En 1974, el Palacio del Infante Don Luis fue declarado Monumento Histórico Artístico. En estos últimos años, se han ido restaurando diferentes partes de es palacio y recuperando tanto los jardines que le rodean como las huertas y las fuentes. Aunque aún falta mucho para recuperar todo pasado esplendor, sin duda este edificio es la excusa perfecta para acercarse hasta el madrileño pueblo de Boadilla del Monte.
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Historia del Palacio del Infante Don Luis de Borbón
Fue en 1561 cuando la Corte se instaló en Madrid, pasando Boadilla en ese momento a ser señorío real. Antes, en el siglo XI, ya había formado parte del término de Madrid, y a finales de la Edad Media, del señorío de Chinchón.
Parece ser que la Corona no andaba sobrada de reales y por ello Felipe IV, en 1626, decidió desprenderse de la villa a pesar de su proximidad a la Corte y ser un magnífico coto de caza. El primero en adquirir Boadilla fue el Marqués de Belmonte, y más tarde, José González de Uzqueta, íntimo amigo del Conde-Duque de Olivares, amistad que le permitió acceder a diferentes puestos de relevancia y aumentar su patrimonio.
Fue la familia González de Uzqueta quienes, además de fundar el Convento de la Encarnación, levantaron el Palacio de las Dos Torres. Pero el señorío siguió pasando de mano en mano hasta que, en 1761, lo compró el Infante Don Luis, hijo menor de Felipe V e Isabel de Farnesio.
Comenzaron entonces las obras para reformar el palacio existente y convertirlo en el magnífico edificio que podemos ver hoy. El encargado de la reforma fue Ventura Rodríguez, arquitecto que aprovecho todo lo posible de anterior Palacio de las Dos Torres. Eso dio lugar a extrañas formas en el interior que se disimulan con ventanas en el exterior. También se reutilizaron materiales como rejas, vidrieras y parte de la carpintería.
En 1765, el Palacio del Infante Don Luis estaba terminado. La idea del hermano de Carlos III era utilizarlo como pabellón de caza, pero finalmente se convirtió en su residencia habitual hasta 1776. Mecenas de artistas, por las estancias del palacio desfilaron los mejores músicos, pintores y escritores. Entre ellos, Goya o Luigi Boccherini.
Antes de quedar abandonado en 1973, el Palacio del Infante Don Luis fue hospital y cuartel durante la Guerra Civil Española. Fue objetivo de varios bombardeos que dañaron seriamente el edificio. Ya en los años 40, tras una pequeña restauración, el palacio se convirtió en una escuela para niñas.
Visitar el Palacio del Infante Don Luis
La fachada principal del palacio se alza frente la Avenida Adolfo Suárez. Una calle de acceso restringido que cruza la amplia plaza que permite apreciar la grandeza de este palacio pintado de un suave color rosa. Desde la distancia se pueden ver los dos torreones que recuerdan las dos torres del palacio original. Una de esas torres esconde en su interior la cúpula de la capilla.
Si bien en esa fachada principal el Palacio del Infante Don Luis cuenta con tres alturas, en la parte que da a los jardines y debido al desnivel del terreno, son cuatro las alturas del edificio. El exterior es sobrio, prácticamente la única decoración se encuentra en las portadas neoclásicas, con sus columnas toscanas, sus frontones y sus escudos.
El interior del palacio es mucho más suntuoso. Durante el recorrido por sus salas se pueden ver la suntuosa capilla barroca obra de Ventura Rodríguez, las estancias del Infante Don Luis, las habitaciones en las que se alojaba la Condesa de Chinchón, las cocinas o la sala de historia que da directamente al jardín.
Horarios de visita al Palacio de Boadilla
- La entrada es gratuita.
- El palacio abre solamente los sábados.
- La visita se realiza exclusivamente guiada, siendo conveniente reservar con antelación. Los horarios de las visitas son a las 11:00 y las 12:30 horas.
Jardines y huertas del palacio
El acceso a los jardines superiores de este palacio se realiza por una puerta en el lateral derecho del edificio. No son tan espectaculares como los jardines barrocos del Quinta del Duque de Arco o los del Parque del Capricho, pero merece la pena conocerlos, pues tienen algunas singularidades.
Nada más entrar, a la izquierda, está una de las dos zonas en las que hubo árboles frutales. Una paseo desde la puerta, entre tilos y setos de boj, lleva hasta la fachada posterior del palacio, y continúa una vez finalizada dicha fachada.
Frente a ella, unas pérgolas con rosales. Y tras ellas, los parterres de palacio. diseñados con cuidados setos de boj. En el centro de ellos, una fuente, y al final, las escaleras que permiten bajar hasta la gran zona de las huertas.
El que estas huertas estén integradas dentro del recinto palaciego es algo bastante singular. En los palacios de Aranjuez o de La Granja, esas huertas están en un lateral o en el exterior, pero no tan íntimamente integradas en los jardines palaciegos.
Las huertas del Palacio del Infante Don Luis cuentan con cuatro hectáreas de extensión y están consideradas una de las mejores huertas de los Borbones. Se diseñaron al estilo francés, no en vano, Don Luis era bisnieto de Luis XVI, último monarca antes de la Revolución Francesa.
Actualmente las huertas se están recuperando poco a poco, pero ya se puede ver su aspecto original, con 32 cuadrículas dedicadas a los cultivos, con plantas aromáticas, hortalizas, trigo y hasta girasoles. Los caminos que separan estos espacios de huerta están atravesados por pérgolas que se irán cubriendo con rosales y vides.
Horario de visita a los Jardines del Palacio del Infante Don Luis.
- Los lunes los jardines permanecen cerrados.
- Octubre a marzo, de martes a domingo, de 11:00 a 14:00 horas y de 16:00 a 19:00 horas.
- Visitas libre y acceso gratuito.
Otros lugares que ver en Boadilla del Monte
Si os animáis a visitar este palacio y sus jardines, aprovechad que estáis en Boadilla para dar una vuelta por otros lugares que ver en la localidad.
Podéis empezar por la Fuente de Ventura Rodríguez, justo frente a la fachada principal del palacio. Ha sido restaurada y está adosada al depósito de abastecía de agua el palacio.
A pocos metros está el que fue Convento de la Encarnación. Las carmelitas descalzas lo habitaron durante tres siglos, y hoy es un bonito hotel boutique. La iglesia sigue en uso. Antes de entrar en ella, en la hornacina sobre la puerta hay una imagen de la Encarnación.
Cerca de la entrada a los jardines del palacio se encuentra la Iglesia de San Cristóbal. Conserva elementos románicos, aunque los más destacado es su estilo mudéjar. En su interior está la capilla barroca (si con suerte encontráis la iglesia abierta, podréis verla) de los González de Uzqueta.