Son muchos los que dicen que Bruselas es una ciudad con poco que ofrecer. Qué las cercanas Brujas o Gante son mucho más bellas o interesantes. Y en esto último es muy probable que lleven razón. Más no por ello hay que menospreciar a la capital belga. Yo he tenido la suerte de visitarla en cuatro ocasiones, y en cada viaje he descubierto lugares nuevos. Plazas, parques, barrios,… Y es que hay mucho que ver en Bruselas más allá de la Grand Place. Os invito a leer el post para descubrirlo. Y luego se lo contáis a los que os decían que esta ciudad se ve en un día.
Índice del artículo
Qué hacer y ver en Bruselas
Vamos a empezar por el epicentro turístico de la ciudad, su Grand Place. Desde ese lugar vamos a ir recorriendo la ciudad para descubrir todo lo que se puede hacer y los lugares que hay que ver en Bruselas.
Déjate deslumbrar por la Grand Place
Es el lugar más emblemático de la ciudad. Y sin duda el más bello que ver en Bruselas. La plaza está rodeada por antiguas casas gremiales decoradas con objetos dorados y esculturas alegóricas. Los edificios más imponentes de la Grand Place son el Ayuntamiento y frente a él, la Maison du Roi. En primavera la plaza se cubre con flores que forman un magnífica alfombra. En septiembre el Belgian Beer Weekend se sitúa sobre sus adoquines. Y en diciembre el protagonista del lugar es el gran árbol de Navidad que se coloca en el centro de la plaza. En cualquier momento del año, la Grand Place es uno de los imprescindibles de Bruselas.
Cuenta las esculturas de la fachada del Hotel de Ville (Ayuntamiento)
Ya que estás en la Grand Place, no puede pasar por alto este edificio. Es la joya arquitectónica más importante y antigua de la plaza. De estilo gótico, se construyó en el siglo XV. En su fachada destaca la torre de 96 metros de altura. En lo más alto hay una estatua de San Miguel. La fachada está decorada con numerosas estatuas que representan a nobles, santos y figuras de carácter alegórico. Existe la posibilidad de visitar el interior del Ayuntamiento en visitas guiadas. El problema es que los horarios son muy reducidos: solo los martes y miércoles por la tarde, en holandés (13:45 horas), en francés (14:30 horas) y en inglés (15:15 horas). En cualquier caso, al menos puedes cruzar su puerta principal para descubrir su patio interior. En él hay algunas fuentes y verás el edificio desde otra perspectiva.
Curiosea en el armario del Manneken Pis en la Maison du Roi
Este llamativo edificio en la Grand Place tiene tras de si mucha historia. Allá por el siglo XII hubo en este lugar una construcción de madera llamada Broodhuis o Casa del Pan. El nombre viene dado porque allí era el lugar donde se vendía le pan. Más tarde, en el siglo XVI la madera se cambio por piedra y pasó a llamarse Casa del Duque ya que allí estaban las oficinas administrativas del Duque de Brabante.
Cuando el duque fue nombrado rey, la casa cambio de nombre y pasó a ser la Maison du Roi. Pero tened en cuenta que a pesar de su aspecto gótico, el edificio actual data de 1873. Esto se debe a que el anterior edificio quedó muy dañado en 1695 por los bombardeos de las tropas francesas durante la Guerra de los Nueve Años. La nueva construcción tomó como inspiración el antiguo edificio. Pero el resultado es más flamígero y se incorporaron nuevos elementos como la torre central o las estatuas que adornan la fachada. Hoy en día la Maison du Roi es el Musée de la Ville y en él se exponen pinturas, tapices y el guardarropa del Manneken Pis. Para visitarlo hay que recordar que cierra los lunes y los fines de semana abre solamente por las mañanas.
Busca fortuna en la estatua de Everard’t Serclaes
En una de las calles que salen de la Grand Place se puede ver esta estatua de bronce. Con ello se conmemora el lugar en el que murió asesinado en 1388 Everard’t Serclaes. Este hombre era un héroe belga que recuperó el poder de Bruselas en una exitosa campaña militar contra los flamencos. Este personaje está muy ligado a la historia de Bruselas, de la que fue cinco veces concejal. Si os acercáis a la escultura en al Rue Charles Buls prestad atención a la parte de su cuerpo que tocáis en busca de fortuna. Tocarle el brazo, trae suerte. Si se le acaricia de pies a cabeza ayuda a contraer matrimonio. Pero si se le pasa la mano de cabeza a pies ayudará a separarse de la actual pareja. O eso dicen los entendidos en estas cosas.
