Nuestra Ruta de los Descubridores por Extremadura nos llevó a muchos pueblos más o menos conocidos de las provincias de Badajoz y Cáceres. Organizando el viaje, veía en el mapa que entre dos de los lugares que íbamos a visitar, Jerez de los Caballeros y Villafranca de los Barros, había una ciudad que hacía tiempo tenía ganas de conocer. No tenía ninguna relación con los descubridores, pero estando tan cerca no podía dejar de visitarla y descubrir los lugares que ver en Zafra y que bien hacen que merezca la pena pasar en ella, al menos, unas horas.
Esta moderna ciudad con grandes avenidas jalonadas de palmeras se encuentra en el corazón de Badajoz. Situada junto a la antigua calzada romana de la Plata que unía el Alentejo portugués con Andalucía y Castilla La Mancha, siempre ha sido lugar de paso de los viajeros desde hace siglos. Desde la Edad Media, Zafra es un importante centro ferial que atrae a viajeros internacionales.
Índice del artículo
Historia (breve) de Zafra
Hay testimonios de que en los alrededores de la actual Zafra hubo ya asentamientos de la época del bronce. Más tarde fueron los romanos los que habitaron ese territorio. Los musulmanes también se establecieron en esta zona de Zafra, lugar en el que permanecieron hasta que el siglo XIII, las tropas de Fernando III tomaron el lugar.
Con la llegada de los Trastámara al trono, Zafra fue adquiriendo mayor relevancia. A partir del siglo XIV su trazado urbano y sus construcciones se adaptaron a las necesidades de una villa que poco a poco iba cobrando importancia. Se construyó una muralla cuyo carácter no era solamente defensivo. También tenía una misión de control sobre quienes entraban y salían de la ciudad.
Los Suárez de Figueroa, a quienes donó la ciudad Enrique III fueron levantando grandes edificios que cambiaron la fisonomía de Zafra con el paso de los años. En 1460 se les otorgó el título de Condes de Feria y pasaron a formar parte de la grandeza de España. Ayudaron con la creación de diferentes hospitales y conventos en la ciudad, mientras sus posesiones iban cambiando de aspecto para adaptarse a los gustos de la corte de los Austrias.
Zafra ha sido a lo largo de los siglos ciudad en la que han convivido gentes de diferentes credos. Moriscos, judíos y cristianos vivieron sin tensiones en esta localidad que alcanzó el rango de ciudad en 1882.
Qué ver en Zafra
Los lugares que ver en Zafra se puede recorrer en una mañana. No hace falta correr para verlo todo. El casco histórico de la ciudad es muy pequeño, y antes de darse uno cuenta, está saliendo por alguna de las puertas que se conservan de la antigua muralla.
Puerta de Jerez
Esta puerta era el acceso a Zafra de los viajeros que llegaban a la ciudad desde el Oeste. Sus arcos apuntados son una de sus características destacadas, junto a los blasones y e imágenes de santos que se pueden ver en la parte exterior de la puerta. En la parte superior del arco hay una capilla barroca en la que se puede ver (si encontráis abierta la puerta) la imagen del Cristo de la Humildad y la Paciencia (esa que a mi tantas veces me hace falta)
Tras cruzar la puerta, a la derecha, se conserva un tramo de lo que fue calle de ronda. Hoy esta Calle Clavel deslumbra con su blancura y esos claveles pintados que rinden honor a su nombre.
Plaza Chica
Zafra no tiene un corazón. Tiene dos, uno la Plaza Grande. El otro, su Plaza Chica. Ésta fue el centro de la ciudad medieval. En ella se celebraba el mercado semanal, lo que propició que los edificios la construcción de pórticos en tres de los lados de la plaza. Un elemento que servía para proteger del sol y de la lluvia tanto a las mercancías como a los mercaderes. Aquí estuvo también la antigua casa del concejo, el único edificio de la plaza sin soportales. Hoy ese edificio lo ocupa la Escuela Municipal de Música.
Esta plaza que ver en Zafra se comunica con la Plaza Grande por el llamado Arquillo del Pan, decorado por una pequeña capilla barroca de la Esperancita.
