Son muchas las razones por las que merece la pena quedarse a dormir en Guadalupe. Para mi, la principal, es poder disfrutar con calma de esta bonita localidad serrana rodeada de montañas en la que se respira aire puro y cerca de la cual se pueden dar agradables paseos por la montaña. En nuestro caso llegamos a Guadalupe una tarde que aprovechamos para disfrutar de esos deliciosos platos que comer en Extremadura, dimos un paseo y tras una noche de descanso, regresamos al día siguiente para conocer con detalle el impresionante Monasterio de Guadalupe.
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Dormir en Guadalupe: elegir alojamiento
Cuando comenzamos a buscar hotel para dormir en Guadalupe nos encontramos con múltiples opciones. La que al final elegimos fue tan inesperada como acertada. Más adelante os hablaré de ese alojamiento. Primero os voy a dejar una serie de recomendaciones para encontrar vuestro hotel, casa rural o apartamento en este pueblo al que llegan cada año un buen número de peregrinos. Y al final os hablaré del hotel en el que nosotros nos alojamos.
Hoteles para dormir en Guadalupe
Sí os gusta alojaros en edificios históricos, en Guadalupe podréis hacerlo. Dos de los mejores alojamientos de la localidad ocupan magníficas construcciones, ambas con bellos patios interiores y con la reputación de años al servicio de los visitantes.
El primero de ellos es el Parador de Guadalupe. Ocupa un edificio levantado en el siglo XVI para alojar el Colegio de Gramática e Infantes. Su patio, con fuente y naranjos, es un remanso de paz, al igual que los jardines y la piscina con vistas al Monasterio. Lo que hoy es el aparcamiento, en su día fue el Hospital de San Juan Bautista, uno de los muchos que había en la ciudad para atender a los peregrinos. No es un alojamiento económico, pero siempre se pueden encontrar precios especiales en determinadas fechas o días de la semana.
El segundo de los hoteles que os recomiendo para dormir y que están cerca de todo lo que ver en Guadalupe, es la Hospedería del Real Monasterio. Forma parte del recinto monacal, aunque tiene una entrada independiente. Cuenta con aparcamiento, y sus habitaciones, aunque sobrias, brindan las comodidades necesarias a los huéspedes. Su claustro, de estilo mudéjar y gótico, está abierto a los no residentes, al igual que su restaurante. Este último ocupa el antiguo refectorio y ha sido rediseñado por Rafael Moneo.
Hostales para dormir en Guadalupe
Una opción más económica que los hoteles son los hostales. Hay un puñado de ellos repartidos por las calles de Guadalupe, todos bien ubicados y muy cerca de la plaza a la que se abren el Monasterio y su iglesia.
A solamente 25 metros del centro está el Hostal Alba Turuta. Es un establecimiento sencillo en el que los clientes destacan la ubicación, la atención y la limpieza. Algunas de sus habitaciones tienen balcón y vistas a las montañas.
Otra opción para quien busque ubicación y buen precio es el Hostal Altamira Guadalupe. Sus habitaciones tienen aire acondicionado, y aunque sencilla, compensan con las vistas.
Casas rurales y apartamentos en Guadalupe
Si se viaja en grupo, en familia o sencillamente se quiere contar con más espacio para disfrutar de la estancia en Guadalupe, una gran opción es elegir alguna de las casa rurales que hay en la localidad o en los alrededores.
Casa Rural Llana 12, en el centro de Guadalupe, es una magnífica opción de alojamiento. Cuentan con apartamentos de 2 y 3 habitaciones en los que no falta una cocina totalmente equipada ni una agradable zona de estar. La decoración es sencilla, pero con encanto.
Tan solo a 300 metros del centro de Guadalupe están los Apartamentos Turísticos Mirayuste. Cada uno de ellos tienen capacidad para 2 ó 3 personas y en ninguno falta ni cocina, ni sala de estar. Algunos de ellos cuentan con una magnífica terraza con vistas a las montañas.