Recorre la Rue des Bouchers
La antigua calle de los carniceros se ha convertido probablemente en al calle más turística que ver en Bruselas. En ella todo son restaurantes que ocupan parte de la calle con su mesas. Es un ir y venir de gente. Sin embargo, recordad pararos y mirar hacia lo alto. Porque allí, escondidos entre toldos y carteles están algunos de los edificios más antiguos de Bruselas. A pesar de que la tentación es grande y los comerciantes saben como engatusar al turista, los restaurantes de la Rue de Bouchers son caros para lo que ofrecen. Mejor alejarse un poco de este lugar y seguro que comes bien por menos dinero.
Encuentra a los niños meones
Todos habréis oído hablar del Manneken-Pis, el niño meón símbolo de Bruselas. Pero es posible que no hayáis escuchado hablar de la Jeanneke Pis, la niña meona. Para verla solamente hay que desviarse desde la Rue des Bouchers por la Impasse de la Fidelite. Es una calle sin salida en la que un avispado comerciante colocó esta estatua en 1987. De ese modo atraía clientes que se acercaban a ver a la niña.
Mucho más antigua es la pequeña estatua del Manneken-Pis. Fue realizada en el S. XVII por Jeremy Duquensnoy. Tras dos robos en la década de 1960, el original permanece actualmente a buen recaudo en el Ayuntamiento. Lo que se puede ver en la calle es un réplica que sigue funcionando como la fuente que siempre fue. Convertida en símbolo de la ciudad, puede que la veas vestida con algunos de los muchos trajes que tiene en su ropero.
Pero no acaban aquí los personajes meones de que ver en Bruselas. También un perro. Zinneke Pis. Se trata de un chucho, un perro sin raza que representa la esencia multicultural y multirracial de Bruselas. Si le queréis ver le encontraréis orinando sobre un bolardo en la esquina de Rue des Chartreux y Rue du Vieux Marché aux Grains.
Gofres, gofres, gofres
En Bruselas huele a chocolate, a cerveza y a gofres. De estos últimos hay puestos ambulantes. Pero sobre todo hay muchas tiendas dedicadas a su venta. Los puedes comer solos. Con chocolate. Con nata, con fresas,… Todas las combinaciones que puedas imaginar están disponibles. Solo hay que decidirse por una. O por todas y asumir que uno volverá a casa con unos cuantos kilos de más.
Bebe cerveza en el Delirium Café
Su puerta se abre justo frente a la Jeanneke Pis. Y es sin duda la cervecería más famosa de Bruselas. Aunque no sea la más atractiva de las que hay en la capital belga, el Delirium Café puede presumir de aparecer en el libro Guiness de los records por ser uno de los bares del mundo que sirve más tipos de cervezas distintas. Y es que en su carta hay hasta 1.000 marcas distintas de cervezas. Los fines de semana puede ser un poco agobiante. Su ubicación al fondo de un callejón la convierte en un ir y venir constante de clientes, que además, todo hay que decirlo, dejan la calle muy sucia.
Ve de compras a las Galerías Saint Hubert
Las Galerías Saint Hubert son un lugar emblemático de la capital belga y podríamos decir que de Europa. Son sin duda uno de los lugares que hay que ver en Bruselas. Fueron las primeras galerías de este tipo en el continente. Luego vinieron otras más monumentales, pero sin duda estas pueden presumir de haber creado la idea que otros iban a copiar. En su interior se pueden encontrar algunas de las mejores chocolaterías de Bruselas. Tiendas de bolsos, de guantes o de encajes. Y también algún café que saca sus mesas al exterior y ofrece a sus clientes el mejor entorno protegido de la lluvia y del viento.
Rodea la Iglesia de San Nicolás
Es uno de los templos que ver en Bruselas más cercanos a la Grand Place. Aunque de orígenes góticos, el templo actual ofrece un aspecto bien diferente al que debía tener en el siglo XIV. Aunque su fachada es bastante sobria, lo mejor está en uno de sus laterales. Allí hay una bonita hilera de pequeñas tiendas. Y es que siendo San Nicolás el patrón de comerciantes tenía que tener algún comercio así de cerca.