Casa del Ajimez
Si hay un edificio en la Calle Boticas, muy cerca de la Plaza Chica, que llama la atención entre todos los demás, ese es el de la Casa del Ajimez (el nombre le viene dado por la ventana de estilo mudéjar del piso superior). Se trata de un edificio que desde finales del siglo XV alojó la botica de Zafra. El edificio fue pasando de mano en mano, los dueños que no eran boticarios lo arrendaban a quienes tenían ese oficio. A partir del siglo XIX se convirtió en despacho de aguardiente, y más tarde, en una bodega familiar. Este edificio aloja actualmente el Centro de Acogida al Turista.
Plaza Grande
Cruzando el Arquillo del Pan, llegamos a la Plaza Grande. Probablemente el espacio público más atractivo que ver en Zafra. Antaño estuvo aquí la Parroquia de la Candelaria, y también su cementerio. Los soportales, al igual que los de la Plaza Chica, se construyeron para alojar a los mercaderes.
Al trasladarse la iglesia a su actual ubicación, la función de la plaza cambio, al igual que su fisonomía. Hoy en día este agradable espacio, mitad peatonal, mitad abierto a la circulación, tiene como protagonistas a las palmeras, una fuente cuyo rumor acompaña el paseo y bonitos edificios con balcones de forja levantados sobre los soportales que rodean la plaza.
Colegiata de la Candelaria
Dejando la Plaza Grande por la Calle Tetuán llegamos a uno de los edificios destacados que ver en Zafra. Se trata de la Colegiata de la Candelaria. La iglesia se comenzó a construir es esta ubicación en el siglo XVI, por iniciativa del entonces Duque de Feria.
Su única nave está coronada por una bóveda de crucería que es sin duda uno de los elementos más destacados de su arquitectura. No faltan entre la decoración varios retablos. El del altar mayor es el más impresionante, aunque no hay que dejar de ver el de la Capilla de la Virgen de Valvanera, realizado en la escuela de José de Chirriguera, ni el Retablo de los Remedios, decorado con varios lienzos de Zurbarán.
Podéis entrar a la esta iglesia por la Calle Conde de la Corte, y salir por la puerta que está justo enfrente. Así llegaréis a la Capilla de San José. Si tenéis la suerte de poder acceder al interior, os encontraréis en lo que fue la vieja sinagoga de Zafra. Su portada gótica ya no luce ningún símbolo hebreo, ya que tras la expulsión de los judíos, en el siglo XV, el lugar se convirtió en capilla católica.
Ayuntamiento
A pocos metros de las anteriores iglesias se encuentra el Ayuntamiento de Zafra. El edificio que aloja la casa consistorial fue la Casa-Palacio de García de Toledo y Figueroa, hermano del tercer Conde de Feria. Fue construido en el siglo XVI, manteniendo aún algunos de sus elementos originales, como el patio de columnas de mármol. En el siglo XVII, las monjas franciscanas convirtieron el palacio en convento, pasando el edificio a ser ayuntamiento tras la desamortización.
Palacio de los Duques de Feria
Si la Colegiata de la Cancelaria es el más destacado edificio religioso de Zafra, el Palacio de los Duques de Feria es el más imponente de los edificios civiles de la ciudad.
La construcción original se levantó en el siglo XV, pero más tarde, el IV Duque de Feria acometió una gran reforma para convertir lo que fue un alcázar medieval en un elegante palacio digno de ser su hogar. Se construyeron un patio, dos nuevas alas y galerías que se abrían a un jardín en el que se celebraban fiestas y juegos.
Actualmente el Palacio de los Duques de Feria aloja el Parador de Turismo de Zafra. Hay zonas abiertas al público, lo que permite a todos los que visitamos la ciudad conocer algunas partes de este edificio palaciego.
Museo de Santa Clara
Desde la gran Plaza del Corazón de María que se abre delante del anterior palacio, continuamos nuestro recorrido por Zafra poniendo rumbo a al Museo de Santa Clara. Atrás quedan la Iglesia de Santa Marina y la Casa Grande. Esta última aloja una tienda de moda. Merece la pena entrar para, entre tanta camiseta y estantería, conocer el patio de la que fue casa de un acaudalado mercader de Zafra.
Frente a la Casa Grande está el Museo de Santa Clara. El acceso es gratuito a este lugar que ver en Zafra. No lleva mucho tiempo recorrer sus salas y sin duda, merece la pena visitarlo. Ocupa este museo parte de un convento de clausura. La verja que hay que cruzar para entrar en él así lo recuerda.
