Si quieres sumergirte en la Rumanía más rural y menos turística, anímate a recorrer las fascinantes regiones de Maramures y Moldavia. En la primera vas a poder disfrutar de aldeas que parecen detenidas en el tiempo y de esas singulares iglesias que forman parte del Patrimonio Mundial de la UNESCO. En Moldavia seguimos con el arte religioso, pues allí están los Monasterios de Bucovina, que también forman parte de esa prestigiosa lista de lugares excepcionales del mundo.
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Dónde está Bucovina en Rumanía
Moldavia está al noreste de Rumanía. Sus colinas onduladas salpicadas de pequeños bosques son junto a la amabilidad de su gente dos de sus señas de identidad. En esta región que ver en Rumanía está la segunda ciudad del país, Iasi. Y también los Monasterios de Bucovina, la razón principal por la que muchos turistas llegan a este rincón rumano en la frontera con Ucrania.
Bucovina se encuentra, dentro de Moldavia en el condado de Suceava, al suroeste de la región. Su clima y relieve convierten a esta parte de Rumanía en el campo de cultivo perfecto para el maíz, el trigo y los girasoles. Si visitas la zona en verano te sorprenderás ante las grandes extensiones de campos cubierto de flores amarillas, tan fotogénicas como los Monasterios de Bucovina.
Cómo curiosidad, no está de más saber que a esta región se la conoce como el “país de las hayas”. La razón es que el nombre de Bucovina proviene de la palabra eslava buk, que significa precisamente haya.
Monasterios pintados de Bucovina en Rumanía
Si hay algo que caracteriza a los Monasterios de Bucovina son sin duda los frescos con los que están decoradas sus pequeñas iglesias ortodoxas. No es raro ver pinturas decorando las paredes interiores de los templos de este credo cristiano, pero lo que no es tan habitual y convierte a estas iglesias que ver Bucovina en excepcionales son los frescos que decoran su exterior. Y aún más, el excepcional estado de conservación en el que se encuentran.
Para entender la razón de tanta pintura contando historias religiosas, basta saber que los monasterios se construyeron como fortalezas ante las amenazas de ataques turcos. Había soldados tan analfabetos como los aldeanos. Necesitaban de imágenes que les explicaran los pasajes de la Biblia ya que no sabían leer. Además, los oficios religiosos eran en eslavo antiguo, un lengua que los aldeanos no entendían. Y dado el pequeño tamaño de las iglesias, que no daban cabida a todos los fieles, las pinturas salieron también al exterior. Era el modo de que los rumanos fueran descubriendo los pasajes de la Biblia ya estuvieran dentro o fuera del templo.
Se cree que los fríos inviernos rumanos, el abandono de los monasterios tras ser cerrados por los Habsburgo a finales del siglo XVIII y el olvido durante los años del régimen comunista podrían haber ayudado a la conservación de estos frescos en los Monasterios de Bucovina. Un estado desigual entre unas iglesias y otras, sobre todo en las fachadas orientadas al norte en las que la lluvia y el viento parecen haber causado más daños a los largo de los siglos.
De la veintena de monasterios que hay en Bucovina, 8 forman parte del Patrimonio Mundial de la UNESCO: Humor, Voronet, Probota, Moldoviţa, Pătrăuţi, San Juan el Nuevo y la Iglesia de Arbore.
Fueron construidos entre 1487 y 1583 y a fecha de hoy, algunos siguen siendo importantes lugares de oración y peregrinaje. De nuevo tiene vida gracias al regreso de monjes y monjas. Sea un monasterio femenino o masculino, son siempre las monjas las que se encargan de las taquillas, las tiendas y gran parte del mantenimiento.
Frescos y colores de los Monasterios de Bucovina
Si os dicen que cada Monasterio de Bucovina se caracteriza por destacar en él un color concreto, creedlo. Basta llegar ante cada uno de ellos para notar rápidamente que tono destaca en al fachada de su iglesia.
En cuanto a los temas que aparecen en los frescos, realmente son casi siempre os mismos. Desde la Anunciación al Juicio Final, pasando por momentos históricos como el asedio a Constantinopla. Unas iglesias conservan en mejor estado las pinturas de un tema que otras. Por ello, junto al color, también destaca cada uno de estos Monasterios de Bucovina por algunos frescos en concreto.
