Una de las ciudades más interesantes y atractivas que ver en el Alentejo es Elvas. Se trata de una ciudad Patrimonio Mundial de la UNESCO en la que los fuertes, baluartes y fortificaciones son lugares de visita obligada. Es precisamente en el corazón del gran recinto fortificado nada menos que por cuatro líneas de defensa el lugar en el que se encuentra el Hotel Vila Galé Elvas. Un maravilloso hotel a tener en cuenta para alojarse en la ciudad.
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Vila Galé Elvas
El edificio que ocupa el Vila Galé Elvas fue un convento fundado en el siglo XVII. Tan solo dos siglos más tarde, en el XIX, la desamortización eliminó las órdenes religiosas y la amplia construcción pasó a convertirse en tribunal, cuartel y centro de detención. Unas funciones muy apropiadas para una ciudad de marcado carácter militar.
El tiempo pasó, y el antiguo convento dejó de ser utilizado. Poco a poco se fue viniendo abajo, hasta que la cadena hotelera Vila Galé llegó a un acuerdo con los responsables del patrimonio portugués, a través del marco del proyecto Revive, para rehabilitar y convertir en hotel el edificio. Tras años de obras el establecimiento abrió sus puertas en 2019, recuperando con mucho acierto los espacios que estaban en ruina y conjugando historia, arte y comodidad en todos sus espacios.
Zonas comunes
Este magnífico hotel, probablemente el mejor de Elvas, gira en torno a lo que fue el claustro del convento de San Pablo. Ese espacio hoy es un agradable jardín en el que sentarse a leer a la sombra de alguna palmera imaginando cómo sería la vida conventual siglos atrás.
A su alrededor los pasillos son luminosos y dan paso a otras zonas comunes. El bar y los restaurantes tienen ahí sus puertas. Todos son amplios espacios decorados con mucho estilo. En el restaurante Versátil se sirve cada día el desayuno, ofreciendo también para clientes y no alojados, servicio de comida y cena. El segundo de los restaurantes del Vila Galé Elvas es Inevitável. Un espacio más recogido perfecto para almuerzos y cenas, siempre con lo mejor de la cocina portuguesa en la carta.
No hay que dejar de hacer una visita al bar. Aunque no se quiera tomar nada, es un lugar tan agradable en el que sin duda dan ganas de pasar un rato disfrutando de la decoración o puede que de algunos de esos libros colocados en la gran biblioteca que ocupa una de sus paredes.
Tanto el bar cómo el restaurante o los pasillos pueden presumir de las obras que cuelgan en ellos. Diferentes museos de la ciudad han cedido en préstamos cuadros y mosaicos que antes estaban en sus almacenes para que los huéspedes y visitantes de este fantástico hotel puedan disfrutar de ellos.
La que fue antigua iglesia del convento también tiene acceso desde los pasillos del claustro. Se ha convertido en un salón para eventos de todo tipo, desde cenas de empresa a bodas o cualquier otra celebración que requiera de un gran espacio. Se puede acceder al coro alto para desde allí tener una buena perspectiva de como ha quedado el templo tras haber sido restaurado.
Por último mencionar que el hotel cuenta también con piscina al aire libre, piscina cubierta y spa con diferentes servicios. Sin duda merece la pena meter el bañador en la maleta cuando uno se aloja en el Vila Galé Elvas.
Habitaciones del Vila Galé Elvas
En cuanto a las habitaciones, decir que el Vila Galé Elvas cuenta con 79. Todas, al igual que el resto del hotel, tienen una temática común: las fortificaciones militares portuguesas. Cada una de las habitaciones del hotel está dedicada a una de ellas. Su nombre, como recibimiento, aparece en la puerta junto al número de la habitación. En el interior, una de las paredes está decorada con un gran dibujo de la fortaleza que corresponda, su nombre y un texto que acerca al huésped a la historia de esa fortificación.
Hay habitaciones de cuatro tipos: estándar, familiar, suite y suite superior. Nosotros nos alojamos en una de las primeras y de ella os puedo decir que no podía ser mejor. Amplia, cómoda y tranquila. Nuestras ventanas se abrían a la ciudad, por lo que teníamos un vista especial durante todo el día.
Tanto el aislamiento lumínico cómo acústico nos parecieron perfectos. La cama es enorme y muy cómoda, con diferentes tipos de almohadas, algo muy de agradecer. Completaban la decoración una descalzadora a los pies de la cama, una mesa con dos sillones junto a una de las ventanas y un armario empotrado.
En cuanto al baño, la ducha creo que es de las más grandes que he visto. Sin embargo en el baño creo que faltaba algo de luz, costaba ver a la hora de utilizar el espejo. También nos llamó la atención lo bajito que estaba el lavabo (somos altos, pero no tanto) y el poco espacio para dejar los productos de aseo.
Acceso a las habitaciones
El acceso a las habitaciones se puede realizar a través de escaleras o bien por los ascensores. Esto último puede resultar algo complicado la primera vez. La razón es que unos de ellos, los más cercanos a la recepción, llevan a los huéspedes a todos los pisos del hotel. Sin embargo, el ascensor que sirve de acceso al aparcamiento del hotel (se puede solicitar plaza para la estancia, el precio es de 7,50 € por día) solamente lleva hasta la cuarta planta. Nuestra habitación estaba en la quinta y el primer día fue como estar dentro de un laberinto. Luego le pillas el truco y consigues no perderte más.
Valoración personal del Vila Galé Elvas
No hay duda de que la experiencia de cada huésped es única, y los gusto y necesidades de cada uno pueden hacer que la estancia en un hotel sea mejor o peor. Yo os voy a dar mi valoración de este hotel portugués, que sin duda y de antemano ya os digo que os recomiendo sin ninguna duda.
Lo mejor del Vila Galé Elvas
- La ubicación, cerca de gran parte de los lugares que ver en Elvas así como de restaurantes.
- El personal, muy amable en cualquier momento, tanto en recepción como camareras de planta o personal de los restaurantes.
- La habitación nos pareció muy cómoda por su amplitud, al igual que la cama. Imposible no descansar bien en ella.
- Ninguna pega con la limpieza ni con las medidas establecidas por la pandemia. Todo correcto.
- Para mi es muy importante el tema del aislamiento, y en este hotel aprueban con nota.
- El desayuno, tanto los días que es buffet como los que se sirve directamente en la mesa. Calidad y cantidad.
- La decoración de las zonas comunes, sobre todo del bar. Me pareció espectacular.
- Contar con aparcamiento cubierto. Aunque se puede aparcar de forma gratuita en las calles del centro histórico de Elvas, poder bajar el equipaje hasta el coche y no tener que estar buscando sitio para estacionar cuando llegas cansado, no tiene precio. Al menos para nosotros.
- El precio me parece más que adecuado, se pueden encontrar habitaciones dobles por 100 €, un precio bueno teniendo en cuenta la categoría y servicios del hotel.
¿Algo que mejorar?
- Pocas pegas puedo poner a este hotel, pero si hay algo que mencionar es el tema del Wi-Fi. Funcionaba mal e incluso era complicado conectarse a nuestro propio internet. Lo bueno es que te olvidas del móvil cuando estás dentro del Vila Galé Elvas.
- La otra pega sería la luz del baño. No sé si sería algo del nuestro o será general. Creo que un poco más de luz no vendría mal.
Espero, en primer lugar, que os animéis a conocer Elvas, una ciudad muy interesante que hace comprender la existencia de algunas de las fortificaciones que ver en Badajoz. Y en segundo lugar, tened en cuanta este fabuloso hotel para alojaros en la ciudad fortificada más grande del mundo.