Dormir en Guadalupe: Hotel Rural Las Tejuelas
En principio, cuando buscamos alojamiento para dormir en Guadalupe, nuestra intención era quedarnos en el pueblo. Pero en nuestra búsqueda se cruzó el Hotel Rural Las Tejuelas, y ya no tuvimos dudas: queríamos dormir ahí. Es cierto que este hotel está lejos de todo. Aunque pertenece al término municipal de Valdecaballeros, el alojamiento está a 16 kilómetros de la localidad. Los mismos que lo separan de Guadalupe. Para muchos esto puede ser un inconveniente, aunque teniendo coche, esos 15 minutos de distancia merecen la pena por la calidad, el encanto y el servicio que ofrecen en Las Tejuelas.
Hotel Las Tejuelas
Este fantástico hotel se encuentra en un típico cortijo andaluz rodeado de una finca de más de 700 hectáreas. Allí viven corzos, jabalíes y venados. Y damos fe de ello, porque los vimos tan cerca que no nos lo podíamos creer. En la finca también hay varios arroyos y pantanos que son el marco perfecto para el precioso edificio construido en 1994 con varios patios y hasta una ermita. Sus actuales dueños lo convirtieron en hotel hace poco más de dos años, en 2018. Una zona de la casa sigue siendo privada, mientras que el resto se ha convertido en uno de los hoteles sin duda más bonitos de Extremadura.
Entre sus servicios cuentan con cafetería, restaurante, piscina, salón social y zona de tiro con arco (prestan el arco y las flechas en el hotel) y canastas de baloncesto. También se puede salir de excursión por la finca en busca de aves, animales o sencillamente para disfrutar de un agradable y tranquilo picnic.
Habitaciones
Nosotros nos alojamos en este hotel cuando hicimos la Ruta de los Descubridores de Extremadura. La casualidad quiso que en este hotel, cada habitación lleve el nombre de uno de esos descubridores y que la nuestra fuera la Francisco de Orellana, el primer europeo en surcó todo el Amazonas. Las hay de diferentes categorías, desde habitaciones dobles a familiares, sin olvidar el chozo, una construcción independiente para los que busquen más privacidad de la que ya de por si brinda el Hotel Las Tejuelas.
En nuestro caso, la noche que pasamos en este hotel nos alojamos en una habitación doble deluxe. Nos encantó su amplitud, la zona de estar, la comodidad de las camas y la cuidada decoración con detalles como las preciosas mantas Ezcaray sobre las camas o las cajas de cristal en el baño.
También en el baño había un buen número de amenities de la marca Rituals (confieso que lo que no usé se vino a casa conmigo, me encantan los productos de esa marca y no pude resistirme).
Desayuno
El desayuno está incluido en el precio y se sirve en el amplio restaurante del hotel, presidido por una gran chimenea. Me hubiera encantado estar allí en invierno y encontrarla encendida, pero en octubre, a pesar de que durante la noche bajaron mucho las temperaturas, el tiempo fue muy agradable y no hacía falta calefacción ni chimenea.
Encontramos la mesa preparada a nuestra llegada al salón, con zumo de naranja natural recién exprimido, tostadas, jamón, panes. Un desayuno completo que nos supo a gloria y nos dejó listos para un día de turismo por la siempre bella Extremadura.
Lo mejor de Las Tejuelas
A continuación os cuento que es para mi lo mejor de este hotel en que solamente pude pasar unas horas y en el que de buena gana me hubiera quedado varios días. Ojalá pueda regresar en algún momento para disfrutar de este lugar como se merece.
- El entorno y el propio edificio me parecieron fantásticos.
- La comodidad de las camas, con esos edredones que parecen no querer dejarte salir de la cama de lo bien que se está bajo ellos.
- Está muy bien decorado, se nota en cada detalle la mano de un profesional o de alguien con mucho gusto.
- La tranquilidad y ese cielo con más estrellas que en otros lugares. Buenos, haber hay las mismas, pero aquí se ven más y mejor.
- Todo está impoluto, la limpieza es excelente.
- La atención del personal, nos hicieron sentir como en casa.
Solamente pondría una pega a este hotel para dormir en Guadalupe. Y es que al estar alejado de las poblaciones cercanas no puedes ir dando un paseo, por ejemplo, para cenar. Pero sinceramente, creo que todo lo demás compensa. Y siempre puedes cenar en el restaurante del hotel y así evitar tener que coger el coche si te has tomado alguna copa de vino.