Busca pasajes secretos
Realmente no son tan secretos. Todos los bruselenses los conocen. Pero muchas veces los turistas pasamos por alto algunas puertas del casco antiguo de Bruselas. Suelen estar abiertas a un estrecha calle sin salida. Y allí, al fondo, esperando a los viajeros más curiosos, una cervecería con historia. Algunas conservan ese aire medieval que debieron tener en su origen, cuando las mujeres tenían prohibida la entrada en ellas y todas contaban con salidas ocultas por las que escapar. Y es que estas cervecerías eran lugares de reunión de aquellos que luchaban por la libertad de Bruselas. Si te apetece encontrar alguna de ellas, pregunta por L’Imaige Nostre-Dame o por A la Bécasse.
Descubre la renovada Place Saint Gery
Esta plaza está ocupada por Les Halles Sant Gery. Se trata de una gran edificio de estilo renacimiento flamenco que se construyó en 1881 como mercado. Desde entonces lleva en este lugar aunque en 1999 se reformó y convirtió en lo que es hoy. Un espacio dedicado a exposiciones que cada fin de semana se convierte en un divertido mercado vintage. También es un buen lugar para tomar un tentempié. Es un lugar cómodo, luminoso y atractivo.
Ve a comer pescado a la Plaza de Santa Catalina
Aunque no es una de las plazas más bonitas de Bruselas debes tenerla en cuenta si te apetece comer pescado. En ella hay un buen número de restaurantes donde degustar productos del mar. Aquí estaban antiguamente los muelles de la ciudad, por lo que en era en esta zona donde se encontraba el pescado más fresco. Y así sigue siendo en la capital belga. Además en esta plaza se encuentra una de las iglesias más antiguas que ver en Bruselas. La Iglesia de Santa Catalina. Dicen que se construyó hace 800 años, aunque la torre actual data del siglo XVIII. Sin embargo, el templo actual se construyó a mediados del siglo XIX en estilos gótico y renacentista. En su interior hay que ver la imagen de la Virgen Negra con el Niño.
Si viajas en Navidad a Bruselas, en la Plaza de Santa Catalina encontrarás uno de los mercadillos más atractivos de la ciudad.
Moules & frites
No puedes abandonar el casco antiguo de Bruselas sin comer dos de sus platos típicos. Los mejillones y las patatas fritas. Los primeros los hacen al vapor, rebozados, en ensalada… Y las patatas. Son perfectas. Blandas por dentro, crujientes por fuera. Una verdadera delicia perfecta para acompañar cualquier plato o comerlas sola en un cucurucho.
Camina hasta la Catedral de San Miguel y Santa Gúdula
Este templo es uno de los más bonitos de Bruselas. Su construcción comenzó en estilo gótico en el siglo XIII sobre un templo románico del siglo XI. Inicialmente la catedral estaba dedicada solamente a San Miguel. Pero más tarde se depositaron en el templo los restos de Santa Gúdula, por lo que se modificó su nombre. Eso sí, solamente como iglesia, pues hasta 1961 no adquirió el título de catedral. El interior es muy luminoso gracias a las grades vidrieras. Sin embargo, resulta algo sobrio a pesar de las enormes estatuas que adornan las columnas. No dejéis de buscar el púlpito barroco tallado en madera y los originales confesionarios de roble.
Fotografía Bruselas desde el Mont des Arts
Para mi es el mejor mirador sobre Bruselas. Y la más bonita puerta de entrada a su casco antiguo. Este lugar se construyó Exposición Universal de 1910. Fue en ese momento cuando Leopoldo II decidió demoler los viejos edificios y convertir la colina donde se asentaban en el bello mirador que es hoy. Hay una zona ajardinada y distintos niveles desde donde observar los tejados de la ciudad baja. Y cómo no, la torre del Ayuntamiento dominando el conjunto. En el nivel más bajo del Mont des Arts se puede ver la estatua ecuestre del Alberto I que mira hacia la ciudad que un día gobernó.
Disfruta de una rato de relax en la Place du Petit Sablon
Esta pequeña y recoleta plaza acoge el que para mi es uno de los jardines más bonitos del mundo. El parque está rodeado de una valla que adornada 48 estatuas de bronce. Cada una de ellas representa uno de los antiguos gremios medievales. Hay escultores, alfareros, cerveceros,… El interior del parque tiene parterres bien cuidados y otras esculturas. Además de muchos bancos que se llenan en cuento sale un rayo del sol. Pero sin duda el monumento destacado del Petit Sablon es la fuente dedicada a los condes de Egmont y Homes. Ambos encabezaron una revuelta contra España en el XVI. Se les ejecutó por ello en la Grand Place y desde entonces se convirtieron en símbolo por excelencia de la resistencia flamenca.
