Las tres noches que estuvimos en Cartagena de Indias, ciudad de visita obligada en un viaje a Colombia, fuimos a cenar a Getsemaní. A pesar de estar alojados en el centro histórico de la ciudad preferimos dejar atrás los concurridos cafés y restaurantes del barrio, cruzar el Muelle de los Pegasos y caminar los pocos metros que nos separaban del barrio para mi, a pesar de su sencillez, más atractivo de Cartagena. Es sin duda Getsemani un barrio perfecto para beber y comer en Cartagena, lejos de los locales pensados solo para los turistas que recorren el centro de la ciudad.
La oferta gastronómica en Getsemaní es amplia y hay un buen número de restaurantes en sus calles, casi todos concentrados en los alrededores de la Plaza de la Trinidad y en las Calles Espíritu Santo, La Sierpe, del Pozo y Tripita y Media. Un paseo por ellas permite ir viendo la carta y el ambiente en cada uno de ellos. Puedes encontrar desde locales para comer en Getsemaní a base de típicos platos colombianos a otros de atractiva cocina creativa y por supuesto muchos donde sirven comida con sabor internacional.
No encontramos en Getsemaní ningún local con mesas al aire libre en plazas o calles. No hay espacio en este barrio para ello. Pero la sorpresa viene cuando entras en muchos de ellos y te ofrecen cenar “dentro o en el jardín”. Incluso algunos tienen balcones con mesa para dos perfectos para comer en Getsemaní mientras no te pierdes nada de los que pasa en la calle.
Hay mucho que hacer en Getsemaní, este barrio es una escapada perfecta a las hordas de turistas y vendedores que ocupan las calles del centro de Cartagena. No es raro que muchos de los que descubren el barrio durante el día regresen por la noche a cenar o tomar una copa. Generalmente vimos que no se aceptan reservas, pero si te gusta un local y está lleno te pedirán amablemente que dejes tu nombre y esperes fuera. O que regreses en el tiempo que ellos creen estará lista tu mesa.
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Beber y comer en Cartagena de Indias
A mi me faltaron días para probar la cocina o tomar una cerveza en todos los locales del barrio que me parecían atractivos. De entre todos ellos os dejo aquí mis comentarios y recomendaciones de aquellos en los que cené, paré a tomar una cerveza o sencillamente me parecieron atractivos por algo especial.
Demente
En un esquina de la Plaza de la Trinidad, Demente puede ser un buen lugar para cenar en Getsemaní. Pero no para comer, porque no abren hasta la tarde. Su exterior destartalado esconde un agradable local con sofás, mecedoras y originales cuadros que cuelgan de sus paredes. El aire entra por sus ventanas abiertas a la calle, pero quien prefiera no tener un techo sobre su cabeza siempre puede pedir una mesa en el jardín interior.
El personal es sumamente amable y ayudan a decantarse por uno u otro plato dependiendo del gusto del comensal. A la mesa llegan platos tan sabrosos como justos en cantidad. Lo primero compensa a lo segundo. Pero para salir con satisfecho hay que pedir al menos tres platos por persona, lo que hace que la cuenta alcance un precio elevado para estar en Colombia. Aunque siempre hay que recordar que Cartagena de Indias es en todo más cara que el resto del país.
Nosotros empezamos pidiendo unos langostinos, el bun de costillitas y una pizza. Como os digo, todo rico, pero escaso. No quedó más remedio que pedir dos hamburguesitas que estaban deliciosas pero que eran diminutas. Y lo malo no era el tamaño. Es que nos lo cobraron a precio de hamburguesa tamaño grande. Eso más dos cervezas y una limonada hizo que la cuenta subiera a 150.000 pesos (45 euros). Un precio que no creo que ni en España pagara por algo similar. Es cierto que la cocina y sus productos son de calidad. Pero solo es recomendable para quienes viajen con un presupuesto más holgado.
Bolero
Este restaurante sobre el mítico Havana Club de Cartagena es un buen lugar para cenar, beber o comer en Cartagena. Subir la escalera que lleva hasta él nos trasladó de golpe a La Habana. Antiguos suelos hidráulicos, carteles de viejas películas y música son el fondo para aquellos que quieran disfrutar de una comida con sabor a Caribe o internacional.