Una vez en el interior, se pasa por varias de las antiguas estancias en las que antaño vivieron las monjas clarisas. Se visitan la sacristía, las dos plantas de la enfermería, la iglesia (concebida como panteón de los Duques de Feria) y las capillas. En todos los espacios de exponen, entre otros, objetos litúrgicos y una colección de reliquias. También se puede ver la recreación de la celda de una monja.
A la izquierda de la entrada al museo se puede ver lo que sería la actual entrada al Monasterio de Santa María del Valle. Se trata de la parte conventual que sigue en activo.
Hospital de Santiago
La fachada de este edificio que ver en Zafra está al final de una calle sin salida, la Calle Santiago. En esta fachada se pueden elementos decorativos tanto góticos como mudéjares, todo ello enmarcando una hornacina con una pintura del Arcángel Gabriel.
Aquí tuvo su sede la cofradía de la Santa Caridad, y este edificio fue la primera residencia señorial de la ciudad. En su interior hay un patio y una capilla, pero debido a las restricciones del Covid-19, fue otro de los lugares que tenían restringido el acceso.
Puerta de Badajoz
Uno de los últimos lugares que vimos en esta localidad pacense fue esta puerta, el lugar que daba entrada a la ciudad a los viajeros que llegaban a ella desde Badajoz o cualquier otro punto al norte de Zafra. Esta puerta se encontraba dentro del Baluarte del Cubo, un torreón que formaba parte de la muralla. Esa puerta se cegó , abriendo un nuevo arco de entrada.
Frente a esta puerta se encuentra el Convento del Rosario de Zafra, un edificio pintado de blanco albero, unos colores que enseguida nos recordaron nuestro viaje a Sevilla. El recinto de este convento y su iglesia lo encontramos cerrado, solamente pudimos distinguir desde la reja que da a la calle la entrada a la iglesia en la que se venera al Cristo del Rosario.
Dormir en Zafra
En nuestra búsqueda de alojamiento para dormir en Zafra la noche que pasamos en la ciudad encontré diferentes alojamientos. Algunos de ellos en el centro histórico. Otros, cerca del mismo. Los más alejados los descarté, y poco a poco fui deshojando la margarita, hasta que me quedé con un pequeño hotelito que sin duda os tengo que recomendar.
El nombre de ese alojamiento es Casa Ruy. Se encuentra en el casco antiguo, a 250 metros del centro del mismo y perfectamente situado para visitar todos los lugares que ver en Zafra. Desde la puerta de este encantador hotelito ya se aprecia el gusto con el que está decorado. En su interior no falta un solo detalle. Plantas, un pequeño patio con tumbonas para relajarse tras recorrer la ciudad, velas, cestas y cortinas crean una ambiente acogedor que te hace sentir cómodo y bien recibido.
Algunas habitaciones se encuentran en la planta baja. Para llegar al resto hay que subir un piso. Allí estaba nuestra habitación, decorada como el resto de forma individual. Sin ser demasiado grande, el espacio era suficiente para estar cómodos. El baño privado y un balcón a una tranquila calle peatonal completaban la habitación. Dormimos genial, con la ventana abierta sabiendo que gracias a la mosquitera ningún bicho iba a entrar a pasar la noche con nosotros.
Destacar también el salón de desayunos, tan acogedor como el resto del hotel. Zumos, fruta, cereales, panes, bollería, embutidos y por supuesto, café o té, es lo que ofrece Casa Ruy a su huéspedes para comenzar el día. El tema Covid-19 está muy controlado, tanto en distancia social como en la facilidad para encontrar en las zonas comunes desinfectante tanto para las manos como para las superficies. Nos sentimos muy seguros en ese aspecto dentro de este hotel para dormir en Zafra.
Comer en Zafra
La mayoría de los lugares para comer en Zafra, en el centro histórico, se encuentra en las Plazas Chica y Grande. Bajos los soportales de ambas hay un buen número de restaurantes. Solamente es cuestión de dar una vuelta por la zona y elegir el que más os guste. Al ser dos plazas peatonales (bueno, la Plaza Grande es peatonal solamente en la mitad de su espacio), todos los establecimientos cuentan con amplias y agradables terrazas. Sin duda lugares para sentarse a comer y disfrutar en ellos de una agradable sobremesa.
