En nuestro viaje a Bugaria, pasamos dos noches junto al Mar Negro. Llegamos una tarde que aprovechamos para relajarnos después de horas en la carretera tumbados en la amplia playa de Harmanite en Sozopol. Encontramos un amplio arenal en una bahía, a pesar de ser septiembre lucía el sol y había mucha gente paseando, en el agua o sencillamente tumbados al sol. Como no teníamos protector solar decidimos que lo más sabio era alquilar una sombrilla (3 BGN) y comprar unas cervezas en las tiendas que vimos en el paseo marítimo.
Así pasamos la tarde, algún paseo, baños en la cálidas e increíblemente limpias aguas del Mar Negro, un rato al sol, otro a la sombra… Terminamos con los pies negros de brea, esa sustancia pegajosa que a veces hay en la playa, y yo además me di un golpe en el pie con la única piedra que había en toda la playa. Pero a pesar de esos pequeños detalles conseguimos descansar esa jornada para tener fuerzas al día siguiente en el recorrido por Nesebar y Sozopol.
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Qué ver en Sozopol
La ciudad vieja de Sozopol ocupa una lengua de tierra que se adentra en el Mar Negro y en ella se puede pasear por sinuosas calles adoquinadas, descubrir encantadores iglesias y contemplar esas casas de madera típicas de la región. Recorrer la parte antigua de Sozopol a pie es el mejor modo de no pasar nada de largo, además el casco antiguo es tan pequeño que antes de darse uno cuenta ya lo ha recorrido entero. Aunque poco tiene que ver lo que hoy encontramos con su orígenes no está de más saber que esta ciudad fue fundada por los griegos en el año 611 a.C. sobre un antiguo asentamiento tracio.
Más tarde llegaron romanos, bizantinos y otomanos, hasta que poco a poco fue quedando relegada para convertirse en una sencilla población dedicada a la pesca. Hoy en día se ha convertido en un atractivo destinos turístico al que acuden rusos o polacos en busca del sol a unos precios que poco tienen que ver con los de otras playas de Europa.
Pasear por Sozopol es hacerlo por un destino al que acuden cada año miles de viajeros gracias a los cuales la economía de la ciudad a vuelto a resurgir aunque sea a costa de llenar sus calles de tiendas de recuerdos de gusto bastante cuestionable. A pesar de ello y de la cantidad de turistas paseando por la ciudad reconozco que me pareció un lugar con mucho encanto.
Muralla de la Fortaleza Meridional de Sozopol
El terreno sobre el que se asienta la antigua ciudad de Sozopol termina en abruptos acantilados que hacen que la ciudad esté llena de cuestas. En uno de sus laterales se puede pasear sobre las antiguas murallas o por las pasarelas sobre el mar que permiten tener preciosas vistas de la playa de la ciudad (no confundir con la playa de Harmanite en la parte nueva de Sozopol) o sentarse a tomar algo disfrutando del brillante color de un mar cuyas aguas son de muchos colores pero no de ese tono negro que le da nombre.
También se puede bajar hasta las rocas junto al mar a través de una escalera o no muy buen estado. El acceso al Museo de la Torre está en estas murallas, pero no puedo contaros nada al respecto puesto que no entramos en él.
Iglesia de Sveta Bogoroditsa
Probablemente sea la iglesia más singular de las veintena que hay en Sozopol. Para visitarla hay que entrar a un patio que domina una higuera gigante, atrás quedan los sonidos de los coches y las conversaciones de los viandantes. Estamos por debajo del nivel de la calle tal y como exigían los mandatarios otomanos, eran permisivos al permitir construir templos cristianos siempre que estos quedaran discretamente ocultos y a un nivel inferior a ese por el que ellos caminaban.
Para acceder al interior de la iglesia construida en madera y poder admirar su arquitectura, iconos y pinturas hay que pagar entrada, no se pueden hacer fotos y el horario es de 10:00-13:00 y de 14:00-18:00.
Iglesia de Sveti Georgi
Esta es una de las iglesias más fácilmente reconocibles de Sozopol, primero por estar en la calle que cruza el casco antiguo de arriba a abajo, y segundo por la brillante cúpula dorada sobre su campanario. Se puede acceder a su interior, muy restaurado y cuidado, no en vano sigue estando en uso y en ella pudimos presenciar una ceremonia ortodoxa del bautizo. Muy cerca de esta iglesia hay un espacio con restos de los que no he sido capaz de encontrar información.
Por lo que vimos nos parecieron restos de unos baños, pero tan solo vimos unos arcos, una especie de hueco que bien pudiera ser una bañera… y poco más. Aún así el lugar resultaba fotogénico y ofreciendo buena perspectiva del campanario de la iglesia.
Casas de Renacimiento Nacional búlgaro
Aunque algunas están muy abandonadas hay que reconocer que aquellas casas de antiguas de Sozopol que han sido restauradas son uno de los mayores atractivos de su parte antigua. Fachadas de maderas, ventanas con delicados visillos, flores en los balcones… Aunque en ningún caso tienen la delicada arquitectura de las viviendas construidas durante los siglos XVIII y XIX en otros puntos del país, está claro el Renacimiento Nacional también dejó su huella junto al Mar Negro.
Dormir en Sozopol
La oferta hotelera en Sozopol es amplia, no en vano es una localidad muy turística, por lo que en temporada alta conviene reservar con tiempo si uno tiene preferencia por un hotel o alojamiento concreto. Nosotros nos decantamos por Design Hotel Logatero, un pequeño establecimiento muy cerca de la plaza Harmanite.
Podíamos aparcar sin problema en la misma calle de la entrada y desayunar junto a la piscina del hotel cada mañana. Nuestra habitación era cómoda, amplia y tranquila, incluso teníamos una pequeña terraza con vistas al mar. Lo peor era el baño, típico búlgaro donde la ducha no tiene mampara ni cortina y cada vez que la usábamos había agua por todas partes. La ubicación era buena tanto para ir a la playa como para salir a cenar a alguno de los muchos restaurantes en el paseo junto a la playa.
Comer en Sozopol
Sozopol cuenta con una gran cantidad de lugares para comer, ya sea una cerveza con un trozo de pizza o algo más contundente y típico de la gastronomía búlgara. No hay que dejar de pedir pescado, sin duda la especialidad de la zona. Los precios en esta parte de Bulgaria están muy por encima de los de otras ciudades, sin embargo la calidad no es mejor que en otros puntos del país y el servicio resulta más impersonal.
Muchos de los restaurantes junto a la playa Harmatine son enormes, incluso cuentan con actuaciones cada noche, y los búlgaros, que son muy patriotas, no dudan en dejar su cena en la mesa para salir a bailar enarbolando la bandera de su país. Si uno tiene claro que lo que quiere es pescado lo mejor es dirigirse a la zona del puerto de Sozopol donde los sencillos restaurantes son algo más económicos que en