Elige el mejor chocolate en la Place du Grand Sablon
A pocos metros de la anterior plaza se puede visitar esta otra, animada y elegante. En ella se encuentran las mejores chocolaterías de Bruselas, desde Wittamer a Neuhaus. En el centro de la plaza se puede ver la fuente de Minerva, un regalo de un tal Lord Bruce a Bruselas por lo bien que le trataron. Otro de los lugares que hay que ver en esta plaza es la magnífica Notre Dame du Sablon, una de las iglesias góticas más bonitas que ver en Bruselas. Junto a ella, cada fin de semana se celebra una animado mercado de antiguedades.
Recorre el Museo de los Instrumentos de Música
Aunque la música no te interese mucho, toma nota de este museo. Aunque solamente sea por el edificio que lo acoge, merece la pena que lo visites. El museo está ubicado en el edificio Old England, una joya arquitectónica del Art Nouveau. Se construyó en 1899 para acoger unos grandes almacenes. Actualmente las cuatro plantas de su interior acogen más de 7.000 instrumentos. Una vez terminada la visita, no olvides subir al restaurante de la azotea. Desde allí las vistas de Bruselas son inigualables. Incluso, aunque no visites el museo, puede subir solo a tomar algo al restaurante. El mejor momento es al finalizar el día. Pero el lugar no es muy grande, y suele estar lleno. Por ello es mejor acudir temprano.
Rodea la Place Royal
Es otra de esa plazas impresionantes que ver en Bruselas. Alrededor de ella se pueden ver edificios neoclásicos del siglo XIX. Pero sin duda la construcción más llamativa es la Iglesia de Saint-Jacques-sur-Coudenberg, del siglo XVIII. En sus escaleras se proclamó a Leopoldo I primer rey de los belgas. Justo enfrente de la entrada al templo y rodeada por el tráfico que circula por la plaza está la estatua de Godofredo de Bouillón, primer gobernador del reino de Jerusalén.
Sorpréndete en el Museo Magritte
¿Te gusta el surrealismo? Entonces seguro que te encanta la obra de Magritte. Podrás verla en el museo que lleva su nombre y que abrió sus puertas en 2009. La visita se comienza por el piso superior. Mientras se desciende se va viendo la colección del mueso. Consta de más de 200 obras entre óleos, dibujos, esculturas, fotografías y carteles publicitarios. El recorrido termina en una pequeña sala de cine. En ella se exhibe una película que repasa la vida de Magritte y otros filmes que inspiraron al artista en su trabajo. Y si te quedas con ganas de más Magritte, puedes visitar la que fue su casa y lugar de trabajo en la Rue Esseghem 135.
Dedica tiempo a los Museos de Bellas Artes de Bélgica
Es uno de los museos más importantes del país. Se divide en dos zonas: arte antiguo y arte moderno. En el primero se puede ver la parte más extensa del Museo de Bellas Artes. Es conocido sobre todo por su magnífica colección de arte flamenco, además de cientos de obras de algunos grandes maestros, como Van Dyck o Rubens. En cuanto al Museo de Arte Moderno, expone obras que van desde el siglo XIX hasta la actualidad. Destacan sobre todo los maestros belgas del Surrealismo. Las colecciones se ordenan por color, de modo que lo mejor es pedir un plano en la entrada del edificio y seguir la ruta que más te interese. Por si os apetece comer mientras estáis allí, el restaurante del museo, aunque no es barato, tiene buena fama. Y una terraza con bonitas vistas de Bruselas.
Visita el interior del Palacio Real
Depende de la fecha en que visites Bruselas podrás ver el palacio por dentro o tendrás que conformarte con su imagen exterior. Aunque desde 1831 la familia real reside en el Palacio de Laeken, el edificio acoge las oficinas de los reyes, algunos ministerios y habitaciones para los jefes de estado invitados en el país. Si quieres visitar este edificio cuya construcción comenzó a principios del siglo XIX recuerda que abre sus puertas a los turistas del 21 de julio hasta principios de septiembre. El horario de visita es de martes a domingo de 10:30 a 17:00 horas.
