La capital de Austria es un ciudad con una gran oferta gastronómica. En sus calles se pueden encontrar sencillos puestos de salchichas, elegantes cafeterías y restaurantes que ofrecen comida típica austriaca o en los que llegan a la mesa platos tradicionales de lugares lejanos. Comer en Viena ofrece infinidad de posibilidades, solo hay que encontrar la que más se adapta al gusto y al bolsillo de cada viajero.
Índice del artículo
Qué comer en Viena
Los platos típicos de Viena no son muchos, pero si hay una pequeña lista que cualquiera que viaje a Viena debería probar.
- Bauernschmaus. Los españoles siempre decimos que nuestros embutidos son los mejores del mundo. Pero tenemos que admitir que otros países también elaboran buenos salamis y jamones. En Viena se pueden probar ricas tablas de embutidos y quesos, perfectas como entrante para compartir.
- Suppengemüse. Una sopa tradicional hecha con vegetales de la región. La receta depende de cada cocinero pero suelen llevar apio, rábano y zanahorias.
- Wiener Schnitzel. Es el plato más típico que comer en Viena. Raro será el restaurante en el que no aparezca en la carta en varias versiones. Se trata de un escalope de empanado y puede ser de cerdo, ternera o pollo.
- Ensalada de patatas. Se sirve fría, tiene un ligero sabor avinagrado y es perfecta para acompañar salchichas o el schnitzel.
- Tafelspitz mit Kren. Carne de ternera hervida con vino, especias y rábano picante.
- Würstel. La tradicional salchicha de Viena.
- Gulash. Un plato perfecto para comer los días fríos es este estofado de carne sazonado con pimentón.
- Queso Liptauer. Es un queso fresco untado sobre pan negro que suelen ofrecer en la tabernas (heurigen) que sirven su propio vino.
- Apfelstrudel. Pastel de manzana que se puede tomar frío o caliente. Lleva canela, azúcar glas y no es raro que se sirva con helado.
- Tarta Sacher. La tarta más famosa de Viena, una delicia de chocolate.
Dónde comer en Viena
Ya os decía que lugares para comer en Viena son muchos y de los más variado. Hay elegantes restaurantes, sencillos locales de ambiente relajado, puestos de comida en la calle, cafés históricos y un buen número de bäckerei (panaderías) o konditorei (pastelerías) en las que comprar panes o dulces como tentempie.
Aquí os dejo una selección de locales, esos que yo conocí y que puedo recomendar. Incluso alguno que recomiendo no visitar. Un poco de todo para ayudaros a hacer más sabroso visitar Viena.
Recordad que muchos restaurantes ofrecen un menú de mediodía a precios muy asequibles, lo que los convierte en una opción perfecta para comer en Viena.
Café Central
¿Sabías que los cafés de Viena forman parte de la lista del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad? Pues ahora que lo sabes apunta que debes visitar alguno de ellos, y que muchos son además una buena opción para comer en Viena.
El Café Central es uno de los cafés históricos de la capital austriaca. Abierto en 1876 fue frecuentado por Leon Trotsky o Sigmund Freud. Hoy sigue siendo uno de esos locales elegantes que recuerdan a la Viena de los Habsburgo con detalles como los retratos de Francisco José y Sissí que presiden el salón.
Este café vienés ofrece de lunes a viernes de 11:30 a 14:00 horas un menú de dos platos por 12,50 €. Un buen precio al que hay que sumar la bebida (a no ser que pidas agua del grifo). Lo malo es que las colas para disfrutar de una comida en el Café Central en ese horario suelen ser largas, pero si no tienes prisa, no pierdas la oportunidad de disfrutar del local y su comida.
Si no quieres comer allí, por lo menos date el capricho de sentarte a tomar alguno de sus deliciosos cafés. No pagarás menos de 5 € por uno, pero el placer de tomarlo en lugar como éste bien vale ese precio.
Cómo llegar al Café Central
El Café Central está en Corner Herrengasse / Strauchgasse. La forma más sencilla de llegar es en metro, siendo la parada más cercana a este café para comer en Viena la de Herrengasse.
Horario del Café Central
Lunes a sábado de 07:30 a 22:00 horas.
Domingos y festivos de 10:00 a 22:00 horas.
