En la provincia de la bonita ciudad de Évora, en el Alentejo portugués, hay tres localidades conocidas cómo “las ciudades de mármol”. Son Borba, Estremoz y Vila Viçosa. La razón de este nombre es fácil de entender: basta ver las canteras de esa roca en los alrededores de esas localidades y los edificios de mármol en sus calles.
Estas ciudades se encuentran en un radio de 30 kilómetros lo que hace sencillo visitarlas en solo día. Entre una y otra se pueden las canteras del llamado “oro blanco”. Es tal la calidad del mármol alentejano que se exporta incluso a Italia, país cuyo mármol de Carrara es famoso en el mundo entero.
En este post me voy a centrar en Vila Viçosa. Si cualquiera de las ciudades de mármol merecen ser visitadas, para mí ésta es la más atractiva, la más elegante y la que tiene un patrimonio digno de ser conocido. También es la ciudad que más se merece el apelativo de ciudad de mármol. Y es que en ella, hasta las aceras están hechas con ese material, cómo si de un palacio al aire libre se tratara.
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Qué ver en Vila Viçosa
Una de las mejores cosas de este pueblo de apenas casi 6.000 habitantes, es su tamaño. Se puede recorrer perfectamente paseando, todo está cerca, y siendo uno de los pueblos más bonitos del Alentejo, sin duda merece la pena caminar por sus tranquilas y agradables calles.
La Oficina de Turismo de Vila Viçosa se encuentra en la Praça da República 32. La fachada es la de una pequeña iglesia junto al edificio de la Cámara Municipal. Es un buen lugar para comenzar el recorrido por esta localidad, pues allí dan información y un plano con lo más destacado para el visitante.
Praça da República
Esta gran plaza es el lugar más animado de este pueblo portugués. Rodeado de elegantes edificios, con una iglesia en uno de sus extremos y vistas al castillo en el otro, pasear por el corazón de Vila Viçosa permite tomar el pulso a la localidad. En esta plaza hay restaurantes, bares, tiendas y hasta cabinas telefónicas que bien podrían estar en Londres si no fuera por su color blanco.
También en esta plaza está el Teatro Florbela Espanca. Es posible que el nombre no os suene. A nosotros tampoco antes de ir a Vila Viçosa. En la Oficina de Turismo, donde hay una foto de esa mujer, nos contaron un poco de la vida de Florbela, poeta, escritora, y al parecer, una de las primeras feministas lusitanas.
Su vida es propia de una novela: fue hija ilegítima de João Maria Espanca y de su amante, pero la crío la mujer legítima del padre, la cual era estéril. Se dio a Florbela la mejor educación, primero en Évora y más tarde en Lisboa. Estudió en la facultad de Derecho, se casó tres veces y se divorció otras tantas, para fallecer por una sobredosis de somníferos con tan solo 36 años. Hoy, su ciudad natal la rinde homenaje con el nombre del teatro de la localidad y con un busto colocado frente a ese edificio.
Iglesia de San Bartolomé
La iglesia que domina uno de los extremos de ese gran boulevard que es la Praça da República es la de San Bartolomé, también conocida como Iglesia de San Juan Evangelista. Fue construida en el siglo XVII en estilo barroco, destacando en su amplia fachada cubierta de mármol las tres puertas flanqueadas por columnas dóricas.
Castillo de Vila Viçosa
Tras recorrer toda la plaza, pasar entre escultura y fuentes, se llega al recinto amurallado del castillo. Son varias las puertas que, tras unos cuidados jardines, permiten el acceso a la fortificación.
La parte con más importancia histórica de esta parte de Vila Viçosa, es el castillo. Una construcción que mandó levantar Dom Dinis en el siglo XIII a la que no le falta ninguno de esos elementos típicos de los castillos medievales. Torreones, puente levadizo, un foso. Fue este el hogar de los Bragança hasta que se marcharon, a mediados del siglo XV, al Palacio Ducal, una construcción mucho más elegante y cómoda.
Hoy las salas del castillo alojan dos museos: el de Arqueología y el de Caza. Nosotros no los visitamos por una cuestión de horarios, pero si nos dimos un paseo alrededor del perímetro de este castillo portugués.
Dedicamos un rato a pasear por los jardines y calles del interior del recinto amurallado. Allí encontramos tranquilos rincones con pequeñas casas encaladas, flores y el Santuario de Nuestra Señora de la Concepción. En su amplio interior se puede ver la imagen de la patrona de Vila Viçosa.