Para completar la visita al Palacio Real nada mejor que un paseo por el Parc de Bruxelles. A pesar de ser el parque urbano más grande del centro de Bruselas resulta muy pequeño si lo comparamos con otros parques de capitales europeas. Es un lugar muy concurrido sobre todo por las tardes. A él acuden familias a dar un paseo y deportistas a correr bajo la sombra de los árboles.
Cena en Le Perroquet
Comer en Bruselas es tarea sencilla. Hay un restaurante en cada calle. Casi siempre más de uno. Recomendar uno solo es complicado. Pero yo me atrevo a nombrar este porque me parece muy especial. Primero por su decoración de estilo art nouveau. Y segundo por las deliciosas y originales pitas de su carta. Un lugar agradable para comer o cenar por poco dinero. Su dirección es Rue Watteeu, 31.
Busca el mejor vintage en Les Marolles
Este barrio de la ciudad baja es el que tiene mayor ambiente popular del centro de Bruselas. Sus principales arterías son la Rue Haute y la Rue Blaes. En ellas encontrarás el mayor número de tiendas de ropa y accesorios vintage de Bruselas. También estas calles son famosas por sus atractivas tiendas de decoración. Algunas de ellas además son cafeterías en las que puedes desayunar en los muebles que están a la venta. Si prestas atención verás algunas obras de ese arte urbano que ha hecho famosa a la capital belga.
A la entrada de este barrio puedes visitar la iglesia Notre Dame de la Chapelle. Se trata de una gran templo construido en estilos románico y gótico. Si te animas a entrar, busca la tumba de Pieter Bruegel el Viejo.
Encuentra alguna ganga en el Mercado de las Pulgas
Cada día se puede ir a este mercadillo que se celebra al Place Jue de Belle. Dicen de él que lleva en el mismo lugar de forma ininterrumpida y abriendo todos los días desde 1919. Ocupa el centro de la plaza y se pueden encontrar infinidad de antigüedades. Desde ropa a complementos, sin olvidar muebles, juguetes o artesanía. A los puestos tradicionales se han sumado aquellos pertenecientes a inmigrantes que viven en la ciudad. Hay italianos, portugueses, marroquíes y muchos africanos principalmente del Congo, antigua colonia belga. Si te gusta algo, pregunta el precio. Y no dudes en regatear e intentar pagar unos euros menos. Es sin duda uno de los lugares más entretenidos que ver en Bruselas.
Curiosea en la casa de Victor Horta
Para mi es uno de los lugares imprescindibles que hay que ver en Bruselas. Esta magnífica casa, alejada del centro, ofrece al visitante la oportunidad de conocer el modo de vida de Victor Horta, arquitecto belga y pionero del Modernismo. Sus estancias parecen fluir, los elementos decorativos son continuación de los arquitectónicos. Todo es armonía en esta luminosa vivienda. Solo debéis recordar que este museo abre solamente por las tardes. Todos los datos sobre este lugar en: Museo de Victor Horta, el genio de Art Nouveau.
Rinde homenaje a Audrey Hepburn
Sí, lo confieso. Soy una gran admiradora de Audrey Hepburn, la actriz belga protagonista de Vacaciones en Roma o Desayuno con diamantes. De modo que la tercera vez que visité la ciudad me empeñé en acercarme a la casa en la que nació la actriz allá por 1929. Está en Rue Keyenveld 48 y lo único que se puede ver es la placa que indica que ese fue el lugar donde vino al mundo Audrey. No es mucho, pero si os gusta tanto esta fabulosa actriz como a mi, seguro que también os hacéis una foto delante de esa fachada.
Sube al Arco del Cincuentenario
Hay un gran parque en la zona europea de Bruselas. Lo hizo construir el rey Leopoldo I a finales del siglo XIX. Hoy es un lugar de esparcimiento para los vecinos de la zona. Y un buen lugar para alejarse del ajetreo del centro de la ciudad. En el parque se pueden visitar algunos museos. Por ejemplo el Autoworld Brussels (dedicado al automóvil está considerado uno de los más completos del mundo). También merece la pena llegar al Pabellón de Víctor Horta donde se puede ver obra Las Pasiones Humanas de Lambeaux, Y cómo no, entrar al Museo de Historia Militar. Este ocupa uno de los dos brazos del gran arco que forma el palacio y desde el que además podremos subir gratuitamente al mirador. Desde allí obtendremos una bonita vista de la ciudad.
