Conocí a María cuando me marchaba de viaje a Perú. Gracias a su blog Callejeando por el mundo y a su ayuda personal aclaré algunas dudas que se me planteaban. Desde entonces hemos seguido en contacto y puedo decir que lo que más me gusta de esta viajera es una pasión por los viajes que me recuerda mucho a mi misma. Ahora os la presento en esta entrevista en la que nos cuenta su forma de viajar, nos habla de sus lugares preferidos y de Asturias, su tierra.
Si os sabe a poco os invito a pasar por su práctico blog, Callejeando por el mundo. Y si alguien está pensando en viajar pero no se anima a hacerlo por libre, una buena idea es hablar con ella pues en su pasión viajera ha montado una agencia de viajes on line (Viajes Callejeando por el mundo) de la que por experiencia propia os puedo decir que conseguiréis una atención sin igual y unos precios competitivos
* Cuando viajas, ¿qué es lo que más te motiva a cambiar de aires? Arte, cultura, playa…
La verdad es que para cambiar de aires cualquier cosa me motiva, me gusta todo tipo de viajes pero es verdad que los que más disfruto son aquellos que me ofrecen paisajes espectaculares. El viaje que recuerdo con mayor cariño y que sin duda es mi viaje ideal es el que vivimos recorriendo en coche la Costa Oeste de EEUU, cambiando radicalmente de paisajes cada poco, viviendo aventuras distintas cada día… son, además, los viajes que más me gusta escribir en el blog.
* Eres la creadora del blog “Callejeando por el mundo”. ¿Hasta dónde crees que un blog es realmente de ayuda a otros viajeros? ¿No consideras más prácticos y directos los foros donde se trata sobre un tema o destino concreto?
Inicialmente, cuando empecé en esto de escribir un blog, no creía que los blogs fueran útiles. Es más, buscando información por internet siempre que me encontraba con un blog, leía la información que me ofrecía pero me parecía un medio difícil de leer y entender. Quizá nunca había dado con uno bueno, es cierto, así que cuando empecé a escribir Callejeando por el Mundo, jamás había seguido un blog, ni había leído uno (ni siquiera un diario completo en ningún blog). Cuando empecé solo quería un blog para mí, donde escribir mis impresiones sobre los lugares, donde dejar plasmado mi diario y donde Rubén pudiese acudir cada vez que quisiera revivir un viaje. Hoy en día mi opinión es totalmente contraria, considero que los blogs de viajes son fundamentales a la hora de preparar un viaje y yo, personalmente, no se que haría sin ellos. Hay blogs malos, hay blogs bueno, hay blogs excelentes y de todos ellos puedes sacar información útil. Hoy en día hay muchos blogs buenísimos y creo que ofrecen una información mucho más ordenada de la que puedes encontrar en foros de viajes, donde para encontrar información útil tienes que pasar horas leyendo. Hoy en día, los considero esenciales.
* Si alguien te dijera “voy a Asturias de vacaciones”, ¿que le recomendarías hacer?
Pues aparte de ver las tres ciudades principales, Gijón, Oviedo y Avilés, creo que lo mejor que se puede hacer en Asturias es “caminarla”, vivirla, respirarla, sentirla… Asturias es para disfrutar de sus espectaculares paisajes, de sus playas, sus montañas, sus rutas, sus cañones, sus bosques, … Asturias es un paraíso para sentirlo desde el suelo, caminando, perdiéndote por sus pueblos y disfrutando de sus gentes.
* El destino que más te ha impactado para bien o para mal de todos los que conoces.
Creo que siempre digo lo mismo cuando me hacen esta pregunta, pero si hay un destino que destaco por encima de los demás, sin duda es EEUU. Este era un destino que jamás me había llamado la atención. Creo que lo tenía al final de la lista de destinos pendientes o de sueños viajeros, sin embargo, tras un viaje de mi hermano a Nueva York, me obsesioné con esta ciudad, y tuve que ir, y repetí, y después llegó la Costa Oeste y ese Road Trip que hizo que me enamorara del país, al que estoy deseando volver. Desde mi primer viaje a la Gran Manzana, mi opinión sobre el país y sobre su gente cambió radicalmente y… si a eso unimos los espectaculares paisajes que tiene y lo bien que lo pasamos siempre, hace que lo destaque por encima de los demás.
* ¿Qué echas de menos de casa cuando estas de viaje?
Nada, no me da tiempo a echar de menos nada. Me encantaría estar el tiempo suficiente fuera como para poder decir que echo algo de menos, pero en los, como mucho, 21 días de viaje que estamos fuera no me da tiempo a añorar nada.