Horarios de los Museos del Castillo
- Cierra los lunes.
- Octubre a marzo: 10:00 a 13:00 horas y de 14:00 a 17:00 horas.
- Abril a Septiembre: 10:00 a 13:00 horas y de 14:30 a 17:30 horas, salvo los martes que abre solamente por las tardes.
Palacio Ducal de Vila Viçosa
Se trata sin duda del edificio más destacado de Vila Viçosa y uno de los lugares imprescindibles que ver en el Alentejo. Tenemos que agradecer la existencia de este magnífico palacio a los Bragança, en concreto a Dom Jaime, cuarto duque del que está considerado el título nobiliario más importante de Portugal . Fue él quien a comienzos del siglo XVI decidió construir una palacio digno de una familia noble y adinerada como la suya. Una familia que subió al trono en 1640 y que se convirtió en la última dinastía reinante en el país.
Fue João IV el primer rey de los Bragança, y aunque desde su subida al trono su residencia oficial estuvo en la capital, no dejaron de visitar su Palacio Ducal. Basta ver su interior para entender su gusto por pasar tiempo en él. Aunque parte del mobiliario fue trasladado a Lisboa, recorrer las salas y salones de este edificio único en la arquitectura portuguesa permite hacerse a la idea del nivel de vida, poder y riqueza que tenían los Bragança.
El Palacio Ducal o Paço Ducal de Vila Viçosa se encuentra en Terreiro do Paço, una plaza de nada menos que 16.000 m2. En el centro de la misma, una estatua ecuestre de João IV precede a la fachada de 110 metros del palacio, hecha en mármol. También en esta plaza están el Convento de Chagas (convertido en Pousada Convento de Vila Viçosa) y el Convento de los Agustinos.
Visita al Palacio Ducal
La visita al interior del Palacio Ducal de los Bragança es siempre guiada, en portugués o inglés. La duración de la misma es de aproximadamente una hora, siempre con un intervalo mínimo de 15 minutos (la última visita comienza 60 minutos antes del cierre del palacio). Os aconsejo hacer la visita si es posible un día luminoso, nada de días grises ni a última hora. Dentro no hay luz eléctrica, solamente lámparas con velas (no se encienden para las visitas turísticas) y todo se ve con la luz natural que entra por las ventanas.
Salones de baile, dormitorios, la capilla o el comedor son algunas de las salas por las que pasa la visita guiada. Se pueden admirar durante el recorrido muebles portugueses de los siglos XVII y XVIII, tapices flamencos, porcelanas e incluso objetos personales de Carlos I y su esposa, Marie-Amélia. No faltan en las paredes retratos de los monarcas de la Casa de Bragança. Desde algunas ventanas se tienen buenas vistas de los jardines, a parte de los cuales tampoco se puede acceder.
En el interior del palacio está prohibido hacer fotos, aunque si está permitido en las cocinas, última parte de la visita, y en los jardines. Es por ellos por donde se abandona el recinto del palacio, pasando por las viviendas en las que se alojaba la guardia real. Al final de éstas, hay una puerta, la que da acceso a la calle. Hay que darse la vuelta al cruzarla para descubrir en ella el símbolo de los Bragança: los nudos.
Horario y precio del Paço Ducal
- La entrada general al Palacio de Vila Viçosa tiene un precio de 8 € (2022).
- Cierra los lunes durante todo el año y los martes abre solamente en horario de tarde.
- Octubre a mayo: 10:00 a 13:00 horas y de 14:00 a 17:00 horas.
- Junio a septiembre: 10:00 a 13:00 horas y de 14:00 a 18:00 horas.
Museo Agrícola y Etnográfico
Se trata de un pequeño museo que tampoco pudimos visitar por encontrarlo cerrado. Pero aunque no tengáis intención de acceder a su interior, acercaros a ver el edificio que lo acoge. Se trata de la antigua estación de tren de Vila Viçosa. Desde 1905, este pueblo alentejano formó parte de la línea ferroviaria que unía Elvas con Évora. Hasta el 1 de enero de 1990, momento en el que se suspendió el tráfico de viajeros. El de mercancías aguantó algo más, pero finalmente también fue clausurado.
El exterior de la que fue estación de tren está decorado con los típicos azulejos portugueses, lo que la convierte en un buen motivo para dar un paseo hasta este lugar.
Por si os interesa visitar el museo, tomad nota de que cierra los lunes y que el horario coincide con el de los museos del castillo.