Ahora que por fin parece que el invierno ha llegado he recordado un fin de semana que pasamos no hace mucho en una ciudad en la que parece hacer siempre frío. Aún recuerdo la primera vez que la visité, era verano y en cuando comenzó a caer la tarde empezó a refrescar tanto que alguien de la ciudad me dijo “señorita, es que en Burgos solamente hay dos estaciones: el invierno y la del tren”.
No he vuelto a visitarla en estío, pero puedo garantizar que en invierno hace frío y mucho. Tanto que yo que no soy de gorros tuve que recurrir a uno si no quería que se me quedara helada la cabeza. Y es que en Madrid hace frío….¡¡¡pero no tanto como en Burgos!!! Tengo que reconocer que debimos elegir el fin de semana con las temperaturas más bajas de aquel año, porque durante el camino fuimos rodeados por montañas y llanos cubiertos de nieve. Que con esto no quiero quitar rigor al frío que se debe pasar siempre en la ciudad que era nuestro destino.
Estaba claro que ese fin de semana tendríamos que estar bien abrigados pero eso no iba a ser impedimento para disfrutar de esta bella ciudad castellana. Así que seguid mis indicaciones y animaros a disfrutar de un fin de semana en Burgos con guantes y gorro.
Fin de semana en Burgos
Alojamiento
Es probable que alguien de allí os pueda dar cientos de ideas para dormir si visitáis su ciudad, pero yo os voy a pedir que os aseguréis de que el hotel o apartamento por el que os decidáis tenga una buena calefacción. Si, es importante la ubicación, la calidad, la comodidad, etc etc… Pero que los comentarios que podáis leer aseguren que dentro del establecimiento hace calor. Porque es un gustazo llegar helado de la calle y entrar en un lugar donde te dan escalofríos del gusto por notar que la temperatura es alta.
Y dicho esto, yo os diré que me alojé en el Hotel Rice Palacio de los Blasones. El día de nuestra llegada lo volvían a abrir después de un intenso lavado de cara y lo cierto es que aunque algunas habitaciones resultan algo insulsas en general el hotel es un gran opción, tanto por su ubicación (a escasos metros de la catedral), como por la atención o la amplitud de sus estancias. El desayuno buffet se sirve en un luminoso claustro cubierto que es sin duda el lugar perfecto para ir abriendo boca a las visitas que le esperan a uno en la ciudad.
Comer en Burgos
Algunas ciudades españolas son famosas por ser sitios perfectos para ir de tapeo, como pueden ser el caso de Valladolid, pero durante nuestra visita a Burgos descubrí que de esta ciudad uno no debe marcharse sin recorrer algunos de los muchos locales donde parar a tomar un vino y picar algo. Nosotros recorrimos un buen número de ellos las dos noches que estuvimos en allí, pero también uno de los días paramos para degustar una comida de mesa y mantel. Os puedo recomendar estos lugares que seguro son solamente un mínima parte de la cantidad de locales de restauración que hay en la capital burgalesa.
Puerta Real
Un restaurante en la misma plaza de la catedral al que nos animamos a entrar por el apetitoso menú que mostraba en su puerta, la cantidad de gente local que vimos acceder a él y la ubicación. Tengo que decir que comimos muy bien y que tanto la morcilla como el cordero estaban bien ricos.
Rimbombin
Entre las plazas del Rey Fernando y la Plaza Mayor está este local que ocupa la parte baja de un hostal. Es animado y aquí lo complicado es encontrar un hueco para acomodarse, aunque una vez conseguido uno podrá comer unas raciones variadas y sabrosas.
Cervecería Morito
Otro de esos locales siempre abarrotados, cosas que uno entiende cuando prueba sus generosas raciones a un precio más que correcto. También está en pleno centro de la ciudad.
La Cantina del Tenorio
Lo mejor de este local es que estaba enfrente del hotel, así que no me daba tiempo a quedarme congelada buscando un local donde tomar un vino o picar algo. Eso si, una vez más abarrotado de gente, y es que, con el frío que hacía ese fin de semana en la calle, a ver quien era el guapo que estaba paseando una vez que el sol había desaparecido.
