Cuando en Madrid hace frío la cosa no es ninguna broma, y el pasado domingo fue un día de esos desapacibles en la capital de esos en los que el cielo está cubierto, amenaza lluvia y encima sopla el aire. Estaba claro que había que buscar un lugar acogedor para comer, y estando por la zona de Salesas, Chueca y Alonso Martínez, la oferta es variada y para todos los gustos. Yo conocía Makkila de una visita anterior en la que el local me dejó algo decepcionada, pero cuando comenté esto en una red social, no tardaron en ponerse en contacto conmigo para pedir disculpas y pedirme una segunda oportunidad, argumentando un cambio tanto en la filosofía del local como en su carta.
Sin duda, ese domingo era el día perfecto para acudir a este amplio y luminoso restaurante de apariencia acogedora, ambiente relajado y una carta donde las tapas y las raciones son las protagonistas. Aunque el local estaba bastante lleno, no tardaron en atendernos y llevarnos a nuestra mesa situada al fondo de la sala. Era una mesa baja con sillón y silla, pero Makkila tiene también mesas altas y otras donde los amplios sofás invitan a sentarse relajado al caer la tarde a tomar un café o una copa con los amigos. Y es que este lugar es bastante polivalente, y lo mismo te vale para comer en pareja que para acudir a merendar con las amigas y compartir chismes mientras desde las ventanas uno mira al siempre animado exterior de esta zona de Madrid.
Una vez acomodados comenzamos a mirar la carta, y aunque breve, todo resultaba de los más tentador. Finalmente y ayudados por uno de los camareros nos decidimos por el croquetón de camarones, la tosta de secreto con queso del casar, rollitos de verduras y chipirones encebollados con patatas. Si vuelvo seguro que repito los chipirones, que estaban deliciosos, y el croquetón, porque aunque el resto de platos estaban bastante buenos, no llegaban a ese nivel de sabor y buena elaboración.
Las raciones son correctas, tienen la suficiente cantidad como para quedarte con ese hueco para el postre. La carta ofrece cuatro tartas diferentes, y nos comentaron que además cada semana se ofrece una tarta especial. De modo que nosotros nos decantamos por esa de la semana, que era de remolacha (muy similar a la tarta de zanahoria) y el coulant de chocolate. Personalmente tengo que decir que la tarta me dejo ni fu ni fa, pero que con gusto me hubiera comido otro coulant.
Así que después de esta nueva experiencia en Makkila debo decir que me atrevo a recomendarlo, tanto por lo acogedor del local, como por la atención del personal o la calidad de sus platos. Si estáis por la zona, no dudéis en pasaros por allí aunque sea solamente a tomar un café con un delicioso coulant.
MAKKILA – Calle Fernando Vl, 2
Metro Alonso Martínez
Precio para dos comensales: en torno a 45 €