Nápoles, la capital de la región italiana de Campania, tiene un gran patrimonio artístico. Su centro histórico está repleto de museos, palacios e iglesias. Es precisamente en una de estas últimas donde se encuentra uno de los grandes tesoros que ver en Nápoles: el Cristo Velado.
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Dónde está el Cristo Velado
La excepcional escultura en mármol que representa a Cristo cubierto, tras su muerte, por un fino velo, se encuentra en la Capilla Sansevero. Un pequeña iglesia cuya fachada bien podría pasar desapercibida en la Via Francesco de Sanctis (esquina con Via Raimondo de Sangro di Sansevero), en el centro histórico de Nápoles.
Cómo llegar a la Capilla Sansevero
Las estaciones de Metro más cercanas a esta capilla son Dante, Museo y Piazza Cavour. Desde cualquiera de ellas hay que caminar por las calles del centro napolitano entre 10 y 15 minutos.
Qué ver en la Capilla Sansevero
Esta capilla, que bien podríamos decir que es un gran joyero en el que se guardan algunas de las mejores esculturas del mundo, se debe al Príncipe Raimondo de Sangro. Estudioso, filósofo y fantasioso personaje que vivió en el siglo XVIII y que legó para la posteridad uno de los monumentos más extraordinarios que podamos imaginar.
La arquitectura, la escultura y la pintura en la Capilla Sansevero han recuperado no hace muchos años su belleza original gracias a un cuidado trabajo de restauración. Actualmente podemos contemplar en todo su esplendor ese conjunto que ha inspirado a escultores, literatos, músicos y escenógrafos a lo largo de los siglos.
Si bien es el Cristo Velado la obra por la que casi todos visitamos la Capilla Sansevero, una vez en su interior uno se siente algo abrumado por la belleza y la cantidad de obras maestras que la decoran. Desde el suelo a la bóveda, hay tanto en lo que fijarse dentro de este pequeño templo napolitano que es casi imposible ver todo lo que allí te espera sin sentirse algo abrumado.
Eso es lo que me pasó a mí. Por ello decidí, al salir de la capilla museo, comprar un pequeño libro que me permitiera rememorar todo lo que había contemplado en el interior y verlo con más detalle, ya que dentro de la iglesia está prohibido hacer fotografías (hay un montón de vigilantes para evitar que alguno le entre la tentación de sacar la cámara o el móvil). La imagen de portada de este post es del banco de imágenes de Expedia.
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El Cristo Velado, el mármol hecho sudario
Dicen del Cristo Velado de Nápoles que es una de las obras escultóricas más sugerentes y logradas del mundo. Raimondo de Sangro encargó la obra a Antonio Corradini. Éste realizo un boceto en arcilla que se conserva en la Certosa de San Lorenzo, en el napolitano barrio de Vomero. Tras la muerte de Corradini, el nuevo escultor contratado para tallar al Cristo Velado fue Giuseppe Sanmartino. El joven artista de Nápoles realizó su propia interpretación del Cristo que había diseñado su predecesor. Pero le doto de toda la energía, los contrastes y la pasión que caracterizan al arte barroco.
El resultado es un escultura tan realista que parece que bajo ese delicado velo realmente estuviera Cristo. Se aprecian perfectamente detalles como las venas, las uñas o la herida del costado que le provocó la lanza que un soldado romano le clavó. El gesto del rostro y las extremidades, sin vida, cuentan la historia de aquel hombre que murió en la cruz.
Otros detalles como el encaje del velo, los clavos o la corona de espinas completan esta escultura de la que Antonio Canova dijo que hubiera dado diez años de su vida por haber sido el autor de esa obra maestra. Porque parece que aquí no es mármol lo que cubre el cuerpo de Cristo. Es como si realmente alguien cubierto la escultura con un fino sudario.
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Esculturas en la Capilla Sansevero
Sin desmerecer al resto de obras que conforman esta capilla, para mí lo más llamativo y destacable que ver en Sansevero, rodeando al Cristo Velado que yace en el centro de la iglesia, son las esculturas. Hay monumentos que rinden homenaje a los príncipes de Sansevero. La tumba de Raimondo de Sangro ocupa un espacio lateral. Esculturas de algunos santos. Algunas que representan a virtudes y otras que sirven de homenaje a familiares del mecenas de la capilla.
Con la entrada os darán un plano de la capilla. En él es sencillo ubicar cada escultura. Aún así, son tantas y la capilla suele estar tan llena de gente que no siempre es fácil prestar atención a todo lo que aparece ante nuestros ojos. Lo bueno es que gran parte de los visitantes se centran tanto en el fascinante Cristo Velado que parecen no ver lo demás. Incluso muchos no llegan ni a fijarse en lo que hay al fondo de la capilla, en la parte del altar mayor.
Yo os voy a dejar aquí una pequeña lista con las obras que más me gustaron y que me parecen maravillosamente ejecutadas. Sin desmerecer por supuesto a ninguna otra.