Nosotros elegimos para cenar el restaurante Meraki. Un lugar con tanto estilo como el hotel en que estábamos alojados. Más tarde nos enteramos de que las dueñas de ambos lugares son familiares. Preferimos sentarnos en la terraza, la noche era muy agradable y el tema pandemia nos hace preferir siempre lugares abiertos.
En la carta no faltan platos como las hamburguesas, las croquetas o el salmorejo, aunque los más atrevidos siempre pueden animarse a probar creaciones más innovadoras, como el salmorejo de mango o las croquetas de ajo arriero. En nuestro caso pedimos varios platos para compartir (no faltaron las croquetas) y terminamos con un postre también compartido: chocolaterapia. Con ese nombre, poco que añadir.
No puedo deciros si es el mejor lugar o no para comer en Zafra pues es el único en el que estuvimos. Su terraza estaba tan llena como la de cualquier otro local y lo cierto es que el trato fue muy bueno. En cuanto a la cocina, no cenamos mal, pero no puedo decir que fuera la mejor comida que hicimos en ese viaje por tierras extremeñas.
6 comentarios
Zafra es una de esas ciudades de Extremadura que suelen pasar desapercibidas y sin embargo, a nosotros nos parece encantadora. La hemos visitado en un par de ocasiones y como indicas en el post hay muchos lugares de interés turístico que ver en Zafra: A nosotros nos encantaron la plaza Grande y la Plaza Chica con sus soportales porticados.
Nos perdimos el Museo de Santa Clara,
pero disfrutamos mucho poder dormir en el Parador de Zafra, como mencionas, el Palacio de los Duques de Feria: una fortaleza del siglo XV que es una auténtica delicia para sentir de cerca la historia de la ciudad. Un abrazo Kris! .
Hola Olga. La verdad es que es un localidad con mucho encanto, ese casco histórico, pequeño pero bien cuidado, merece la pena ser recorrido en busca de cada lugar que ver en Zafra. Un abrazo 🙂
Para mi Extremadura es una gran desconocida, y si no fuese gracias a este post seguiría ignorando la existencia de Zafra…
Has comentado que la Casa del Ajimez ha pasado por varios usos a lo largo de su existencia, me pregunto si en su interior guarda su recuerdo, con esos botes antiguos de las boticas, o con alguna botella de aguardiente.
La Plaza Grande me parece sin duda uno de los imprescindibles que ver en Zafra, con esas palmeras y esos balcones de forja que le dan mucho encanto al lugar.
Resulta curioso el nuevo uso de la Casa Grande, aunque si eso sirve para su conservación, bienvenido sea. La puerta de Badajoz tiene muy buena pinta, me recuerda ligeramente a la Puerta del Sol de Toledo; imagino que ambas serían un monumental recibimiento al viajero medieval. Un saludo
Hasta donde yo sé, en el interior no se conservan objetos de su pasado como bodega, ya que posteriormente se convirtió en un pequeña bodega. Realmente lo más destacado de esta construcción es su fachada, lo único que se conserva del edificio original. Merece la pena verla, es de las más bonitas que ver en Zafra. Espero que pronto te animes a visitar esta localidad. Un saludo y feliz semana.
Dedicamos media jornada a Zafra, de camino a otros lugares de Extremadura (teníamos nuestro alojamiento en Mérida) y la verdad es que no me hubiera importado alojarme allí una noche para dedicarle la jornada entera. Zafra me pareció encantadora, con estas pequeñas plazas y los callejones estrechos y encalados tan típicamente extremeños.
Lo que no recurdo haber visto es esta gran tienda dentro de la casa grande.
Veo que escogísteis un buen alojamiento, aunque puestos a pedir, no debe estar nada mal pasar una noche en el parador. Por lo visto, los Duques de Feria tenían muy buen gusto.
A nosotros nos sorprendió mucho la tienda en la Casa Grande, mi curiosidad me animó a entrar sospechando que detrás de todas esas camisetas y pantalones hay algo que ver en Zafra. Y efectivamente, los Duques de Feria mal gusto no tenían jejejeje.