Se puede escuchar música en vivo todos los días desde las 5 de la tarde al cierre.
Gmoa Keller
Tras buscar recomendaciones de restaurantes para comer en Viena, me animé a reservar mesa en Gmoa Keller. Ligeramente alejado de las zonas más turísticas de la capital de Austria este restaurante tiene una carta que incluye todas las especialidades típicas de la comida vienesa. Cuenta con terraza en el exterior, perfecta para los días verano, y un agradable interior con varios salones que cada noche se iluminan con velas y en los que se disfruta de un ambiente relajado.
Nos pareció un buen lugar para disfrutar de una buena cena tras un día conociendo algunos de los lugares que visitar en Viena. El servicio es sumamente cordial y la clientela variopinta, pero en general gente de mediana edad que acuden en familia o en pequeños grupos dispuestos a pasar una agradable velada.Allí descubrimos que los vieneses no cenan pronto ni se retiran temprano. Habíamos reservado mesa a las 9 de la noche, y cuando dos horas más tarde dejábamos el restaurante tenía aún todas la mesas ocupadas.
Entre sus platos sin duda hay que probar alguna de sus variedades de schnitzel y acompañarlo por una buena y fresca cerveza. No es un restaurante barato pero creo que tiene unos precios medios con la calidad de la comida y el agradable servicio.
Cómo llegar a Gmoa Keller
Este restaurante se encuentra en Am Heumarkt 25. La mejor forma de llegar sin tener que estar cambiando de transporte es el metro. Podéis ir hasta la estación de Stadtpark, junto a uno de los parques más bonitos de Viena, y desde allí caminar los apenas 400 metros de distancia hasta el restaurante.
Horario de Gmoa Keller
Abre de lunes a sábado de 11:00 a 24:00 horas.
Figlmüller Bäckerstraße
Uno de los schnitzel más afamados de Viena es el de Figlmüller. El local más conocido (y más túristico) está en una estrecha y pintoresca calle peatonal. Si no se quieres esperar cola en la calle durante un tiempo indeterminado para comer, lo mejor es reservar con antelación. La otra opción es ir al segundo restaurante abierto en Viena con este mismo nombre y que está tan solo a unos metros del primero. Aunque también suele estar lleno, es más fácil encontrar mesa libre.
Se trata de Figlmüller Bäckerstraße. En este segundo local fuimos a comer en Viena uno de los días de nuestro viaje. Habíamos reservado también y no tardamos en tener nuestra mesa. Cuenta este restaurante con dos niveles, el primero a pie de calle y el segundo en la antigua bodega del edificio. La clientela en este lugar está formada sobre todo por turistas que quieren comer el famoso schnitzel.
Yo no diría que el mejor schnitzel de la ciudad es el de Figlmüller Bäckerstraße. Tardaron tanto en tomar nota de la comanda y luego en traer la comida que cuando los platos llegaron a la mesa solo teníamos ganas de comer cuando antes para salir a seguir viendo la ciudad. Pasar más de dos horas sentado para comer un filete empanado, por bueno que esté, me parece algo desproporcionado.
Uno de los puntos a favor de este lugar para comer en Viena es su situación, muy céntrica y perfecta para hacer una parada mientras se visitan los lugares que ver en el centro de Viena. Pero creo que se puede comer igual de bien en otros muchos locales de la ciudad más tranquilos y con una clientela vienesa, indicativo sin duda de que el restaurante merece la pena.
En cuanto a los precios del Figlmüller Bäckerstraße están en la línea de la mayoría de los restaurantes de esa categoría. Un plato principal, una ensalada de patata y una cerveza os costará unos 20 €. Recordad que los schnitzel tanto en este restaurante como en cualquier otro de Viena pueden ser perfectamente para compartir entre dos personas (basta mirar la foto anterior para ver el tamaño que tienen). También os podéis decantar por el menú del día con dos opciones, una de dos platos por 10 € y otra de tres platos por 11 €.
Cómo llegar a Figlmüller Bäckerstraße
Este restaurante para comer en Viena está muy céntrico. Si no estáis por la zona podéis llegar hasta allí en metro. El restaurante está entre las estaciones de Stephansplatz y Stubentor.