Aunque a continuación os voy a hablar de los monasterios que ver en la región, os dejo aquí unos pequeños apuntes para que os sea sencillo saber que color y que frescos vais a encontrar en cada uno de ellos.
- Monasterio de Voronet. Su color es azul (un tono tan especial que existe un azul Voronet) y su fresco más importante el del Juicio Final.
- Monasterio de Moldovita. Los más famosos entre sus frescos son los que cuentan la historia de la vida de Jesús y el asedio de Constantinopla. En cuanto al color, aquí el amarillo es el predominante.
- Monasterio de Humor. Diferentes tonos de rojo y marrón son los protagonistas de sus frescos entre los que destacan la vida de San Nicolás y la Anunciación.
- Monasterio de Sucevita. Con el verde de este monasterio completamos los colores del parchís. No hay que perderse los frescos que narran la vida de Moisés y la genealogía de Jesús.
Ruta por los Monasterios de Bucovina
La mejor y casi única forma de recorrer los dispersos monasterios es con un vehículo propio. Nosotros lo alquilamos con Auto Europe, un buscador que trabaja con muchas empresas distintas y que ofrece buenas ofertas. En el caso de Rumanía es mejor reservar el coche con antelación y contratar también el seguro a todo riesgo. Ambas cosas por precio y la segunda porque en pocos países vais a ver que os pidan daños por pequeños arañazos o daños que a cualquier pasarían desapercibidos.
Para los que prefieran no conducir y les resulte más cómodo que les den todo hecho, una buena idea para conocer los monasterios es reservar el tour de 2 días por Bucovina con guía y alojamiento incluidos.
En cuanto al tiempo para conocer los Monasterios de Bucovina, os recomiendo al menos dos días si queréis ver todos los que forman parte de la lista de la UNESCO. Las distancias no son grandes entre unos y otros, pero no hay buenas carreteras y los tiempos en los traslados suelen ser mayores que los esperados.
Nosotros solamente estuvimos un día completo, por lo que tuvimos que ser selectivos y elegir aquellos monasterios que nos parecían más interesantes y que además, cuadraban mejor en la ruta.
Antes de empezar a contaros que monasterios vimos en Bucovina, un par de notas:
- La entrada a todos los monasterios es de pago.
- Cobran entrada para poder hacer fotos (es tan barato que no merece la pena arriesgarse a que alguien te llame la atención).
- Hay que ir vestido con decoro, si enseñas más pierna o más hombro del permitido ellos mismo te ofrecen un pañuelo para cubrirte.
- No olvidéis que son lugares de culto, hay que ser respetuoso.
- Los horarios de los monasterios varían, siendo en verano de 8:00 a 19:00 horas.
Monasterio de Voronet
Puede que por ser el primero de los Monasterios de Bucovina que visitamos se convirtió enseguida en mi favorito. O puede que por ese tono azul celeste creado a partir de lapislázuli. Sea por una razón u otra solamente puedo decir que este monasterio tiene una iglesia de una belleza incuestionable.
Aquí vive una pequeña comunidad de monjas, encargadas de que el lugar luzca impoluto. Y más desde que en 2011 se realizó la restauración de los frescos que sacó a la luz la increíble calidad de sus frescos. Algo que le hace ostentar el nombre de “Capilla Sixtina del Este”.
Las pinturas que decoran la iglesia de este monasterio representan escenas bíblicas y fueron realizadas por artistas de Transilvania. El voladizo del tejado que sobresale sobre los muros del templo ha ayudado sin duda a proteger los frescos del sol y de la lluvia en gran medida.
Entre tanta pintura (a veces cuesta un poco olvidarse del conjunto para buscar el detalle) destaca el Juicio Final en la pared occidental. En el muro sur se puede ver El Árbol de José con la genealogía de los personajes bíblicos.
Si llegáis en coche al Monasterio de Voronet, tendréis que dejarlo a cierta distancia y continuar caminando por una calle en la que hay multitud de puestos de recuerdos y algunos de comida.