El Decoro (Antonio Corradini)
Nada más entrar en la capilla, a la derecha, está la escultura que representa el decoro. Con ella se rinde homenaje a las dos esposas de Giovan Francesco de Sangro. El joven esculpido está cubierto por una piel de león (se ven las garras atadas cubriendo sus genitales) y apoya su mano en una columna con una cabeza de león, símbolo del poder del hombre sobre el animal.
El Desengaño (Francesco Queirolo)
Raimondo de Sangro dedicó esta escultura a su padre. Es probablemente la mejor obra de Queirolo. Basta verla de cerca, al lado del altar mayor, para entender que esté así considerada. La red que cubre al hombre parece que fuera realmente de cuerda, parece imposible que con mármol se consiguiera esa perfección. En cuanto al simbolismo de esta pieza, que también lo tiene, está precisamente en la red, esa que un hombre se quita y que representa el pecado (en el que al parecer cayó el padre de Raimondo tras la muerte de su mujer).
El Descendimiento (Francesco Celebrano)
El altar mayor lo decora este alto relieve, un cuadro de mármol en el que el autor mezcló elementos barrocos con otros tradicionales napolitanos, comprimiendo toda la escena en un pequeño espacio. En la parte baja de la mesa, hay una curiosa escultura en la que un angelito sujeta la piedra de una tumba mientras otro mira en su interior.
La Pudicicia (Antonio Corradini)
Esta escultura, dedicada a la madre del propio Raimondo de Sangro, es una de las más impactantes que podemos ver en la Capilla Sansevero. Su autor ya había realizado otra obras en las que un velo de mármol cubría la figura. En esta sin duda consigue una gran perfección, haciendo que la piedra se vuelva transparente, que se adapte totalmente a los contornos de la mujer que hay bajo ella. La lápida rota que forma parte del conjunto escultórico es uno de los símbolos de una existencia rota prematuramente.
Santa Rosalia (Francesco Queirolo)
Junto a la pared, a la izquierda del Cristo Velado y a continuación de la anterior obra, se encuentra esta delicada escultura con la que se rinde honor a la gran Santa de la casa de Sangro, patrona de Nápoles y de Palermo.
La Liberalidad (Francesco Queirolo)
En la penúltima pilastra de la parte izquierda de la Capilla de Sansevero se puede ver esta obra que Raimondo dedicó a Giulia Gaetani, esposa del que fue cuarto príncipe de Sansevero. Su delicado rostro y el suave movimiento del cuerpo idealizan la figura femenina. En este caso los elementos simbólicos son la monedas (generosidad) y el águila (moderación).
Frescos en la Capilla Sansevero
En la bóveda de la capilla, esa que cubre al Cristo Velado, se representa La Gloria del Paraíso. Se debe a Francesco Maria Russo y es una de las primeras obras que Raimondo de Sangro encargó para la capilla. El centro del fresco lo ocupa la paloma que representa al Espíritu Santo, iluminada por varias ventanas. Sobre ellas, unos medallones contienen los retratos de los Santos de la familia de Sangro. Como curiosidad, contar que los colores utilizados para realizar este fresco se deben al la invención del propio Raimondo. Son especialmente vivos y brillantes, con una base de aceite y agua.
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Tumba de Raimondo de Sangro
Sorprende la tumba del creador de esta capilla por su sencillez. Nada que ver con la elaboradas obras del resto de la iglesia. Aquí una lápida de mármol rosa es la protagonista, con elogio fúnebre al príncipe que curiosamente no está tallado, sino realizado con un procedimiento a base de mezclas químicas ideado, cómo no, por el propio de Sangro. Un retrato y una decoración a base de armas talladas en mármol completan el sepulcro.
Sala Subterránea de la Capilla Sansevero
Unas escaleras llevan a una sala elíptica que inicialmente pudo estar pensada para convertirse en cripta para los descendiente del artífice de la capilla. Finalmente la sala se ha convertido en el espacio en que se pueden ver, dentro de dos vitrinas, los esqueletos de un hombre y una mujer. O mejor dicho, los sistemas venoso y arterial de ambos individuos que se ha conservado perfectamente a lo largo de los siglos.
Cristo Velado entradas
Visitar el Cristo Velado y la Capilla Sansevero es una de las cosas que hacer en Nápoles que hay que planificar. En la web de la capilla indican que “todas las visitas al Museo de la Capilla Sansevero deben reservarse con antelación”. Así que toma nota de lo siguiente antes de adquirir tu entrada a través del siguiente enlace: entradas Sansevero (sitio oficial)
- El número de entradas es limidado.
- Al comprar hay que elegir una franja horaria a partir de la 9:00 horas.
- Las entradas en línea están disponibles con dos meses de antelación.
- La entrada electrónica es el título de acceso válido y deberá presentarse directamente en la entrada del Museo, sin necesidad de desplazarse a taquilla.
- El billete no es válido para una fecha distinta a la elegida.
- La reserva es válida hasta 15 minutos después de la hora elegida e indicada en el billete.
El precio de las entradas es el siguiente (no hay recargo por compra on-line.
- Tarifa general 10 €
- Jóvenes de 10 a 25 años 7 €
- Niños hasta 9 años, gratis.