Horario de Figlmüller Bäckerstraße
Abierto todos los días 11:30 a 23:30 horas.
Schank zum Reichsapfel
A pesar de estar bastante retirado de los puntos más turísticos de Viena a nosotros nos mereció la pena cenar allí. El local está decorado como una típica taberna austriaca, con mesas y bancos de madera. Los clientes son vieneses que acuden en grupo a disfrutar de la deliciosas tablas de embutidos recién cortados mientras toman cervezas o algún vino de la zona. Las mesas son grandes y puede que tengas que compartir una con otros comensales.
El dueño y los camareros son sumamente amables, de esa gente con la que aunque no te entiendas sabes que harán lo posible porque salgas satisfecho del local. Nos hicieron sentir muy cómodos desde que entramos por la puerta y el local tiene ese ambiente que te hace sentir en casa.
Los precios de los platos me parecieron más que buenos teniendo en cuenta la calidad y la buena presentación de cada uno de ellos. Comenzamos compartiendo una deliciosa tabla de embutidos recién cortados, una especie de dumplings a la alemana que estaban buenísimo y un plato de carne que no os puedo decir que era (abajo está la foto). Y para terminar un Apfelstrudel delicioso. Todo acompañado por cervezas. Por todo pagamos 52 €.
Cómo llegar a Schank zum Reichsapfel
Ya os decía que Schank zum Reichsapfel está alejado del centro turístico y otros lugares frecuentados por viajeros. Si alguno se anima a ir hasta allí, las paradas de metro más cercanas son Taborstraße (400 metros) y Nestroyplatz (500 metros).
Horario de Schank zum Reichsapfel
Martes a sábado de 4 p.m. a medianoche.
Cerrado los lunes, domingos y festivos.
Demel
Una de las cafeterías más emblemáticas de Viena es Demel. Ubicada muy cerca del Palacio Hofburg fue fundada en 1786 y siempre ha sido una pastelería real frecuentada por damas y caballeros de la aristocracia. Desde hace más de 200 años solamente trabajan mujeres en ella. O eso creía yo, porque el día de nuestra visita vimos a un camarero atendiendo algunas mesas.
La cafetería Demel es un espectáculo visual. Desde su exterior rococó a sus escaparates cuidadosamente decorados, todo es digno de ver. Tanto como sus dos salones llenos de mesas de mármol, sillas y sofás tapizados.
El motivo de visitar Demel, al menos en nuestro caso, fue comer en Viena su tarta más famosa: la tarta Sacher. Una tarta que para mi no es la más rica (prefiero el Apfelstrudel) pero que está ligada a la capital austriaca. La historia de esta tarta da mucho que hablar en Viena. Esta tarta fue creada por Franz Sacher en 1832. Su hijo Eduard, comenzó a trabajar en Demel y allí se empezó a comercializar este dulce vienés. Años más tarde, Eduard abrió el Hotel Sacher, y por supuesto, allí se servía también la famosa tarta. Durante años ambos establecimientos pleitearon para que se les reconocieran los derechos de la tarta. Finalmente y tras años de litigios se dictaminó que Demel podría servir la tarta como Eduard Sacher Torte y el Hotel Sacher como Original Sacher Torte.
Tened en cuenta que una merienda en esta cafetería (y en otras muchas de Viena) os puede costar más que una comida. El café en Viena se paga a precio de oro, tanto que una taza de esa bebida cuesta más que una porción de tarta Sacher. Para que os hagáis una idea. Nosotros por dos cafés, un refresco y tres porciones de tarta ¡¡pagamos 34 €!!
Pertenezca a quien pertenezca la receta original lo cierto es que no te puedes ir de Viena sin comer un trozo de esta tarta en uno de los dos cafés. Yo lo hice en Demel y entre nosotros, hay otras tartas que me gustan mucho más. Aún así me alegra haber pasado ese rato sentada disfrutando de algo tan vienés como un café y un trozo de su tarta más famosa.
Cómo llegar a Demel
Esta histórica cafetería está en Kohlmarkt, una de las avenidas comerciales más elegantes de Viena. Si no estás por la zona y quieres llegar en metro, la estación más cercana es Herrengasse, a poco más de 200 metros de Demel.