Nosotros entramos al local para aprovechar uno de sus balcones y tomar una cerveza mientras caía el sol. Nos sorprendió el gran espacio del local y la facilidad con la que nos hicieron sentir en Cuba. También nos llamó la atención la suciedad en las barandas de los balcones (malditas palomas). Pero pasamos un rato agradable con nuestras cervezas, unas de las más baratas que tomamos en Cartagena: 6.000 pesos.
Di Silvio
Ya en nuestro primer paseo por este barrio cartagenero Di Silvio nos pareció un buen lugar para comer en Cartagena. Dividido en dos locales, este restaurante sirve fantástica comida italiana. Originalmente ocupaba una casa colonial en la Calle La Sierpe. Pero la calidad de su cocina hizo que el lugar se quedara pequeño para la cantidad de clientes que llegaban a él. Así que unos años más tarde abrieron otro comedor al lado, solo hay que cruzar la Calle de San Juan para llegar él.
Este nuevo comedor ocupa el lugar en el que hace 40 años estuvo el sindicato de las antiguas Jabonerías Lemaitre. Se han conservado los muros marcados por el tiempo, se ha actualizado el espacio con una sencilla decoración y dejando un pequeño jardín al fondo para quienes gusten comer al aire libre.
La única pega que le pondría a este restaurante y a casi todos en los que estuvimos es la cercanía entre las mesas. Casi te daban ganas de pinchar algo en el plato del comensal sentado a tu lado. En cuanto a que comimos en Di Silvio, deciros que primero pedimos unas gambas al ajillo y luego pizza y pasta. Todo rico y bien presentado. ¿El precio? Más razonable que en la cena del día anterior. La comida, con dos limonadas y una cerveza nos costó 95.000 pesos (28 euros). La cocina sin duda es más sencilla en este restaurante, pero ni por ambiente ni por atención les pondría tampoco ningún pero.
Palenqueras
Este local abierto hace poco ocupa una colorida casa colonial en la esquina de la Plaza de la Trinidad. Abierto todo el día, es un buen lugar para beber, comer o cenar en Getsemaní. Su interior se divide en varios espacios llenos de esos colores tan caribeños. Plantas naturales, camareras con trajes tradicionales y una amplia carta hacer de este lugar un destino muy demandado por los turistas.
Nosotros lo elegimos para hacer un alto en el camino durante nuestro paseo por el barrio. Subimos y nos sentamos en uno de los balcones que dan a la plaza. Allí tomamos una deliciosas limonadas de coco (10.000 pesos) mientras contemplábamos la vida en la plaza.
Chachara
Otro de esos restaurantes en la Calle La Sierpe que con su original decoración, gran espacio y música (a veces en directo) invitan a entrar a los clientes. El restaurante Chachara es un lugar perfecto para comer en Cartagena. Me encantó su amplitud, la decoración y ese amplio jardín lleno de plantas e iluminado con velas. La atención por parte del personal es perfecta. Si bien es cierto que los colombianos en general son gente amable, en este eran especialmente cordiales sin perder la corrección.
Su carta es muy amplia, con típicos platos americanos y otros de cocina internacional. Entre sus especialidades, las carnes a la parrilla y los asados. Nosotros elegimos unos aros de cebolla que estaban super ricos y dos hamburguesas. Eso con dos cervezas y una michelada hizo que la cuenta subiera a 88.500 pesos (26 euros). Un precio bastante razonable.
Estos son los locales que os puedo recomendar para beber o comer en Cartagena, una de la ciudades más bellas que ver en Colombia. Hay muchos más tanto en el casco histórico de la ciudad, y al igual que éstos de los que os hablo, tendrán sus pros y sus contras. Al menos si vais a estos, ¡ya sabéis los que os espera y a cuanto puede subir la cuenta!
2 comentarios
Buenas tardes Cristina,
Acabo de conocer tu blog y me parece genial. Soy de Cartagena y es interesante poder entender más la naturaleza del turista. En tu proxima visita a nuestra ciudad, pongo a tu disposición nuestro Cowork, ubicado en Getsemani.
Saludos.
Hola Yelineis
Muchas gracias por tu comentario, volví de Cartagena encantada con nuestros paseos por Getsemaní, sus murales, su ambiente y la variedad/calidad de los restaurantes del barrio. Si regreso a tu ciudad, te lo haré saber para conocer vuestro Cowork.
Un cordial saludo