el propio Vila Aritzo como su entorno invitan a quedarse.
Dormir en Sinaia: lo mejor de Vila Aritzo
- La comodidad de las camas.
- Limpieza.
- Ubicación tranquila, aunque es imprescindible un vehículo si quieres dormir en Sinaia en este hotel pues está alejado del centro de la ciudad.
- El desayuno, recién preparado, completo y sabroso.
- El precio: 65 € por la suite con desayuno incluido me parece un precio muy bueno.