Horario de Demel
Abre todos los días de 8:00 a 19:00 horas. Suele haber cola para poder sentarse en una de sus mesas, pero como se puede reservar, lo mejor es contactar con ello desde el correo electrónico que se puede consultar en la web de Demel.
Comer en Viena barato
Comer en muchos restaurantes de Viena no tiene que ser caro. A mediodía tienen menús de los antes os hable que sin duda salen a cuenta. Una comida por entre 10 y 15 € es una buena opción en una ciudad en la que comer todos los días en un restaurante puede salirse del presupuesto de muchos viajeros.
Aparte de esa opción de comer de menú, hay otras posibilidades para comer barato en Viena. Por ejemplo, las panaderías (bäckerei). Las hay por todas partes, y en ellas, además de poder comprar muchos tipos de pan, podrás hacerte con algún bocadillo de embutido o vegetal por unos 3 €. Lo mismo ocurre con los locales de pizza para llevar. Por poco dinero podrás comerte un buen trozo de pizza.
En el centro de Viena y en la zona del Prater es probable que veas puestos de comida. En algunos también venden pizza o bocadillos. Pero lo más típico y rico que comer en estos puestos de Viena son las salchichas.
Bitzinger Würstelstand Albertina
Y ya decididos a comer salchichas en alguno de esos puestos, lo mejor es ir a uno de los más emblemáticos de Viena: el Bitzinger Würstelstand Albertina. Ubicado entre el Albertina y la Ópera, este puesto de salchichas es una institución en la ciudad. Cada noche a la salida de la Ópera acuden a él los espectadores vestidos con sus mejores galas a comer salchichas y beber champán. Porque los vieneses son únicos hasta para cenar en un puesto callejero.
La carta de salchichas en este puesto del centro de Viena es muy amplia. Si no se tiene claro, lo mejor es acercarse, mirar las salchichas que se están cocinando y elegir la que entre por el ojo. Se puede pedir partida (la sirven en una bandejita de cartón) o en un perrito caliente. Ofrecen también vino, cerveza y cómo ya os dije, champan. Solo hay que acomodarse en el mostrador que rodea el puesto y disfrutar de unas de las mejores salchichas de Viena.
Los precios están al alcance de todos los bolsillos. Varían dependiendo del tipo de salchicha y de si es perrito caliente. Los precios oscilan entre los 2 y los 5 €. Una lata de cerveza no llega a los 4 €. Del champán no os puedo hablar, no nos dimos ese capricho la noche que cenamos allí mientras disfrutábamos de la vista del edificio de la Ópera iluminado.
Deciros también que hay otro puesto de salchichas Bitzinger Würstelstand en el Prater.
Cómo llegar a Bitzinger Würstelstand Albertina
Está muy cerca de la Ópera y frente a ella paran varios autobuses y tranvías. Cualquiera de ellos os valdrá para llegar a este puesto de salchichas. Si os decantáis por el metro, la parada más cercana es la de Karlsplatz.
Horario de Bitzinger Würstelstand Albertina
Abre todos los días de 8:00 a 4:00 horas. El puesto del Prater tiene un horario más restringido: de domingos a miércoles de 10:00 a 01:00; jueves, viernes y sábados de 10:00 a 4:00 horas.
Comer helados en Viena
A los vieneses les gustan los helados. No dudan en ponerlo a uno de sus postres estrella, el Apfelstrudel. Hay bastantes heladerías en la ciudad. En algunas se sirven los típicos helados italianos. Nos recomendaron especialmente la Gelateria La Romana, cercana al Leopold Museum, uno de los más atractivos museos de Viena. Por una cuestión de tiempo no pudimos probarlos, pero por favor, si alguien pasa por allí y se da el capricho ¡¡que me cuente si son tan buenos esos helados como nos dijeron!!
También hay otros helados que los entendidos dicen que no son tan buenos como los italianos. Son helados vieneses y se pueden probar en Eis Greissler. Nosotros éstos si los comimos y os aseguro que estaban buenos, aunque puede que les faltara un poco de esa cremosidad que da fama a los helados italianos (o a los españoles, que también están muy ricos). Cuentan con varias heladerías en las calles de la ciudad. Podéis consultar las direcciones en la web de Eis Greissler. Pero lo mejor de todo es que tienen pequeños puestos ambulantes en puntos turísticos de la ciudad, como por ejemplo el Palacio Schönbrunn. Es en esos puestos donde podéis probar el sabor Sissi.