* A la hora de hacer un viaje de un modo u otro el presupuesto en sin duda un condicionante. ¿Crees que compensa gastar menos en transporte a pesar de que pueda suponer no llegar a todos los lugares que te gustaría ver?
No. Creo que para todos aquellos que viajamos en vacaciones, para todos aquellos que tenemos un tiempo limitado en los viajes, hay que tener en cuenta que a veces, el dinero es menos importante que el tiempo (dentro de unos límites claro), pero lo verdaderamente importante cuando viajamos, desde mi punto de vista y con mi forma de viajar, lo que más valoro, es el tiempo.
* Si de repente tuvieras unos días de vacaciones para ti sola, nadie puede viajar contigo ¿te marcharías de igual modo a recorrer mundo? Y si lo hicieras, ¿dónde irías?
No soy una persona que me guste estar sola, pero si tuviera que hacerlo, si no hubiera nadie dispuesto a viajar, si tuviera que hacerlo, no lo dudaría, lo haría. ¿A dónde iría? Pues no sabría decirte, pero creo que a cualquier lugar que en ese momento se me metiera entre ceja y ceja. El destino da igual, lo importante es viajar.
* Estar lejos de casa no siempre es sencillo. ¿Alguna vez se te ha pasado por la cabeza la idea de “¿pero qué narices hago yo aquí?”?
Sí. Sí que me ha pasado esto y creía que nunca me podría pasar. Recientemente, en nuestro viaje a Tailandia, estando sentada en una preciosa playa del sur de Tailandia, rodeada de chinos y turismo asiático, que hacían que la playa desluciera y no dejara ver todo lo que podía ofrecer, con una mancha naranja (de los chalecos salvavidas) que cubrían toda la playa, hizo que me plantease el “¿Qué hago yo aquí?”. Aquel día pensé que nos habíamos equivocado totalmente de destino, de playa, de zona. Y es que esto, no me había pasado nunca.
* Comer puede ser un aliciente en lo viajes o un suplicio. ¿Eres de las que prueban todo tipo de comida para al menos saber si te gusta o no?
La comida no es una cosa que lleve bien. Hasta hace poco no comía mucho pero sí es cierto que el viajar me ha abierto también la mentalidad a la hora de comer. Antes no hubiese comido un cuy en Perú ni loca, o no habría probado la mayoría de la comida tailandesa que me comí, pero hoy en día eso, también ha cambiado. Viajar abre la mente en todos los sentidos y para mi, este, es fundamental.
*Ese momento viajero que no quisieras volver a vivir
No quisiera volver a revivir aquel último día en Perú, camino del aeropuerto, en el que nos quedamos tirados a dos kilómetros del aeropuerto y tuvimos que ir andando. No me gustaría volver a repetir aquellos dos kilómetros interminables en el que creí que iban a secuestrar y donde se me pasó toda la vida por delante. No me gustaría volver a aquel momento aunque al final lo recuerdo con muchas risas.
* Y ese otro que quisieras vivir mil veces.
Quisiera ir mil veces a EEUU. Creo que sigo con la espina clavada, creo que me volví adicta a ese país. Estoy deseando volver, volver a revivir los días de conducción por las carreteras interminables, volver a pisar sus pueblos de película, volver a poner mis ojos en esos paisajes tan espectaculares que te dejan la boca abierta ¡Quiero volver!
* Para terminar, dinos alguno de tus rincones especiales en el mundo.
Mis rincones especiales son:
– el mirador del Rockefeller Center en Nueva York, con toda la ciudad iluminándose a tus pies al atardecer. Un sitio que te paraliza, y donde sientes que tienes todo el mundo a tu alcance.
– Machu Picchu. Es uno de esos lugares que parece que es increíble que puedan existir, con una magia difícil de explicar.
– Chiang Mai, en Tailandia. Un lugar al que volvería y donde no me importaría vivir. Sus gentes, sus calles, su ambiente… creo que me enamoré totalmente de este pueblo, así como de Kanchanaburi, donde me encantaría volver y volver a pasear por sus calles.
– Samaná, en República Dominicana. De aquí me volví con unas ganas enormes de regresar. Quise incluso dejarlo todo e irme a vivir allí. Fue la primera vez que sentí el impulso viajero de dejarlo todo e irme. Sus playas interminables (que aunque no son de arena blanca como en el resto del país, son … espectaculares), su amable gente, la exuberante vegetación virgen… un paraíso.