Acude a un debate en el Parlamento Europeo
La sede del Parlamente Europeo de la capital belga ofrece distintas opciones para ser visitada y muchos lo apuntarán en su lista de lugares que ver en Bruselas. Una de esas opciones es entrar al Parlamentarium, su centro de visitantes. En ese lugar y a través de diversos recursos multimedia podrás conocer su funcionamiento y principales actividades. También podrás visitar el Hemiciclo. El acceso es por la entrada de visitantes del edificio Paul-Henri Spaak. No olvides el DNI o pasaporte. Los horarios son de 10:00 o 15:00 horas de lunes a jueves y a las 10:00 los viernes, cuando no hay sesiones plenarias. Esta visita se hace guiada. Otra posibilidad que a algunos les puede parecer la más interesante es ver un debate parlamentario en directo. Se permite el acceso durante una hora y siempre dependiendo de la disponibilidad.
Pasea por el interior de un átomo de hierro
Para ello bastará con ir hasta uno de los símbolos de la capital belga y uno de los lugares que hay que ver en Bruselas. Esta singular construcción se construyó con motivo de la Exposición Universal de Bruselas que se celebró en 1958. Su diseño fue obra de André Waterkeyn y respresenta un átomo del hierro ampliado 165.000 millones de veces. Se puede recorrer su interior pasando de esfera en esfera a través de escaleras mecánicas escondidas en las pasarelas que las unen. Cada esfera tiene una exposición. Algunas son permanentes como la que hace referencia a la propia Exposición Universal. Para conocer el resto, lo mejor es consultar la web del Atomium. Si te conformas con ver el edificio desde el exterior, ve por la tarde. Así lo verás a la luz el día e iluminado al caer la noche.
Vete de picnic al Parque Laeken
No puede haber un sitio mejor en Bruselas para hacer un picnic. Sus cuidadas praderas invitan a extender sobre ellas una manta y sentarse a comer. Además de ser perfecto por estar cerca del Atomium, el parque cuenta con varios lugares que también merece la pena conocer. Por ejemplo la Villa Belvedere, una mansión del siglo XVIII que funciona como residencia de los reyes de Bélgica, Felipe y Matilde. Se puede pasear hasta la Capilla de Santa Ana junto a una antigua fuente de 1625. Y buscar el algo descuidado monumento a Leopoldo I, de estilo gótico flamígero. Los invernaderos reales, con plantas exóticas y tropicales, son una maravilla. Pero solo abren dos semanas al año entre abril y mayo. Y como lugares originales que uno no esperaría encontrar en Bruselas, el Pabellón Chino y la Torre Japonesa.
Siéntete gigante en Mini Europa
Este lugar puedes ser de los más divertidos que ver en Bruselas sobre todo si vas con niños. En este parque hay reproducciones a escala de algunos de los monumentos más emblemáticos del viejo continente. Podrás hacerte fotos junto a la Torre de Pisa, la Plaza de San Marcos de Venecia o la Catedral de Santiago.
Observa Bruselas desde la Basílica del Sagrado Corazón
Es la iglesia más grande de Bruselas. Pero a ella llegan pocos turistas. Puede ser por lo lejos que está del centro. O porque son muchos los que cuentan que no merece la pena visitarla. Sin embargo es una joya de la arquitectura del siglo XX. Construida en estilo Art Decó, sus 167 metros de largo y 89 de alto la convierten en al quinta iglesia más grande del mundo. Su elemento más llamativo es la gran cúpula de color verde en contraste con el tono rojizo de la piedra del edificio. Hasta su base se puede subir para conseguir una vista de Bruselas desde una perspectiva diferente.
Recorre la ciudad tras su arte urbano
Solamente para poder conocer todo el arte urbano que hay que ver en Bruselas se necesitan varios días. No solamente hay grandes murales en el casco antiguo. Por cualquier barrio que pases encontrarás obras que ocupan el lateral completo de un edificio. Pero hay que ir mirando, porque algunas veces ese urbano es una pequeño cuadro que podría pasar desapercibido.
Aunque los personajes de comic son grandes protagonistas de estas obras, hay mucho más. Por ejemplo la tienda de música Arlequin tiene pintadas en su fachada a grandes leyendas como Jim Morrison, John Lennon o Bob Dylan. El Manneken Pis tiene una versión gigante a solo unos metros del original. También encontrarás por la ciudad animales y pinturas en contra de la discriminación. Incluso algunas señales de tráfico han cambiado de imagen de la mano del pintor francés Clet Abraham.