Dónde no comer en Viena
Y ahora os hablo de un local que os recomiendo evitar. Nosotros fuimos porque no estaba lejos de nuestro hotel, y habiendo leído en algún lugar que era una buena opción para comer en Viena pensamos que estaría bien cenar allí un día.
Gasthaus Kopp
Fue un verdadero error. Desde nuestro hotel llamaron para reservar mesa, y cuando llegamos nadie sabía nada al respecto. Y eso que solo había pasado media hora. No mostraron ningún interés en atendernos, pero en vista de que queríamos cenar allí al final nos llevaron a una mesa al fondo del restaurante. Un restaurante que tiene una zona de fumadores nada más entrar, por lo que todo el que acceder al local debe atravesarla.
El camarero fue antipático en todo momento (por no decir que fue un borde que más vale que se dedicara a trabajar en algo que no fuera cara al público). Cuando trajo la carta vimos que estaba en alemán y nos dijo que no tenían en inglés. Que él nos ayudaba si teníamos dudas. Y claro que las teníamos. No entendíamos nada y sus explicaciones no sirvieron de ayuda. Así que terminamos comiendo schnitzel, gulash y el plato de salchichas más triste que podáis imaginar en una mesa con un mantel sucio y sentados en un banco de madera con cojines igualmente sucios.
Por si fuera poco, al retirar la comida de la mesa el agradable camarero tiró toda la salsa del gulash en el banco en el que estábamos sentados salpicando nuestra ropa. Por supuesto no pidió perdón, pero nos dijo muy claro que “la propina no estaba incluida en la cuenta”. Alguien que trata así a un cliente ¿ de verdad espera que le dejes algo de propina?
La comida fue normal, ni fu ni fa. De esas que te dejan indiferente.
Dónde está Gasthaus Kopp
Por si acaso alguno quiere ir a descubrir este sitio que nos gustó tan poco y ver si consiguen sacar algo mejor que nosotros, deciros que está en Engerthstrasse 104. La parada de metro más cercana es Dresdner Straße.
Horario de Gasthaus Kopp
Este restaurante abre de miércoles a lunes de 6:00 a 24:00 horas.
6 comentarios
Hola:
siempre andando por acá porque también se viaja leyéndote.
¡Qué ciudad encantadora es Viena! Realmente atrapante.
Como soy viajera de mochila y hostels -aunque señora mayor-, las dos veces que estuve en Viena comí (la primera con mis hijos adolescentes) en los mensas universitarios. Si bien tengo credencial de profe, nunca me la pidieron para entrar (como sí lo hacían en París). Sé que hay dos cerca del Ring, en zona bien céntrica (lamento no tener la info a mano pero hay que buscarlos, hay que googlearlos y aparecen). Menúes muy accesibles en precio y en buena cantidad. Los recomiendo.
Hasta otro viaje!
¡Hola tocaya! Gracias por tu recomendación, seguro que a algún viajero que pase por aquí le puede venir bien 🙂
Que pena no haber visto este post un poco antes, en los dos últimos meses la mitad de los Wonderland ha estado una semana entera dos veces en Viena por motivos laborales, hubiera estado genial haber leído este post antes
Lo tenderemos en cuenta para próximas visitas
¡¡Para otra ocasión!!
No ha sido buena idea leer este post justo a la hora de comer… ¡Qué hambre nos ha entrado!
Hace un par de años pasamos la Nochevieja en Viena y, aunque casi todas las comidas las hicimos en puestos callejeros (la mayoría de los restaurantes requerían reserva previa en esas fechas) lo cierto es que probamos todos los platos que mencionas a excepción de Suppengemüse y el Gulash, porque no nos llamaban mucho la atención.
Eso sí, la joya de la corona era la tarta Sacher. ¡Qué delicia! 😋
Saludos.
No es buena idea leer estas cosas cerca de la hora de comer o de cenar… aunque para esto último aún queda un rato solo recordar lo bien que comí en Viena se me hace la boca agua 🙂