Monasterio de Humor
Uno de los elementos que diferencian a este monasterio amurallado es la torre vigía, a la que se puede subir y desde la que se tiene una panorámica diferente de este lugar. Si decidís subir, ya veréis lo estrecho que es el paso de la escalera. La razón es que se diseñó para que los soldados que defendían el lugar pudieran ir matando a los turcos que entraban de uno en uno sin darles casi opción de respuesta.
Construido en 1535 muy cerca de Voronet, es uno de los monasterios más pequeños de Bucovina, algo que no hace que sus frescos de estilo bizantino sean menos impresionantes, siempre con tonos rojos y marrones.
En la iglesia, dedicada a la Virgen María, cada lado está dedicado a un tema. Por ejemplo la pared de la derecha está decorada con frescos que ilustran la vida de San Nicolás y el asedio de Constantinopla. San Jorge es el protagonista de la pared norte mientras que la Virgen lo es de la pared sur.
El pórtico tiene también un fresco muy singular en el que se puede ver a los 12 apóstoles sentados en un banco. Bajo ellos, a la derecha, hay tres imágenes que no se pueden ver en ningún otro de los Monasterios de Bucovina. Representan el fuego, la oscuridad y el frío.
Monasterio de Moldovita
Fue construido en 1532, sobre las ruinas de un monasterio anterior. La iglesia se encuentra en el centro de un recinto cuadrangular fortificado, en el que viven las monjas y en el que no faltan las torres.
Aquí los frescos, con el color amarillo como dominante se terminaron en 1537 y en ellos, entre otras historias, se cuenta la del asedio a Constantinopla. Si os fijáis en los atacantes, veréis que van vestidos con indumentaria de estilo turco. Sin duda para que los fieles tuvieran claro quien era el malo en esa historia.
El Juicio Final decora el pórtico de la iglesia y en el pequeño museo del complejo se puede ver el trono de Petru Rares, príncipe de Moldavia que mandó la construcción de algunos de los Monasterios de Bucovina.
Monasterio de Sucevita
Es el monasterio más grande de Bucovina, y sin duda uno de los más bonitos. Al menos eso nos pareció a nosotros. Fue construido entre 1582 y 1601. Su iglesia, como las del resto de Monasterios de Bucovina, está cubierta de frescos. A excepción de la pared occidental.
Una leyenda cuenta que el artista que pintaba esa pared cayó desde el andamio con un final poco afortunado. Nadie quiso subirse ya a ese andamio y la pared quedó sin estar decorada con los frescos que había proyectados para ella.
Aquí el color verde sirve para ilustrar las escenas del Antiguo y Nuevo Testamento en la pared sur. Cerca, un fresco muestra la figura de Jesé sobre la crece un árbol. También se puede ver al Virgen vestida como una princesa bizantina rodeada por ángeles que la sostienen el velo.
Pero si hay un fresco que llama especialmente la atención es el de La escalera de la Virtudes. En él se ve a monjes y monjas subir los 32 peldaños de esa escalera animados a ser virtuosos para permanecer en ella y no como los clérigos que aparecen cayendo por culpa de sus pecados.
En este monasterio vive una comunidad de monjas, la mayor de la zona, protegidas como hace siglos por las murallas y las torres defensivas que forman parte del monasterio.
Dónde alojarse para visitar los Monasterios pintados de Bucovina
Nosotros elegimos como base para conocer los Monasterios de Bucovina un B&B, Hilde’s Residence, en Gura Humorului. El establecimiento ha cerrado definitivamente, pero la ciudad me parece perfecta para alojarse. Está muy cerca de los monasterios de Humor y Voronet, y su situación es perfecta para conocer otros monasterios pintados. Es una ciudad pequeña, pero hay varios sitios interesantes para comer o cenar.
Si queréis ver opciones de alojamiento, disponibilidad y precios, podéis hacerlo desde el siguiente enlace: Alojamiento en Gura Humorului.
En el caso de que prefiráis una ciudad más grande y con atractivos propios, podéis decantaros por dormir en Suceava. Personalmente pienso que la ubicación es algo peor, pero compensa por su mayor oferta hotelera y de restauración.