Después de esta relación de cosas que hacer y que ver en Bruselas ¿sigues pensando que la capital belga tiene poco que ofrecer al viajero?
No olvides tampoco que tener como base Bruselas es una buena opción para viajar a Brujas o descubrir todo lo que hay que ver en Gante.
Y si tienes dudas sobre como llegar a la capital belga cuando aterrices en el país, consulta el post Aeropuertos de Bruselas.
16 comentarios
Definitivamente Bruselas es una ciudad con un montón de posibilidades. Lo de la niña meona sí que me lo habían chivado, pero ¿el perro meón? jaja, me lo apunto para una próxima visita.
¡Un saludo!
Apunta todo, que nada tiene desperdicio 😉
Culpable! Yo soy de esas que estuvo 4 días en Bruselas y me hicieron un poco largos, insluo con mi hermana viviendo allí, que opina que Bruselas “tampoco es pa’tanto” jajaja. La paso el artículo.
Está genial, guapa! Para la próxima me lo llevo impreso 😉
Jajajaja…. pues sí. Y se lo pasas a tu hermana. Para mi Bruselas tampoco es lo más de Europa, pero me da un poco de pena que tanta gente la menosprecie.
Un saludo 🙂
Sólo estuve unas horas y lo que mejor recuerdo es la fachada del Hotel de Ville, ¡me encantó!. Es una ciudad a la que tengo pendiente volver, apuntados el Mercado de las Pulagas, el Museo de la música y un paseo descubriendo el arte urbano 🙂
Abrazos guapa!
Cuando yo visité Bruselas por primera vez pensé que nunca volvería. No me pareció una ciudad nada atractiva. Y para que veas lo que son las cosas, ya he regresado en tres ocasiones. Espero que tu también vuelvas y puedas ver todos los sitios que os cuento y muchos más. Un abrazo.
Pues aquí tienes a otros grandes enamorados de Bruselas, una ciudad que da para mucho, solo hay que saber buscar…
Nosotros solo con la visita a los templos de la cerveza, recorrer los barrios canallas y el museo de la música casi acaparamos el día completo. totalmente de acuerdo, el monte de las artes es lo más!!!
Buen resumen 😉
Un abrazo
Eva y Carmelo
¡¡Bien!! Otros viajeros que saben todo lo que ofrece Bruselas y que en día es imposible conocerla.
Un abrazo.
Pues yo tengo pendiente volver a Bruselas, solo nos dio tiempo a ver la Grand Place. No vimos ni el niño meón y ahora leo que hay también un perro, porque lo de la niña lo sabía. Así que me parece genial el post.
Pues nada Belén, ya tienes un montón de cosas que hacer y ver cuando regreses a la capital belga.
Madre mía para que luego digan que no hay nada que ver en Bruselas, yo he estado dos veces y creo que sí que tiene su encanto aunque lógicamente si la comparas con Brujas o Gante pues se queda más pequeñita, pero obviamente se puede sacar su jugo como demuestras aquí. A mí el Manneken Piss me parece una chorradita, es que es tan pequeño… Para la cantidad de turistas que atrae, aunque la historia es graciosa. Lo que sí que me gusta es la ruta del comic y cómo no las cervezas y los gofres ¡qué ricos!
Besotes
Yo no quiero comparar Bruselas con ninguna otra ciudad. No hay duda de que no tiene el encanto de tantas ciudades belgas, pero eso no quita para que ofrezca un montón de opciones que no tienen Brujas o Gante, como museos que son una delicia o un gran número de lugares art decó. Un abrazo.
¡Muy buena selección!
Nosotros nos quedamos con dar un paseo descubriendo los murales de las calles mientras comemos un gofre con mucho chocolate. 😀
¡Saludos!
¡¡¡Golosos!!!
A mí de esa lista no me quedó nada por hacer. Fíjate si me gustó que repetí muchas de ellas, sobre todo las gastronómicas 😂😂 Creo que no he comido más bombones en mi vida. Y para una fan incondicional de Tintín, la ciudad es un museo en sí misma.
Jajajajaja… lástima el precio de los bombones. Yo siempre me traigo a casa, pero una cajita, que traer un kilo sale por un ojo de la cara 🙂