Hace un año que estuvimos disfrutando de las dunas de Maspalomas. Del clima de Gran Canaria y del mar que baña sus costas. Pasamos una semana de total y absoluto relax. La única preocupación que teníamos cada día era donde íbamos a cenar. Antes de nuestra escapada a la isla, yo busqué varios restaurantes. De entre todos los que encontré hubo uno que me llamó especialmente la atención. El restaurante Samsara, un lugar que sin conocer me pareció especial. Y una vez visitado, me pareció original y recomendable.
Lo primero que os tengo que decir es que reservar en el restaurante Samsara no es tarea fácil. Yo me puse en contacto con ellos tres semanas antes de nuestro viaje. Quería cenar allí una de las últimas noches de nuestra estancia. Un viernes o un sábado. Pero me dijeron que era imposible. Los fines de semana los tenían completos para todo el verano. Y yo les escribí en mayo. Me ofrecieron mesa el miércoles. Y como lo que yo quería era cenar allí, acepté.
El restaurante estaba muy cerca de nuestro hotel, el Ifa Faro Hotel Maspalomas. Un breve paseo nos llevó hasta la puerta del restaurante. Nos llamó la atención que estaba alejado de todo. Lejos de las zonas más concurridas y llenas de restaurantes. Además, desde la calle, si no sabes que el restaurante Samsara está allí, ni lo imaginas. Para acceder a él hay que subir por unas escaleras sobre varias tiendas de esas típicas de playa, llenas de cubos y flotadores. Cuando nosotros llegamos, ya era tarde y las tiendas estaban cerradas. Una vez arriba me quedé con la boca abierta.
Lo primero que encontramos fue un fantástico espacio al aire libre. Uno de esos lounge tan de moda. El del restaurante Samsara, además de brindar un lugar al aire libre donde disfrutar de una copa y de la brisa del mar, es como un museo de arte asiático. Mesas balinesas, camas indias, esculturas de Buda acá y allá… Y todo iluminado por la luz de un montón de velas y envuelvo por un suave aroma a flores e incienso. Yo me hubiera quedado allí, pero las mesas no son demasiado cómodas para cenar. De modo que entramos en el salón para sentarnos en la mesa que habíamos reservado.
Y allí nos encontramos con un despliegue de arte asiático difícil de imaginar. Muebles, esculturas, cuadros, sombrillas,… Todo parecía recién llegado del Lejano Oriente. Una vez sentados a la mesa yo no sabía hacia donde mirar. Fijara la vista donde la fijara había algo que me gustaba. Empecé a darme cuenta que había tantas figuras que unas tapaban incluso a otras. Un derroche de madera y pan de oro por todas partes.
Superada la sorpresa empezamos a hacer caso a la carta que habían dejado en la mesa. Todo me resulta apetitoso y sugerente. Lo que leía dejaba claro que en calda plato se ha buscado mezclar la cocina occidental con aromas y texturas orientales, algo que a mi me gusta especialmente. Cómo no éramos capaces de decidir un camarero vestido de riguroso negro se ofreció a ayudarnos. Nos preguntó por nuestras preferencias y nos asesoró. También nos dijo que los platos eran muy grandes, y con pedir un primero y un segundo sería suficiente. Le hicimos caso y nos decantamos por la croquetas de varios sabores de primero y el lenguado relleno de espinacas y langostinos.
El aspecto de ambos platos era realmente bueno. Eso sí, unos platos enormes con un contenido no tan generoso como esperábamos. Nosotros somos de buen comer y hubiera estado mejor un primero para compartir y cada uno su segundo. Para la próxima ya lo sabemos… Aún así, nos dijimos que aún quedaba el postre. Algo que en el restaurante Samsara viene con sorpresa.
Cuando contacte con el restaurante, me dijeron que si iba a querer poner un mensaje en el postre. Yo les dije que sí, y les mandé el texto que quería que viniera en el plato. Nosotros ese día solamente pedimos un coulant. Y este, que estaba delicioso y era de buen tamaño, llegó a la mesa en el plato más grande que he visto nunca. Rodeado por lo que yo había pedido que escribieran. Un mensaje para Arturo hecho con chocolate. Algo muy original y que da la oportunidad de enviar un mensaje a la persona con la que se comparte mesa. Ya sea un agradecimiento, un te quiero o incluso “estoy embarazada”. Ellos escriben lo que se les pide.
Para nosotros fue un lujo poder cenar allí, en aquel entorno tan especial. Todo lo que comimos estaba realmente bueno, pero me quedé con un poco de hambre.
En cuanto al precio no es un lugar barato, aunque tampoco prohibitivo. El precio medio para una cena de dos personas sin vino ronda entre los 55 y 60 euros.
Reservar en el Restaurante Samsara
Las reservas se pueden hacer por mail: [email protected]
Si se hacen con menos de 48 horas hay que llamar por teléfono : 928 14 27 36
Dirección del Restaurante Samsara: Avenida del Oasis, 30 – 2º – Maspalomas