Tapería Royal
Pues respondiendo a lo de quien era el guapo que iba a estar en la calle, deciros que tengo la respuesta: nosotros. Porque una de las noches terminamos sentados en una mesa en la calle para tomar algo de este lugar famoso al parecer por sus premiadas tapas y unos bocadillos que puedo dar fe están tan buenos que compensan cualquier sacrificio.
Qué ver en Burgos un fin de semana
La lista de cosas que hacer y que ver en Burgos es grande, cualquiera de esa ciudad (incluso de otras) os podrá recomendar un buen número de ellas, así que yo me voy a limitar a deciros las cinco cosas que más me gustó hacer/ver en la ciudad por si pasáis pocas horas en ella y os apetece dejaros llevar por mi opinión.
Catedral
La verdad es que esto no es en absoluto original, en cualquier lista de cosas que ver en Burgos no puede faltar esta joya del gótico. Visitadla de día, de noche, no dejéis de rodearla, de disfrutar de su silueta desde las dos plazas a las que se abren sus puertas. Y cuando ya creáis que no se puede ser más bonita, entonces pagad la correspondiente entrada que os dará acceso al templo y disfrutad de su naves, sus vidrieras y sobre todo, no dejéis pasar por alto lo que yo creo es el lugar más bonito de Burgos: la capilla del Condestable. Y no cuento más porque lo que hay que hacer es ir allí para ver todo lo que os digo.
Paseo del Espolón
Me encanta la calma con la que se vive en las capitales de provincia, la tranquilidad con la que sus habitantes salen a disfrutar del sol un domingo por la mañana. Es algo que para los que vivimos en Madrid parece casi una vida de ciencia ficción, siempre vamos con prisas, y poder relajarse mientras se disfruta de un paseo con unas vistas tan bonitas como las que ofrece este lugar es un regalo que deberíamos darnos de vez en cuando.
Cartuja de Miraflores
Merece la pena desplazarse los tres kilómetros que separan este lugar del centro de Burgos. Se trata de un conjunto monásticos de monjes cartujos, y se permite el acceso gratuito a la iglesia, aunque te piden que si te satisface lo que ves deposites un donativo. Y sin duda, satisfacen sus preciosas y elaboradas sillerías, su original retablo y las tumbas de los padres de Isabel la Católica y su hermano. Lo único malo: el frío que hace dentro. (Soy pesada, lo se, pero de verdad que tela el frío que pasé en Burgos)
Mirador del Castillo
Ofrece una de las vistas más bonitas y tranquilas de la ciudad, nosotros disfrutamos del lugar en un día soleado, lo que fue un regalazo. Aunque he visto también algunas fotos de la ciudad nevada vista desde ese lugar y son impresionantes.
Monasterio de las Huelgas
Otro de esos lugares a las afueras de la ciudad en los que hace un frío que pela. Y es que durante la visita guiada por el interior de la iglesia, los claustros, el monasterio (tanto las zonas públicas como las de clausura) uno tiene que mantener los guantes puestos mientras contempla tumbas, artesonados y puertas mozárabes. Eso si, la guinda del pastel es el pequeño y cálido Museo de las Telas Medievales, donde disfrutar de una temperatura que entona el cuerpo y el espíritu y que anima a disfrutar con calma de todo los expuestos en sus vitrinas.
Y ahora me atrevo a haceros una última recomendación. Aparte de llevar siempre con vosotros gorro, guantes y bufanda si vais a Burgos en invierno, si queréis descubrir Burgos de un modo desenfado y diferente, os animo a haceros con la guía de El Viaje de Sofi en Burgos. Sus autores son Mónica y Miguel, y quien mejor que ellos que viven en esa ciudad para mostrarnos no solo los mejores y más famosos monumentos y museos, si no también rincones especiales, tiendas bonitas o locales donde pasar la tarde con amigos.